
El otro yo.
Takano se había perdido en su mente. El ver a esos chicos correr, le había recordado quien era. Y a él no le gustaba quien era. Bueno, más o menos.
Estaba en su cuarto mental. Intento abrir la puerta y... nada. Esa cosa seguramente había aprovechado ese momento para apoderarse de su cuerpo. Bueno, por lo menos sabía que no haría daño a nadie, porque no podía. Pero qué diría, eso ya era otro tema.
-Espero que no diga nada estupido.-Takano lo pensó mejor.-Imposible.-
El otro apareció en el mundo real. Estaba en su auto, acostado en los asientos traseros. Estaba solo. ¿Dónde se encontraba Ritsu? Quería conversar un poco con él. No podría mantenerse demasiado tiempo sin el permiso de su otro yo así que debía aprovechar cada segundo.
Decirle que lo quería de pareja y que se dejara marcar por las buenas. O, él se pondría violento, y créanle, nadie quería verlo enojado.
Al otro yo le gustaba Ritsu y no solo a él, sabía que a su contraparte también. Lo supo cuando lo vio llegar a su casa ese día, él era la persona que habían estado esperando todo este tiempo. No desaprovecharía tal oportunidad. De verdad estaba aburrido y además, bastante abstenido. No sabía cuando había sido la última vez que lo habían hecho. ¿Si quiera lo habría hecho alguna vez?
A él no le gustaba nadie, así que no solía cooperar para que Takano consiguiera pareja, incluso amigos. Era muy agresivo, así que la gente se alejaba.
-No importa, mientras él esté conmigo.-Estaba convencido.
-¿Takano-san?- Ritsu apareció por la puerta del auto. Traía una bolsa consigo, parecía de una farmacia.-¿Se encuentra bien?-
-Claro que si.-Lo tomó de la mano y lo jalo hacia él, de forma que el menor quedara sentado en su regazo. Disimuladamente, saco una de sus colas* y cerró la puerta del carro.-Ahora que estás aquí.-
-¡¿Takano-san?!-Onodera se apoyó en su pecho para alejarse lo más que pudiera del mayor pero, este lo tenía firmemente agarrado de la cintura. La diferencia de fuerzas se hacía evidente. Apenas y podía moverse.-Suélteme, por favor.-¡Kami-sama! Que bochorno.- Estaba todo rojo.
-No quiero.-Ritsu se acercó a su cara. Los ojos de Takano-san ya no eran avellana solamente. La esclerótica estaba completamente negra.-¿Que rayos?-
-Takano-san, enserio, ¿está bien?, es que sus ojos están... bueno, la parte blanca está negra.-Explicó el castaño, señalándole.
-Ah... si, siempre pasa.-Le resto importancia. Onodera estaba preocupado, no sólo sus ojos habían cambiado sino también su tono de voz. Esta era un poco más gruesa y terrorífica, además de que tenía una especie de eco. Como si dos personas hablaran al mismo tiempo.-Porqué no mejor nos relajamos, ¿si?-
-Tengo algo que pedirte.-Puso su mano en el cuello de Ritsu y empezó a acercarlo.
-¿Qué sucede, Takano-san?-Onodera estaba sonrojado pero aún así se dejaba guiar. ¡Solo el cielo sabría si tendría otra oportunidad como está! Espera, otra oportunidad, ¿para qué?
-Pues veras... hay unas cuantas cosas que me gustaría decirte, pero no tengo mucho tiempo.-Dijo recostando a Ritsu en su pecho. Todavía era muy pronto para algo más íntimo. Aún así, eso no lo detuvo de poner su mano lentamente en el trasero del menor, sin que esté se diera cuenta.-¡Ah...! Que bien se siente en mi mano.-Aunque, él también quería que Onodera le correspondiera, no era tonto, eso llevaría tiempo. Y ese trasero le estaba pidiendo que lo mimara. ¿Quién era para rechazar tremendo pedido?
-¡¿Qué?! Takano-san, ¿poco tiempo?, ¿de qué habla? Me está asustando.-Onodera se exaltó. ¿Takano-san se iba a ir? ¿A dónde? ¿Con quién? ¿Cuánto tiempo?
-Oye, cálmate.-Empezó a acariciarle el cabello.-Llámame Masamune cuando tenga los ojos así. Para que nos diferencies.-
-¿Qué?-
Takano despertó. Por fin había logrado quitarle el control a su otro yo. Pero, ¡rayos!, si que había tardado. Ese tarado seguro y ya habría revelado lo suficiente. Todo se volvería problemático.
Estaba en su cama. Parecía que ya era de noche. La luz de las bombillas del alumbrado de la calle entraban por la ventana de su cuarto.-¿Le ha dado tanto tiempo, que terminamos en mi casa?- Solo esperaba no haber hecho nada de lo que se arrepintiera después. Y dicho y hecho.
Sintió un peso a su lado. Volteo y ahí estaba Onodera durmiendo tranquilamente. Se asustó. Alzó la sabana bruscamente.
-Gracias a Kami-sama. Todavía tiene ropa.-Sin embargo, había algo raro. El olor de Onodera era diferente. Así que se acercó un poco más para olerlo mejor. Sin duda, había cambiado.
-¿Será que él...?-Empezó a inspeccionar su cuello. Si lo había marcado, ahí estaría la cicatriz. La encontró.
-Gracias al cielo.-Solo era una mordida temporal. Algo básico. No sería para siempre pero alejaría a cualquier demonio que quisiera molestar.-Por fin hizo algo bien.-
-Todo lo que hago siempre sale bien.-
Se volvió a recostar.-¿Qué hiciste exactamente?-Estaba curioso,¿Onodera había accedido por propia cuenta a dormir con ellos? ¿Incluso después de conocerlo?
-¿Por qué no mejor le preguntas a él? De todos modos, no me vas a creer cuando te lo diga.*-
-Espero que no te hayas propasado, pedazo de mierda.-Giró en la cama, para poder quedar de frente a Ritsu. Estaba muy cansado. Regresar le había gastado más energía de lo que esperaba.
Lo tomó de la cintura para que no se fuera cuando despertara. Onodera tenía cara de ese tipo de chicos, de los que se iban sin despedirse. Aunque también parecía de esos que nunca habían tenido pareja y tenían la marca en la frente de virgen. Era gracioso pensar que un chico de 24 años no se hubiera enamorado antes. Pero Ritsu no tenía ningún olor en particular encima de él.
Incluso los humanos, al pasar mucho tiempo junto a otro, solían mezclar sus aromas como hacían los demonios. Los olores de los humanos que eran pareja se podían diferenciar de otros, como los de la familia o amigos. Una cosa diferente es que ellos no se dieran cuenta. Así que por eso, él estaba más tranquilo. No había impedimentos, aparte de los mismos sentimientos del humano.
-Eso es aún peor.-
*La cola de Takano-san aparece como flotando, como si no tuviera una conexión física con su cadera, así que está no rompe el pantalón al salir.
*Por si acaso no se dieron cuenta, cuando está en negrita, es que Masamune está hablando, o sea, que otros pueden escucharlo. Cuando está ASÍ, en negrita y cursiva, es que está hablando con Takano-san, en su cabeza o está pensando.
Tomen al otro yo como Saga-Senpai. Intentaré plantar la personalidad del Takano-san de la preparatoria. Pero bueno, no es como que hayamos pasado mucho tiempo con él XD (yo creo que son, aunque parecidos, también diferentes).
Cambio y fuera mis amigos. Aquí Todoroki19.
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