⚆⚆C A P Í T U L O: 19
•••CAPÍTULO XlX: ME GUSTAS.
La primavera por fín había llegado. Las calles dejaron de ser adornadas por grandes grumos de nieve para ser reemplazadas por calles vacías en donde las hojas de los árboles comenzaban a florecer, los pájaros regresaban después de una larga migración, las mariposas salían de sus capullos, los niños corrían alegremente por los parques inundados de un césped verde limón, las cafeterías se infestaban de personas pidiendo bebidas no calientes sino frías. El sol era dócil para todos después de todo el invierno se había ido y aún el frío azotaba el lugar, apenas y la primavera estaba llegando y eso... Realmente enfurecía a Kim Taehyung, él rubio imploraba porque el frío acabase de una vez por todas. Era ya de tarde cuando nuestro personaje caminaba por las calles de Seúl, su ánimo no era el mejor de todos, había tenido una cita con alguien y ese alguien resultó ser un patán de primera, “solo busco una aventura de una noche” fueron las palabras repugnantes dichas por aquel sujeto. Taehyung maldicio en bajo mirando a la nada. Ni siquiera tenía ganas de ir a casa, ¿Para que? Si de igual manera ahí estaría solo, siempre solo. A lo lejos un pequeño parque se veía, no supo por qué lo hizo pero llegó a ese lugar, alejado de la vista de todos, unas cuantas personas caminaban por el lugar, parejas susurrandose cosas al oído, niños tomados de la mano de sus madres y eso de alguna manera hizo a su corazón doler, su mamá nunca lo había tomado de la mano, nunca lo llevo a la escuela, nunca le dio un abrazo, nunca, nunca hizo algo por su hijo, lo único que si supo hacer fue abandonarlo en aquella gran casa a su cuenta. Esa mujer nunca le importo el menor, era una basura. Taehyung fue criado por sus tíos, padres de Yoongi. Era la única familia que conoció y la única que ocupaba un lugar en su corazón. El rubio observó sentado en una banca del parque aquel atardecer que parecía ser más lento que cualquier otro.— Una primavera silenciosa, una primavera que acaba de llegar... La primavera más sola que he sentido. —Es un asco estar solo. Una lastimera lágrima resbaló por su rostro, con furia la limpio no queriendo sentirse inútil y desolado. Observar el atardecer lo tranquilizó un poco, los colores del cielo le hicieron recordar a alguien en especial “Jeon JungKook, ese tonto... ¿Que estarás haciendo?”.
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Era un día como cualquier otro, a diferencia que la noche estaba a minutos de caer y que el invierno se había ido. Jungkook caminaba por las calles regañandose a sí mismo por haber arruinado su automóvil y más saber que no tenía el dinero suficiente para mandarlo a arreglar pronto. Y lo único que le quedaba era o tomar el transporte público o la estación de trenes. Y ninguna de las dos sonaban favorables así que la opción tres era la ganadora Caminar a casa. Sus cabellos castaños se mecían con lijeresa cuando el aire chocaba en su rostro, sus manos eran ocupadas por bolsas de alimentos, su caminar era un poco rápido, la noche no le gustaba mucho que diría, la oscuridad solo le recordaba que cualquier cosa mala podía pasar. Para llegar hasta su hogar tenía que atravezar un pequeño parque que se encontraba alejado de la muchedumbre social. “Este es el lugar más tranquilo del mundo” las luces de los faros se encendieron, la noche había llegado. Apresuró su paso caminado por la acera del lugar, la gente se estaba hiendo de a poco hasta ya solo quedar unos cuantos, JungKook solo suspiro cansado pasando justo frente a una cabellera rubia, un chico con vista al suelo y unas muy visibles lágrimas que mojaban el pavimento. Un paso “Todo el mundo esta en mi contra” dos pasos “incluso lo observó en lugares en los que no está” tres pasos “Sus lágrimas... Su rostro... Sus cabellos... Su... Suspiro” dio tres pasos en retroceso, viendo a un individuo con vestimenta informal, dudo en si era él porque Taehyung siempre vestía trajes ejecutivos muy elegantes. Bajo un poco su mirada hasta ver ese hermoso rostro que lo estaba volviendo loco— ¿Imbecil?. —Unos ojos caféses conectaron con sus oscuros ojos. Esa mirada triste, esos ojos rojos, ese rostro empañado en lágrimas— Kim Taehyung.
—¿Idi-Idiota? —pudo pronunciar el mayor de ambos, sus mejillas se tiñeron de rojo carmín al ver el rostro del castaño tan cerca suyo, con rapidez limpio su rastro de lágrimas— Jeon Jungkook.
—¿Qué haces por aquí? —pregunto un poco preocupado, Taehyung no respondía simplemente no sabía que decir.— ¿Estás siguiéndome?.
—¡Por supuesto que no idiota!. —gruño.
—Pues eso parece. —sostuvo mejor las bolsas que llevaba— Ya en serio ¿Qué haces por acá?.
—Que te importa. —Bien eso había sido un claro (no es de tu incumbencia). Jungkook arrugó su ceño en clara molestia, el frío los inundó a ambos, era obvio apenas y la primavera llegaba.— Maldición... —el rubio se abrasó a sí mismo, temblando de frío. Jungkook deseo ser él quien lo abrazara.
—Solo era una pregunta, no era para que me contestarás de esa manera tan tosca Hyung. —el mayor se encogió en su sitio, se sentía tan inútil— si sigues actuando de esa manera nadie querrá estar a tu lado. —sus ojos ardían— a nadie le gusta que le hablen de esa manera, es estúpido —sus ojos se aguarón, se abrazo más fuerte— Eres molesto he intolerable cuando actúas así. Fastidioso. —ya era tarde, sus ojos cafés estaban inundados en lágrimas silenciosas, Jungkook había dicho cosas tan ciertas pero si venían de él... Dolía— ¿Me estás escuchando?, Oye Hyung. —El castaño bajo de nuevo las vista. “Idiota” había hecho llorar al rubio, había sido demasiado cruel.
—No tienes que recordarme mis defectos... Yo ya los conozco. —fue su respuesta. El menor quedó mudo, sin saber que hacer o decir para disculparse. No, no, no, se repetía a él mismo.— Se que estoy solo... Por mi actitud. Pero por favor no me lo recuerdes, duele y no quiero seguir llorando. —hubieron largos minutos en los que ninguno dijo nada, Taehyung lloraba en silencio abrazándose a sí mismo, Jungkook estaba ahí parado viendo al chico tan frágil frente a él. Y todo había sido su culpa. “Si alguien dice siempre la verdad no está bien, a veces es bueno callar algunas cosas. Porque la verdad duele, pero dicen que es mejor que una mentira, pero la sinceridad a veces se confunde con molestia, la sinceridad a veces es mala, lástima sin piedad a inocentes” Unos brazos le rodearon el cuerpo, alguien lo jalo al frente, alguien le beso esos labios tan rojizos. Jungkook estaba de rodillas frente a él, abrazándolo, besándole. Se sorprendió en demasía, era algo que no se veía todos los dias. Jungkook se alejó de él para verlo.
—Haz dejado de llorar. —dijo tan inaudible, casi en un susurro para ambos. Era cierto ya no lloraba, el castaño limpio su rastro de lágrimas mientras él solo le veía— disculpa por haber dicho esas cosas. Ya sabes soy un Imbecil.
—¿Qué estás haciendo?.
—Nada.
—Esto no es un nada.
Jungkook se pegó más a él, de rodillas viendole desde abajo, esos penetrantes ojos negros le veían con tanto brillo— he dicho que no es nada. Solo te veo.
—Pero...
—Shh, odias el frío lo sé. Vamos. —ni siquiera tuvo tiempo de preguntar a donde iban, el castaño ya lo había tomado de la mano caminando a quien sabe dónde. Taehyung solo agachó la cabeza, la mano de Jungkook era muy cálida. Una cuadras adelante se detuvieron, el menor saco sus llaves ingresando a su hogar. Taehyung no estaba muy seguro en si querer entrar, el menor sintió lo tenzo que estaba el otro, atrajo su mano y dejó un dulce beso en ella— Tranquilo. —ambos se adentraron al hogar, un poco hogareño con aires de juventud. Colores oscuros en las paredes al igual que los muebles, pequeño y acogedor de dos niveles. Jungkook lo jalo con suevidad sentandolo en el sofá— enseguida vuelvo. —fue lo único que dijo. Pasaron unos minutos cuando escucho bajar al menor a toda prisa las escaleras, venía vestido con sus ropas de dormir y con sigo traía una sudadera negra, ni siquiera le hablo solo le levanto los brazos quitándole esa camisa de cuadros para dejarlo solo con su camiseta blanca.
—¿Jungkook? —dijo inquisitivo, pero el menor no le respondió, con una sonrisa de lado le jalo para ponerle aquella sudadera negra. Un aroma a leña era inundado en sus fosas nasales esa prenda olía tan agradable.
—Es para que no tengas frío, Hyung. —Jungkook disfrutaba ver el rostro del rubio era lo más bello del mundo, en como su piel canela se ruborizada y sus ojos se expandian.— ¿Pizza? —no hubo respuesta— pizza será. Haré el café, toma te traje un pantalón de pijama creo que te quedará pontelo. —eso había sonado más a una orden que a una pregunta. El castaño se dirijio al teléfono de casa marcando el número de la pizza— el baño está subiendo las escaleras Hyung. —con tropezones el rubio obedeció. ¿Qué estaba haciendo? Se preguntaba, tenía la ropa puesta de Jeon Jungkook, estaba en su casa, en la noche, y... ¿Qué sucedería después? Se veía al espejo, su rostro estaba ruborizado, su frente sudaba, la sudadera de Jungkook le quedaba un poco grande pero eso lo hacía ver tierno. Al igual que ese pantalón pijama azul.
—¿Qué haces Kim Taehyung?. —se interrogó a sí mismo, jalandose sus rubios cabellos.
—¡Hyung, la pizza llegó! —grito el menor desde el nivel bajo. Con timidez camino hasta el otro, Jungkook estaba de espaldas colocando en la mesita de la sala dos tasas de café, y una deliciosa pizza en el centro. Solo paso de largo ignorandolo, sentándose frente a la televisión, tomo el control remoto y la encendió. Jungkook le pasó un plato con unas porciones de pizza solo dijo gracias, ignorando al otro era más interesante ver Weekly Idol. Jungkook sonrió con sorna, sentándose a su lado ambos en completo silencio las únicas voces provenientes eran de la televisión. El menor le pasó la taza de café al otro que solo volvió a decir gracias. “Esta es demasiada confianza” y lo era, porque ahora el rubio tenía sus piernas en el regazo del menor quien dejaba leves caricias en ellas, Taehyung reía con diversion al ver aquel programa, mientras que Jungkook solo lo observaba en silencio ambos un poco alejados el uno del otro, hubo un momento en donde el programa había terminado, donde pasaban más de algún Dorama en la televisión pero... Ninguno de ellos estaba atento a eso, Taehyung estaba a punto de caer dormido, sus ojitos pesaban y con dificultad podía ver. Unos brazos lo arrullaron y solo ahí se percató de lo sucedido. Jungkook lo abrazaba nuevamente ahora con más cariño.
—¿Por qué haces esto? —dijo con el rostro pegado al pecho del contrario.
—No hago nada Hyung. Solo estoy abrazandote.
—¿Por qué eres tan... Gentil conmigo? Dijiste que era fastidioso. —el agarre se intensificó.
—Digo muchas cosas Hyung, algunas veces solo las digo por Idiota.
—Sueltame.
—No.
—Basta sueltame. —chillo angustiado. Jungkook lo atrapó con más firmeza.— ¡Basta! ¡Deja de jugar conmigo!.
—¿Y quién te ha dicho que estoy jugando? —hablo con dulzura en sus palabras. Y eso relajo al rubio— He dicho que eres una molestia, es verdad lo he dicho. He dicho que eres fastidioso, lo dije. También te he llamado Imbecil porque a veces lo eres. Pero eres mi molestia. Eres mi fastidioso. Y eres mi Imbecil. Kim Taehyung eres... Diablos ni siquiera sé cómo decírtelo. —ahueco su rostro en el cuello del mayor— solo se que todo de ti es perfecto ante mis ojos. Eres único... Me gustas, me gustas Kim Taehyung. —el mencionado estába sorprendido por esa confesión. Sus ojos brillaron intensos, “¿Esto es real?” “Estoy siendo... Correspondido”— Por favor Hyung, dime algo. —sus palabras sonaban temblorosas. Algo asustado, Tae no había dicho nada. Y por un momento sintió miedo. Pero eso quedó atrás cuando unas manos acariciaban su espalda con cariño.
—¿Podemos ir a dormir? —dijo el mayor— tengo sueño. —susurro, su cuerpo pesaba. El castaño lo cargo, enrollando sus piernas a su cintura. Cuando subían las escaleras fue cuando lo dijo— Tu también me gustas Jungkook. —el menor detuvo su caminar, espectante, alegre, eufórico.— apúrate a caminar. —ordeno y ahí estába de nuevo el rubio que había conquistado su corazón— apura Juan.
—¿Nunca me quitaré ese apodo verdad? —bufo, recostando al rubio en la comoda cama. Taehyung rió tímido.
—Disculpa Kookie. —dijo para después dejarle un besito en los labios. Un simple roce que volvió gelatina el cuerpo contrario.— Vamos a dormir. —el menor asintió embobado, subiéndose a la cama atrayendo el cuerpo ajeno a él.
—Descansa Tae. —el mayor hizo un ruidito con su boca, pegando su cabeza al pecho del contrario. “Cambio de opinión... La primavera llegó con una calidez indescriptible” “No hay frío, no más”. Dos chicos demasiado opuestos el unos al otro, con caracteres casi similares dormían abrazados mutuamente. Llenándose de calidez, se gustaban y pronto se darían cuenta que eran almas predestinadas.
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Solo queda un capítulo de esta historia. Dejen su sensual estrellita por fis..
Ya que el siguiente será el final. Espero les haya gustado el capítulo TaeKook.
El último capítulo lo subiré a finales de año, justo el día de mi cumpleaños o el 31 de diciembre (que es un día después jaja).
Gracias por su atención One fuera.
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