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Capítulo 22

Dipper se encontraba dándose una ducha, algo pensativo por la situación que tendría que afrontar en unos cuantos minutos más.

¿Cómo fue que lograron entrar al castillo?

¿Por qué sus tíos no estaban allí también?

¿Por qué venía Mabel, quien se suponía era la persona a la que menos se debía poner en peligro?

Aquellas era algunas de las tantas preguntas que rondaban en la cabeza del castaño, y que esperaba pudiesen ser respondidas, ya sea por Bill, Gideon, o por su hermana.

Rápidamente terminó de enjuagarse el cabello, para luego cortar el agua, y salir de la ducha. Inmediatamente tomó una de las toallas que se encontraban cerca, se secó, y finalmente la colocó alrededor de su cintura.

¿Realmente Mabel creía que podía hacer algo contra Bill, solamente con Gideon como compañía?

¿Qué diría cuando lo viese?

¿O es que ya sabía que estaba allí?

Por supuesto que debía saber de su presencia en el castillo- se auto respondía el chico mientras se secaba el cabello- Gideon lo había visto aquella vez, por lo cual era prácticamente imposible que no le hubiese contado a su hermana.

¿Acaso aquello era lo que buscaba Mabel?, ¿encontrarse con él?

Dipper frunció el ceño ante ese último pensamiento, la idea de su hermana queriendo verlo, creyendo que aún después de todo lo que le había hecho era capaz de convencerlo de apoyarla, le asqueaba, aunque la verdad, su cínica hermana en sí le repugnaba.

Cuando finalmente sintió que su pelo estaba seco, salió del baño, para después buscar algo que ponerse. No es como si realmente le importara, pero no quería que Mabel lo viese desarreglado. Quería que viera lo feliz y perfecta que era su vida después de que ella lo traicionara.
Era como decir "te gané".

Rápidamente se puso ropa interior, unos pantalones cafés, unos zapatos de igual color y una camisa color crema. Fue a darse un rápido vistazo al espejo del baño, como comprobando que todo estuviese en su lugar, no podía decir que se veía mal, pero... pero faltaba algo... luego de unos segundos, sacó aquel collar que siempre estaba por dentro de su camisa, haciendo de esta manera que fuese visible. Después de todo, ya no tenía motivo alguno para ocultarlo. Luego volvió a mirar su reflejo.
Si, con eso estaba bien.

Agh, realmente no podía creer que iba a volver a ver a su hermana, pero bueno, entre antes terminara todo esto, mejor. Se acercó a la puerta, dispuesto a ir en búsqueda de su novio, pero antes que pudiese si quiera extender el brazo para alcanzar el picaporte, la puerta se abrió, dejando ver a aquel chico que estaba pensando en buscar.

Intentó adivinar lo que había pasado viendo el rostro del rubio, pero la verdad, es que el chico tenía una expresión neutra, y se veía relajado, por lo cual, aunque no podía saber con exactitud lo que había pasado, bien podía asegurar que no era nada malo.

-¿ya los capturaron?- preguntó el menor, con algo de frialdad, intentando no demostrar tanto interés.
-¿tú que crees?- contestó el contrario con una sonrisa arrogante.
-¿dónde los tienen?
-en el salón principal... esperan a que lleguemos.
-¿qué piensas hacerles?
-aún no lo decido- guardó silencio por un par de segundos, para luego alzar una ceja- ¿por qué?, ¿acaso me vas a decir que te preocupa?

Dipper calló un momento, como pensando bien en lo que iba a decir.
-no- dijo finalmente- puedes hacer con ella lo que se te de la gana... no me interesa en absoluto.
-bien- se notaba la satisfacción en el rostro de contrario- entonces vamos, creo que alguien quiere verte- dijo malicioso.

El menor se limitó a asentir, comenzando a caminar tras su novio, camino al salón principal.

No tardaron mucho en llegar a aquella habitación, y una vez que cruzó la puerta, no pudo evitar ponerse un poco nervioso. Gideon y su hermana se encontraban de rodillas, con las manos atadas tras sus espaldas, frente a los tronos.

Después de dar unos pasos, los dos prisioneros se dieron cuenta de su presencia, dirigiéndoles inmediatamente la mirada.
Dipper no podía creer el nivel de cinismo de Mabel, que lo miraba con una pequeña sonrisa, como si estuviese feliz de volver a verlo, como si su presencia le aliviara.

-¡Dipper!- exclamó la chica, aún con aquella sonrisa.
El castaño se quedó mirándola con seriedad, casi como preguntando "¿es en serio?", para después romper el contacto visual con ella, y, al igual que su novio, subir los pocos escalón que conducían a los tronos, y sentarse en uno de ellos.

-Dipper- volvió a hablar la chica- me alegra mucho volver a verte, yo de verdad...
-silencio- la interrumpió el Cipher- guárdate tus palabras para alguien que quiera oírlas, a nosotros no nos interesan.
La chica inmediatamente lo fulminó con la mirada, parecía que iba a decir algo, pero el mayor volvió a hablar.
-¿qué es lo que vinieron a hacer aquí?- dijo mortalmente serio- ¿qué era lo que buscaban?

-prefiero morir antes que revelarte algo- contestó Gideon desafiante.
-ya veo- replicó el de ojos ámbar- pero, para ser sincero, se me hace extraño que alguien como tú haya logrado entrar aquí.
-¿alguien... como yo?- replicó el contrario entrecerrando los ojos, notablemente ofendido.
-tu magia no es nada en comparación de la mía, Gleeful, o mejor dicho, no es nada en comparación a cualquier tipo de magia- dijo con los ojos entrecerrados, imitando al albino- debió haberte costado mucho entrar, ¿y para qué?, para conseguir sólo un poco de esto- dijo sacando un pequeño frasco de vidrio de su bolsillo, que contenía el líquido azul eléctrico.

Tanto Gideon como Mabel se quedaron mirando sorprendidos aquel frasco, dándole así la razón al Cipher, quien sonreía satisfecho ante aquella reacción.
-¿ven?, lo sabía... la pregunta es, ¿para qué?
-¿realmente crees que te vamos a decir para que lo queremos?- contraatacó la Pines- ni en tus sueños.

-entonces sí lo querían- concluyó el rubio con una sonrisa maliciosa, mientras la chica maldecía por lo bajo- venían a buscar este frasco. Entonces, ¿por qué todo el show al ver a Pino?, casi como si hubiesen venido por él, lo cual claramente no es así...

Mabel desvió su mirada al suelo, para luego mirar al castaño.
-Dipper, tienes que entender que...
-¿qué cosa?- la interrumpió nuevamente Bill- ¿que solo te interesa volver al trono?, ¿que no te importa ni en lo más mínimo tu hermano?, descuida, estoy seguro que él ya lo tiene más que claro.
-¡eso no es verdad! Dipper, tienes que créeme, yo...

-¿creerte?- habló el castaño- ¿después de todo?, ¿realmente me estás pidiendo que te crea?
-tienes que entender que hay prioridades, realmente lamento no haber ido directamente a buscarte, pero pensé que después de tanto tiempo...
-¿qué?, ¿creíste que había muerto?- soltó una carcajada amarga- pues siento decirte que lamentablemente no siempre obtenemos lo que deseamos.

-¿cómo... cómo puedes decir eso?- dijo la chica con el ceño fruncido- ¿cómo se te ocurre si quiera pensar en algo así?
-¡Mabel, ya basta!, ¡estoy harto de tus mentiras!, te escuché esa noche Mabel... lo escuché todo.
-¿qué noche?- preguntó la castaña aparentemente extrañada- ¿de que estás hablado?
-¿nunca te preguntaste por qué me fui?, ¿por qué me llevé todos esos estúpidos planes?
-Bill destruyó esos planes- dijo su gemela con los ojos como platos.

-¡Bill ni siquiera sabía la ubicación de la dichosa cabaña!
-¡Dipper...!
-¡confié en ti, Mabel!- dijo el chico con algunas lágrimas en los ojos- decidí confiar en ti por sobre Bill, la única persona que siempre había estado ahí para mi, solo para que pudieses apuñalarme por la espalda... jamás volveré a cometer ese error.

La Pines miraba iracunda al rubio, parecía que quería gritarle varias cosas, pero en cambio, volvió a mirar a su hermano, con una expresión casi suplicante.
-Dipper... tienes que...
-¡ya basta!- las lágrimas comenzaban a descender por el rostro del chico- ¡yo amo a Bill!, ¿entiendes?, ¡amo a Bill y eso jamás va a cambiar!, al igual que el hecho de que nunca te perdonaré por lo que me hiciste.

Lentamente, el rubio se puso de pie, para luego caminar hacia el castaño, y agacharse a su lado, poniendo su mano en una de sus mejillas.
-Pino... creo que esto es demasiado- dijo limpiándole las lágrimas- tal vez sería mejor que volvieras a la habitación, puedo encargarme de esto.
-no... yo...
-Pino, hablo en serio, ve a la habitación.

El castaño se limpió algunas lágrimas con la muñeca de su mano, para después asentir levemente.
Lentamente se puso de pie, y, dirigiéndole una última mirada odio a su hermana, se marchó de aquel salón, dirigiéndose a la habitación que compartía con su novio.

Bill se quedó quieto, en la misma posición que antes, observando cómo el chico se marchaba. Mantuvo su mirada fija en él hasta que no pudo verlo, y aún así se quedó mirando unos segundos más en su dirección, como comprobando que realmente se hubiese ido.

Luego de aquello, volvió a ponerse de pie, dirigiendo su mirada hacia aquellos que habían osado entrar al castillo, quienes, por supuesto, se encontraban fulminándolo con la mirada.

-¿qué mierda le hiciste a mi hermano?- dijo la chica amenazante.

El Cipher simplemente se dirigió hacia su trono, sentándose nuevamente en él con elegancia, para finalmente dedicarle una mirada maliciosa a la chica frente a él.





















¡Hoooola!, ¿cómo están?, ¿les gustó el capítulo?, espero que si jsjsjs.

¡Y aquí llega el nuevo capítulo!, que al parecer promete que nueva información importante va a ser revelada pronto jejeje.

Como siempre les agradecería que votaran y en especial que comentaran, ¡amo sus comentarios!

También quería desearles feliz navidad (atrasada) a todos ustedes, espero que lo hayan pasado bien <3.



Y bueno, creo que de mi parte eso es todo...













¡Nos leemos luego!

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