Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 12


Mierda

Dipper se encontraba en el laboratorio de su tío, con el bolso que Mabel le había dado el primer día que pasaron en la cabaña, cargado con su ropa, metiendo allí todos los planes que se había esforzado haciendo estos últimos cuatro meses junto a Ford.

¿Cómo había sido tan ciego?


Metía todos las hojas que tuviesen algo que ver con recuperar el reino... con enfrentar a Bill.
También metía en el bolso las hojas que estaban en blanco, para asegurarse que su tío no tuviese material con el cual trabajar.

¿Qué mierda había estado pasando por su cabeza en esos momentos?

Después de lo ocurrido aquella noche, Dipper había intentado con todas sus fuerzas actuar natural todo el día siguiente para no llamar la atención, lo cual, al parecer, había funcionado, su familia creía que no tenía idea de lo que habían hablado. De todas maneras, tampoco había sido tan complicado que digamos, después de tantos años con su familia, actuar como si todo estuviese bien, aunque estuviese sufriendo por dentro, ya era muy fácil. Dicen que la práctica hace al maestro.

¿Cómo fue que decidió abandonar a Bill, sin siquiera dejarlo intentar explicar todo?

Estaba nervioso, sin poder evitar mirar a la puerta cada dos segundos, temiendo el ser encontrado por aquella gente que se hacía llamar su familia. Pero aquello era casi imposible, había logrado encontrar algunos somníferos bajo la cama de Mabel, aquellos con los cuales había intentado dormirlo la noche anterior.
Él mismo se había encargado de que los tres los consumieran, mezclados con la cena de aquella noche, para evitar que le sucediese lo que le sucedió a la descuidada de su hermana.

¿Cómo se dejó engañar así de fácil por su hermana?

Rápidamente recorrió todo el lugar con la mirada, asegurándose de que no quedaste absolutamente nada que su tío pudiese utilizar para recordar los planes de éstos meses.
Nuevamente miró la puerta. Sentía que debía apresurarse o algo muy malo sucedería. Probablemente tenía razón.

Apresúrate, apresúrate, apresúrate.

Rápidamente tomó el bolso, que ya era considerablemente pesado, y comenzó a subir las escaleras. Una vez que estuvo en el último escalón, le dedicó una última mirada al laboratorio de su tío. Estaba casi vacío. Había tenido que llevarse demasiadas cosas, tal vez incluso más de las que podía cargar. De hecho, ni siquiera habían entrado todas en su bolso, tenía que llevar unos cuantos planos en las manos, junto con su linterna, su cambio de ropa, y unos fósforos. En el bolso tenía el resto de las cosas de Ford y algo de comida y agua que había sacado de la despensa.

Ya van a despertar, has estado mucho tiempo aquí abajo.

El castaño dio un último suspiro, para luego darse la media vuelta, apagar la luz, y salir del laboratorio. Lo más rápido sus piernas le permitieron, se dirigió a la puerta principal, tomó la llave que había sacado de la habitación de su tío Stan, y la abrió. Se quedó unos segundos mirando el exterior, convenciéndose de que realmente estaba a punto de hacer aquello, y después dirigió una fugaz mirada al interior de la cabaña, casi como despidiéndose de ella.

Realmente... realmente espero no volver a verlos.



Irguió su espalda y salió a paso firme de la cabaña en la cual había estado viviendo los últimos cuatro meses.
No podía caminar muy rápido que digamos, ya que su bolso era demasiado pesado para él, sobretodo por su actual estado físico. Pero de todas maneras, nunca de detuvo... nunca miró atrás.

Después de varias horas caminando (en las cuales obviamente se permitió algunos minutos para descansar de vez en cuando), y cuando estuvo seguro de que la cabaña estaba muy, muy lejos de él, se detuvo, esta vez permanentemente.

Miró a su alrededor casi por inercia, aunque tenía más que claro que no había nadie más que él en aquel lugar.
Lentamente sacó todos los planos, papeles, apuntes y planes de su bolso, amontonándolos todos. Luego de asegurarse que no faltaba ninguno, prendió uno de los fósforos y lo acercó lentamente al montón de papeles, observando cómo el fuego comenzaba a prender una de las hojas, que comenzó a emcee otra, y otra, y así hasta que finalmente todos los papeles estaban en llamas.

Pudo haber guardado algunos para tener fuego los días siguientes, pero simplemente no pudo hacerlo, tenía que deshacerse de todo aquello de una vez por todas. No podría soportar tenerlos cerca más tiempo. Simplemente... le causaban mucho dolor.

El chico se sentó cerca de aquella fogata, aprovechando de calentarse con el fuego que producían aquellos cuatro meses de inútil esfuerzo, de absoluta ceguera.
No se molestó en evitar que las lágrimas salieran de sus ojos, ¿de quién estaría escondiéndolas?, de nadie. Ya no tenía a nadie.
Estuvo allí un buen rato, llorando silenciosamente mientras observaba el fuego, que de cierta manera lograba relajarlo un poco.
Y así estuvo hasta que finalmente cayó dormido.

Dipper se mantuvo en aquel lugar durante tres días enteros, alimentándose de la comida que había sacado de la cabaña. Cubriéndose del frío con la ropa extra que había llevado, e intentando hacer fuego, lo cual no siempre le resultaba, pues ya no tenía planes que quemar.
Podría haber estado allí más tiempo, pero la comida ya estaba comenzado a acabarse, al igual que el agua. Tendría que comenzar a buscar una fuente de agua pronto. O si no moriría allí... aunque... tal vez aquello no sería tan malo.

Se distraía buscando animales, o algún río, lo que fuese. Pero hasta ahora no había logrado encontrar nada, parecía ser que estaba absolutamente solo en medio de un bosque que no tenía principio ni fin. Pero la verdad, no le importaba mucho... ya nada le importaba demasiado.
Simplemente se limitaba a seguir existiendo.

Sin embargo, en el cuarto día, cuando el cielo ya se había tornado de un color anaranjado, el castaño decidió salir a dar una última vuelta por el bosque, antes de volver junto a sus cosas para dormir, tal y como lo había hecho el día anterior. Pero ese día fue diferente. Mucho más diferente.

Se encontraba recorriendo el bosque, cuando de repente creyó escuchar algo. Eran sonidos extraños que se escuchaban cada vez más cercanos. Pisadas tal vez.
Cuidadosamente, se acercó al lugar del cual parecía provenir aquel ruido, asomándose por detrás de un árbol, temiendo encontrarse con su hermana o sus tíos.

Pero no eran ellos.

Cuando se acercó lo suficiente, pudo ver un grupo de hombre con armaduras, montados en caballos... hombres de ojos completamente celestes. Soldados de Bill. Unos seis o siete, tal vez. Pero...

¿Qué hacían allí?

Los observó detenidamente, hasta que de repente, uno de los soldados se movió hacia la derecha, dejándolo ver al hombre que se encontraba detrás de él. Y que hasta el momento no había sido capaz de ver.

Era él

Aquel hombre al cual Dipper pensaba que nunca volvería a ver.

Ese cabello.


Esos labios.


Esos ojos.


Bill Cipher se encontraba junto a aquellos soldados, montando un hermoso caballo blanco.















¡Hooooola!, ¿cómo están?, ¿les gustó el capítulo?, espero que si jejeje.

Tal y como prometí, he aquí el nuevo capítulo.

¡Ya volvió a aparecer Bill!, yeeeeeei.  ¿Volverá el Billdip?, ¿o solo le pongo "Bill no lo vio, y siguió su camino, Dipper no se atrevió a hablarle y pasó el resto de sus días en el bosque. Fin"? Y hasta lo hago parte de una tribu de monos, ¿eh?, ¿no?, ok, me callo.

Como siempre, agradecería que votaran y en especial que comentaran, ¡quiero saber lo que piensan!

Y también gracias a todas la maravillosas personitas que están leyendo esto <3.

Ah, y el próximo capítulo se publicará en dos o tres días, máximo :3.


Y bueno, creo que de mi parte eso es todo....










¡Nos leemos luego!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro