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Capítulo 5


—¡Venga, una vez más! —grito al terminar de soplar el silbato.

Tord y Matt solamente dieron un suspiro cansado, sus cuerpos sudaban, sus cabezas dolían, habían pasado toda la tarde corriendo en dos piernas y eso fue muy difícil para ellos, ahora mismo tenían varias curitas alrededor de sus rostros por los múltiples raspones que obtuvieron al estamparse con el frio y duro suelo.

—N-No soporto el calor —quejo el peli naranja —, ¡¿Cómo se quita esto?! —intento jalar la sudadera.

El ex-gato intento hacer lo mismo, al no saber usar sus manos solamente estuvieron alzando la prenda como si fueran dos pequeños bebés intentando quitarse el babero. Laurel en cambio se aguantó las ganas de reír.

—Vengan aquí —rodo los ojos.

Los dos cansados y con ojos de cachorro miraron suplicante a la chica, prácticamente estaban sufriendo, si les costó mucho aprender a usar las piernas, no querían imaginarse el infierno que les tocaría pasar con lo demás, ya en ese punto querían renunciar a ser humanos.

Pero al recordar a sus dueños lograron motivarse para seguir y no rendirse, no dejaran que los dos se queden solos, no dejaran que sus vidas sean de color gris, ellos les devolverán los colores a sus dueños.

Laurel nunca dijo nada pero podía sentir las emociones de los dos ex-animales y sabía muy bien que esos dos eran muy especiales.

—Bien...—dijo al retirar las sudaderas —, Ahora sí, sigan corriendo —volvió a tocar el silbato.

Los dos sin remedio empezaron a correr por la pista de obstáculos que la chica les creo en todo ese enorme lugar de color blanco. Cada vez que avanzaban el lugar iba cambiando, de un momento se encontraban en la ciudad para pasar al bosque y terminando en un especie de supermercado con "gente".

Sabían bien que solo eran ilusiones muy reales, Tord intento una vez pasar por encima de un carrito de compras y el resultado fue un fuerte golpe en el cabeza, además de que se torció los dedos de forma muy dolorosa.

Su orgullo fue tanto que fingió no haber sentido nada, hasta que vio como quedaron, Matt prácticamente se había desmallado al ver como quedaron los dedos torcidos y en cuanto Tord comenzó a hiperventilar la chica lo curo instantáneamente con su magia.

—No esta vez...—murmuro para sí mismo.

Al ver el carrito frente a él no dudo ni un segundo en rodearlo, cosa que Laurel sonrió mientras le afirmaba con el pulgar, a pesar de saber que no la veía. Tras unas últimas pruebas decidió que ya era suficiente.

—¡Muy bien chicos, den otras dos vueltas! —grito a la distancia —, ¡Y después les voy a enseñar a cómo usar las manos! —

Los dos se mordieron el labio la escucharla, con trabajo podían mover los dedos de los pies y ahora les enseñaría a usar los dedos de las manos. Al terminar de correr las dos vueltas caminaron con pasos tranquilos hasta la pequeña estructura.

—Vaya —hablo asombrado al entrar.

Laurel solo rio en voz baja al estar sentada frente a una mesa.

—¿Qué tanto les sorprende Tord? —chasqueo los dedos.

La pequeña casa lujosa cambio de repente y el lugar pareció haber crecido más, el suelo cambio de mármol a madera y las paredes cambiaron de color, el lugar totalmente en blanco tomo varios colores y algunos muebles junto con electrodomésticos aparecieron de la nada en la ahora casa.

—Vengan —señalo las sillas.

Con pasos tranquilos y casi automáticos, se dirigieron hasta la pequeña mesa redonda en donde había otras dos sillas vacías, al sentarse se quedaron en total silencio unos pocos segundos hasta que Laurel empezó a hablar.

—Aunque no lo crean, esto será mucho más fácil que usar los pies. —

Los dos chicos sonrieron alegres al escucharla, mientras suspiraban aliviados Laurel hiso brillar su mano derecha y en cuanto el brillo seso, una pequeña varita de madera como el de los magos de tv salió de repente.

—¿Y eso? —pregunto curioso.

—Simplemente es una barita de juguete —risilla —, Tord, tus manos al frente. —

—¿Claro? —

Curioso y confuso coloco sus manos en medio de la mesa, la chica de cabello azul presiono la palma de la mano con la pequeña varita.

—¿Lo sientes? —

—Si —asintió la cabeza.

—Bien, ¿Ahora? —movió el pequeño palo.

—Claro...—arqueo una ceja al sentir la presión en sus dedos.

—Intenta enrollar los dedos que estoy tocando. —

El ex-gato le hiso caso y enrollo el pequeño palo con sus dos dedos.

—Sigue repitiendo el mismo movimiento con los dedos que yo vaya tocando. —

Matt miro curioso la escena mientras que Tord intento seguirle el paso al pequeño palito de madera. Los movimientos se fueron repitiendo con todos los dedos hasta que por fin el ex–gato logro atrapar por completo el palo con todos los dedos.

Laurel muy contenta le pidió que usara la otra mano, tras haber hecho varias pruebas se descubrió que Tord podía controlar mejor la mano derecha.

—Muy bien —chasqueo los dedos.

En medio de la mesa aparecieron varios juguetes para bebes, todos eran interactivos y a los dos chicos les brillaron los ojos al verlos.

—Mientras tu juegas con esto —señalo los juguetes —, Yo estaré ahora con Matt. —

El oji plateado sonrió de oreja a oreja al poder tomar las cosas, en cambio el peli naranja dio un suspiro triste, él también quería jugar.

Al repetir el mismo proceso con el oji esmeralda, Laurel descubrió que Matt podía usar las dos manos sin problemas.

—¿Puedo...?—señalo los juguetes.

—Adelante Matt—rodo los ojos divertida.

En cuanto las palabras llegaron a los oídos del peli naranja, este se lanzó prácticamente para poder tomar varios juguetes y poder jugar.

Varios Días Después

El mes paso muy rápido para todos, Edd volvió al trabajo, Ringo seguía preguntándose qué era lo que ocultaba su hermano Tord junto con Matt. El gato castaño ya no seguía a Edd, eso tenía entendido después de que su humano regresara temprano bastante alterado al no saber dónde estaba su amigo peludo.

Aunque todos se calmaron al verlo llegar con Matt casi a la anochecer, algo muy similar sucedió con Tom, aunque este último se logró enterar gracias a Edd, los tres estaban muy confundidos por la rutina que las dos mascotas tomaron, eso sí, volvían a la misma hora todos los días.

Al ver que no podían hacer nada por su ausencia en el trabajo, no tuvieron más remedio que encogerse de hombros, aunque Edd extrañaba ver a su amigo peludo arriba en los ductos de ventilación.

Matt y Tord habían aprendido muchas cosas, leer, contar, escribir, hablar con fluidez y caminar como una persona normal, incluso Laurel les enseño varios programas y películas para acostumbrarse a la vida moderna de un humano, aunque la última película que vieron fue muy especial para Tord.

Su cabello largo le había comenzado a molestar mucho y no tuvo de otra que usar una diadema para chicas hasta que decidiera un estilo propio para su cabello, gracias a la película que vio sobre ángeles y demonios se le quedo pegado en la cabeza la imagen de los cuernitos de los diablitos.

Con la ayuda de un poco de gel y un buen peine logro hacer dos pequeños cuernos con el cabello que lograba taparle la vista, no solo logro sorprender a Laurel y a Matt, sino también a él mismo, ese pequeño peinado le había quedado perfecto.

Odiaba admitirlo pero se consideraba sumamente atractivo.

—¿Y ahora que Laurel? —pregunto Tord —, ¿Hay algo más que debamos saber? —

—Si —asintió la cabeza —, Pero eso ya es cuestión de ustedes —sonrió —, Ahora vamos con su prueba final —chasqueo los dedos.

Los dos chicos abrieron los ojos de la sorpresa al ver que el extraño mundo de color blanco desapareció por completo, dejándolos en el mismo callejón a donde siempre iban.

—¿P-Porque...?—la miro.

—Tranquilo Matt —cruzo brazos —, La prueba final de su entrenamiento como humanos es...—pauso —, Estar en público. —

Silencio.

Ambos chicos miraron sin emoción a la chica de cabello azul, en cuanto analizaron sus palabras empezaron a sudar frio.

—¿E-Eh? —trago duro —, ¿S-Salir? —empezó a jugar con sus manos —, ¿Con la gente? —

—Sep —sonrió inocentemente al mirar al peli naranja.

—N-No creo que estemos listos aun Laurel —rio nervioso —, Siento que nos falta muuuucho para salir. —

—Nop —negó con la cabeza —, Ya están listos, solo tienen miedo y es normal —empezó a reír —, Ustedes dos me recordaron a aquellos dos que ayude en el pasado. —

La chica abrió los ojos de la sorpresa al darse cuenta de lo que dijo.

—¿Eh? —parpadearon—, ¡¿Eehh?! —le apuntaron —, ¡¿Ya ayudaste a otros dos?! —

Laurel dio un suspiro al ver que ahora su secreto fue revelado, no tenía planeado contarles que ellos eran el segundo caso de convertirse en humanos, aunque al pensarlo un poco usaría ese pequeño descuido para obligarlos a salir del callejón en ese aspecto.

—Sí —empezó a caminar.

—¡Hey! —grito —, ¡¿A dónde vas?! —

—¿Mmm? —volteo —, ¿Qué no les dije Tord? —bufo —, Es hora de su última prueba. —

—P-Pero queremos saber de los otros dos que ayudaste antes que nosotros —dijo el peli naranja con un puchero.

—Si quieren saber que fue de ellos, salgan a la luz. —

Los dos chicos se miraron nerviosos, su curiosidad de saber sobre el antiguo par que ayudo Laurel fue tanta que no tuvieron remedio que salir a la calle con pasos lentos y nerviosos, al salir tuvieron que parpadear varias veces para poder acostumbrarse al cambio de luz.

En cuanto su vista mejoro notaron como la chica de cabello azul se encontraba recargada en el árbol de la siguiente calle.

—¿Tenemos que seguirle Tord? —pregunto nervioso.

—Eso parece...—

Ambos chicos estaban muy nerviosos, algunas personas estaban pasando a sus alrededores ignorándolos completamente, al ver que el semáforo se puso en color rojo empezaron a caminar con suma naturalidad con la demás gente que quería ir al otro lado.

Al llegar, ambos dieron un suspiro nervioso.

—Por fin llegan —camino hacia ellos —, Tranquilos chicos, pasos por pasos, recuerden. —

—Si...—asintieron la cabeza.

Tord y Matt caminaron algo nerviosos atrás de la chica, al paso de los minutos su nerviosismo se fue quitando y en cuanto su temor de estar en la calle se esfumo por completo comenzaron a caminar a los costados de la chica.

—¿Nada difícil verdad? —

—Ahora que lo dices—sonrió —, Es bastante fácil, ¿Verdad Matt? —

—Si —hablo entusiasmado —, ¿Qué hacemos ahora Laurel? —

—Ahora iremos a comer —saco su monedero —, ¿No tienen hambre? —

El gruñido de ambos estómagos contesto la pregunta de la chica, los dos chicos sintieron su rostro ruborizarse, en cambio Laurel soltó una pequeña risa.

—Conozco un buen restaurante cerca de aquí —señaló con el dedo —, Vamos. —

Los dos asintieron la cabeza, en el camino lograron pasar por varias personas y alguno que otro animal de la calle, lo que más les sorprendió fue entender a los animales, no creían que pudieran entenderles al estar en forma humana, aunque al parecer si podían.

En todo el camino lograron pasar por varias tiendas y puestos, casi en todos los vidrios o espejos que lograba mostrar su reflejo no dudaron en echarse un vistazo y Laurel solo rodo los ojos, sabía que Matt era narcisista pero ahora pareciese que los dos lo fueran.

Después de una caminata de casi quince minutos llegaron a un restaurante algo tranquilo, el aspecto era sumamente moderno y relajante, varias plantas se encontraban afuera en una gran maceta pegada a la pared y los cristales dejaban mucha iluminación natural.

Al entrar les llego un aroma sumamente delicioso a los dos ex–animales, una chica de cabello rubio y con lentes redondos los guio hasta una mesa.

Antes de que se fuera miro unos segundos a los dos chicos, para sus ojos eran sumamente atractivos.

—Vaya...—suspiro —, Aquí estamos —rio nervioso.

—Tranquilo Tord —le dio una carta —, Escojan que van a comer—abrió su carta —, Yo invito. —

Los dos chicos sonrieron y empezaron a leer la carta, ahora se les hacía muy fácil saber que era cada letra gracias a las clases de Laurel, estaban muy agradecidos por todo lo que les ha enseñado. Aún recuerdan todas las dificultades que tuvieron que pasar para poder llegar hasta donde estaban ahora.

—Buenas...—bostezo —, Mi nombre es Linda —hablo sin ganas—, ¿Qué van a querer? —

Los tres voltearon al escuchar la voz femenina, al hacerlo lograron ver a una chica de una edad de no más de dieciocho años, su cabello era rizado de color rojo y sus ojos de color avellana, su mirada mostraba molestia y enojo, las pequeñas pecas que tenía en el rostro la hacía ver tierna, sumamente distinta a su personalidad.

—Yo quiero un espagueti bañado en salsa de jitomate con albóndigas —dijo Laurel al leer la carta —, Y un jugo de manzana. —

—Aja...—apunto—, ¿Y ustedes? —

—Y-Yo...—rio nervioso —, M-Me gustaría una hamburguesa de carne doble con tocino y una orden de papas —trago duro —, Y de tomar una Coca-Cola. —

La chica sin emoción asintió la cabeza mientras escribía, al terminar miro al peli naranja que seguía leyendo la carta.

—Y-Yo... y-yo...—trago duro —, Quisiera una orden de burritos con la porción de nachos y un vaso con agua. —

—Bien, bien...—suspiro —, En un momento les traigo su pedido. —

—¡Cuidado! —grito asustado.

En cuanto la chica volteo la cabeza fue bruscamente derribada hasta quedar en el suelo, todos junto con las tres personas que acababa de atender miraron el suelo en donde estaba la chica gruñendo de dolor junto con un chico de cabello rosado.

—¡Jacob! —grito molesta —, ¡¿Qué coño estas haciendo?! —

—L-Lo siento Linda...—se paró de golpe —, M-Me resbale con el piso mojado —trago duro.

Jacob es un chico con el cabello algo corto de la parte de atrás, su cabello estaba teñido de color rosa pastel, el peinado que tiene le lograba hacer un estupendo y hermoso copete al frente y casi con la forma de una hoja de un árbol, su edad no aparentaba ser mayor de veinte años, su piel era algo pálida y se podía notar que tenía varias curitas en varias partes de su cuerpo.

El chico ayudo a su compañera con mal carácter y en cuanto vio su mirada seria empezó a correr hacia la cocina.

—Puede que su orden tarde un poco —hablo molesta mientras se subía las mangas —, Tengo que golpear a alguien. —

Los tres ignoraron por completo lo que acababa de pasar como al mismo tiempo a la chica que se fue echando humo de las orejas, literalmente.

—Entonces...—alargo la última letra —, ¿Cómo fue con el primer par? —

—Oh...—hablo sin ganas al escucharlo —, ¿Por qué tanta curiosidad Tord? —

—B-Bueno...—se aclaró la garganta —, Quiero saber que fue de ellos...—miro sus manos nervioso —, ¿Les paso algo bueno, malo? —

—No hay de qué preocuparse —sonrió —, Si quieren saber de ellos se los contare. —

Laurel hablo con suma sinceridad, a los dos primeros animales que ayudo fue por una noble causa también, aunque el objetivo no tenía nada que ver como el caso que estaba ahora.

Tranquila y tomándose su tiempo, extendió su mano para poder agarrar un palito de pan que tenían en medio de la mesa, los dos chicos al ver eso no dudaron en hacer lo mismo para calmar un poco el hambre que tenían en esos momentos.

—Bien...—hablo con la boca llena —, Ellos por el contrario de ustedes querían ser humanos para poder proteger su habitad. —

—¿Habitad? —dijeron los dos con la boca llena.

—Sí, ellos dos eran del bosque —pauso —, Un oso y un mapache, el oso se llamaba Ulises y el mapache se llamaba Jonatán. —

Los dos la escucharon atentamente, la curiosidad creció mucho ahora de saber sus nombres.

—Su habitad estaba en peligro, por cazadores y por una compañía que talaba árboles para hacer papel —bostezo —, Como nadie quería defender su hogar tuvieron que hacerlo ellos mismos junto con otros animales. —

—¿Y que paso? —pregunto el peli naranja curioso.

—Estaban perdiendo, los cazadores mataban sin piedad —suspiro —, Al escuchar sus deseos no pude negarme—agarro otro palito —, Gracias que fueron humanos pudieron luchar por los derechos del lugar —rio mientras partía el pan —, Obviamente con mi ayuda logre hacer documentos falsos para ganar. —

—¿D-Documentos falsos? —

—¿Te sorprende eso Tord? —volvió a reír mientras mordía su pan —, Te convertí a ti y a Matt en humanos ¿Y te sorprende eso? —

El ex–gato sintió su rostro ruborizarse al darse cuenta de lo que dijo.

—Me siento como un idiota...—

—Tranquilo —sonrió —, Oh, parece que la chica nos mintió después de todo. —

Los dos voltearon a ver la misma dirección al escucharla, logrando encontrar a Linda caminando hacia su dirección con su misma mirada aburrida.

—Aquí están sus órdenes —suspiro.

Los tres miraron sonrientes sus platillos, en especial Tord y Matt, desde que aprendieron a usar los cubiertos su apetito creció mucho. En cuanto la chica dejo la comida en la mesa, ninguno se contuvo a comenzar a comer.

●▬▬▬▬▬▬▬▬ Tiempo Después ▬▬▬▬▬▬▬▬▬●

—Estoy orgullosa de ustedes chicos —hablo tranquila al parar de caminar —, Lograron aprender de forma rápida—volteo.

Ahora mismo se encontraban muy cerca de sus hogares, el sol ya se estaba ocultando y no faltaba mucho para que sus dueños llegaran.

—E-Entonces...—trago duro —, ¿Ya podemos hablar con nuestros dueños? —

—¿Están locos? —arqueo una ceja —, Matt sé que quieres decirle a Tom tus sentimientos —rodeo su cuello con el brazo —, Al igual que tu Tord—repitió el gesto—, Pero será mejor que no le digan sobre sus identidades. —

—¿Y mi hermano Ringo? —

—Claro, el sí puede saber—risilla—, También lo espié, aunque él está feliz siendo un gato común y corriente. —

—¿Entonces cómo vamos a decirles a nuestros humanos que somos humanos ahora? —

—Eso ya es trabajo de ustedes —los soltó —, Aunque...—camino hasta quedar frente a ellos—, Esto les servirá —chasqueo los dedos. —

Frente a los chicos aparecieron dos carteras de cuero de color negro, al ver eso los dos extendieron sus brazos para poder tomar el pequeño objeto.

—¿Y esto? —pregunto asombrado —, ¿Qué es esto Laurel? —

—Un regalo Matt —sonrió —, Aunque sería mejor que vieran lo que hay adentro. —

Los dos se vieron a los ojos unos segundos antes de volver a mirar la cartera, con movimientos algo lentos, abrieron la cartera logrando encontrar una identificación con sus rostros.

—Wow...—dijeron asombrados.

Al sacar sus identificaciones vieron que sus datos estaban en perfecto orden, aunque sus nombres eran falsos.

—Así que me llamo Rojo —rio —, Y tengo veintidós años—rodo los ojos divertido al guardar su identificación—, ¿Qué no podemos usar nuestros verdaderos nombres? —

—¿Quieren que sus humanos se enteren fácilmente quienes son? —lo miro sin expresión.

—¿Me llamo Max? —cabeceo —, Esto está mal, me llamo Matt. —

—Es un nombre falso amigo —palmeo su espalda.

—Oh—dijo confundido —, ¿Tengo igualmente veintidós años? —parpadeo —, No sabía cuántos años tenía...—

—Esas son sus edades humanas —alzo un dedo —, Aunque les debo decir algo sumamente serio sobre eso —pauso —, Ahora ustedes envejecen más lento, como al de una persona normal. —

—¿Incluso si estamos en nuestra forma original? —

—Si Tord—asintió la cabeza —, También les di algo sumamente especial a ustedes —se mordió el labio —, En caso... de que todo salga mal...—

—¿Si? —preguntaron con miedo.

—Tiene un hogar ahora, adentro tienen un pequeño mapa que les dirá donde esta—junto ambas manos —, También tienen un auto y todo lo necesario para fingir ser una persona común y corriente. —

—Espera, espera, espera —movió sus manos —, No sabemos manejar un auto—cruzo brazos.

—Claro que si —chasqueo los dedos.

Los dos chicos arquearon una ceja confusos, hasta que un pequeño dolor de cabeza los golpeo de forma brusca y rápida, al agitar la cabeza lograron abrir la boca del asombro al ver que en sus conocimientos se encontraba dicho tutorial.

—¿Tu podías hacer eso? —pregunto incrédulo.

—Claro que si Matt —cruzo brazos —, Todo es posible con magia. —

—¡¿Entonces porque todas esas torturas de cómo ser humanos?! —hablo algo fuerte aprovechando que no había nadie en la calle.

—Porque quería que ustedes fueran responsables, quiero que sean buenas personas y no unas flojas y mal agradecidas —bufo —, Ahora largo—señalo el camino —, Luego me pondré en contacto con ustedes. —

Antes de que lograran decir algo más, la chica se esfumo como si se tratase de un fantasma, al saber que no podían hacer nada, comenzaron a caminar hacia la dirección de sus hogares.

Al llegar a la valla no dudaron en ningún segundo en saltarlas con suma facilidad gracias a su nueva forma, la perspectiva que tenían ahora era muy diferente en esos momentos. Tord sabía que la puerta trasera se podía abrir fácilmente gracias a la llave de repuesto que se encontraba en un nuevo gnomo.

El sonido de la puerta logro resonar en toda la casa y mientras los dos chicos entraban con suma tranquilidad un gato gris empezó a bajar las escaleras con pequeños brincos, creyendo de qué se trataba de Edd y camino hasta la puerta principal.

Tord y Matt se aguantaron las ganas de reír al ver al gato sentarse frente a la puerta, aunque esos pequeños quejidos lograron hacer que Ringo se tensara y volteara lentamente.

Al ver a los desconocidos no dudo ni un segundo en ponerse en una pose amenazante mientas gruñía para intentar intimidarlos.

—Tranquilo Ringo —sonrió —, Nada de pelea entre hermanos —metió sus manos en sus bolsillos —, ¿De acuerdo? —giño un ojo.

El gato gris dejo de gruñir y abrió los ojos como platos.

«¿T-Tord? »hablo sorprendido.

—El mismo —se agacho —, Hola hermanito. —

Ringo estaba estupefacto al reconocer esos ojos plateados, al sentir la caricia en su cabeza no dudo ni un segundo en golpear su mano, nunca le gusto ese gesto por parte de su hermano.

«¡¿Pero qué mierda está sucediendo aquí?! »grito.

—Soy un humano ahora —extendió los brazos —, Bueno, semi humano. —

—Como yo —chillo alegre.

«¿Matt? »miro con sorpresa «, ¿Eres tu Matt? »

—Si Ringo, soy yo. —

En cuanto Tord se puso de pie, Ringo empezó a caminar alrededor de ellos estupefacto.

—¿Recuerdas esa chica de cabello azul? —

«Sí. »

—Ella cumplió nuestro deseo de ser humanos, quiere que cumplamos nuestro objetivo. —

«¿Objetivo? »cabeceo confundido al sentare.

—Ya sabes —hablo el peli naranja —, Hacer felices a nuestros humanos. —

«¡Oh! »pauso «, ¿Esto era lo que me querías contar Tord? »

—Si Ringo —sonrió triste —, Perdón por ocultarlo de ti, sé que no nos guardamos secretos y...—se rasco la nuca —, Lo siento. —

«Descuida Tord »sonrió «, Me alegra saber de qué no te olvidaras de mí. »

El sonido de la puerta logro tensar a los tres, Tord y Matt prácticamente corrieron por las escaleras para poder esconderse.

Al subir hasta la habitación de Edd, ambos cerraron los ojos para poder a su forma original, ahora mucho más rápido gracias a su entrenamiento.

—Ya llegue —hablo fuerte —, Oh Ringo —sonrió al agacharse —, ¿Aún no ha llegado Tord con Matt? —

La pregunta del castaño fue rápidamente respondida al escuchar el sonido de las pisadas de las escaleras, al voltear sonrió de oreja a oreja al ver a su pequeño amigo peludo junto con su mejor amigo canino.

—Tord, Matt —rio —, ¿Qué hacen arriba pillos? —cruzo brazos.

El perro peli naranja solo ladro alegre al sentarse frente a él, Edd sin pensarlo mucho acaricio suavemente su cabeza, le gustaba mucho la personalidad del perro, ahora entendía porque Tom era feliz con él.

Al terminar miro al gato que estaba al lado de él.

—Hola Tord —extendió los brazos.

«Edd... »

En cuanto el gato salto a sus brazos, Edd lo abrazo fuertemente, apreciaba mucho a Tord, después de que lo salvo del suicidio le tomo un gran cariño, más del que ya le tenía, la idea de perderlo era algo sumamente aterrador.

Si lo llegase a perder, su vida ya no tendría sentido.

Esta vez no.

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Notas:

Me tarde mucho en subir este capítulo a pesar de ser corto, lo siento mucho, estoy intentando salvar las materias que puedo en este semestre.

Dejando a un lado esto tengo una pregunta que hacerles, ¿Les gustan los capítulos cortos como hasta ahora, o prefieren que sean largos?

Una cosa más que quería decirles era que algunos personajes que cree para mi primer fic saldrán aquí, pero esta vez solo como personajes de relleno y son sumamente diferentes, yo considero mis historias como diferentes mundos paralelos... si no les agrada esos personajes no tendrán de que preocuparse, solo saldrán muy rara vez.

No se olviden de comentar errores y votar, eso me anima mucho, mucho enserio.

¡Nos leemos luego!

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