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Capítulo 20


—¿Edward? —

—¡M-Mamá! —habló preocupado —, ¡P-Por favor a-ayúdame! —

La mujer castaña parpadeó sorprendida no solo por ver a su hijo muy alterado afuera de la calle, sino porque atrás de él se encontraban todos sus amigos y un chico inconsciente con aspecto no tan favorable.

—¿Qué necesitas? —

—E-Es Tord —señaló —, M-Mi padre le d-disparó en la espalda. —

Ahora más que nada la mujer abrió los ojos como platos al escuchar eso, aunque al igual al notar como el chico que estaba inconsciente tenía una cola de gato, orejas y garras como al de uno.

Ella misma estaba a punto de entrar en pánico hasta que su hijo agarro sus manos con las suyas propias.

—Por favor, sé que apenas estamos arreglando nuestra relación pero si lo pierdo no creo poder aguantarlo —habló con voz quebrada —, Ayúdame mamá, salva a Tord.—

Las palabras que su hijo le contó le llegaron justamente al corazón como una flecha en llamas, no podía decirle que no, no después de haberle fallado como una madre.

—Pase, pasen —dijo mientras se hacía a un lado —, Llévenlo a la sala mientras voy por mis cosas.—

En cuanto la mujer desapareció entre los pasillos de su hogar, todos inmediatamente entraron mientras que Tom y Ringo colocaron suavemente a Tord en el sillón.

Dejando la espalda arriba claro está.

—Me siento mal por lo que hicimos a Eric y a su compañera Kait...—dijo Matt triste mientras se sentaba en el sillón.

—Bueno Matt, ellos nunca nos hubiesen dejado ir con Tord —pausó —, Ni mucho menos a ustedes dos creyendo que igualmente fueron alterados. —

—Laurel tiene razón Matt, fue mejor borrarles la memoria de lo que pasó ahí abajo. —

—¿No fue más simple hacer que cambiaran de opinión Tom? —

—Eso hubiese sido más tardado mi pequeño amigo. —

Todos se quedaron callados tras haber escuchado las últimas palabras de Laurel.

Después de que Tord se desmayara por el disparo, Edd por instinto quería llevárselo para que lo atendiesen en un hospital.

Pero había tres problemas, la primera era que Eric y Kait se lo prohibían ya que creían que Tord sufrió esas modificaciones de gato. Incluso creyeron que Matt y Ringo eran igualmente experimentos que escaparon.

La segunda era que no había forma de hacer que Tord se volviera completamente humano, no si no estaba despierto.

Y la tercera era que llevarlo a un hospital no era nada favorable, ni mucho menos con extremidades de gato.

Tras un pequeño polvo mágico que sacó Laurel de sus bolsillos, logró hacer que los dos oficiales olvidaran todo lo que pasó ahí abajo en las bodegas.

Y con ese mismo polvo (pero con un canto de la chica de cabello azul), lograron hacerse invisibles por pocos segundos para salir a puntillas de esas instalaciones y poder irse en la camioneta que se llevaron.

Aunque en el camino se dieron cuenta de que Tord estaba perdiendo mucha sangre y que no podrían llegar rápido al hospital. Además de que en un hospital no aceptarían a un chico con extremidades de gato.

Edd al recordar la tarjeta que le dio su madre no dudó ni un segundo en checarla para ver la dirección del hogar de ella.

—Todo saldrá bien Edd...—dijo Tom al ver como su amigo no dejaba de estar cerca de Tord.

—Yo no diría eso...—

—L-Laurel...—

—Lo siento Matt —lo miró —, Pero tú y Tord tienen mi magia, y el de Tord está regresando a mí de forma lenta. —

—Magia y un humano-gato en mi sala, ¿Algo más de que me tenga que enterar?—

Todos voltearon a ver a la mujer con traje de oficina con un gran kit médico.

—¿Q-Qué tienes ahí? —señaló estupefacto —, ¿Un hospital? —

La mujer ignoró por completo las palabras del oji negro para sacar de su gran estuche algunos guantes de latex de color blanco.

Edd y Matt tragaron duro al escuchar el sonido que provoco al ponérselos y más al ver como la mujer castaña con anteojos sacó de su gran estuche unas tijeras.

Antes de que alguno lograra preguntar para que las necesitaría, la mujer rompió por completo la bata para dejarlo completamente expuesto y todos a excepción de Edd voltearon para no ver el cuerpo desnudo.

—Bien Edd —lo miró —, Parece que tú ya lo has visto en su intimidad. —

—S-Si...—tartamudeó completamente rojo.

—Que bien porque necesitare tu ayuda, los demás pueden ir a la cocina a prepararse algo mientras nosotros nos encargamos de tu amigo. —

Como si todos hubieran ensayado en una obra de teatro, todos a excepción de Edd y su madre se fueron a la cocina con pasos veloces y con rostros rojos.

La mujer al ver que quedaron solos empezó a sacar de su estuche algodón blanco junto con algo de alcohol para limpiar alrededor de la herida.

—Edd mientras limpio la herida de la bala, intenta limpiar todas las heridas que veas y les pones una pequeña cinta médica. —

El mencionado asintió la cabeza y mientras él sacaba las mismas cosas que su madre sacó del estuche, miró con asombro como Tord no movía ni un musculo en cuanto el alcohol hiso contacto con su carne viva.

Pareciese que no sentía nada.

Los minutos pasaron, mientras Laurel y los demás tomaban un té con galletas en la cocina, Edd junto con su madre se pasaron cuidando a Tord.

Terminando de limpiar las heridas, la mujer miró preocupada como el chico casi no respiraba.

Con movimientos rápidos y algo desesperados, sacó de su estuche unas pinzas y una pequeña lupa.

—Dios... —dijo mirando la herida —, ¿Edd cuánto tiempo tiene desde que le dispararon?—

—¿C-Casi dos horas? —tragó duro.

—¡¿Qué?! —gritó asustada —, ¡Eso es mucho tiempo y más por la sangre que a perdido!—

La mujer rápidamente tiró al pobre británico en el sillón para hacer espacio y antes de que Edd intentara decir algo su madre empezó a sacar varias gasas del estuche.

Edd miró con algo de horror como su madre empezó a usar las pinzas junto con la lupa para intentar extraer la bala que estaba bastante dentro de la espalda del oji plateado.

En cuanto Edd escucho el sonido de la carne y al ver como la sangre empezó a salir con mayor intensidad de la herida, no pudo evitar correr hasta el baño más cercano para vomitar.

Mientras él hacia eso, la mujer miró con miedo como había quedado la herida después de retirar la gran bala.

Con un poco de suerte, ningún órgano pareciese haber salido herido.

Al colocar un poco de un extraño líquido, prosiguió a poner un gran apósito en la herida.

Con un gran suspiro cansado, la mujer intento limpiar todo lo que pudo del lugar como al mismo tiempo tirar todas las cosas que ya no tenían uso.

Edd al salir del baño se dirigió a la cocina por donde habían ido sus amigos y su madre. Al entrar, miró como estaba la cocina bastante limpia, ordenada y con varias cosas.

Algo que jamás esperó de ella ya que recordaba como en la cocina de su antiguo hogar era sumamente sucio y todos los días había basura y trastes sucios con comida que casi nunca él comía.

—¿Todo bien? —preguntó Ringo con manos temblorosas.

—Define bien —dijo la mujer con un gran suspiro —, ¿Quién necesita ayuda aparte de él?—

Tom, Ringo, Laurel se levantaron de la silla y Edd únicamente alzó el brazo.

—Bien... —suspiró —, Esto les dolerá un poco —dijo al mostrar el alcohol.

En cuanto todos salieron por la puerta, Matt se quedó solo en la gran cocina.

Varios pensamientos inundaron su cabeza al recordar todo lo que pasó hace algunas horas atrás.

No podía creer la forma exagerada en la que mató al gato, tampoco en la forma en la que atacó a ese humano y en la forma extraña en la podían controlar a su mejor amigo gatuno.

Sus manos temblaban al recordar la extraña y satisfactoria sensación de golpear el gato contra la pared y de haber escuchado el sonido viscoso de la sangre.

Aunque al final esa preocupación y esos pensamientos se fueron en cuanto el olor de la lasaña del horno le llegaron a sus fosas nasales. Con una enorme sonrisa y con la boca echa agua, agarró los dos guantes que se encontraban colgados en la pared para sacar el gran traste de aluminio.

Sus ojos brillaron de la emoción y sin duda alguna pareciese que estaba en su punto la comida.

Tras apagar el horno, rápidamente busco entre las alacenas los platos para poder servirse una porción.

Estaba tan feliz que no se dio cuenta como su cola había salido y de que la madre de Edd estaba justamente atrás de él.

—Eh...—

—¡Aaah! —gritó asustado mientras se le caía la espátula y volteaba.

—L-Lo siento —intentó calmar con ambas manos —, Solamente no estoy acostumbrada a ver personas con partes de animales...—

El peli naranja mostró un rostro confundido y al ver como la mujer señalaba una dirección, decidió seguirle la mirada por donde apuntó. Al hacerlo, se llevó la gran sorpresa de que su cola peluda estaba a la vista.

Con un pequeño parpadeo logró desaparecer la cola dentro de él junto con una risa nerviosa.

—¿Qué son? —preguntó mientras servía en un traste agua del garrafón.

—B-Bueno... —tartamudeó al recoger la espátula —, Tord, Ringo y yo somos originalmente animales... —

—¿Animales? —

—Sí, yo soy un gran perro de raza Golden retriever—rio —, Tord y Ringo son hermanos, y son gatos...—

—¿Y cómo es que...?—señaló.

—Laurel, la chica de cabello azul es una especie de bruja y nos dio a mi junto con Tord la capacidad de ser humanos... solamente para cumplir nuestros deseo mutuo. —

—¿Puedo saber cuál es ese deseo? —

El gran chico de cabello naranja no dijo nada durante varios segundos hasta que volteó con su plato servido de comida.

—Espero que no te...—señaló su plato.

—Descuida —sonrió —, Si te soy sincera... tuve una extraña sensación de que hoy tendría visitas. —

—Oh —habló en voz baja al sentarse —, Respecto a mi deseo mutuo con mi mejor amigo Tord.—

—¿Si? —

—Ese deseo era hacer felices a nuestros dueños, mi dueño era Tom. —

—¿El de ojos negros? —

—Si —pausó —, Y Edd fue dueño de Tord y Ringo. —

—¿Y en qué aspecto querían hacerlos felices? —

—Darles compañía... —murmuró mientras jugaba con el tenedor —, Ellos estaban muy solos y nosotros teníamos sentimientos por ellos. —

La mujer se quedó callada durante varios segundos que parecieron minutos hasta que dio un pequeño asentimiento de cabeza.

—Creo que mejor hablamos de esto después, tengo que ir ayudar a los demás con sus heridas —sonrió —, Es una bonita historia la que me cuentas, no dudes en tomar lo que quieras de la cocina. —

—Gracias señora, eh... madre de Edd. —

La mujer castaña sonrió y dio otro asentimiento de cabeza mientras salía con el agua en manos.

Matt no podía dejar de estar sorprendido por esa mujer, tampoco podía creer que todo lo que le conto Tord sobre la madre de Edd fueran reales.

No después de esa noche.

Mientras él comía la deliciosa lasaña con mucho queso y carne, logró escuchar los pequeños quejidos de dolor por parte de los demás que se encontraban en la sala siendo atendidos por la madre de Edd.

«Espero que no se tarden »pensó mientras se tomaba su té «, O me terminare de acabar toda la lasaña. »

●▬▬▬▬▬▬▬▬ Tiempo Después ▬▬▬▬▬▬▬▬▬●

—¿Qué vas hacer qué? —

—Voy a entrar en él. —

Tom simplemente arqueó una ceja al mal pensar las palabras de la chica de cabello azul.

Laurel al ver eso dio un suspiro mientras rodaba los ojos.

—No en ese aspecto humano adicto al sexo. —

El oji negro simplemente se ruborizo al recibir esa respuesta.

Habían pasado dos horas desde que la madre de Edd les atendió las heridas de cada uno.

En ese tiempo Laurel le contó a la madre de Edd todo, absolutamente todo lo que pasó.

También en esas dos horas ocurrió algo que dejo a todos con los pelos de punta, sin bien Tord había sobrevivido al haberle extraído la bala, había perdido tanta sangre que prácticamente estuvo a punto de morir.

Lo primero que se le ocurrió a Edd fue ir por sangre al hospital más cercano pero su madre le dijo que no tenían tiempo como para eso.

Lo segundo fue usar la máquina que la madre de Edd tenía en sus cosas de doctor para extraer sangre pero había unas incógnitas que se interponían.

¿Quién le donaría sangre? Además... ¿Sangre humana? ¿O sangre animal?

Al final Ringo se ofreció ya que era su hermano del que vida estaba en riesgo, pero la mujer no estaba muy convencida.

O al menos hasta que el chico casi gemelo del oji plateado se transformó en medio humano y medio animal con ayuda de Matt.

—¿Entonces? —

—Entrare a su cabeza Edd. —

—¡¿Q-Qué?! —

—Ya me escuchaste —dijo al poner su gran cacerola al lado de Tord —, Corrompieron su mente, voy a entrar para intentar arreglarlo. —

—¿Arreglarlo? ¿Cómo? —

—Vera señora, la mente es como un mundo que se va creando tras el paso del tiempo por los recuerdos —comentó mientras remojaba sus manos con el agua azul —, Los golpes que causan pérdida de memoria hacen que las partes de ese mundo se bloquean, o desaparezcan en caso de que ya no sea posible recordarlas. —

—Extraño...—

—Lo sé —suspiró —, Para mí sería fácil resolverlo con un simple chasquido de dedos pero con mi magia reducida tendré que hacerlo a la antigua. —

—¿Entrando? —

—Así es Matt, aunque la diferencia aquí es que al entrar en su mente tendré que ir armando su mundo como un rompecabezas y si meto algunas piezas en donde no van el huésped entraría en una confusión sumamente grave. —

—¿P-Podría matarlo? —

—No Edd, aunque de eso no hay de qué preocuparse ya que podría volver a entrar para arreglar eso. —

Todos suspiraron alegres al escuchar eso.

—Pero...—

—¡O vamos! —gritó frustrado —, ¡Siempre tiene que haber un pero! —

—Lo siento Matt... —lo miró —, Pero el único problema aquí ahora es saber que tan grave esta Tord...—

—Tiene razón Laurel...—habló el chico de cabello negro desde el sillón—, Quien sabe que tan grave esta Tord. —

—Ringo tranquilo —dijo la mujer —, Estas débil por la pérdida de sangre, por favor, come tu comida y descansa. —

—... —volteó —, ¿Edd en verdad tu madre fue como no lo contaste? —sonrió débilmente —, A mí me parece un pan de dios...—

La mujer sonrió de lado por el alago y Edd simplemente se sonrojo por lo que escucho de su amigo gatuno que se encontraba comiendo en el sillón solitario.

—¿Cómo es que tienes esta máquina para extraer sangre? —

—Veras Tom... —se mordió el labio —, Esta máquina me la encargaron ya que era nueva y era la única entre mis compañeros que tenía espacio, pero creo que me demandaran por haberlo usado sin permiso...—pausó —, O no lo harán si la maquina volviera a estar limpia como por arte de magia. —

—Listo. —

Todos vieron con asombro como el pequeño polvo que utilizó Laurel envolvió por completo la máquina para que después la dejara en un estado nuevo.

—Eso arregla todo —dijo la mujer alegre mientras aplaudía.

—¿Qué nos decías sobre Tord, Laurel? —preguntó Edd ignorando lo que acababa de pasar.

—Si bien un caso de amnesia logra bloquear o desaparecer las cosas de la mente, a Tord no simplemente le hicieron olvidar quien era... —miró al castaño —, Sino que también lo hicieron un especie de robot. —

Terminando de decir eso, Laurel dijo unas palabras en un lenguaje latino mientras colocaba ambas manos en las orejas del castaño boca abajo. Al retirarlas, todos vieron con asombro como había dos pequeños artefactos con forma de bocinas.

Ahora Ringo y Matt sabían cómo era que su amigo solamente podía escuchar mediante el control blanco que se llevaron consigo.

Solo por si acaso.

Al destruirlos, Laurel los dejó a un lado de la silla de donde se encontraba sentada.

—¿Cuánto tiempo dura Laurel? —

—Edd... —lo miró —, Estamos hablando de un mundo creado por recuerdos, calles, ciudades, habitaciones, conversaciones y recuerdos tan vivos que pareciesen ser reales.—

Cada palabra lograba hacer que el británico empezara a sudar frio.

—Y depende como esté la mente... —suspiró —, Pero suponiendo de que ellos tenían control total de Tord... posiblemente me tarde más de meses si es que mi hermano o mi padre no deciden ayudarnos. —

Terminando de decir esas palabras, Laurel cerró sus ojos y colocó su mano empapada en la cabeza de Tord.

Todos se quedaron en total silencio y vieron como Laurel después de pocos segundos volvió abrir los ojos totalmente en blanco.

Eso hiso que todos tuvieran la piel chinita ya que las luces fallaron un poco y el cabello de la chica se levantó un poco como si estuvieran dentro de una película de terror, además lograron ver como los dedos de Tord se movieron un poco.

No habían pasado más de cinco segundos hasta que Laurel despertó de golpe y cayó de la silla totalmente asustada y al borde de llanto.

—¡L-Laurel! —gritó Matt preocupado por su reacción.

Todos sintieron la sangre helada al ver como la bruja estaba llorando, sin duda alguna estaban todos muy preocupados por el chico.

En especial Edd, Matt y Ringo.

Los minutos pasaron, Laurel continuo llorando mientras todos se quedaron en sus asientos y veían como el atardecer se iba haciendo más y más presente.

—¿No podemos salvarlo? —

La voz apagada y quebrada de Edd logró llamar la atención de todos, en especial a Laurel.

—¿C-Cómo dices? —

—Si no hay forma de salvar a Tord... —sollozó —, Entonces acabemos con esto. —

—¡¿Qué estas diciendo?! —gritó tirando el plato —, ¡¿Estás diciendo que matemos a mi hermano?! —

—¡Solo piénsalo Ringo! —le devolvió el grito mientras lo empujaba al sillón —, ¡Tord ya sufrió conmigo! ¡Ya sufrió estando dentro de esos malditos laboratorios! —

Ringo y Matt querían lanzarse contra el castaño por lo que estaban escuchando, no podían creer que Edd estuviera sugiriendo acabar con la vida de Tord.

—S-Solo digo... que sería injusto que él siguiera sufriendo de esta forma...—pausó —, De esta forma tan cruel e inhumana...—

La madre del británico al ver su estado no dudó ni un segundo en abrazarlo.

Ringo y Matt agacharon la cabeza y simplemente dejaron que sus lágrimas cayeran al suelo.

Odiaban admitirlo pero Edd tenía razón.

¿Para qué hacer sufrir a Tord de esa forma?

Era como si fuera un zombie o si estuviera en una especie de estado vegetal y la idea de recibir ayuda por parte de la familia de Laurel era casi como algo inalcanzable.

—Calma... —dijo tras limpiarse las lágrimas —, P-Puede que yo exageré un poco... verán... —suspiró —, Yo nunca había entrado a una mente, siempre hacia todo con mi magia y creo que Tord aún es rescatable, aunque necesitare de su ayuda al ser un caso muy duro.—

—Lo que sea —dijo Ringo al tomar sus manos —, Lo que sea por salvar a mi hermano. —

—Ringo... —sonrió —, Sé qué harías hasta lo imposible para salvarlo pero en estos momentos tu estas muy pero muy débil y necesito que estés en buen estado con energía.—

Ringo dio un suspiro cansado y simplemente volvió a sentarse para mirar con pena el desastre que hiso.

—¿Y-Y que hacemos para ayudarte Laurel? —

—Veras Matt la única forma de que me ayuden es acompañarme dentro de la mente de Tord. —

Edd junto con Tom se miraron sorprendidos por lo que escucharon.

—¿Lo harían? ¿Me acompañarían? —

Los tres respondieron en afirmación como si estuvieran en piloto automático.

—Excelente —sonrió —, Aunque les tengo que advertir algo...—alzó el dedo —, Al entrar en una mente es muy peligroso, ustedes pueden morir en el proceso...—

—Eh... como que ya no me está gustando esto...—dijo Tom no tan feliz de arriesgar su vida.

—Thomas...—bufó molesta—, Escúchame y luego decides. —

—Bien, bien...—

—Lo único peligroso que hay al entrar en una mente son los recuerdos y pensamientos —cruzó los brazos —, Si entramos a un recuerdo de Tord y este se encuentra dentro del agua nosotros debemos pensar de que no es real para no ahogarnos. —

—Ósea que si me planteo que todo lo que pasa adentro de su cabeza no es real, ¿No me pasara nada verdad? —

—Exactamente Edd. —

—Ahora lo entiendo todo...—sonrió —, ¡Estoy listo! —

—¡Y yo! —dijo Matt algo inquieto por salvar a su amigo.

—Pues... no suena tan difícil...—terminó de decir Tom con algo de inseguridad.

La madre de Edd al escuchar eso rápidamente fue hasta su cocina para ir sillas para que se llegaran a sentar a los lados de la chica de cabello azul.

Ya estando todos en sus sillas, los tres chicos colocaron sus manos en los hombros de Laurel, y esta última se encontraba nuevamente mojando su mano con el agua azul brillante como si fuera un líquido fosforescente.

—Suerte chicos y con cuidado. —

—Descuida Ringo —dijo Matt —, Ayudaremos a tu hermano lo más pronto posible. —

—Estoy seguro de eso... cuando me sienta mejor no duden que les ayudare. —

—Ten mucho cuidado Edward, al igual que ustedes tres. —

—Gracias mamá...—

Laurel al estar preparada, dio un suspiro enorme mientras guiaba su mano hacia la cabeza de Tord.

—¿Listos? —

—Listos —respondieron los tres al unísono.

Laurel al escuchar la afirmación de los tres decidió continuar con el ritual y como la última vez, la chica de cabello azul empezó a murmurar palabras en otro idioma.

Las luces empezaron a fallar nuevamente, los ojos de la chica se volvieron totalmente en blanco y su cabello se alzó, la diferencia ahora que Edd junto con Tom y Matt les pasó lo mismo.

—Esto da miedo...—

—L-Lo se señora...—tragó duro.

—¿Quieres dejarlos solos y comer tranquilamente en la cocina? —

—S-Si...—

Al levantarse con ayuda de la mujer, ambos empezaron a dirigirse hacia la cocina con pasos lentos y en silencio.

—Lo siento por...—

—Descuida, en un momento lo limpio. —


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