〖 8 〗
Desperté por la alarma de mi teléfono, mamá llegaría como en quince minutos y no estaba enterada de que Cole se había quedado anoche. Traté de despertar al rubio sin éxito, me cambié y volví a intentar levantarlo, se aferró a las colchas como si su vida dependiera de ello.
—Cole, no es gracioso. Tenemos que irnos ya mismo.
—Cinco minutos más —rogaba dando veletas en la cama.
—Si no te levantas ahora mismo voy a tirarte agua en la cara.
De verdad no quería llegar a ese punto, era mi cama de la que estábamos hablando. En un descuido Cole me tomó por el antebrazo haciendo que cayera a su lado, me sepultó entre sábanas blancas y yo rogué porque parara.
Cuando por fin pude respirar lo tenía a un centímetro de mi rostro sonriendo como un idiota, me mordió la mejilla y lo aparté de un empujón un poco fuerte debo decir. Cayó al suelo y se levantó riendo.
Bajamos a desayunar algo rápido, mamá no había llegado todavía así que subimos a mi camioneta y nos fuimos hasta la escuela. Cole no quiso pasar por su casa a buscar los libros o la mochila, le insistí hasta el cansancio, pero se negó rotundamente.
Justo como me lo temía, todos los alumnos de Silver Falls se sorprendieron de la llegada de Cole Walter a la escuela en mi camioneta celeste. Nadie estaba enterado de mi amistad con el rubio excepto sus familiares y Melody, que, dicho sea de paso, me estaba esperando frente a mi lugar de estacionamiento de brazos cruzados y con una expresión en su rostro que solo ponía cuando su padre le decía que no podía pasar a verla un fin de semana.
—Mierda —dije aparcando sin poder apartar la vista de mi amiga.
—¿Que sucede?
—Creo que hoy será mi funeral —Cole miró a mi amiga y me deseó buena suerte mientras bajábamos del vehículo.
—Mel —dije acercándome con cuidado, no sabía que decir.
—Tengo un millón de preguntas y estoy muy enojada ahora mismo. Búscame en la hora del almuerzo —se dio la vuelta dirigiéndose a clases con su cabello agitándose detrás de ella.
. . . . . ╰──╮╭──╯ . . . . .
Como me lo había indicado, la busqué por toda la cafetería, pero no había rastros de la rubia, así que decidí salir afuera. A unos metros, en una mesa de jardín estaba Melody sentada comiendo su almuerzo en plena soledad, me acerque con un poco de miedo de tener esta conversación. Ni si quiera sabía por cuál de todas las razones estaría enfadada, mi cerebro se debatía entre lo de la casa del lago; que Jackson hubiera hecho algo malo como siempre; que yo hubiera desaparecido todo el día de mi cumpleaños o que hubiera traído a Cole a la escuela y no a ella. En el peor de los casos, podían ser todas juntas.
—Mel.
—Siéntate, por favor —dijo sin apartar su vista de la comida—. Estoy teniendo una de las peores semanas del año. ¿A qué crees que se deba?
Yo estaba quieta y casi ni respiraba por la mirada que me lanzaban sus ojos.
—No sé...
—Para que sepas, no me molesta que hayas ido a la fiesta de Dylan. Jackson tampoco fue porque estaba ocupado cogiendo con una porrista —dijo casi sin importancia, pero la conocía y sabía que tenía el corazón destrozado.
—¿Es un chiste?
—Ya puedes decir "te lo dije". Solo por eso no estoy tan molesta contigo, estoy en mi etapa de duelo. Por otro lado, ¿dónde mierda te metiste ayer?
—Leí tu mensaje de feliz cumpleaños, perdón que no respondí. Pensaba pasar el día con mamá, pero Cole se instaló en mi casa todo el día con el pretexto de que el abuelo lo obligó a pasar el día conmigo.
—No creo que mienta. Tu abuelo si le pediría algo así a Cole.
—¿Pero por qué?
—Porque sabe que te gusta —la miré seria—. Tal vez yo sea malísima para elegir a los hombres. Pero tú eres peor por no darte cuenta de lo que tienes en frente.
—A un idiota.
—Si también. Pero yo me refiero a tus sentimientos.
—No tengo sentimientos por Cole. Y si los tuviera ya sabemos cómo terminaría todo.
—¿Casados y con más niños de los que hay en su familia? —dijo sarcástica.
—No funcionaría, Mel. Cole es una persona que no funciona en las relaciones, o las relaciones no funcionan en Cole, no sé.
—Lo que pasa es que esas relaciones no funcionaron porque no era con la persona indicada.
—Claro, ¿y estás insinuando que yo soy su persona indicada?
Ella se encogió de hombros. —Solo digo que, deberías intentarlo. Si resulta mal, lo cual no creo, no tendrías nada que perder.
—Una amistad de años —dije con más dolor del que imaginé podría sentir, decidí cambiar de tema—. ¿Tu padre vendrá para acción de gracias?
—Sí, lo prometió.
—Puedes venir a casa a cenar con nosotras —le pareció una buna idea por su asentimiento de cabeza.
—Igual estoy enojada porque lo trajiste a él y no me pasaste a buscar.
Todas las razones eran correctas, la conocía muy bien.
—Tienes razón. Lo siento, ¿aceptarías este sándwich de pollo en forma de disculpas?
—No, quédatelo. Pero aceptaré un helado más tarde.
Volvimos a clase juntas y en el transcurso le resumí lo que había pasado ayer.
—¿De verdad reparó tu camioneta por tu cumpleaños?
—Comienzo a pensar que ya la tenía lista desde antes, pero quiso darme la sorpresa ayer.
—Y todavía sigues negando que te ama —golpeé su hombro por decir eso.
Pero sería una mentirosa si dijera que mi corazón no latió fuerte al escuchar esa suposición.
Eso me asustaba.
. . . . . ╰──╮╭──╯ . . . . .
El día de acción de gracias pasó tan rápido que no pude procesarlo. Mel había venido a casa con sus padres, pasamos una noche magnífica y ella se quedó en casa durante los días restantes. El último día estábamos con mamá en el living tomando vino blanco y pasándola genial, hasta que Mel decidió hacer una ronda de "yo nunca".
—Voy yo —dijo la rubia acomodándose en el gran sofá—. Yo nunca me enamoré de mi mejor amigo.
Claramente la pregunta iba para mí, pero mamá tomó de su copa de vino. Ambas la vimos esperando una explicación.
—Me enamoré de mi mejor amigo, pero él no me correspondió. Al poco tiempo conocí a tu padre y entendí que él era todo lo que estaba bien en este mundo.
—Eso nunca me lo habías dicho —dije indignada, ella se encogió de hombros.
—De cualquier forma, hay alguien que está mintiendo aquí —dijo Melody señalándome con la mirada, puse lo ojos en blanco, no iba a aceptar algo que ni si quiera yo sabía si era cierto.
—¡¿Estás enamorada de Cole?! —se burló mamá.
—Si siguen con esto le diré a la madre de Melody que nos dejas tomar vino —la amenacé.
—Primero tienes que responder la pregunta —dijo mamá.
—Ni si quiera lo sé, ¿ok? No tengo ni la más mínima idea si realmente me gusta o está siendo gentil conmigo y eso me hace quererlo como amigo, o quiero algo más, no sé.
—Tendrías que revisar ese diario tuyo —habló mamá llenando su copa más de lo que debería.
—¿Cómo sabes del diario? —me hizo una expresión que me dejó en claro que había husmeado en mis cosas.
—Te reto a que traigas ese diario aquí, ahora mismo —dijo Mel acentuando las palabras golpeando con su dedo en la pequeña mesa.
—¡No!, es vergonzoso, no se los voy a leer.
—Lo voy a buscar —amenazó Melody, pero me paré de un salto para ir a buscarlo. Cuando bajé las escaleras con el pequeño libro en mis manos les dije que no estaba permitido hablar de esto nunca, solo se quedaría en esta noche y jamás se mencionaría una palabra.
Confiando en que cumplirían su promesa, abrí el diario.
—¿Que se supone que tengo que leer? —dije pasando las páginas sin ver nada en específico.
—Cualquier cosa que mencione a Cole —propuso Melody tomando vino.
—Aquí hay algo. "Querido diario: Hoy fui a la casa de Cole, hicimos un castillo de barro y Katherine nos regañó por ensuciarnos". Esto es estúpido —dije cambiando de página—. No van a encontrar nada interesante.
Mamá se levantó del sofá individual y me quitó el cuaderno de las manos.
—Este es mi favorito —avanzó casi hasta el final—. "Querido diario: Cole dijo que tenía un vestido muy lindo, no sé si decirle que me gusta ahora, tal vez se lo diga en su cumpleaños"
—Eso es una estupidez, yo nunca diría eso —le arrebaté el diario y comprobé que efectivamente decía eso—. Tenía como nueve años, no es evidencia relevante —solté el cuaderno sobre la mesa y tomé de mi copa de vino, una fotografía salió disparada hasta los pies de Mel.
—¿Este es Cole? —me mostró una foto del rubio de pequeño en blanco y negro.
—Sí.
—¿Por qué tienes una foto de él?
—Y yo que sé —volví a tomar el cuaderno—. Es de un día específico, aquí dice: "Cole se puso los lentes de su mamá, le quedan lindos. Su padre le tomó una fotografía y me la regaló, tenemos un secreto entre nosotros, George sabe que me gusta Cole, pero me dijo que nunca le diría hasta que yo estuviera lista. Espero que un día Cole me diga que sea su novia, y nos casemos" —no sabía si me daba más vergüenza la forma en la que escribí todo eso o que lo estuviera contando frente a estas dos mujeres—. "Cole me regaló una piedra en forma de corazón dijo que era especial porque nunca se rompería, como su amor por mí". ¿Qué mierda? —dije sorprendida de lo que había escrito.
—¿Tienes esa piedra?
—Claro que la tiene —intervino mamá—. Guarda absolutamente cualquier cosa que Cole le regalaba, no me sorprendería que tuviera un pañuelo con sus mocos.
Le lancé un almohadón y se cubrió con su brazo.
—Tengo la piedra —le respondí a Mel— Pero no estoy segura si lo último es verdad.
—Tendrás que averiguarlo.
—No le voy a preguntar algo a Cole que pasó hace años.
—Entonces vive con la duda toda tu miserable vida —dijo Melody terminándose su copa de vino.
—Hija, por experiencia te puedo decir que es mejor quitarse ese peso de encima. Aunque él te corresponda o no, te sentirás mejor después de saber la verdad.
—¿Y si no es así?
—La vida seguirá. No morirás por declararle tu amor al chico. Las heridas sanan con el tiempo.
No sabía si eso último se refería a Cole o a papá, por la forma en que lo dijo.
Estaba sentada en el sofá luego de esa charla, ellas ya se habían ido a dormir y yo miraba un punto fijo pensando en que podía hacer.
Fui hasta la habitación y rebusqué hasta que encontré dicha piedra, me puse manos a la obra y la envolví en un fino alambre para hacerla un llavero. No tenía intenciones de preguntarme porqué mierda estaba haciendo eso, solo lo hice, ya era muy tarde por la noche y me acosté, no sin antes colgar el llavero en mi mochila.
Tal vez tendría que dejar de pensar tanto las cosas.
. . . . . ╰──╮╭──╯ . . . . .
La escuela parecía más alborotada que de costumbre luego del puente de acción de gracias, con Melody bajamos de la camioneta con nuestros lentes de sol, habíamos estado toda la semana acostándonos tarde y eso había pasado factura en nuestras ojeras.
—Hola, Cat.
—Es la de Nueva York —me dijo Mel al oído—. Te alcanzo adentro —me di vuelta y vi a Jackie que sorprendentemente venía de la mano con Alex.
—Hola, Jackie, ¿qué tal la pasaste en acción de gracias?
—Súper, los Walter si saben hacer que te sientas como en casa —sonreí por eso, me alegraba que tuviera con quien pasar las fiestas.
—Es bueno saberlo. Parece que Alex también sabe cómo hacer que te sientas acompañada —bromeé y el mencionado rio sarcástico.
—Que graciosa, nos vemos luego —ambos se adelantaron y estaba por seguirles el paso, pero un tirón en mi mochila hizo que me detuviera de golpe.
—No tan rápido, Williams, ¿qué es esto? —dijo refiriéndose a mi llavero.
—No es nada —me solté de un movimiento y lo miré.
—¿Esa es la piedra que te regalé?
—¿Como mierda te acuerdas de eso?
—Tengo muy buena memoria —un escalofrió recorrió mi cuerpo.
—¿Y recuerdas porqué me la diste? —estaba a punto de responder, pero la campana sonó interrumpiéndonos.
—Se hace tarde para entrar a clases —dijo divertido y se marchó dejándome plantada en el estacionamiento.
. . . . . ╰──╮╭──╯ . . . . .
Recibí un mensaje de Will diciendo que el local estaba marchando muy bien últimamente, quedamos en que a la salida de la escuela pasaría por allí a recoger las ganancias y hablar de como seguiría todo.
Mientras dejaba un par de libros en mi casillero Rayan apareció a mi lado.
—No es por presionarte —comenzó, pero lo interrumpí.
—Si me estás presionando.
—¿Tienes libre este fin de semana?
—No lo creo.
—¿No piensas ir a la fogata?
—Iré con mi amiga, así que ya tengo compañía.
—Perfecto, entonces te veré allí.
—Te acabo de decir que iré con Melody.
—Pero no estarás toda la noche con ella, ¿o sí? —me había pillado, ahora me arrepentía de haberle dicho a Melody que si iríamos.
—Tal vez —dije terminando de guardar todo y cerrando el casillero.
—Es un sí.
—Es un tal vez.
El castaño me acompañó hasta mi próxima clase y le dije que no era necesario.
—¿Vas a entrar conmigo también? —el rio por mi comentario.
—Eres muy graciosa, Cat. De verdad me interesas mucho —su declaración hizo que mi cara ardiera. Pero se fue antes de poder decirle algo más.
—¿Tienes alzheimer? —preguntó Cole entrando a la clase y lo seguí.
—¿Por qué dices eso?
—Te dije que Rayan no era un buen partido para ti. Parece que ya lo olvidaste.
—Aprecio tu preocupación, pero ya soy bastante grande para saber quién me conviene o no.
—Y si Rayan no te conviene, ¿quién sí? —preguntó sentándose en un pupitre junto al mío.
—No lo sé, Cole. Solo quiero que me dejes concentrarme en la clase, por favor.
—¿Y si nos vamos de la clase?
—Ya nos fuimos cuando Dylan puso su casa del lago. No puedes seguir faltando a la escuela.
—Hagamos un tarto —dijo apoyando sus brazos sobre el banco e inclinándose más hacia mi lado—. Tú no te metes en mi vida académica y yo no me meto en tu pésima elección de hombres.
—No lo creo.
—¿Tanto te interesa que me vaya bien en clases?
—Parece que el que tiene alzheimer eres tú, ¿o no recuerdas que llegaste a mi casa llorando la otra vez? —su cara me decía que no le había gustado mi comentario, pero debería agradecerme que no lo dije fuerte para que nadie oyera.
Luego de eso no me habló ni me dirigió la mirada durante toda la semana.
. . . . . ╰──╮╭──╯ . . . . .
Can't Stop - Red Hot Chili Peppers
↻ ◁ II ▷ ↺
01:00 ───|───────── 4:29
El día de la fogata me preparé con Mel temprano, cargamos colchas y almohadas por si después nos recostábamos en la parte trasera de la camioneta. Llevábamos un vino que robé de mi casa, eso sería suficiente, seguro allí había cervezas. No podía tomar tanto porque yo era la conductora, tendría que contenerme esta noche y maldecí por eso.
Cuando llegamos, la fogata ya estaba ardiendo, había música y muchas personas bebiendo, estacioné al mismo tiempo que llegaban los Walter. No me percaté si Cole me vio o no, pero poco importaba, lo conocía bien como para saber que ya no estaría molesto por lo que dije.
La noche estaba muy fresca como para que mi sudadera negra y jeans me protegieran toda la noche, nos acercamos con Melody a la fogata saludando a la gente en el camino y nos quedamos charlando -de la gente- frente al fuego. Encendí un cigarrillo bajo la mirada desaprobatoria de mi amiga, pero no había fumado en toda la semana y necesitaba relajarme de tanta escuela y pensamientos de cierto rubio.
El destino al parecer no me quería porque me mando a Rayan que se acercaba con otro amigo. Ya no había escapatoria, solo rogaba que no se quedara con nosotras toda la noche, o peor, conmigo.
—Te dije que era un sí —dijo refiriéndose a nuestra conversación en la escuela.
—Acertaste, ya me estás empezando a entender —él sonrió y nos presentó a su amigo que rápidamente se puso a coquetear con Mel. La chica era muy suelta para la charla por lo que pronto nos excluyeron de su conversación.
—¿Te gustaría jugar al beer pong? —propuso el pecoso y accedí.
Si Melody me iba a abandonar por un rato esto era lo único que podía hacer.
—Espero que seas bueno en esto, no quiero irme ebria a casa.
—Soy tan bueno en el beer pong como en el fútbol —dijo tomando la pelota de ping pong y haciendo el primer lanzamiento que falló por varios metros—. Es que está oscuro —se excusó.
—Es una suerte que no me guste el fútbol, porque si tiras como juegas estamos acabados —el equipo contrario embocó una pelota y tuvimos que beber ese baso—. Me toca, será mejor que aprendas rápido.
Tiré y emboqué una, Rayan me animaba con frases graciosas y ya me estaba empezando a divertir esto. Nuestro equipo ganó y el castaño me abrazó feliz.
—Tengo a la mejor compañera de beer pong —les dijo a todos los presentes, no me había dado cuenta de que tanta gente estaba presenciando esta batalla, en especial Cole que me miraba a unos metros mientras bebía de su vaso.
—¿Quieres ir a dar una vuelta?
—Preferiría no morir congelada, gracias —dije abrazándome más a mi sudadera negra.
Rayan se quitó su campera del equipo y me la colocó.
—No, no puedo aceptar eso.
—En la casa del lago te dije que podía prestarte mi chaqueta si tenías frío.
Sonreí de que hubiera recordado esa conversación.
—Acompáñame —fuimos hasta mi camioneta y bajé la compuerta de ésta. Trepé a la parte trasera y saqué del bolso las mantas que había cargado, nos sentamos allí a beber unas cervezas en silencio.
Me gustaba el silencio, pero a Rayan parecía que eso lo ponía incómodo, porque hablaba sin parar y yo contestaba con monosílabos.
—¿Estás bien? —me preguntó terminando de beber su cerveza.
—Sí, solo que no soy de hablar tanto, me gusta escuchar a las personas —el pareció un poco decepcionado de mi respuesta—. Pero si me traes otra cerveza de seguro puedo hablar como un loro.
—Ya vuelvo —bajó de la camioneta y fue en busca de mi bebida.
En ese instante escuché algo que hizo que todos prestaran atención a los hermanos Walter.
—¿Sabes algo, Cole? ¿Por qué no mejor vuelves con Erin, o Paige, o con Olivia, y déjanos a Jackie y a mí en paz, sí?
Mierda. Lo de Olivia lo sabían pocas personas y eso claramente no la incluía a Erin. No pude escuchar lo que Cole le dijo a Alex, pero vi el puñetazo que le proporcionó el menor al rubio haciendo que éste cayera sobre las maderas de la fogata, bajé de un salto de la camioneta y me acerqué hasta ellos.
—Dijiste que no se trataba de Paige —le cuestionó Jackie a su novio—. Supongo que no es el caso, ¿verdad?
La pareja se marchó del lugar y Erin se acercó a Cole.
—Erin, escucha... —trató de hablar Cole, pero Erin estaba enojada, y no era para menos.
—¡No quiero escucharte! Pasé todo este tiempo preocupada por ti con Jackie, el tiempo que pasaban juntos y cuánto parecía gustarte.
¿A Cole le gustaba Jackie?
—¿Eso qué importa? Ella está con Alex.
—Sí, yo lo sé. ¿Y tú? Acepté el coqueteo y los ligues casuales. Teníamos un acuerdo y estaba conforme con eso. Pero ¿te acostaste con Olivia? Mi mejor amiga. Ya no más. Se acabó para siempre.
Se marchó apresurada y me lanzó una mirada de pocos amigos. Danny ayudó a Cole a levantarse y me acerqué a hablarles.
—Creo que es momento de que vayan a casa.
—¿Crees que puedas llevarlo? —me preguntó Danny y yo asentí.
—No necesito que ella me lleve.
—¿Quieres ir en el auto con tu agresor? —dije refiriéndome a Alex, el rubio subió a mi camioneta protestando y su gemelo me agradeció que hubiera comprendido la situación.
Le hice señas a Melody de que nos íbamos, pero ella señaló al chico con el que estaba en ese momento dándome a entender que él la llevaría a casa. Rayan me interceptó antes de que pudiera abrir la puerta de la camioneta.
—Cat, ¿ya te vas? —tenía un vaso de cerveza en su mano.
—Sí, tengo que llevar a Cole a casa. Las cosas se complicaron, lo siento —di media vuelta para subir, pero su pregunta me detuvo.
—¿Por qué siempre se trata de Cole?
Estaba congelada con la manija de la puerta en mi mano a un movimiento de abrirla.
—¿A qué viene eso?
—Siempre te veo con Cole en los pasillos o en la cafetería, no soy tonto, me doy cuenta por como lo miras. ¿Tan importante es?
Me quité su chaqueta y se la lancé al pecho, él la atrapó haciendo que el vaso de cerveza se derramara.
—Sí. Es importante para mí, porque Cole es mi vida entera. Y si no lo entiendes no podemos ser más amigos. No vuelvas a hablarme, Rayan.
Subí rápido a la camioneta y Cole me miró con sus ojos verdes muy abiertos.
—Cierra la boca.
—¡No dije nada! —sonrió burlón y quise golpearlo igual que su hermano.
Arranqué la camioneta y me apresuré a tomar la carretera. Dentro estaba caluroso y ni si quiera había prendido la calefacción, Cole alargó la mano para encender la radio y le di una bofetada.
—No me dejas encender la radio, pero tampoco dices nada.
—¿Qué mierda quieres que diga, Cole?, sabes perfectamente lo que hiciste, no eres un niño de cinco años que hay que decirle que está bien y que está mal.
—¿Crees que soy un idiota insensible?
—No, eres un completo imbécil —él sonrió triste.
—¿Es verdad? —lo miré un segundo esperando que continuara su pregunta—. Lo que le dijiste a Rayan.
Tomé un cigarrillo de la caja que estaba en el portavasos, lo prendí con el encendedor de la camioneta.
—Solo si me contestas lo que te pregunté en el estacionamiento. ¿Recuerdas por qué me diste esa piedra?
—Porque reflejaba mis sentimientos de niño pequeño hacia la chica que me gustaba a esa edad.
Dijo que le gustaba cuando tenía esa edad.
Estaba a nada de virar con el volante y estrellarme en el primer árbol que encontrara con tal de no seguir con esta conversación.
—Entonces no es verdad lo que le dije a Rayan.
Continuamos el viaje sin decir nada, quería que me tragara un agujero negro y desaparecer para siempre, le había dicho a Rayan que Cole era lo más importante que tenía en mi vida y él había escuchado todo. No es como que hubiera confesado que me gustaba, pero se daba a entender, y él dejó en claro que no gustaba de mí ahora.
Llegamos a su casa y estacioné a un par de metros de la entrada.
—Cat. ¿Puedes mirarme un segundo?
Le hice caso y sentí mi corazón estrujarse al ver sus ojos verdes viéndome con cariño, le acababan de dar una paliza y a él no le importaba.
—No quiero hacerte daño, Cat. Hemos pasado toda nuestra vida juntos, me conoces más de lo que deberías, no quiero que te involucres en esto.
—Realmente eres un idiota, Walter. Cuando pasó lo de Paige no me involucré, cuando comenzaste a salir con Erin tampoco me metí en tu relación, tu solo te encargaste de alejarme.
Apagué el cigarrillo contra el portavasos.
—Es lo mejor, Cat.
—Lo mejor es no herir los sentimientos de los demás —me incliné para abrirle la puerta del acompañante y noté que se tensó por mi acción—. Te espera una larga charla con tus padres.
Él me tomó del ante brazo y se acercó peligrosamente a mí.
—Nunca te dije que esa sudadera te quedaba perfecta. Buenas noches.
Me dio un beso en la mejilla y se bajó de la camioneta.
--------------------------------------------
feliz navidad gente, espero que les guste el capítulo. Pensaba subir dos, pero no me alcanzó a terminar el otro, sorry. Gracias por todo el apoyo que le están dando a la historia a pesar de que recién la estoy empezando y tengo que corregirle muchas cosas.
espero que tengan una hermosa navidad y acuérdense de poner ustedes la mesa así le dan los cubiertos feos a ese familiar que no les cae bien
los amo <3
~July W.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro