En un Castillo muy grande y hermoso, una hermosa señora abrazaba de manera efusiva a un joven de cabello negro en forma de flama, junto a ella un joven de unos cuantos años menos se unía al abrazo.

Madre me asfixias y ahora tú también, decía el joven cabello de flama mirando a su hermano menor.

Discúlpanos hermano, es que tanto tiempo sin verte, ¡Te extrañamos mucho!, aunque ya me imagino el motivo de tu regreso y no es precisamente por nosotros, pronunciaba el jovencito riéndose haber la expresión de enfado de su hermano mayor.

Que dices, tú también vas estar igual de molestoso que papá, mejor me voy a descansar, estoy extenuado del viaje, respondió el joven cabello de flama dirigiéndose al interior del castillo.

Mientras en el castillo de Fri pan:

Dos jóvenes se encontraban sentados al pie de un árbol conversando.

No te preocupes Milk, todo va salir bien y ya te dije que pase lo que pase, yo no te dejare sola, decía Gokú.

¡Gracias Gokú! , respondió la jovencita pelinegra dándole un fuerte abrazo y un beso en la mejilla a su novio secreto.

Entonces, a seguir entrenando Milk, pronunció el joven de cabello alborotado colocándose nuevamente en pose de pelea.

Milk, hizo lo mismo colocándose frente a Gokú y dando inicio a un nuevo enfrentamiento.

A lo lejos, se escuchaba la voz de una de las servidumbres del castillo: Por aquí joven príncipe.

Al llegar hasta el jardín Vegueta se dispuso a buscar a Milk, cuando a lo lejos pudo distinguir a dos jóvenes que con agiles movimientos disputaban una feroz batalla. 

Vaya, no sabía que a la princesa le gustaran tanto las artes marciales, dijo Vegueta para sí mismo, mirándolo ensimismado.

De una ágil movimiento Gokú derroto nuevamente a Milk, la joven estaba a escasos centímetros del piso cuando el joven de cabello alborotado la logro sostener con su brazos de su cintura quedando sus rostros muy juntos, cuando en eso escuchan un ligero carraspeo.

Cof cof cof, ¿Interrumpo algo princesa Ox?, fueron las palabras que pronuncio con algo de enfado el joven príncipe que observaba atónito la escena frente a sus ojos.

Los dos jóvenes se separaron inmediatamente totalmente sonrojados por ser descubiertos en tal situación.

Vegue..., Vegueta , ¿Qué haces aquí?, ¿Cuándo llegaste?, dijo atónica la bella princesa al ver al atractivo príncipe que tenía en frente mientras este se aproximaba para  darle un efusivo abrazo.

Gokú observaba la escena con cierta molestia, pues no le agradaba nada que otro estuviera abrazando a su princesa, cuando con un carraspeo hizo que ambos notaran su presencia.

¿Quién es este insecto Milk?, pronunciaba el príncipe mirando con recelo al joven que tenía en frente.

¡Hola, soy Gokú! , decía estirando su mano en señal de saludo el apuesto joven de cabello alborotado acercándose al príncipe.

Igualado, pronunció  el príncipe, quien rechazo el saludo, al tiempo que poso su mirada en la joven princesa para acotar: Milk, ¿Qué haces con este insecto sola, alejada del castillo?

Yo..., decía un tanto nerviosa la pelinegra.

Y tú, aún sigues aquí, ¡lárgate mugroso! pronunció Vegueta al notar aún la presencia del joven de cabello alborotado.

Cállate Vegueta, dijo la joven princesa con cierto tono de rabia en su voz, haciendo una pausa para agregar: Gokú es mi, es mi....

Ante la duda de la princesa el joven de cabello alborotado la interrumpió y le dijo con una mirada muy fría a Vegueta: Soy su maestro, le estoy enseñando a luchar, pero no se preocupen doy por concluida la practica princesa Ox, esto último lo dijo con cierta melancolía en su voz, procediendo a retirarse.

Gokú, espera un momento tengo que hacerle unas preguntas ¡por favor ¡ y tú dijo girando hacia el príncipe, ¿Podrías esperarme dentro del castillo?, pronunció la joven princesa.

Y ¿para qué quieres quedarte sola con este gusano?, yo no me muevo de aquí, decía el príncipe enterquecido.

Entonces, quédate aquí, pero no me sigas, porque si lo haces nunca más te dirijo la palabra, pronunció la joven princesa con firmeza, al tiempo que posaba su mirada en Gokú, cambiando la expresión de su rostro y su tono de voz a una más cálida, y con una linda sonrisa le dijo: Te acompaño a la salida como en el camino le comento mis dudas.

Gokú, cambio su semblante entristecido, por uno hermosa sonrisa, lleno de satisfacción de que su princesa haya puesto en su sitio a aquel entrometido.

Minutos después:

En las afueras del castillo dos jóvenes conversaban acerca de ese entrometido, como había llamado Gokú al príncipe.

Gokú, yo te amo a ti, confía en mí por favor, Vegueta es muy terco, pero yo te prometo que lo mantendré lo más alejado posible de mi además ahora con mucha más razón tienes que seguir entrenándome, si él está acá lo más probable es que también participé en el torneo y es muy fuerte, decía la joven princesa mientras se abrazaba al pecho de su novio secreto.

El joven acariciaba el rostro de la chica y con un fugaz beso en sus labios le respondió: No te preocupes mi princesa, no voy a permitir que nadie te aleje de mi y menos ese entrometido.

Dentro del castillo:

En los jardines del castillo el príncipe Ouji, se encontraba meditando acerca del nombre de su nuevo rival, como él le había puesto de sobrenombre.

Gokú, ¡Qué extraño nombre! ¿Por qué me parece a verlo escuchado antes?, se decía así mismo Vegueta.