Capitulo 7 : "Más que tu amigo"
Milk, no supo cómo, pero se dejaba llevar por ese mar de sensaciones y cerro sus ojos solo sintiendo los labios de Gokú sobre los suyos, sus alientos se mezclaron y ese bello acto se sello con el beso más dulce y maravilloso que jamás volverían a sentir en sus vidas. Algo nuevo había surgido en ambos, algo que iba más allá de una simple amistad.
Luego de unos cuantos segundos ambos jovencitos se separaron, Gokú estaba totalmente rojo su respiración se encontraba más acelerada que al principio, con la miraba aún sobre Milk, agacho la cabeza y pidió disculpas por su arrebato como él había llamado a tal acción.
Milk, lo lamento, no sé que me paso, decía el jovencito, quien salió corriendo del castillo aturdido por lo que había hecho, a pesar de que él ya había descubierto sus verdaderos sentimientos para con su amiga.
La jovencita pelinegra llevándose los dedos a su boca y aún con la mirada perdida como si estuviera hechizada trataba de comprender lo que había pasado hace algunos minutos.
Gokú ¿por qué lo hiciste? Se preguntaba a sí misma, ¿acaso te gusto Gokú?, decía con una ligera sonrisa en su rostro.
Mientras tanto:
En el salón principal del castillo dos reyes hablaban de manera muy amistosa.
Me gustaría ver a la princesa, ya han pasado 3 años que no la veo, debe haberse vuelto mucho más linda, decía un hombre mayor de cabello negro en forma de flama.
Si, mi niña esta hermosa, cada día que pasa se parece más a su madre, respondía con orgullo el gigantesco rey.
Cuando venia camino al castillo escuche que dentro de unos meses se llevara a cabo la competencia para que la princesa elija a su prometido, ¿eso es cierto Ox?, agregaba el otro rey.
Si amigo, lamentablemente son las reglas de mi reino, todos los príncipes que quieran ser el futuro esposo de mi niña se enfrentaran en esta competencia, el ganador se quedara con ella, pero mi niña está entrenando mucho para romper esa regla, pronunció el rey Ox.
¿Cómo? ¿a qué te refieres con eso de romper la regla?, preguntaba el rey Ouji.
Al final del torneo, si el príncipe ganador no es del agrado de mi niña o ella simplemente se opone al compromiso, tiene que competir sobre una plataforma y ganar para librarse del mismo, pero si ella quiere quedar libre para siempre a parte de ganar al príncipe, renunciara a todo el reino y será expulsada del mismo, dijo el rey Ox.
Vaya, que crueles normas, pero no te preocupes amigo, cuando mi hijo se entere del torneo estará encantado de competir y ser el futuro prometido de la princesa, tu sabes cuanto la quiere y tu hija a él, respondía el rey Ouji.
Claro, pronunció, el gigantesco hombre dudando en lo que respecta a los sentimientos de su hija.
Paoz:
El joven de cabello alborotado- estaba sentado al pie de un gigantesco árbol, pensando en lo sucedido horas atrás con su amiga, ella le gustaba tal como alguna vez se lo insinuó Krilin, pero ¿solo era un gusto o era algo más lo qué sentía por ella?.
No sé qué va a pasar, ahora como te veré nuevamente a la cara a Milk, y si ya no quieres hablarme después de esto se lamentaba el joven de cabello alborotado.
De pronto a lo lejos escucho el llamado de su abuelo.
Gokúuuuuu, la cena está servida.
Ya voy abuelito, respondió el joven, con cierto tono melancólico en su voz mientras se ponía de pie para ir a darle el encuentro a su abuelo.
Minutos después:
Hijo estas bien, nos has querido probar bocado alguno y con el apetito que tienes eso es muy raro en ti, ¿Paso algo en el castillo hijo? ¿Discutiste con la princesa?, decía el abuelo.
Eh, bueno si discutimos pero paso algo más, respondía Gokú totalmente sonrojado.
¿Qué paso hijo?, sabes que puedes contar conmigo, agregaba su abuelo.
Gokú le contó a su abuelo lo sucedido, el anciano lo escuchaba de manera atenta el relato sin interrumpirlo en ningún momento, sacando sus propias conclusiones.
Luego de algunos minutos:
Por eso te dije que no intimaras mucho con la princesa hijo, ella no es como nosotros, Ox fue mi discípulo pero es muy estricto en cuanto a las reglas de su reino y no creo que apruebe una relación entre su hija y tú, pero tampoco estoy de acuerdo en que casen a alguien en contra de su voluntad, si la princesa te corresponde yo les daré mi apoyo, pero primero tienes que hablar con ella y saber que siente exactamente por ti, pero si solo te ve como amigo lo mejor es que nunca más la vuelvas ver, prométeme que te alejaras de ella si te rechaza hijo, decía el anciano.
Gracias abuelo por tus palabras y claro que te lo prometo, respondió el joven de cabello alborotado dudando el mismo de su promesa.
Ahora hijo a dormir mañana será un nuevo día y tenemos muchas asuntos pendientes decía el anciano subiendo a su habitación.
Al día siguiente:
Gokú se levanto muy temprano, no pensaba esperar que pasaran 15 días para ir a ver a su princesa, el tenía que saber ya que sentía ella por él. Se vistió con lo mejor que encontró en su armario, llevo en una bolsa de papel unas cuantas manzanas que le encantaban a Milk y partió rumbo a su destino.
Fri pan: "Castillo"
Una jovencita de cabello azabache largo y lacio, que caían a manera de cascada por su bello rostro, se encontraba paseando por los jardines del castillo ya que no entrenaría pues no tenia cabeza para ello después de aquel beso, no pensaba en otra cosa que no fuera eso.
A lo lejos un joven muy apuesto de cabello azabache alborotado contemplaba la escena, nunca antes la había visto con el cabello suelto y mucho menos con vestido como ese día, ella siempre cuando se encontraba con el llevaba el cabello recogido y usaba ropa de entrenamiento que consistía en un pantalón bastante flojo y una polera también lo suficientemente holgada que le permitiera realizar los movimientos de artes marciales, pero si con ropa de entrenamiento para él era linda, vestida como princesa se veía como un ángel, él no salía de su asombro, hasta que la jovencita giro y se encontró con la mirada del joven azabache.
¡Hola Gokú¡ ¿Qué haces aquí? ¿aún no han pasado 15 días?, pronuncio muy nerviosa la jovencita, con las mejillas muy sonrojadas por encontrase con la persona que acaparaba sus pensamientos las últimas horas.
Milk, tenemos que hablar, pero acá no, vamos aún lugar más privado, ¡por favor! respondió el joven el joven de cabello alborotado igual de rojo que ella.
Claro Gokú, acotó la jovencita pelinegra aún sin creer que el joven de cabello alborotado quería hablar con ella acerca de lo sucedido.
Vamos por aquí, decía Gokú entrando por los espesos jardines del castillo.
Minutos después:
Milk, no sé por dónde empezar, toma le dijo el joven de cabello alborotado entregándole las manzanas que le había llevado.
¡Gracias, Gokú! respondió la jovencita pelinegra.
Milk, lamento como reaccione ayer, la verdad fue algo que ni yo mismo se explicar, hace ya algún tiempo siento cosas muy extrañas cuando estoy a tu lado, hasta llegue a pensar que estaba enfermo, pero ayer me di cuenta que no es así, que tú, que tú me gustas y no como amiga sino como algo más; añadió el joven de cabello alborotado avergonzándose el mismo por su comentario.
Gokú, yo...., decía la jovencita pelinegra dudando su repuesta, igual de avergonzada que el joven de cabello alborotado.
No te preocupes Milk, sino te gusto, te entiendo, como vas a sentir algo por mí, si no tengo nada que ofrecerte, olvida lo que te dije, pronunció con tristeza el jovencito de cabello alborotado.
No Gokú, no digas eso, le dijo Milk callándolo con uno de sus dedos sobre sus labios. Tú eres muy importante para mí, gracias a ti la soledad que sentía se acabo, además no tienes porque disculparte yo también correspondí el beso y no me arrepiento de haberlo hecho y no sé si tú te arrepientes pero yo no, y ni siquiera pudo terminar la frase cuando nuevamente se vio envuelta en los cálidos labios de Gokú que le hicieron dejar de hablar y concentrarse en ese bello momento que estaba viviendo, dejándose llevar por el mágico momento, ninguno de los dos querían deshacer ese instante, pero la falta de oxigeno hizo que se separan.
Gokú miraba a Milk anonadado, al igual que ella, pero él fue el primero en despertar del mágico momento.
Milk, y ahora ¿Qué somos?, ¿Qué continua Milk?, le decía el joven de cabello alborotado a su princesa.
Simple Gokú, somos más que amigos, respondió la jovencita pelinegra con una sonrisa que derritió el corazón del bello guerrero.
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