Era una mañana muy calurosa en la parte oeste de Japón, en el castillo de los Ouji, una llamativa jovencita había hecho su ingreso.

Vengo a hablar con Vegueta, dijo firmemente la jovencita.

Perdón, dirá el príncipe Vegueta,  respondió una incrédula sirvienta, al escuchar la forma como la peliazul se refirió a su superior.

Bueno como sea, quiero hablar con ese simio, caprichoso ahora mismo, agregó la peli azul con firmeza.

Disculpe señorita, ¿a quién anuncio?, decía la empleada aguantando las ganas de reír ante la falta de respeto al príncipe.

A Bulma Brief, pronunció la peli azul.

Está bien, tome asiento voy a avisarle al príncipe, agregó la servidumbre.

Minutos después:

Toc toc toc, se escucho el sonido de la puerta de la habitación del joven príncipe.

Adelante, pronunció este.

Buenos días su majestad, una señorita pide hablar con usted, me dijo que se llama Bulma Brief, dijo la servidumbre.

¡Bulmaaaa! respondió el joven príncipe, quien no salía de su asombro al escuchar tan particular nombre, inmediatamente se paro del mueble donde se encontraba y agrego mirando a la servidumbre: Dile que se vaya, no quiero hablar con ella.

Está bien joven, contesto la servidumbre, cuando eso escucharon unos pasos que se dirigían hacia la habitación del príncipe.

¿Y por qué no me lo dices de frente?, sabía que eras un cobarde por eso me tome el atrevimiento de subir, dijo en tono desafiante la peli azul.

Lárgate, ya no tenemos nada que hablar, pronunció el príncipe, mientras la mujer de uniforme miraba al par de jóvenes.

Yo no me voy de aquí hasta que hable contigo, estúpido simio, dijo Bulma.

Cállate mujer gritona y vulgar, respondió Vegueta.

La servidumbre miraba a uno y otro y muy avergonzada de la escena que presenciaba decidió retirarse.

Vámonos a fuera, este no es un buen lugar para conversar, dijo el príncipe.

Está bien, respondió la joven peliazul siguiendo al príncipe a los jardines de su castillo.

Minutos después: "Jardín"

 Habla, te escucho, aunque en realidad no creo que haya nada nuevo que escuchar ¿o es que el gusano te mando al diablo?, dijo Vegueta con ironía.

Cállate y déjame hablar, tu bien sabes que yo estaba confundida, pera ya no lo estoy más, ya sé a quién amo y ese eres tú, pronunció Bulma.

Vaya que fácil, te vas porque dudabas de lo que sentías por mí, ahora resulta que si me amas, ¿pero que crees?, esto ya no puede ser, yo me voy a casar en unos días con alguien que si vale la pena, no como tú que no vales nada, dijo Vegueta con rabia, lastimando a la jovencita.

¡Qué!, eso no es cierto, lo dices solo para lastimarme, ¿verdad?, no puedes casarte con alguien en tan poco tiempo, eso es una mentira, respondía entre lágrimas una peliazul.

No, no es así es la cruda verdad, cuando tuviste tu oportunidad la perdiste, ahora soy yo quien te dice adiós, mejor ve a buscar consuelo en brazos de ese tal Gokú, a ver si así aprenden a no jugar con la realeza, decía con furia el joven príncipe.

Tu no la amas, solo quieres vengarte de mí, ¿Quién es ella?, dime ¿Quién es ella?, necesito hablar con ella, agregaba entre lágrimas, la joven peliazul.

Y a poco crees que te lo diré, decía riendo con crueldad el joven príncipe, adiós Bulma, añadió el príncipe, antes de volver al castillo dejando caer algunas lágrimas en su mejilla.

No, no permitiré que te cases, a Bulma Brief, nadie la humilla de esta forma, nadie, pronunciaba la linda joven peliazul mientras derramaba lágrimas que humedecían su mejilla.

Mientras tanto en Paoz:

Un joven de cabello azabache despertaba después de haber dormido por largas horas.

¡Ahhhhh¡ estirando sus brazos, voy a comer unas cuantas manzanas, decía Gokú cuando su vista se topo con aquel sobre que se encontraba en la mesa de noche de su dormitorio el cual le había dado su abuelo días antes del terrible suceso.

-.Recuerdos.-

Hijo, decía un adorable anciano, toma este sobre.

Y ¿Qué es esto abuelito?, respondía el joven sorprendido por la actitud de su abuelo.

Sé que nunca te ha importado saber la verdad de tu origen, pero yo ya estoy muy viejo, no creo que me quede mucho tiempo a tu lado y viendo que la historia se repite, creo que deberías saber toda la verdad, añadía el anciano.

Sigo sin comprender, ¿Qué es lo que tengo que saber?, ¿por qué dices que la historia se repite?, decía Gokú.

Hijo, nunca te preguntaste ¿Por qué jamás conociste a tus abuelos paternos?, ¿porqué tu padre siempre evitaba hablar de ellos?, pronunció el adorable anciano.

Bueno, supongo que su relación no era buena ¿no?, además lo poco que supe es que ellos no querían a mamá, dijo Gokú.

Así es hijo, no la querían porque nosotros no éramos igual a ellos, tu madre se enamoro de tu padre, se casaron a escondidas y naciste tú, tus abuelos paternos nunca más volvieron a ver a tu padre lo expulsaron de su reino, lo desheredaron; pero creo que como se están dando las cosas, es mejor que tu busques tu verdadero origen para que tú llegues hacer completamente feliz, respondió el anciano.

¡Reino! decía un sorprendido Gokú.

Si hijo, por tus venas corre sangre real, tu eres nieto de los Reyes de la zona Este; en este sobre están los datos de tus familiares que me dio tu padre un día por si en algún momento llegáramos a necesitar su ayuda, añadió el anciano.

-.Fin del recuerdo: Tiempo actual.-

Gokú cogió el sobre y lo volvió a dejar sobre la mesa de noche, miro su reloj, ya era muy noche, decidió acostarse mientras pensaba: Mañana iré a Fri pan, mi linda princesa.

Al día siguiente:

El joven de cabello alborotado despertó, se dio un baño, se vistió, comió algo de fruta e inmediatamente partió a Fri pan, al llegar se dio con la noticia, que la joven princesa al igual que el rey no se encontraban, se había ido de viaje y no volverían hasta el día de la boda. El joven al escuchar la palabra boda, no supo qué hacer, estaba desesperado, jamás imagino que perdería a Milk, decidió volver a su casa para poder pensar mejor las cosas y ver qué podía hacer, cuando en eso el sonido de una nave lo saco de sus pensamientos, abrió la puerta y se encontró con su linda amiga peli azul, que se encontraba con rasgos de lagrimas en los ojos, corrió hacia ella y con un fuerte abrazo ambos se transmitieron todo el dolor que en ese momento sentían sus corazones.

Bulma le contó a Gokú como le había ido con su príncipe, y Gokú termino por comprender en ese momento muchas cosas.

Bulma, ya no llores más, esto se va a solucionar, pero necesitare de tu ayuda, dijo Gokú.

¿A qué te refieres Gokú?, respondió Bulma.

No crees que es mucha casualidad que Milk también se case en unos días y con un príncipe llamado Vegueta, acotó Gokú.

Entonces Milk, es quien me lo quiere quitar, decía desesperada la peli azul.

No, no, no es así Bulma, escúchame, te conté lo del torneo para buscar prometido a Milk, verdad, agregó Gokú.

Eh¡ si, ah, ya entiendo, Vegueta gano, Vegueta le gano, y ahora tienen que cumplir ese estúpido compromiso, decía la peli azul entre lagrimas.

Bulma, una empleada del castillo me dijo que Milk volverá el día de la boda, yo iré por ella ese día, pero yo necesito que tú entretengas a Vegueta para que no trate de impedir que la encuentre y hable con ella, acotaba Gokú.

Está bien Gokú, yo te ayudaré, si es que te quiere tanto como me dijiste, esta es la oportunidad para que te lo demuestre, al menos espero que tu si seas feliz, dijo Bulma mirando a su amigo de cabello alborotado.