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- ¿No crees que hay demasiada gente para encontrar a tus amigos? - dijo Lis en su oído mientras que intentaba escabullirse de los leves golpes que la gente le propinaba.
- No te preocupes, me dijeron que estarían en el mismo rincón de siempre.
Amber agarró con fuerza la mano de Lis para pasar por en medio de dos chicos que estaban por las nubes más que en el planeta Tierra. Lis pidió disculpas cuando les pisó sin querer y uno de ellos les sacó la lengua de forma descarada, Amber tiró de ella con rápidez y le dedicó su cara de asco al joven descarado. Poco después, llegaron al rincón mencionado y buscaron a alguien conocido a su alrededor, sin embargo todo el mundo se encontraba en la pista bailando de forma exagerada.
- ¿No dijiste que...
- Sí, deberían de estar aquí. - interrumpió Amber casi gritando.
- Exactamente, ¿a quienes estamos buscando? - preguntó Lis mirando hacia la multitud.
- A una de mis mejores amigas, ella me dijo que vendría con su ex-novio. Me dijo que vendría con un vestido blanco y el pelo recogido, y él no tengo ni idea por que cada día viste diferente.
Tan pronto como Amber le dió aquellos pequeños detalles comenzó a buscar alguna similitud con su explicación, entonces descubrió a un chico alto con el cabello rubio cayendo sobre sus ojos y con un rostro que le resultaba familiar acercándose con una chica con un vestido blanco. Lis tiró de Amber y le indicó con la mirada.
- ¡Dios, pensé que no llegaríais nunca! - Amber se acercó a la chica y la abrazó con fuerza, después saludó al joven con una sonrisa y tiró de Lis levemente para acercarla a ellos. - Ella es Nadia, y él...
- Haneul. - dijo el joven interrumpiéndola. Miró fijamente a Lis con una extensa sonrisa tras reconocerla y le hizo una leve reverencia con la cabeza.
Lis no podía creérselo pero nuevamente el destino le había traído a Haneul después de tantos años transcurridos. Honestamente, no supo como empezar a hablar por lo que simplemente le devolvió la reverencia y una sonrisa tímida.
- ¿Por qué me da la sensación de que vosotros ya os conocéis? - dijo Nadia mirando a su ex-novio el cual estaba devorando con la mirada a Lis.
- Por que es así. - se sinceró Haneul sin apartar la mirada de Lis.
Posteriormente, Amber tiró de la mano de Lis y la hizo caminar hacia los sillones que estaban en el rincón rodeando una pequeña mesa, Haneul siguió a las chicas por detrás lentamente mientras que observaba el cambio de su amiga de la infancia que no había visto desde aquel entonces. Se sentaron en un cómodo sofá y Haneul pidió unas copas para celebrar el reencuentro, Lis movió la cabeza negándose a tomar una gota de alcohol.
- Mi madre me matará si llego borracha a casa. - dijo mientras que reía a carcajadas.
- Sólo toma una. - Amber juntó sus manos y le suplicó realizando un puchero. - Nosotros cuidaremos de ti.
- Sí, desde luego. - se quejó Nadia mirando un poco mal a Lis.
- Después de esto, puedo llevaros a casa. - comentó Haneul con una sonrisa amplia.
Desde aquel momento, Nadia miró mal a su ex-novio y comenzó a sentir unos celos impulsivos que eran capaces de llegar a la locura, sin embargo tuvo que contenerse y tragarse sus palabras para no dar mala imágen. Nadia había sido una chica posesiva y egoísta desde la primera vez que sus padres le compraron el coche deportivo que tanto había anhelado desde la infancia cuando lo vió en una serie ridícula. Es por eso que todavía intentaba conquistar el corazón de Haneul, pues sabía bien que con él iba a tener todo cuanto desease.
Una hora después, Lis estaba lo suficientemente achispada como para llamar la atención con sus movimientos en la pista, se agarraba a Amber mientras ambas se sumergían en una batalla de baile. Nadia las miraba con repugnancia sintiendo algo de vergüenza ajena cuando ambas cantaban al unísono y a gritos la letra de la canción, por otro lado, Haneul bebía de su vaso en la pista mientras que observaba embelesado a las dos únicas chicas que lo daban todo en la pista. Nadia, ante la actitud de embobado que estaba teniendo su ex-novio se le ocurrió un plan maléfico para arruinar la noche. Se dirigió hacia la barra para pedir más copas y después se introdució en el baño, donde allí sacó algo del bolso que jamás hubiera pensado utilizarlo.
Un rato después, cuando Lis y Amber terminaron finalmente exhaustas del bailecito que se habían pegado sin tomar un pequeño descanso, se desplomaron en el sofá y se abrazaron con fuerza mientras que comentaban cuantas personas se las habían quedado mirando. Cuando Haneul tomó asiento al lado de Lis, comenzó a buscar con la mirada a Nadia quien estaba tardando un buen rato en volver del baño. No obstante, cuando el camarero trajo las copas sonrió y le ofreció una de ellas a Lis, concretamente la de sin alcohol que había pedido a propósito.
- ¡Chicos, esperad! - gritó Nadia a unos pocos centímetros rogando que Lis todavía no hubiera bebido el primer sorbo.
- ¿Qué ocurre? - preguntó Amber.
- Oh, nada... Quería que me espararáis para brindar. Oh, un momento. Lis, ¿puedes ir a la barra y pedirle al camarero que eche un poco de hielo al vaso de Haneul? - Nadia cogió el vaso y se lo tendió con una sonrisa simulada.
- Mejor voy yo.
Haneul se levantó del sofá arrebatándole el vaso a Nadia y cuando le dedicó una extensa sonrisa a Lis se encaminó hacia la barra, Amber rebuscó en su bolso un paquete de pañuelos y cuando lo obtuvo cogió de la mano a Lis para que la acompañara al baño por unos minutos sin imaginar lo que estaba a punto de suceder.
- ¿Te importa cuidar de esto? - preguntó Amber.
- ¡No, cielos! Encantada. - sonrió Nadia apretando los dientes.
Unos minutos después, todos volvieron a unirse a la mesa y levantaron sus copas hacia el centro para brindar con una sonrisa, Haneul miró a Lis antes de beber el primer trago y después continuó ella terminando su copa de un trago. Hizo una mueca de sorpresa al no notar el desagradable amargor del alcohol como en la anterior, pero sí sintió un sabor diferente al que es tan característico de una copa de manzana.
- ¿Tan malo está? - preguntó Amber entre carcajadas.
- No tanto como creía. Pero su sabor es extraño. - negó Lis acariciándose el cuello.
- ¿De verdad? - Haneul levantó las cejas sonriente.
- Tal vez por que no estés acostumbrada a beber. - dijo Nadia con una sonrisa.
- De hecho, es mi primera vez. - confesó Lis.
- Eres una novata. - bromeó Haneul sacándole la lengua. - ¿Te atreves con más?
۵ ۵ ۵
Cuando desesperadamente el chico se introdució en el club nocturno sufrió los primeros golpes de las personas que bailaban de forma exagerada y sin apenas manteniendo el equilibrio. Buscó alrededor con la mirada y en varias ocasiones se tuvo que poner de puntillas para mirar por encima de las cabezas de la multitud para intentar dar con aquella chica de cabello rubio que le había enamorado desde el primer momento. Le tomó unos veinte minutos recorrerse la mitad del local sin llegar a encontrarla, lo que le llevó a ponerse un poco paranoico.
Cerró los ojos por un momento para tranquilizarse y después volvió a luchar contra los cuerpos que se ceñían a él con brusquedad cuando intentó caminar por el largo pasillo que daba a la barra, llegó allí mediante empujones y cuando se chocó contra esta tomó un poco de aire. El camarero caminó hacia el recién llegado y le preguntó que quería tomar, él se negó y simplemente le preguntó si había visto a una chica como la que le mostraba en la fotografía de su móvil. El camarero dudó pero finalmente asintió con la cabeza y le indicó el lugar donde ella había estado sentada con unas amigas.
Rápidamente, corrió hacia uno de los rincones donde habían varios sofás rodeando la pista de baile y observó una mesa llena de unas cuantas copas vacías. Se agarró el cabello con fuerza de la despeseración e intentó controlar la agitada respiración que lo atomentaba. Repentinamente, escuchó los gritos de la multitud a sus espaldas. Se giró y miró hacia el otro extremo de la sala, cuando descubrió el cuerpo desmayado sobre el suelo corrió hacia el lugar para arrodillarse ante Lis, quien yacía con los ojos cerrados y la piel pálida. Haneul cogió su mano y la frotó, después la dirigió hacia la frente para descubrir su fría temperatura y ansió verla abrir los ojos. Amber estaba llorando con las manos en el rostro y gritaba creyendo que Lis se estaba muriendo, sin embargo, su pulso milagrosamente tenía su ritmo. Haneul ayudó al joven y ambos la llevaron hacia el exterior donde se introdujeron en la amplia furgoneta y dejaron el cuerpo tendido en el suelo, Amber se introdució con rápidez antes de que las puertas se cerraran mientras que Nadia se cruzaba de brazos a pocos metros y sonreía con orgullo.
- ¡Enciende el maldito motor! - gritó el joven al conductor. Este lo miró sin entender nada hasta que pudo descubrir con sus ojos cansados el cuerpo de la joven fotógrafa que ya había visto anteriormente en el estudio. - ¡Venga!
- Se va a morir, se va a morir... - repitió entre sollozos Amber abrazándose a las piernas de Lis.
- ¿¡Qué le habéis dado!? - gritó el joven moreno con el rostro enfurecido. - ¿¡Qué ha sido!? ¡Responderme!
- Solamente ha tomado dos copas, una de ellas sin alcohol. No entiendo por qué le ha ocurrido esto. - se lamentó Haneul agarrando con fuerza su mano.
- ¡Era su primera vez, era su primera vez! ¡No teníamos que haberle dado nada! ¡Su madre me va a matar! ¡Ella va a morir! - lloró Amber.
❁ ❁ ❁
Un giro repentino, ¿verdad? x)
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