30
A cerca de las seis y media de la tarde Lis se detuvo frente a la gran puerta de cristal de la bolera y miró en torno antes de introducirse en el interior. Durante su camino había tenido la sensación de que alguien la seguía, pero por más que buscaba a algún acosador no podía descubrir a nadie observándola. Decidió entrar con lentitud y caminar por el pasillo hasta llegar al mostrador donde pediría su número de pie y un ticket para empezar el juego. Por suerte, no había tanta gente en las pistas, sin embargo estas personas centraron la mirada en ella por un momento mientras que hablaban formando un grupo, Lis las miró disimuladamente y cogió aire.
Seguidamente, introdució sus dedos en la bola de uretano y se acercó a la pista, cerró los ojos lentamente y se concentró en su agitada respiración. Al poco momento lanzó la bola con suavidad y esta rodó por el suelo hasta derribar todos y cada uno de los bolos. Sonrió al instante y dejó salir de su interior toda la frustración que se le había formado durante la discusión con sus padres. Se giró y cogió otra bola más para volver a lanzarla, el círculo de jovenes que estaban situados a unos metros de ella comenzaron a sonreír por el perfecto lanzamiento de la chica. Se sintió orgullosa de que por primera vez nadie se estaba burlando de ella, si no premiando su habilidad. Sujetó la bola por delante de su rostro y volvió a cerrar los ojos, podía escuchar los propios latidos de su corazón debido a la adrenalina, podía sentirse lo suficientemente segura como para volver a derribar los nuevos bolos que la maquinaria había ordenado en el otro extremo de la pista.
Cuando se sintió totalmente preparada abrió los ojos y lanzó la bola, esta vez derribó todos los bolos menos dos que se quedaron situados en el medio por lo que no dudó en coger otra bola para terminar su primer juego. Lanzó esta con un poco de fuerza y derribó los bolos restantes con un golpe brusco y seco. Se aplaudió a sí misma y sonrió con orgullo. Cuando pretendió darse la vuelta para jugar otra partida más, se chocó contra un cuerpo masculino que le hizo estremecerse, subió lentamente la mirada hacia su rostro y se quedó sin aliento cuando lo descubrió. Tragó saliva y se separó de él con una sonrisa tímida.
- Es muy triste que estés jugando sola. - bromeó Jungkook.
- Lo... lo siento. - agachó su cabeza ligeramente y después rodeó a Jungkook con la intención de volver al mostrador. Sin embargo, Jungkook la agarró por la muñeca y tiró de ella con cuidado.
- Dos tickets. - dijo levantando dos de sus dedos.
Lis volvió a tragar la poca saliva que le quedaba y finalmente asintió con la cabeza, se dirigió hacia el mostrador y cogió dos tickets para jugar una partida más. <<¿Qué está haciendo aquí?>>, pensó Lis mirando de reojo como Jungkook se deshacía de la cazadora que llevaba puesta. Entre tanto se dirigía hacia él pudo observar algunos de sus músculos tonificados, por lo que podría ser un duro rival de derrotar. Él la miró con una sonrisa antes de caminar hacia el poste donde las bolas estaban, cogió una de ellas de color negro y se acercó a la pista concentrado. Observó todos los bolos que estaban situados al final e hizo rodar la bola por el suelo, después se giró observando a Lis y escuchó el sonido provocado por la bola al acabar con todos los bolos por los suelos. Sorprendentemente, Jungkook logró derribarlos todos y Lis se quedó con la boca abierta, fue entonces cuando el joven se acercó a ella y acarició uno de sus hombros.
- Ahora es más divertido. - le susurró cerca del oído y después cogió una bola para dársela a Lis. - Te toca.
- ¿Sabes jugar a los bolos? - dijo con la voz temblante.
- Se hace lo que se puede.
Jungkook movió la bola por delante de su rostro y Lis cogió la bola con los dedos mirando como el joven se separaba de ella para dejarle espacio. Le advirtió que le ganara para que no quedara mal delante del círculo de personas que los estaban mirando embobados e intrigados por saber quien de ellos dos se convertiría en el ganador. Jungkook levantó una de sus cejas y esperó a que la chica realizara su primer movimiento. Ella cogió aire y se volteó, observó los bolos y no dudó mucho en lanzar la rosada bola que le había dado su compañero de juego.
La bola hizo varios movimientos, desde desplazarse levemente hacia la derecha hasta desplazarse hacia el lado contrario. Lis suplicó con sus manos que la bola derribara todos de una vez pero no le salió tan bien como deseaba. Quedaron tres bolos situados en forma de triángulo y se sintió avergonzada cuando escuchó la risa de Jungkook por detrás de ella, había hecho el ridículo delante de un chico famoso.
- ¿Quieres que te eche una mano? - le preguntó acercándose con una bola entre sus manos.
- De eso nada. Te voy a ganar. - dijo Lis aparentando confianza.
Cogió una bola más y se acercó a la pista para adoptar una nueva pose para lanzar con rápidez la bola pero Jungkook la detuvo, la cogió por la mano y la sujetó de los brazos para mover una de sus piernas y colocar sus pies. Lis se preocupó cuando creyó que podría haberse caído debido a la díficil postura que le había implantado el chico moreno de brazos fuertes.
- Así es como se juega. - Jungkook sonrió y se separó de ella cuando logró mantener el equilibrio.
- Jugaré a mi manera. - advirtió ella entre cerrando los ojos. - Si quiero ponerme así, pues me pongo así. - adoptó su postura tan familiar y fijó la vista en los bolos.
- Pues en ese caso, quiero apostar.
La respiración de Lis se detuvo por unos segundos cuando escuchó las palabras del chico, se estremeció y lo miró por encima del hombro. Él se acercó a ella con los brazos cruzados mientras que pensaba en algo que Lis no podía si quiera averiguar ya que no lo conocía tan bien como a Taehyung.
- ¿Apostar?
- Si gano yo, te vienes conmigo.
- ¿Q-que? - Lis abrió sorprendida los ojos y encogió su cuello hacia atrás sin creer lo que había escuchado.
- No preguntes nada. Simplemente te vendrás conmigo. - Jungkook le dedicó una sonrisa y esperó que no le pusiera ninguna excusa barata.
- No sé si fiarme de ti.
- Entonces, déjame ganar.
- ¿¡Qué!? Já. - Lis además de ser una chica tranquila también podía llegar a ser muy competidora y pocas veces solía dejarse ganar por lo que finalmente levantó su barbilla para mirarle a los ojos. - Está bien. Y, si gano yo - Lis se quedó sin ideas de forma inmediata cuando observó que Jungkook se estaba mordiendo el labio inferior. - ..., ya veremos.
Jungkook satisfecho de haber distraído a la chica con una de sus mejores técnicas, sonrió ampliamente y observó como Lis caminó hacia la pista decidida en derribar los tres últimos bolos que quedaban de pie. Cuando logró derribarlos todos Jungkook aclaró su garganta y antes de lanzar su bola le dedicó una de sus miradas juguetonas a Lis, quien se puso tensa al instante. Los bolos cayeron como si estos hubieran sido de cartón y le ofreció a Lis la penúltima bola del juego.
۵ ۵ ۵
El tiempo transcurría en el exterior de una forma muy rutinaria para las personas que se encargaban de las tareas básicas del día, mientras que para los dos jovenes que caminaban lentamente compartiendo experiencias el tiempo era especialmente valioso. Jungkook lamía de su helado de varios sabores mientras que miraba a la chica con una sonrisa en el rostro, pues era inevitable no estar de tal manera cuando por fin consigues un momento a solas con la chica que te gusta para poder saber más de ella. Lis no se avergonzó de lo que le contaba a cerca de su infancia, aunque hubieron algunos detalles que se los pasó por alto. Necesitaba conocer un poco más al chico que estaba fuera de las cámaras para poder dar un paso más hacia adelante. En aquel instante, echó de menos a Taehyung. Solamente él logró hacerla sentir cómoda para hablar de forma abierta sobre su situación. Deseó preguntarle a Jungkook cosas sobre su amigo, pero tal vez acabaría siendo acusada de estar enamorada del joven. Comió su último bocado de su helado y tiró la tarrina en una papelera, Jungkook la imitó y siguió caminando a su lado.
- ¿A dónde vamos? - preguntó Lis con curiosidad.
Jungkook sacó su móvil del bolsillo del pantalón y observó que tenía un mensaje de Taehyung preguntando donde estaba para recogerlo y hacer la sesión de fotos que tenían que hacer para una de las empresas para el próximo albúm que todavía no se había dado a conocer. Ignoró el mensaje y abrió la cámara para echar una foto a la extensa carretera en la cual salían los montes en el horizonte. Lis miró hacia el frente en busca de alguna pista y abrió los ojos como platos al ver que el chico se detenía para coger una de las bicicletas para dos personas e invitó a Lis a acercarse.
- ¿Delante o detrás? - Jungkook movió las manos y esperó la respuesta de Lis.
- Detrás.
- Perfecto.
Jungkook se subió en la parte delantera de la bicicleta y aguantó el equilibrio de esta para que Lis pudiera sentarse en el asiento trasero . Una vez listos, Lis comenzó a pedalear al mismo ritmo que lo hacía Jungkook, cruzaron la carretera y condujeron por el carril adecuado durante unos treinta minutos. Lis observaba las calles conocidas por las que pedaleaban y disfrutó del viaje sereno hasta que llegaron al parque central, donde allí Jungkook la agarró por encima de los hombros para abrazarla y caminaron hacia el césped donde tomaron asiento.
- ¿Es aquí donde querías llevarme? - preguntó Lis entre risas.
- Quería un momento contigo. - se sinceró Jungkook mirándola a los ojos.
- ¿Un... momento? - Lis sintió como los primeros nervios subían por toda su columna vertebral y se adueñaban de su voz.
- Sí, quería conocerte un poco más.
- Dios mío. Espera un momento. - Lis pestañeó y cerró los ojos por unos segundos para poder respirar profundo. - Ya sé lo que estáis haciendo Jimin y tú.
- ¿Qué estás diciendo? - Jungkook se mostró totalmente confuso, sin entender nada de lo que la joven decía.
- Creo que os estáis equivocando con nosotros.
- ¿Con nosotros?
- Solamente somos amigos. ¿Sabéis lo que es amistad? Es sólo eso. No podéis hacer que surja nada más, por que eso... - de repente, Lis sintió una punzada en su corazón y la respiración se entre cortó al momento. No pudo completar la frase y sencillamente soltó un largo suspiro.
Jungkook se mordió el labio inferior al descubrir que ella también estaba diciendo lo mismo que Taehyung. <<¿Sólo eran amigos? ¿Y por qué siempre acaban sintiendo algún tipo de malestar cuando mentían?>>, pensó Jungkook. La cogió por los hombros y simuló una falsa sonrisa para tranquilizarla, Lis lo miró a los ojos y asintió con la cabeza. Después, él se tumbó sobre el césped y se lamentó al haber escuchado aquellas palabras de la joven hablando de su amigo, quien seguramente estaría en esos momentos tirándose de los pelos por que el maknae no aparecía.
Evidentemente Taehyung caminaba de un lado hacia el otro mientras que se mordía las uñas con nerviosismo, Namjoon lo miró con preocupación y tuvo que tranquilizarlo cogiéndolo por los hombros. Le preguntó donde estaba Jungkook y él negó con la cabeza sin dar respuesta. Suga volteó los ojos y decidió sentarse en uno de los sillones que había en la sala de la sesión fotográfica. Todos habían tardado unas tres horas en arreglarse, maquillarse y peinarse mientras que suplicaban que Jungkook llegara a tiempo para la sesión, sin embargo estaba tardando de más y eso hizo que la empresa retomara la sesión para el día siguiente.
- Por su culpa mañana tengo que madrugar. - se quejó Suga mientras que se dirigía hacia la salida junto con Jin.
J-hope se quedó con Taehyung entre tanto Namjoon entablaba una conversación con el manager del grupo. Taehyung se sentó en el sillón y se revolvió el cabello una y otra vez mientras que pensaba el motivo por el cual había faltado Jungkook a la sesión, ya no era muy habitual en él. Decidió pedir que le llevaran hacia una dirección dentro de una hora, no obstante nadie estuvo dispuesto a llevarle a ninguna parte.
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