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- ¿Señorita Park? - Una mujer de al menos cuarenta años salió por la puerta con una libreta y un bolígrafo entre los dedos. Obtenía unas gafas de leer de forma redonda y sencilla y llevaba un moño sobre la cabeza perfectamente hecho. Lis levantó la cabeza y asintió con ella a la vez que se levantaba del sillón de la sala de espera. Pudo observar como todas las personas del lugar la miraban de forma diferente desde que su falsa noticia con uno de los integrantes más guapos de BTS había salido a la luz. - Ven. Entre por la puerta izquierda y diríjase hacia el despacho del Dr. Keens.
Caminó con lentitud mientras que por su cabeza divagaban varios pensamientos sobre su estancia en Los Ángeles. Era el último día que iba a reunirse con el Dr. Keens para cobrar su parte del dinero, después tendría que viajar a Corea y realmente era algo que deseaba, pues esperaba encontrarse de nuevo con su mejor amigo si éste no estaba muy ocupado con los ensayos. Deseaba volver a verlo y pensaba en darle un fuerte abrazo en cuanto se encontrara con él. En el momento que llegó a la puerta del despacho de Keens llamó con los nudillos y esperó escuchar su voz para poder pasar. Sin embargo, no escuchó nada. Seguidamente, la puerta se abrió con ligereza y apareció Keens con una sonrisa en su rostro. La invitó a pasar y a sentarse en una de las sillas cerca del escritorio. Lis se sentó con las piernas cruzadas y rezó para que Keens no le preguntara quien era el chico con el que supuestamente había empezado una relación. El hombre se sentó en su silla y se acercó con las manos cruzadas hasta apoyarse en el escritorio.
- ¿Qué tal te has sentido mientras que trabajabas? - preguntó Keens.
- Bien. Muy bien.
- ¿Cuánto crees que podrías cobrar por el trabajo realizado?
- ¿Cómo...?
Keens soltó una carcajada y abrió uno de los cajones para coger un sobre en blanco y deslizarlo por la mesa. Cogió un poco de aire y posteriormente la felicitó por todo el trabajo realizado a pesar de que algún día hubiese tenido que sufrir las consecuencias del tiempo mientras que posaba para la revista y como consecuencia encontrarse incómoda en aquellos momentos difíciles.
- Todo lo que hay ahí es tuyo. Felicidades, Lis.
Lis acercó la mano al sobre con curiosidad y lo abrió descubriendo un cheque de dos millones de dólares, algo que le hizo abrir la boca de par en par incrédula ante la situación. Se mordió el labio inferior y después cerró el sobre en pleno shock.
- ¿Es poco? - bromeó Keens a la vez que se reía.
- ¿De verdad es para mi?
- Sí. Y, de hecho, le hemos hablado de ti a otras empresas y tienen tu número de contacto. Realmente, has trabajado duro y a mi parecer mereces seguir en esta profesión. Bueno, sólo si tú quieres. - dijo Keens con una sonrisa amplia.
- ¡No me lo puedo creer! ¡Muchas gracias!
Lis se levantó de la silla al mismo tiempo que lo hizo Keens y ambos se despidieron con un apretón de manos, orgullosos por el trato que habían obtenido el uno del otro. Lis le agradeció la estancia en la empresa y se encaminó hacia la puerta con la intención de salir pero repentinamente el comentario de Keens la hizo detenerse en seco.
- Mucha suerte en tu relación. - el hombre levantó la mano y la movió con energía sin dejar de sonreír.
Sin más demora, Lis sonrió y de forma silenciosa desapareció del despacho del Dr. Keens. Caminó por el pasillo con el sobre guardado en su bolso y cuando salió a la calle respiró hondo y sonrió orgullosa de haber viajado a Los Ángeles, pues pensó que desde que había llegado solamente le habían pasado cosas buenas. Miró el reloj y rápidamente pidió un taxi para volver a casa. Cuando llegó, se encontró con Anne y su marido en la entrada con una gran tarta entre sus manos. Anne la abrazó por encima de los hombros y esperó a que la joven abriese la puerta para entrar en el interior. Una vez allí el matrimonio dejó la tarta sobre la encimera de la cocina y ambos se encaminaron hacia Lis, quien estaba tímidamente parada en el pasillo.
- Es una pena que te tengas que marchar, cielo. - comentó Anne acercándose al sofá, esperando a que ella también la acompañara.
- La verdad nos has caído muy bien. - prosiguió su marido esbozando una amplia sonrisa.
- Gracias. - fue lo único que Lis pudo decir intentando parecer apenada por su marcha en pocas horas, sin embargo, era lo que más deseaba. Ahora sin Taehyung, nada podría tener sentido.
- Cuando tengas pensado hacer la maleta, si necesitas ayuda, puedo echarte una mano. - Anne sonrió de oreja a oreja y acarició ligeramente el hombro de Lis.
- Si precisas, puedo llevarte al aeropuerto mañana. - se ofreció el hombre.
- No quiero molestar, de verdad.
-¡Por el amor de Dios! ¡Lis, no molestas! De hecho, te vamos a llevar al aeropuerto.
- De acuerdo, si insistes.
۵ ۵ ۵
Cuando procedieron las doce y media del día siguiente Lis ya se encontraba en su asiento mirando por la ventanilla las últimas vistas que podía apreciar de la ciudad en la que había permanecido pos dos cortas semanas y por suerte, tres días más sin que sus padres la regañaran. De hecho, éstos ya estaban ansiosos esperando a su hija en la otra parte del mundo. Antes de que cerraran la puerta, cogió su móvil y miró aquel mensaje que aún no había podido leer cuyo remitente era Taehyung. Sonrió al instante en cuanto leyó la primera línea que le había escrito, avisándola de que la echaría de menos y estaría en contacto con ella. Cuando la puerta comenzaba a cerrarse y las azafatas cumplían con su trabajo antes de despegar, Lis escribió rápidamente su respuesta, enviándola al contado. Por último, avisó a sus padres de que en unas doce horas llegaría al aeropuerto y apagó el móvil. Lo guardó y decidió mirar por la ventanilla, sonriente y alegre de haber vivido una nueva experiencia. Una experiencia que jamás olvidaría, pues desde entonces comenzó a sentirse viva.
En la otra parte del mundo, justamente en Corea del Sur, Taehyung yacía sentado en el gimnasio donde ensayaba con los demás integrantes, debilitado y agotado debido al esfuerzo que había empleado en las coreografías. Todos estaban especialmente cansados, pero Jungkook siguió ensayando hasta comprender perfectamente la técnica de uno de los pasos que se les hacía complicados para una actuación que tenían que dar posteriormente en su próximo concierto. Taehyung se acercó a la mesa para coger un poco de agua y después obtuvo su móvil en cuanto observó que la pantalla se había encendido mostrándole el nombre de la chica que le gustaba. Primeramente bebió el vaso de agua y después abrió el mensaje de Lis, apreciando el buen sentimiento que le había causado saber de ella y que muy pronto estarían cerca para verse. <<Te esperaré. Por favor, avisa cuando estés en tierra. La próxima vez haré que un avión privado se encargue de traerte sana y salva, solo así me sentiré seguro...>>, escribió.
- ¿Qué haces compi? - Jimin rodeó sus hombros y puso los ojos en la pantalla en la cual fue muy difícil averiguar lo que estaba haciendo Taehyung, pues había bloqueado ésta en cuestión de pocos segundos.
- ¿Seguimos? - formuló tras descubrir el interés de su amigo.
- Nos han dicho que nos queda una hora y media para terminar. Hagamos esto de una vez y vayámonos a descansar. Estoy muerto. - dijo Namjoon fatigado.
A pesar de que todos los chicos se encontraban totalmente agotados pusieron un poco más de su esfuerzo para terminar de practicar varias coreografías. Taehyung dedicó la energía que le había transmitido el mensaje de Lis en sus pasos de baile, ansioso por acabar cuanto antes la práctica para volver a mirar el móvil. Sin embargo, ni si quiera cuando la noche llegó recibió algún mensaje por parte de ella. Se encontraba en el sofá, echado y con la mirada perdida en el techo mientras que la preocupación le invadía sin remedio. Seguidamente, Jungkook apareció con dos tazas de té y una se la ofreció a él con una sonrisa. Se sentó a su lado y bebió un sorbo de su taza. Se encontraban en el salón, calentitos y a gusto en un día en el que la temperatura era más baja que los demás días anteriores.
- Y bueno... ¿Cómo estás? - preguntó.
- Cansado, muy cansado. Pero al menos valdrá la pena. - Taehyung asintió ligeramente con la cabeza observándole y después sopló su té. - ¿Y tú?
- Estoy igual que tú. ¿Por qué no vas a descansar? Ya son casi media noche.
- No tengo sueño.
- ¿O es que estás esperando algo?
Taehyung clavó la mirada en su compañero y sin poder evitarlo sintió algo de rabia por esperar algo que parecía eterno que llegara. Sin embargo, no había caído en la cuenta de que un viaje así duraba al menos un día. De todos modos, quería estar atento y asegurarse de que Lis llegaba bien a Corea. Tenía la necesidad de esperar. Tras unos minutos en silencio, Jungkook volvió a abrir la boca.
- ¿Estás... esperándola?
- Estoy preocupado. - confesó dejando salir un largo suspiro. Bebió del té y después dejó la taza sobre la mesita que tenía en frente suya. - ¿Tanto hemos tardado nosotros en volver?
- Lo nuestro es diferente. - dijo acomodándose un poco más en el sofá. Acarició el hombro de Taehyung intentando transmitirle la poca tranquilidad que le quedaba a él. De hecho, también se sentía preocupado y necesitaba poder hablar con ella. No obstante, no tenía la misma suerte que Taehyung. - Seguramente llegue bien.
- Me preocupa que vuelva sola.
- Sabe cuidarse.
- Si le pasa algo yo... - cogió un poco de aire y silenció sus palabras. Cerró los ojos y sacudió la cabeza. Después se levantó del sofá, bebió su té del tirón y caminó hacia su habitación. - Buenas noches.
Jungkook no estaba ciego. Sabía perfectamente que Taehyung estaba empezando a sentir algo muy intenso por aquella chica, y era normal ya que habían pasado tiempo juntos. Pero, sin embargo, Jungkook no había pasado con ella todo ese tiempo que deseaba y no podía explicarse por qué él también se había enamorado de Lis. Ella tenía algo especial, algo diferente de todas las demás chicas de la ciudad. Era sencilla y dulce y recordar el rostro de la joven hizo que Jungkook esbozara una amplia sonrisa. Posteriormente, buscó la revista y pasó las páginas hasta llegar a la que estaba ella posando con su vestido blanco cerca de un alcantilado mientras que mostraba al fotógrafo su mejor sonrisa. Leyó el artículo donde ponía el nombre para cuya empresa había estado trabajando como modelo y observó el correo electrónico de contacto de ésta. De repente, tuvo una idea descabellada.
❁ ❁ ❁
Jungkook tuvo una idea. ¿Os imagináis algo? Decidme que es lo que pasa por vuestra mente en los comentarios y veremos si acertais. Por otra parte, espero que os estén gustando los capítulos. Aún queda mucho más, así que quédate para averiguar los planes de nuestro maknae y si hay o no relación amorosa de Taehyung y Lis. ¡Buen fin de semana!
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