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Sentir como el corazón se te encogía y la bilis recorría hasta tu garganta cerrándola con un leve nudo era una de las peores sensaciones que una persona podía sentir. Los nervios se afloraban y provocaban que la piel se estremeciera progresivamente tanto como a Lis le estaba ocurriendo justo en el momento exacto que el avión privado aterrizó a unos metros de ellos. Los siete jovenes iban en filas charlando con su compañero de al lado mientras que caminaban indiferentes hacia el avión con sus maletas y mochilas colgadas sobre sus hombros. Taehyung y Lis iban los últimos y caminaban tan lentamente que Namjoon tuvo que llamarle  la atención. Taehyung hizo caso omiso y prosiguió caminando al ritmo de su mejor amiga. Ella tenía la mirada perdida en sus manos y mantuvo durante todo el trayecto al aeropuerto la boca cerrada.  Taehyung deseaba saber si realmente lo echaría de menos pero se vió incapaz de formular aquella pregunta que le rondaba por la cabeza. Se mordió el labio inferior molesto y una vez que todos los integrantes subieron la escalera hacia el avión Taehyung se detuvo en seco y miró hacia el suelo por unos eternos segundos. Uno de los encargados cogió sus cosas y las guardó correctamente, después se introdució en el interior de la cabina y cerró la puerta. 

Lis no podía evitar reflejar sus nervios en el ágil movimiento de sus dedos, algo que normalmente solía hacer cuando tenía miedo. Taehyung suspiró y con una sonrisa en los labios decidió cogerle una de sus manos y atraerla hacia él. La rodeó con los brazos con un poco de fuerza y cerró los ojos para disfrutar de aquel suave aroma que la chica desprendía. Lis dejó de respirar en cuanto se vió rodeada por los brazos del joven pero poco después se dejó llevar por el momento y decidió corresponder de la misma forma. Ante esto, Taehyung se podía sentir satisfecho ya que ambos compartían una especie de vínculo muy especial.

- Lis... - susurró apenado.

- Dime.

- Te... te aprecio. - confesó Taehyung con la voz casi rota. Tenía miedo de separarse de la chica, era como si algo le ordenara que se quedara con ella. Sabía que su mundo se echaría encima si nunca más volvía a verla.

La piel de Lis se estremeció con rapidez al instante. Se quedó completamente inmóvil y se maldijo por no tener nada más que decir a continuación debido a la timidez. Era muy extraño lo que le estaba sucediendo, pues anteriormente podía hablar con total normalidad con el joven sin llegar a trabarse o ponerse nerviosa. Sin embargo, últimamente parecía ser imposible. Quería actuar con normalidad. Taehyung apretó su hombro y de inmediato descubrió las lágrimas de Lis, ladeó la cabeza y la miró a los ojos. Ella sonrió de forma forzada y se limpió las lágrimas con el muñon.

- No me mires. - dijo ella avergonzada. - Debo de estar horrible.

- Eh... - Taehyung retiró un mechón de su cabello y después acarició su mejilla con el pulgar mientras que le dedicaba una de sus mejores sonrisa.- Estás preciosa.

- ¡Oh, venga! - Lis desvió la mirada con timidez y soltó unas pequeñas carcajadas incrédula.

- Confía en la palabra de tu amigo. 

Lis volteó los ojos y volvió a mirarle con las cejas arqueadas sin poder creer todo aquello que decía su estimado amigo. Negó con la cabeza y seguidamente le cogió por los brazos, lo giró y le empujó con suavidad hacia el principio de la pequeña escalera.

- Lárgate. - dijo Lis intentando ser fuerte. Sin embargo, Taehyung se encogió de hombros y comenzó a subir el primer escalón.

Uno. Dos. Tres. Cada vez que Taehyung movía sus pies sentía como su corazón se lamentaba. <<Ojalá pudiese venir conmigo>>, pensó mientras que subía hasta el último escalón. Entre tanto Taehyung se sumergía en las distintas sensaciones que estaba experimentando, Lis estaba intentando controlar su ganas de desplomarse en el suelo y echarse a llorar. Una persona se encontraba observando la escena a través de la ventanilla y para su sorpresa su compañero de habitación se había enamorado.

- ¿Qué estás haciendo? - dijo Suga desde el otro lado de los asientos.

- Solamente necesito palomitas para contemplarlos. - dijo Jimin con una sonrisa.

- ¿Cuando piensa entrar? - preguntó Namjoon impaciente por volver a casa.

- Solo dale un poco más de tiempo. - suplicó Jimin.

- ¿Tiempo para qué? - Namjoon ladeó la cabeza y después se levantó para mirar por la ventana. - Esa chica le está volviendo más loco de lo que es.

- Lis. - corrigió Jungkook molesto.

- Oye, ¿a ti te ocurre algo? - preguntó Jin con una sonrisa juguetona.

Jungkook negó con la cabeza y estiró sus piernas sobre la mesa para acomodarse, después se puso los auriculares y decidió escuchar un poco música, pues no tenía el valor para cotillear como todos los demás la romantica escena que estaba viviendo Taehyung con la chica que le gustaba. Hacerlo sería hacerse daño a sí mismo. Por otro lado, Lis lo estaba pasando realmente mal y no pudo evitar acercarse hacia la escalera para llamarle. Taehyung se volteó con rapidez y la miró. Sus mejillas estaban completamente cubiertas por sus lágrimas y su labio estaba comenzando a tiritar. Bajó las escaleras y tiró de su mano para pegarla a él. Aunque tenía que obedecer y partir de nuevo hacia Corea necesitaba darle otro abrazo para consolarla, no podía verla llorar.  Las despedidas siempre suelen ser especialmente duras sobre todo cuando la persona que se va de tu lado es una de las que más aprecias. La gente podía ir y venir, pero Taehyung era un chico muy especial que siempre había tratado a la joven con cariño y sencillez.

- Te echaré de menos. - confesó Lis.

- Y yo a ti. Nos veremos.

- ¿De verdad lo crees? - Lis apartó la cabeza de su hombro y lo miró de reojo sin dejar de abrazarse.

- Lo creo.

Taehyung soltó aquellas dos palabras con total seguridad con la intención de tranquilizarla pero realmente no estaba seguro de aquello ya que solía viajar mucho ultimamente. De igual modo, tenía planeado hacer algo para estar a su lado.

۵   ۵   ۵

Al día siguiente Lis se despertó en cuanto su móvil sonó con su tono de llamada habitual. Observó con sus ojos achinados la pantalla y en cuanto supo que su madre la estaba llamando contestó con rapidez.

- Hola, mamá. ¿Cómo va todo por ahí?

- Más bien, ¿cómo te va a ti por ahí? - la voz de su madre provocó una sonrisa en Lis. Se sentó en el borde de la cama y escuchó atentamente. - ¿Cuando vas a volver? Ya tenemos ganas de verte.

- Apenas me falta una semana para volver.

- ¿Me avisarás?

- Claro, sin problema.

Prontamente se dio cuenta de que en dos días estaría de nuevo en la casa de sus padres, escuchando sus quejas habituales por el canal de la televisión y aguantando el mismo sermón de todos los días. Aunque todo esto no le agradaba y estaba disfrutando de su segunda semana sin ningún adulto, realmente quería verlos y abrazarlos. Ella sonrió cuando su madre le mencionó que para cuando llegara a casa tendría una buena bienvenida en la que los protagonistas serían sus pasteles favoritos rellenos de chocolate y nata. Cuando la conversación terminó, Lis suspiró ansiosa por tener noticias de Taehyung. Sin embargo, este no había dado señales de vida. <<¿Y si le ha pasado algo?>>, pensó.

Lis no tuvo más remedio que dedicarse aquella tarde del Martes a posar en medio de una plaza cuya decoración era muy clásica. El Dr.Keens estaba indicando a los responsables de la grabación donde situarse para que la escena se viera sencilla y a la vez asombrosa. En el momento en que Keens se enfadó con uno de ellos Lis quiso intervenir, pero decidió quedarse callada. Aquel joven que sujetaba la pesada cámara estaba realmente cansado y llevaban en ese mismo lugar al menos dos horas realizando la misma escena. También fue un problema ponerse a grabar en un sitio donde muchos turistas y familias paraban a descansar o a jugar a la pelota con sus hijos. El Dr. Keens se sintió tan frustrado que optó por viajar a otro lugar mucho más pacífico, donde no hubiesen sobretodo niños gritando. Lis se sentó sobre el asiento trasero y miró en la nevera portátil. El hombre que conducía esta vez era distinto que el de la primera vez y no dejaba de mirarla con atención cada dos por tres por el espejo retrovisor. Obtuvo una lata de refresco y tomó de ella varios tragos mientras que disfrutaba del sabor de una manzana que mordía con sus afilados dientes. Cuando el coche se detuvo, Lis recibió una notificación en su móvil. Deseó mirarla en el momento pero si lo hacía el Dr. Keens tal vez pagaría su enfado con ella. Salió del coche y caminó hacia el grupo que formaba un círculo.

- Quiero que saquen aquellas vistas, chicos. - ordenó Keens mientras que le daba una palmadita en el hombro al chico de la cámara pesada.

Se encontraban cerca de un mirador desde el cual podía apreciarse toda la ciudad entera de Los Ángeles. Lis se dejó llevar cuando Keens la sujetó por los hombros y la situó cerca de una barandilla. Cogió sus manos y las dejó sobre esta, después sonrió y asintió con la cabeza.

- Adelante.

Lis lo miró de reojo en cuanto se marchó a posicionarse por detrás de las cámaras para observar la escena. El vestido de Lis, rojo y largo, comenzó a moverse ligeramente al igual que su media melena. <<Por suerte, solamente debo quedarme quieta y esperar a que capten la escena que mejor les convenga. Ahora solo puedo concentrarme en la notificación que me ha llegado al móvil.>>, pensó.

Por otro lado, cuando el sol comenzaba a esconderse por el horizonte, Taehyung estaba profundamente dormido en su cama arropado hasta las cejas. Todos los integrantes habían llegado sanos y salvos, pero el cansancio pudo con ellos y todos se tumbaron en sus camas para echar una siesta, excepto Jungkook quien ya había estado durmiendo durante todo el de viaje. Decidió sentarse en la sala de estar y jugar con su móvil a videojuegos para pasar el tiempo y para quitarse de la cabeza a Lis, pues la había estado recordando sin cesar. Sabía que no tenía que haberse fijado en la chica que le gustaba a su amigo, pero fue inevitable cuando se quedó totalmente embelesado por la belleza y la timidez que desprendía. A pesar de saber que lo estaba haciendo mal, no podía esconder sus sentimientos. Al igual que Taehyung, él también quería tenerla cerca para contemplarla. Después de una media hora, Taehyung se despertó y se encaminó hacia la sala de estar. Cuando observó al maknae toquetear la pantalla del móvil con rapidez y ansia, carraspeó y se sentó a su lado con un vaso de agua.

- ¿Has dormido bien? - preguntó Jungkook sin dejar de mirar la pantalla.

- Necesito más horas de descanso.

- Eso es justo lo que no tendremos. - dijo soltando un suspiro. - Dentro de poco tenemos que volver a ensayar.

- Dios... no.

Taehyung se apoyó en el respaldo del sofá y echó la cabeza hacia atrás a la misma vez que cerraba los ojos,  a penas había podido dormir las cuatro horas del tirón y toda la culpa la tuvo Jimin, quien no dejaba de dar vueltas y de roncar.

- ¿Sabes algo de... Lis? - la pregunta surgió tan repentinamente que Taehyung no esperaba aquel interés de Jungkook hacia su mejor amiga. Lo miró fijamente y tragó saliva antes de dar una respuesta.

- No.

- ¿Tienes su número?

Taehyung abrió aún más los ojos, impresionado por su interés. Estaba viviendo en una situación muy incómoda ya que le tenía cierto cariño a Jungkook, pero sabía que era lo que pretendía. Se levantó del sofá, lo miró en silencio y después se marchó por la puerta. Jungkook cerró los ojos y los apretó arrepentido por su falta de educacion.  Posteriormente el suelo crujió y levantó la mirada. Taehyung se había ido algo frustrado pero intentó no actuar de malas maneras y verlo de otra forma distinta. Quería saber que era lo que podía pasar desde ese momento en adelante, si realmente a Lis le gustaba tanto como a él le gustaba ella. A pesar de que sus celos podían intervenir en cualquier momento, quería sentirse único y seguro.  De todas formas, tanto Jungkook como los demás integrantes eran buenas personas y si Lis se decantaba por alguno de ellos sabía que iba a estar en buenas manos. <<Pero... siendo sincero, la quiero para mi >>.

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