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Los dos jovenes subieron a la parte superior del Observatorio Griffith siguiendo la cola de personas que estaban allí para disfrutar de un cielo totalmente despejado y habitado por las hermosas estrellas. Se encontraba ubicado en la zona sur de la Montaña Hollywood y desde allí se podía ver a la perfección el Centro de Los Ángeles, Hollywood y parte del Océano Pacífico. Subieron unas escaleras y mientras que hacían tal acto podían observar algunos letreros y carteles donde se relataba la historia del Observatorio, pues éste se había fundado en el año 1935 y el lugar era uno de los sitios más visitados por los turístas. Subieron hasta la cúpula y Lis corrió hacia el borde del muro tan pronto descubrió las increíbles vistas de la ciudad. Taehyung la siguió a paso lento con las manos en los bolsillos. Ella se apoyó y desvió la vista hacia el suelo que estaba a varios metros de altitud. El chico se posicionó a su lado y ella le sugirió mirar hacia abajo. Él lo hizo y después sintió un pequeño mareo que le hizo echarse un poco hacia atrás.
- ¡No me digas que le temes a las alturas! - sentenció burlándose.
- No me digas que tú no le temes a nada. - se defendió y después le sacó la lengua sonriendo.
- Sí, pero no a las alturas. - mintió ella.
Lis agarró la prenda del chico y tiró de ella para que se situara a su lado nuevamente. Ambos apoyaron sus brazos sobre el muro y contemplaron las vistas. Algunos barcos navegaban a su ritmo por el Océano y las luces de éstos podían verse con facilidad al igual que los grandes rascacielos que mostraban la publicidad con el fin de atraer a más clientes a su empresa.
- ¿Por qué no nos echamos una foto? - Lis lo miró con una amplia sonrisa y sacó su móvil del bolsillo. - Quiero recordar este momento.
- ¿Conmigo?
- Em, no. Con aquel chico que está detrás tuya. - Taehyung se giró para buscar al chico que ella le había indicado pero detrás de él no había nadie. Volvió a mirarla con el ceño fruncido sin entender nada. - ¡Venga, no seas bobo! - le hizo un ademán con la cabeza y levantó el móvil a una altura apropiada. Taehyung sonrió y posó frente a la cámara. - Me gusta. - confesó Lis mirando la foto en la cual se podía ver toda la ciudad iluminada.
- ¿La guardarás? - preguntó él.
- Sí, esta y todas las que nos echemos. Ven, hazme el favor de echarme una a mi.
Taehyung cogió el móvil de la chica cuando se lo tendió e hizo la foto cuando ella posó con una sonrisa y un gesto con los dedos sobre los ojos. Después se acercó a él y le obligó a posar para que tuviese un recuerdo que enseñar a sus seres queridos a cerca del viaje que realizó. Cuando terminó miró atentamente la fotografía que le había hecho al chico y sonrió dulcemente.
- ¿Qué ocurre? - preguntó Taehyung a la vez que se ponía a su lado y miraba también la foto.
- Ya tendré un recuerdo de ti.
- ¿Quieres recordarme?
- ¡Por supuesto, Tae! Desde que he llegado a Los Ángeles has sido una gran ayuda. No esperaba chocarme contigo pero el destino nos unió y nos ha convertido en lo que somos.
- El destino nos unió... - repitió estas palabras casi en un susurro.
- Efectivamente, así lo pienso. - Lis levantó levemente su puño cerrado y esperó a que Taehyung reaccionara.
Taehyung pudo haber chocado su puño con el de ella. Vaya que si pudo. Pero se sintió en plena confianza para cogerla por las muñecas con suavidad y acercarla a él. La rodeó con sus brazos y ella soltó una carcajada vergonzosa. Se abrazaron y pudieron sentir el calor que emanaba del otro. Pudieron sentirse acogidos en una fría noche de otoño y el abrazo pudo durar unos diminutos segundos. Sin embargo, permanecieron así un largo tiempo y después no se separaron mientras que levantaron la vista al cielo estrellado. Sonrieron a la vez y después se miraron.
- No esperaba que fueses tan cercano. - dijo ella.
- Soy una caja de sorpresas, Lis.
Ella volvió a sonreír y mostró sus dientes increíblemente brillantes. Sus ojos grises se agrandaron cuando descubrió una estrella fugaz recorrer el cielo y desvanecerse al poco tiempo en la oscuridad por encima del chico.
- ¡Una estrella fugaz! - dijo como si fuese una niña pequeña. - Qué pena que no la hayas visto, Tae.
- Hay una oportunidad más para que pueda verla. - Taehyung rodeó sus hombros con uno de sus brazos y ambos se posicionaron para contemplar las vistas de la ciudad. - Un día de estos habrá lluvia de estrellas. No recuerdo exactamente el día pero me informaré y si te apetece...
- Me apetece. - dijo ella interrumpiéndole con una sonrisa y un ademán con el pulgar levantado hacia arriba. - Tengo que aprovechar ya que estoy aquí.
- ¿Dónde te apetecería verlo?
- Para poder contemplar perfectamente el cielo se debe estar en un sitio totalmente a oscuras, donde no haya ningún tipo de luz.
- Tienes razón, buscaré un buen lugar. - Taehyung apartó el brazo de ella y esta vez sí que acercó su puño y ella lo chocó de forma divertida.
۵ ۵ ۵
El día siguiente no acompañaba el momento de la sesión que tenía que hacer Lis para la revista. El temporal estaba cargado de viento y estaba empezando a chispear cuando ella vestía con un vestido amarillento de tela fina. Se encontraba trabajando a las afueras de la ciudad, cerca del Observatorio Griffith. Desde aquel lugar se podía ver la cúpula de éste y sonrió al recordar el momento vivido dos días atrás junto a Taehyung. Sinceramente le había parecido algo extraño no haber pasado con él las últimas horas, pero tenía que comprender que tenía vida a parte al igual que ella. El Dr. Keens no había acudido a la sesión, pues confiaba en el talento que obtenía la joven y dejó a otros empleados a cargo para indicarle lo que tenía que hacer. Realmente no había nada nuevo, bastaba con unas cien fotografías y ya habría realizado su tarea, al menos aquel día en el que la lluvia aumentaba su fuerza.
Cuando llegó a casa eran las siete y media de la tarde y decidió darse una ducha caliente mientras que escuchaba aquella voz tan juvenil y masculina que se reproducía en su playlist. Ella deseaba saber el nombre del chico que la cantaba pero en el reproductor no aparecía ninguno, solamente números. Sin embargo, cuanto más la escuchaba más se la hacia familiar. El timbre sonó uno hora después y Lis abrió la puerta en pijama. Anne estaba en el exterior y sus manos sujetaban un bote de harina y muchos más elementos y accesorios para preparar cualquier tipo de bizcochos u otra cosa que se le ocurriese. Lis la invitó a pasar y ella caminó hacia la cocina. Cerró la puerta y la siguió con curiosidad.
- ¿Para qué es esto? - preguntó.
- Leí el mensaje que ayer me escribiste de que te gustaría aprender a cocinar postres caseros. Aquí te traigo algunas cosas que te pueden hacer falta y... - sacó de su bolsillo una hoja y se la ofreció a Lis con una amplia sonrisa. - ... una receta para hacer tarta. No te será muy complicado prepararla.
- ¡Muchas gracias, Anne! - la abrazó con fuerza y después dió unas palmaditas emocionada. - En cuanto haga la tarta, te guardaré un poco para que la pruebes.
- Ay, niña. Lamento no poder ayudarte, pero ahora tengo más trabajo.
- No te preocupes, me las apañaré.
- ¿Tienes algo que hacer este fin de semana? - preguntó Anne a la vez que se cruzaba de brazos sonriente.
- Sinceramente, no lo sé. El Dr. Keens me dijo que tal vez algunos fines de semana me podría tocar realizar varias fotografías.
- Que lastima que no te dejen descansar un fin de semana entero, querida. Yo y mi marido tenemos pensado acudir a un concierto en el Staples Center. Allí estarán algunos más de nuestros familiares ya que los más pequeños quieren ir a ver a un grupo muy famoso que ahora mismo no me acuerdo el nombre... - se quedó pensativa durante unos pocos segundos y después sacudió la cabeza sin darle de más importancia. - Bueno, un grupo. Si libras puedes llamarme y venirte con nosotros.
- ¿Un concierto? Me encantaría ir, de verdad. Espero que a Keens no se le ocurra hacerme trabajar...
Las dos rieron al unísono y se sentaron en el sofá a tomar un poco de café mientras que charlaban sobre sus gustos musicales. Lis le había enseñado la canción del chico desconocido y le preguntó si tenía idea de quien era. Ella respondió que no y soltó un largo suspiro. Le confesó que aquella voz la había enamorado y anhelaba conocer por lo menos el nombre del artista.
۵ ۵ ۵
Por otro lado, el día de Taehyung había transcurrido rápidamente gracias a todas las horas que le había dedicado a las coreografías que tan pronto les mostrarían al público de Los Ángeles. Faltaban tan solo dos días para que se presentaran en el escenario del Staples Center. Cuando hubieron terminado él y todos sus compañeros el ensayo, Taehyung se introdució en el cuarto de baño y se pegó una ducha placentera. Posteriormente, salió vestido con su pijama largo de rayas azules y se tumbó sobre la cama para cerrar los ojos un momento sin llegar a dormirse. Jin llamó a la puerta antes de pasar y se acercó a su derrotado cuerpo.
- ¿Cansado? - Jin sonrió de oreja a oreja y se aproximó a la bolsa de aseo de Jimin la cual estaba sobre el comodín.
- Demasiado. - se pasó las manos por la frente y echó su cabeza hacia atrás. - ¿Buscas algo? - preguntó observando a Jin.
- Le he pedido a Jimin si podía dejarme uno de sus cepillos. El mío no sé donde está, tal vez lo perdí en el viaje o ni si quiera llegué a traerlo.
- Te dejo el mio.
Taehyung le indicó con su índice que abriese el armario y buscase en una mochila que tenía ahí guardada. Su compañero le dio las gracias y tras darle las buenas noches desapareció a la misma vez que cerraba la puerta con suavidad. El cansancio le obligaba a cerrar los ojos. Sin embargo, el tono de llamada del móvil llamó su atención. Se levantó perezosamente de la cama y dió unos pequeños pasos hacia el escritorio descubriendo que Lis estaba realizando una videollamada. Antes de cogerla se aseguró de que la puerta estuviese completamente cerrada. Se sentó sobre el colchón y peinó ligeramente su cabello con la ayuda de sus dedos. Contestó a la videollamada y pudo ver por la pantalla a Lis con el pelo recogido y en pijama. Llevaba uno largo diseñado con corazones y estrellas.
- ¡HOLA! - Lis le saludó con una de sus manos mientras que con la otra sujetaba el móvil.
- Hola, ¿a qué se debe tu llamada? - él sonrió de lado y contempló cada detalle que se le formaba cuando hablaba. Infló sus mofletes y pasó su dedo por el mentón antes de soltar alguna palabra.
- Me he enterado de que este fin de semana se celebra un concierto y estaba pensando si podrías venir conmigo. Creí que el Director me llamaría para trabajar, pero me ha dado la buena noticia de que lo tendré libre.
- ¿Un... un concierto...? - él sintió los latidos de su corazón y después un nudo que se le formó en la garganta. Tragó saliva y pensó rápidamente en alguna excusa. Se arrascó la parte trasera de la cabeza y soltó un largo suspiro observando como el rostro de Lis se entristecía temiéndose la respuesta del chico. - Lo siento, no creo que pueda. - intentó evitar mirar a la pantalla, pues no quería encontrarse con el desilusionado rostro de ella. Se sintió culpable al instante por mentirla pero tenía la intención de contarle su secreto más adelante.
- Oh, vaya... - ella desvió su mirada y agachó la cabeza lentamente. - No pasa nada, Taehyung. Nos veremos otro día. - lo miró fijamente y fingió una sonrisa. Fingió estar bien y que nada pasaba pero realmente lo echaba de menos. Ambos se echaban de menos.
- Lo siento, Lis. Te llamaré en cuanto esté libre, te lo prometo. - se lo dijo casi en un susurro y ella hizo un ademán con sus manos y después se despidieron chocando con un leve balanceo de manos.
La mentira que le había dicho ahora le estaba haciendo sentir totalmente abatido. Se llevó las manos a la cabeza y apretó sus ojos por unos segundos hasta que Jimin apareció por la puerta y lo miró con el ceño fruncido.
- ¿Te ocurre algo?
- Es muy difícil ocultarle a alguien que eres famoso.
- ¿Y por qué lo haces? - Jimin soltó una pequeña carcajada y después se sentó en el borde de la cama de Taehyung.
- Tenía miedo y no quería decirle quien soy por que tal vez no me iba a mirar con los mismos ojos.
- Tienes miedo de que te quiera por el mero hecho de que eres famoso, ¿no es así? - Taehyung asintió con la cabeza y se mordió el labio inferior ligeramente. Jimin le dió unas palmaditas en el hombro y se levantó lentamente de la cama. - Ella ahora mismo cree que eres una persona más, sin fama quiero decir.
- Se lo tengo que decir. Nada más terminemos el concierto se lo diré.
- ¡Ese es mi amigo!
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¿Qué tal os aparecido este capítulo? Espero que lo disfruten!!!
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