Capítulo 2
Cassey estaba detrás de la encimera, suponía que preparando algo de cenar. Lucía muy bien allí, como si perteneciera a ese lugar y sin importarle en lo absoluto estar sin camisa para arriba.
Me aferré fuertemente al marco de la puerta mientras veía a mi visita inesperada sentarse en la barra de la cocina y conversar muy animada con Cassey. Respiré profundamente mientras me acercaba hacia la barra y me sentaba a su lado.
—¿No sabía que vendrías esta noche?
—Te dejé un mensaje en el teléfono. ¿No lo recibiste?
—No. —la verdad era que no tenía ni idea de donde había dejado mi teléfono.
—Ya he conocido a Cassey, me dijo que estaban ensayando una escena de la película.
¡Dios! Si supiera lo que estábamos ensayando.
—Si, en eso estábamos cuando llegaste. —por favor márchate, márchate, le supliqué en silencio.
—Si les molesta puedo venir en otra ocasión para que continúen con el ensayo.
—No nos molesta, quédate a cenar y nos haces compañía. El ensayo puede esperar. —
¡Esperar!
¿Cuánto tiempo pretendía que estuviese con las bolas estas en mi interior? Apreté mis piernas e intenté cambiar el rumbo de mis pensamientos, y dejar de pensar en lo que tenía dentro de mí, excitándome a cada instante.
—¿Qué estás preparando para cenar? —le pregunté a Cassey mientras este se giraba brevemente en mi dirección.
Y por la forma en que me sonrió no sé porque me pareció que estaba tramando algo.
—Estoy preparando macarrones con queso. Ven prueba aquí. —me dijo mientras sacaba una cuchara de madera con salsa y me la ofrecía.
Respiré profundamente y me levanté de la banqueta. Caminé en su dirección y me detuve con pies temblorosos junto a él. Acerqué mi boca a la cuchara y soplé antes de probar la salsa. Mmm, esto estaba delicioso.
—Exquisita. —le dije separándome de él.
—Espera, déjame limpiarte. —me dijo mientras deslizaba el dedo por la comisura de mis labios para quitar el resto de la salsa.
¡Oh Dios! El no estaba haciendo esto.
—Listo. —me quedé mirándolo fijamente a los ojos.
Si no fuera por nuestra visita, chuparía su dedo, solo para tentarlo. Regresé nuevamente hacia mi puesto.
—¿Para qué necesitabas verme? —le pregunté cuando me senté nuevamente en mi sitio.
—¿Podemos hablar en privado?
—Por supuesto, vamos a mi habitación.
Me levanté una vez más de la banqueta y miré hacia la habitación. Respiré profundamente y me dirigí hacia allí. Me senté en la cama y Jade cerró la puerta detrás de ella. Y después se sentó en la cama a mi lado.
—Sabía que Cassey Walker estaba buenísimo, pero verlo sin camisa, en vivo y a todo color ha sido demasiado.
—No es para tanto Jade.
—Claro, ya tu te acostumbraste a verlo así, para mí ha sido un impacto. —me dijo dejándose caer en la cama.
Dios el movimiento en la cama. Había olvidado por un segundo las bolas. Jade se sentó nuevamente en la cama. Y esta vez se quedó mirándome con los ojos entrecerrados.
—¿Qué es lo que acabo de presenciar? —me dijo señalando hacia la otra habitación.
—Frustración sexual. —le respondí mientras ella reía a carcajadas y la cama se movía una vez más. —Por favor no muevas la cama. —le pedí mientras ella dejaba de moverse.
—¿Qué te sucede? Estás extraña hoy, mas sonrojada que de costumbre y caminando como si tuviese algo...—dejó la frase a medias y se me quedó mirando fijamente. —¿Traes unas bolas chinas dentro?
—Si. —le contesté en un jadeo.
—¿Y como lo llevas? —me preguntó mientras yo cerraba los ojos.
—Dejémoslo en que lo llevo. Por cierto, me mentiste con respecto a para lo que se utilizaban.
—Lo siento, nunca pensé que llegarías a conocerlas y lo que hacen en realidad.
—Pues ya ves. —le dije mientras intentaba controlar los espasmos en mi interior.
—Son muy divertidas la verdad.
—¿Divertidas? ¿Es en serio? Jade me estoy muriendo, no sabes lo que me hizo antes de ponérmelas.
—¿Qué te hizo? —preguntó ella con curiosidad.
—Me dejó al borde del orgasmo.
—¿Te está torturando?
—Más bien se está vengando de mi por mentirle y engañarlo durante tanto tiempo.
—Pero pensaba que ustedes dos no podían estar juntos.
—Ya el lo sabe todo Jade.
—¿Cómo lo supo?
—Se dio cuenta mientras filmábamos. —le dije recordando brevemente lo que había sucedido.
—¿Sabe quién soy yo?
—No lo sé.
—¡Chicas! La cena está lista. —gritó Cassey desde la cocina.
Me levanté de la cama y cerré lo ojos. Miré hacia el pasillo. Tenía que caminar nuevamente hacia la cocina.
—¿Quieres un consejo? —me dijo Jade desde la puerta.
—Me vendría bien en estos momentos.
—No pienses en ello, o será peor. —me dijo mientras salía de la habitación.
Ella lo decía muy fácil. Caminé hacia la cocina y me senté una vez más en la banqueta de la barra. Cassey puso los platos y se sentó junto a mí. A pesar de lo que yo pensaba, la cena no transcurrió en completo silencio. A Cassey se le ocurrió hacer chistes, chistes a los que no puede evitar reír. Y cada vez que reía era peor. Estaba apunto de alcanzar mi orgasmo, no podía aguantar esto más.
Entonces Cassey se acercó a mi oído.
—Que ni se te ocurra.
—¿Disculpa? —le dije frunciendo el ceño sin entender a qué se refería.
—No te vengas. —me susurró en el oído.
—¿Y si lo hago?
—Si lo haces te perderás lo mejor. —me susurró mientras se alejaba de mí.
—Entonces, Jade. ¿Desde cuándo se conocen tú y Lex?
—Desde hace años, somos mejores amigas desde... siempre.
—Tu rostro me suena familiar. ¿Nos hemos visto en alguna parte?
Jade y yo nos miramos fijamente. ¿Acaso ya se había dado cuenta?
—No lo sé, no vivo en Los Ángeles. —dijo Jade a la defensiva.
Cassey se quedó mirándola fijamente por un momento.
—¿Puedo preguntarte algo?
—Lo que sea. —le dijo Jade mientras le sonreía.
—¿Cómo lograste convencer a Jamie de que subiera a los VIP?
—¿Disculpa?
—Trabajas en el club de Jonathan, eres una de sus bailarinas principales.
¡Mierda! Ya lo sabe ¿Qué va a pasar ahora?
—En realidad no la convencí, ella aceptó sola.
—Saluda a Jonathan de mi parte.
—Lo haré.
Ellos continuaron conversando, pero yo no podía prestarle atención. Apenas y podía comer. Tenía el estómago hecho nudos.
—¡Jamie! ¿No vas cenar nada? Apenas y has tocado la comida. ¿No te gustó?
—Está deliciosa, solo que no tengo mucha hambre ahora.
Lo voy a matar. Juró que, si no termina esta tortura pronto, lo voy a matar.
—La cena estaba deliciosa Cassey, gracias por invitarme.
La cena se había tardado más de lo que me hubiese gustado. Cassey había sacado una botella de vino de algún lugar de la casa y nos habíamos tomado la botella completa. Al menos yo me había tomado la mayor parte. Solo esperaba que el vino ayudara a olvidarme del hormigueo que se había convertido en algo insoportable ya.
—Aún falta el postre. —dijo el mientras se levantaba y se dirigía hacia la nevera.
Miré a Jade, y me acerqué a ella.
—Si te quedas para el postre, te mato. —le susurré mientras Cassey llegaba a nuestro lado.
—¿Listas para el postre? —dijo mostrándonos un envase de helado.
—Lo siento, pero debo marcharme. —dijo Jade levantándose de la banqueta. —Ha sido un placer conocerte Cassey. —dijo ella dirigiéndose hacia la puerta.
Sacando fuerzas, me levanté de la banqueta y fui hasta la puerta para despedirme de ella.
—Igualmente. —le dijo Cassey mientras llegaba a mi lado.
—Gracias por tu visita Jade, dile a mi hermano que el fin de semana le haré la visita.
—¿De veras? —dijo ella muy ansiosa.
—Mira a ver cuales son tus planes. —le advertí.
—Te espero entonces. —dijo como despedida mientras abría la puerta y se marchaba.
Cerré la puerta y me enfrenté a Cassey.
—Te has divertido mucho, ¿verdad?
—¿La verdad? Si, lo he hecho.
—Pues yo no, no he cenado nada, estoy medio achispada por todo el vino que he tomado. Y estoy irritada por no poder alcanzar la liberación. —le dije mientras pasaba rápidamente por su lado en dirección a mi habitación.
Cassey tiró de mi mano evitando que diera un paso más. Y el tirón hizo que chocara contra su torso desnudo. Y que las bolas se movieran.
—¿No te has venido? —me preguntó de repente.
—¿Qué crees genio? —le dije sarcásticamente deshaciéndome de su agarre y caminando nuevamente hacia la habitación.
En cuanto llegué a la habitación sentí nuevamente el agarre de su mano en la mía haciéndome girar nuevamente y chocar una vez más contra su cuerpo.
—Has aguantado demasiado para haberlas usado por primera vez, y mucho más después de lo sucedido en la ducha.
—¿Déjame en paz Cassey? —le grité tratando de deshacerme de su agarre.
—Jamás.
—¿Hasta cuándo piensas seguir torturándome? —le pregunté furiosa
—Voy a poner fin a esa tortura ahora mismo. —dijo mientras unía sus labios con los míos.
Había comido helado. Me lo decía el delicioso sabor a vainilla de su lengua. Le devolví el beso mientras con su cuerpo me fue empujando hasta hacerme caer en la cama.
Su cuerpo vino sobre el mío. Me levantó la blusa y comenzó a dar besos por mi cuerpo. Sus besos hacían que me moviera, y el movimiento hacía que las bolas en mi interior se movieran aún más.
Rápidamente Cassey se deshizo de mi short y ropa interior. Y comenzó a besarme nuevamente ahora desde mi vientre y bajando hacia mi sexo. Ya no podía aguantar más. Sentía mis paredes apretarse una vez más mientras el deslizaba la lengua por mi clítoris.
Y entonces sentí como sacaba las bolas de mi interior. Y eso fue suficiente para catapultarme a un orgasmo arrasador. Mi cuerpo convulsionaba de placer cuando sentí su miembro caliente invadiéndome y moverse rápidamente en mi interior.
—Aún no hemos terminado Lex. —me decía entre envestidas.
Cassey se movía rápidamente en mi interior. Pero yo no podía mantener los ojos abiertos y apenas tenía fuerzas para sostenerme de la sábana de la cama mientras el entraba una y otra vez en mí. Mis paredes rápidamente comenzaron a apretarse a su alrededor. mi cuerpo traicionándome ante sus movimientos certeros dentro de mí.
—Abre los ojos Lex, quiero verte a los ojos cuando te llene completamente. —me dijo haciendo que abriera los ojos de repente.
Y entonces lo sentí llenándome completamente. Y me dejé ir con un gemido audible. Solté las sábanas cuando Cassey se dejó caer sobre mi cuerpo. Mi respiración, al igual que la de él acelerada.
—Espero que hayas terminado con tu venganza. —susurré haciendo que el levantara la cabeza y me mirara a los ojos.
—Si, he terminado con mi venganza. —me dijo mientras besaba mi vientre. —Por hoy. —me dijo en un susurro haciendo que yo riera.
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Xoxo🐦⭐
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