Capítulo 18
—¡Mierda!
Un grito hizo que me despertara y me sentara en la cama. Miré hacia mi lado, Cassey no estaba. Salí de la cama hacia el baño y después de lavarme la boca y ponerme algo de ropa salí de la habitación buscándolo.
—¡Cassey! —grité tratando de localizarlo.
—En la cocina. —escuché su grito y fui hacia allí.
Cassey estaba en la cocina terminando de preparar el desayuno.
—Siéntate, hice un omelete de queso. —me dijo sin girarse en mi dirección.
Hice lo que me pidió. Me senté y lo observé terminar de preparar el desayuno. Y poner varios platos frente a mí, además del omelete de queso. Tostadas, jugo, mantequilla. Todo lo que no había en la nevera ayer.
—¿De donde ha salido todo esto? —le pregunté con curiosidad mientras el se giraba en mi dirección y solo entonces lo miraba bien por primera vez. —Traes un delantal?
—Se supone que para cocinar necesito uno si no quiero arruinar la ropa. —me dijo con una sonrisa mientras se lo quitaba y se sentaba a mi lado.
—Pensaba que no te preocupaba mucho la ropa que llevabas puesta. Que tenías dinero suficiente para comprar otra.
—Lo tengo, pero eso no quiere decir que deba arruinar la ropa que traigo puesta cocinando y después desecharla.
—Hum. —le dije mientras cogía una tostada. —¿De dónde salió todo esto?
—Del mercado, de donde si no.
—¿En que momento fuiste de compras?
—Temprano, estabas dormida y no quise despertarte. —me dijo mientras me miraba sonriendo. —Desayunemos, aún debemos regresar a L.A.
No era la primera vez que Cassey me preparaba algo de comer, . Y como mismo comenzamos, rápidamente terminamos y recogimos las cosas.
—Nos vamos, pero antes. —me dijo caminando hacia la sala y cogiendo dos cascos me daba uno. —La seguridad primero.
—¿También me compraste un casco?
—Y una chaqueta. —me dijo alcanzándome la chaqueta de cuero negra que no había visto sobre el sofá. —Los vas a necesitar. —me dijo mientras salíamos por la puerta.
Sacó la moto del garaje y se subió elegantemente sobre ella, presionó un botón y el motor cobró vida. Me puse el casco y la chaqueta y subí detrás de el mientras me sujetaba de su hombro.
—Te recomiendo que te agarres fuerte. —me dijo mientras aceleraba suavemente por dentro de la ciudad.
Y así lo hice me agarré con todas mis fuerzas de su cintura. Cassey conducía prudentemente dentro de la ciudad. Pero en cuanto estuvo en la autopista, fue totalmente diferente. Si ya me estaba agarrando con fuerza, ahora tenía que hacerlo con más fuerza. Los autos pasaban a nuestro lado como un borrón difícil de distinguir. Bueno pasaban no, Cassey los pasaba. Y el viaje a L.A me pareció mas corto de lo que debería ser. Cuando dejamos la autopista atrás, Cassey redujo la velocidad y me vi en la carretera rumbo a mi casa. Cassey detuvo la moto frente a mi casa y solo entonces me solté de él.
Bajé de la moto, me quité el casco y se lo tendí.
—Es tuyo. —me dijo rechazándolo mientras se bajaba de la moto.
—Creo que no lo necesitaré más. —se lo di nuevamente.
—Sí, lo necesitarás.
—No estarás pensando en venir a buscarme en la moto para llevarme al estudio. —dije mientras caminaba hacia la puerta de la casa.
—Por supuesto que sí. ¿Acaso no disfrutaste el viaje?
—No pude disfrutarlo mucho cuando apenas y veía el paisaje que dejábamos detrás. ¿A qué velocidad veníamos? —le pregunté deteniéndome y girándome en su dirección.
—A una prohibida. —me dijo con una sonrisa.
—¿Venías a más de 100 km/h? —le pregunté asustada.
—No. No estoy tan loco Jamie. —me dijo mientras caminaba en mí dirección. —Venía a más de 200km/h.
—¡Pero estas loco! —le grité lanzándole el casco que el atrapó en el aire.
—No, no lo estoy.
—¿Qué hubiese pasado si nos caíamos?
—No nos íbamos a caer, a menos que hubiese habido algo en la carretera. Estoy calificado para manejar a esa velocidad.
—¡Eh!
—¿No sabes que se necesita una licencia especial para conducir motos de más de 1000cc?
—No lo sabía.
—Pues yo la tengo, así que no debes preocuparte. —dijo llegando frente a mí. —Mientras estés conmigo estás a salvo.
—Lo sé.
—A salvo de todos excepto de mí. —me susurró en el oído mientras yo reía.
Entonces un ruido detrás de nosotros hizo que nos separáramos y ambos nos giramos hacia la puerta de mi casa. Por la puerta salían dos hombres vestidos con máscaras y con unos tanques de fumigación en la mano. Solo entonces me percaté de una camioneta blanca parqueada más delante de donde Cassey había estacionado.
Me dirigí hacia los dos hombres que salían de mi casa. ¿Cómo habían entrado?
—Disculpen. ¿Puedo saber porque tienen una llave de mi casa? —les pregunté mientras ellos se quitaban las máscaras.
—Esta casa es propiedad de Mary Walker, ¿cierto?
—Si. —contesté yo.
—Tenemos un contrato con ella y cada seis meses inspeccionamos sus propiedades. Le avisamos que lo haríamos ayer y ella nos dio la llave para entrar pues dijo que su residente no estaba.
—Acabo de regresar. —me quedé viendo como el otro hombre cerraba la puerta con llave. —¿Cuándo puedo entrar?
—Siento decirle que no podrá entrar hasta dentro de una semana.
—¿Qué? ¿Por qué no?
—Porque detectamos una plaga en su casa y durante una semana debemos fumigarla para exterminarla completamente.
—¿Y que sucederá con mis cosas?
—Sus cosas fueron retiradas y trasladadas desde ayer hacia la casa de la señora Walker.
Y allí me quedé viendo cómo se marchaban y dejaban mi casa cerrada.
—¿Necesitas que te lleve?
Me giré hacia Cassey y me quedé mirando fijamente el casco que me tendía.
—Voy a aceptar porque no me queda otra opción. —le dije mientras el reía y yo le quitaba el casco de la mano.
Esta vez condujo despacio hasta la casa de su madre, bueno, al menos eso me pareció. Me bajé de la moto y evité que él se quitara el casco.
—Yo tu no me lo quito.
—¿Por qué no?
—Porque si tu madre se entera de que has ido a buscarme a Santa Ana se va a enredar la cosa.
—¿Qué te hace pensar que no lo sabe? Te llamo luego. —me dijo mientras arrancaba la moto.
—¿Estás apurado?
—Sí, por ahí viene mi madre. —me dijo mientras yo miraba brevemente hacia el camino y la veía acercarse en mi dirección.
Cassey aceleró la moto y salió a toda velocidad perdiéndose rápidamente por la carretera. Me giré nuevamente hacia Mary.
—¿Dónde está tu auto?
—Se lo dejé a mi hermano, en estos momentos le hace más falta que a mí. Acabo de llegar y enterarme de la plaga. —le dije mientras caminaba junto a ella dentro de la casa.
—Si, al parecer utilizaron alguna madera infestada en la construcción. —me dijo tendiéndome la llave del apartamento nuevamente. —¿Qué tal el viaje de regreso?
Su pregunta me tomó por sorpresa y le contesté con algo de duda.
—Bien. —algo borroso.
—Cassey tenía mucha prisa. ¿Fue el quien te trajo desde Santa Ana?
¡Mierda!
Se había dado cuenta.
Incluso con el casco puesto lo había reconocido.
—Sí. —confesé. — Fue a ver cómo me encontraba y se ofreció a traerme cuando vio que le había dejado el auto a mi hermano.
—¿Qué amable de su parte?
—Si. Greg está en New York y mi hermano insistió mucho para que no cogiera un taxi.
—¿Tu hermano está bien?
—Si. —le contesté escuetamente.
—Tus cosas están en el apartamento, imagino que debes estar cansada del viaje y de los días en el hospital.
—Si.
—Te dejo para que descanses entonces, mañana te recojo para salir hacia el estudio.
—De acuerdo. —le dije despidiéndome de ella.
Y seguí mi camino hacia el apartamento.
Me dejé caer en la cama en cuanto entré. Ha sido demasiado estrés para un solo fin de semana. Necesito descansar.
Fui hacia el baño, me di un relajante baño y después fui hacia la cama y me dejé caer en ella nuevamente. Cerré los ojos y no me percaté del momento en que me quedé dormida.
El sonido de mi celular sonando a lo lejos insistentemente me sacó de mi dulce y relajante sueño. No tenía idea de que hora era, pero si imaginaba quien estaba llamando insistentemente.
Me levanté y busqué el teléfono. Y mientras le sonreía a la pantalla contesté.
—¿Es que no te cansas de invadir mi privacidad?
—De eso nunca me cansaré. ¿Me puedes abrir la puerta?
—¿Pensé que tenías las llaves?
—Al parecer mi madre cambió las cerraduras.
—Enseguida te abro. —le dije mientras caminaba hacia la sala.
—Estoy en la puerta oficial, mi madre me ha enviado a buscarte para cenar.
Fue lo ultimo que me dijo antes de colgar. Eran casi las 8:00 pm y ni siquiera me había percatado. Llegué a la puerta y la abrí parándome detrás, para que el no me viese, y lo invité a entrar.
En cuanto cerré la puerta Cassey se giró en mi dirección.
—¿No me digas que te estabas duchando? —preguntó caminando en mi dirección.
—No, estaba durmiendo.
—¿Duermes muy a menudo solo con bragas? —dijo parándose frente a mí.
—En realidad últimamente duermo desnuda. —le contesté con una sonrisa.
—Si no fuese porque mi madre nos espera para cenar...—dijo dejando la frase a medias mientras ponía las manos en el borde de las bragas.
—Imagino lo que puedes hacer. —le dije mientras me apartaba de él y caminaba hacia la habitación. —Dejaré que me lo muestres más tarde.
Después de la cena regresé al apartamento y me quedé solamente en bragas esperando a que Cassey viniera y me demostrara, como tantas veces ya, sus habilidades en la cama. Pero el no lo hizo. Imaginé que había sucedido algo serio para que el no hubiese venido como sabía que lo haría.
Comencé a teclear un mensaje para enviárselo, pero decidí no hacerlo. No sabía si estaría con su madre. Así que me acosté en la cama a estudiar las escenas que filmaríamos mañana.
A la mañana siguiente Mary tocó a mi puerta cuando terminaba de vestirme y salimos hacia el set. En cuanto llegamos fui hacia vestuario y después a maquillaje donde me encontré con Cassey. Intercambiamos una mirada cómplice, un saludo, y nada más que alguna que otra pregunta referente al trabajo. En cuanto terminamos nos dirigimos hacia nuestras sillas en el set mientras terminaban de preparar las cosas para la escena que filmaríamos.
—¿Cómo dormiste anoche? —me preguntó de repente.
—Incómoda. —y era la verdad, me había acostumbrado a dormir con él a mi lado.
—Yo no pude dormir. —me contestó mientras yo lo miraba fijamente.
—¿Sucedió algo?
En ese instante Mary se acercó donde estábamos.
—¿Listos?
Ambos contestamos con un asentimiento mientras la seguíamos al set.
—No pude pegar ojo sabiendo que me esperabas en bragas en la cama. —me susurró en el oído.
Y yo solo reí.
—¿Cómo sabías que estaba en bragas en la cama?
—No lo sabía, pero, lo imaginé. —me contestó con una sonrisa.
Llegamos al centro de la habitación en la que íbamos a filmar, justo en la sala de estar del apartamento de él. Miré todo a mi alrededor. Era la primera escena que filmábamos en su apartamento.
—"Comenzamos en cinco minutos chicos." —gritó Mary.
Caminé por el apartamento familiarizándome con las cosas para la escena que íbamos a filmar. Memoricé las cosas lo mejor que pude y regresé a mi posición.
—"Comenzamos en un minuto"
Me quedé mirando a Cassey fijamente, perdiéndome en su mirada, como mismo lo hacía el en la mía. No sabía si sería prudente preguntarle porque no había ido anoche. Aunque imaginaba que el motivo principal había sido su madre.
—Después. —me contestó leyendo mi mente.
—"Escena 180, Toma 1, ¡Acción!
Caminé furiosa y con paso decidido hacia la habitación, abrí furiosa el armario y saqué una maleta que puse sobre la cama.
—¡Elizabeth! ¡Espera!
—¿Qué es lo que debo esperar Max? ¿Qué me des otra de tus explicaciones?
—Se que va a sonar absurdo, pero déjame explicarte.
—No creo que haya mucho que explicar. Estás casado y según creo entender eso no va a cambiar en un futuro próximo. ¿O sí?
Pero el no contestó. Solamente nos miramos fijamente.
—Eso pensé. —le contesté mientras comenzaba a echar la ropa en la maleta.
—Detente por favor. —me dijo tomándome por las manos y haciendo que la ropa se me cayera de las manos.
—Déjame en paz por favor. —le pedí implorante con lágrimas en los ojos. —Déjame continuar con mi vida como si nunca nos hubiésemos conocido.
—No puedo hacer eso y lo sabes perfectamente, no puedo dejarte ir, no cuando te llevarías una parte importante de mi contigo.
—Suéltame por favor, me estas haciendo daño. —pero Cassey no me soltaba.
—"Corten"
—"Cassey olvidaste soltar sus manos, retomamos en la última línea"
—"Escena 180, Toma 2, ¡Acción!"
—Suéltame por favor, me estás haciendo daño. —y solo entonces el me soltó.
Terminé de meter la poca ropa que tenía aquí en la maleta y la cargué hacia la sala. Podía sentir sus pasos mientras me seguía.
Abrí la puerta.
—Por favor, no te marches, no me dejes. —me imploró arrodillándose en el suelo.
—Lo siento, de verdad, pero no puedo seguir contigo, no después de todo lo que me has ocultado todo este tiempo, no después de prometerme que no me mentirías más.
—Lo hice por tu seguridad, no podía contártelo, entiéndeme. No me hagas tomar una decisión que no depende de mí.
—No te estoy pidiendo que decidas Max, porque yo ya lo he hecho por los dos. Entiendo porque lo hiciste y agradezco que hayas querido protegerme. Te amo, pero no puedo estar contigo, no de esta forma. —caminé hacia la puerta y la abrí.
—No te marches.
Lo miré por ultima vez. Respiré profundamente con lágrimas en los ojos.
—Adiós Max. —le dije mientras salía por la puerta.
—"Corten"
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¿Creen que puedan ocultar por mucho tiempo su romance?
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Xoxo🐦⭐
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