Busqué los platos y se los alcancé para que los pusiera en la mesa mientras yo buscaba los cubiertos.

Y por un momento me quedé mirándolo embobada, como mismo lo miraban todas las mujeres, como lo había mirado Corrine hacía unos minutos.

—¿Qué? —me dijo llegando a mi lado y sacándome de mi trance.

—Nada, nunca pasó por mi mente que vendrías a Santa Ana. —le dije mientras comenzaba a poner los cubiertos.

—Anoche mientras estaba acostado en mi cama, solo, todo estuvo muy claro para mí.

—¿Cómo hiciste para que no te siguieran los paparazzi? —le pregunté con curiosidad.

No había visto ninguno apostado afuera de la casa de mi hermano.

—Eso, fue toda una hazaña. Jonathan vino en la moto con Jade y nos cambiamos de ropa. Tuve que salir de la casa con el casco puesto para que no se dieran cuenta del truco. Deben estar pensando que la chica sigue conmigo en la casa.

—¿La moto no es tuya?

—Sí, pero no la guardo en mi casa, y no salgo mucho en ella.

—No sabía que manejaras motos.

—Lo hago, Jonathan y yo de vez en cuando corremos en el Speedway.

—¿Corren?

—Sí. Aunque nadie sabe que soy yo. ¿Te imaginas si lo descubren?

—Lo imagino.

—Creo que es una de las pocas cosas que puedo hacer libremente sin que nadie sepa quién soy.

—¿Te gustaría hacer más cosas sin que te molestaran?

—Hay momentos en que me gustaría no ser una persona famosa, ser una persona normal, y hacer cosas normales.

—Como tener una cena familiar sin ninguna personalidad sentada a la mesa pendiente a todo lo que haces.

—Exactamente. —me dijo con una sonrisa.

—La mesa ya está lista Corrine. —le grité mientras miraba fijamente a Cassey.

Llevé a Cassey hacia la sala y lo dejé con mi hermano mientras ayudaba a Corrine a poner la comida en la mesa. Cinco minutos más tarde me dirigí hacia la sala. Y me encontré a Cassey y a mi hermano riendo. Me recosté al marco de la puerta y me quedé viéndolos como se reían y conversaban.

Cassey miró en mi dirección, y me sonrió. Caminé hacia donde ellos estaban.

—La cena está lista. —les dije mientras Cassey se levantaba y ayudaba a mi hermano a ponerse de pie.

Cassey se sentó a mi lado mientras cenábamos. Mi hermano y Cassey conversaban animadamente. Cassey encajaba en mi familia como si los conociera de toda la vida y no hacía apenas unos minutos. Cuando terminamos de cenar fuimos hacia la sala. Corrine se sentó junto a mi hermano mientras Cassey y yo nos quedamos de pie. Busqué las llaves de mi auto y las separé de las de la casa de L.A y las de aquí. Caminé hasta mi hermano y le tendí las llaves del auto.

—¿Qué estás haciendo? —me preguntó cuando vio mis intenciones.

—Prestándote mi auto.

—Jamie no es necesario.

—Si lo es. No sabes cuando terminarán la reparación del tuyo y ambos lo necesitarán.

—¿Cómo regresarás a L.A.?

—Cassey me puede llevar. —le dije mientras Cassey me miraba entrecerrando los ojos.

—¿Y no lo necesitarás allí?

—Ya me las arreglaré.

—Si van a regresar a L.A. será mejor que vayan saliendo así no les coge más tarde. —me dijo mi hermano mientras yo miraba hacia afuera.

Ya el sol se había puesto y estaba comenzando a oscurecer.

—Te llamo en cuanto llegue. —le dije mientras iba donde el estaba y le daba un beso.

—Un placer conocerlos. —le dijo Cassey a mi hermano mientras le daba la mano. —Gracias por la cena, estaba deliciosa. —le dijo a Corrine, que se puso color escarlata. —¿Nos vamos? —me dijo mientras cogía el casco.

Salimos de la casa y Cassey me tendió el casco.

—Póntelo. —me dijo mientras movía la moto hacia la calle.

—¿Y tú? ¿No vas a usar ninguno?

—Solamente tengo uno y en estos momentos me preocupa más tu seguridad. ¿Has montado moto alguna vez Lex?

—No.

—Pues déjame explicarte algo. —me dijo mientras se montaba en la moto y la arrancaba.

El motor comenzó a ronronear con una suave cadencia.

—Esto no es una moto normal. —me decía mientras yo me ponía el casco. —Esto es una Fireblade.

—No sé nada de motos Cassey. —le dije mientras me subía a la moto detrás de él.

—Esto no es una moto normal, es una moto de carreras que alcanza una velocidad de 300 km/h.

—¿Estás de broma cierto?

—Yo tu me agarro fuerte. —me dijo mientras yo enredaba mis manos en su cuerpo y me aferraba a él fuertemente. —¿Lista? —me dijo mientras reía.

—Sí. —le dije mientras él aceleraba la moto y esta lentamente se alejaba de la casa de mi hermano.

Cassey conducía despacio por la ciudad. Al menos eso me parecía a mi porque nunca me atreví a mirar él cuenta-millas. Pero mientras Cassey se detenía en un semáforo se me ocurrió algo.

—¿Te gustaría hacer algo más como una persona normal? —le pregunté de repente.

—¿Qué tienes en mente?

Lo fui guiando por el camino hasta que nos detuvimos en el parqueo afuera del Regency Theatres. Cassey apagó la moto y me ayudó a bajar.

—¿Esta es tu idea de algo normal?

—Créeme, será algo normal. Además, ¿cuándo fue la última vez que entraste a un cine a ver una película que no fuera tuya? —Cassey se quedó pensativo por un momento. —Ya lo sabía.

—¿Y si alguien me reconoce?

—Eso será un poco difícil a esta hora. —le dije mientras nos dirigíamos hacia la ventanilla.

Mientras nos acercábamos pude ver las películas que estaban poniendo.

—Tenemos dos opciones. —le dije mientras leía la pancarta. —Romántica o Acción. —le dije mientras el leía los títulos de las películas y después me miraba.

—Me quedo con Romántica. —me dijo sonriéndome.

Nunca imaginé que a el le gustaran las películas románticas.

—Muy bien, ve y saca dos entradas. —le dije mientras el se detenía en medio del parqueo.

—De verdad quieres complicar mi vida. ¿Sabes que si me reconocen en menos de cinco minutos estaremos rodeados de paparazzi?

—Ya te lo dije, a esta hora, no te reconocerán. —lo alenté. —Anda ve y saca las entradas para la película. Te espero en la entrada. —le dije mientras lo dejaba allí y caminaba hacia la entrada del cine.

Y desde allí me quedé observando a Cassey que me devolvía la mirada. Y entonces se giró en dirección a la taquilla. Y regresó rápidamente donde yo estaba con las dos entradas en la mano.

—¿Cómo te fue? —le pregunté cuando llegó a mi lado.

—No me ha reconocido. —me contestó impresionado.

—Te lo dije. —le contesté con una sonrisa mientras entrábamos al cine.

No venían muchas personas a este cine, pero no se lo dije. Dentro de la sala solamente había unas pocas personas sentadas en las primeras filas. Cuando Cassey iba a bajar los escalones lo detuve.

—¿A dónde vas? —le dije mientras el se giraba hacia mi y me miraba frunciendo el ceño.

—A sentarme en nuestros asientos.

—De eso nada. —le dije tirando de su mano hacia la última fila. —Para vivir la experiencia a tope, debes sentarte en la última fila.

Me senté en un asiento y Cassey se sentó a mi lado. Ya la película había comenzado.

Una hora más tarde, Cassey no apartaba la mirada de la pantalla.

—¿De verdad nunca habías entrado a un cine "normal"? —le pregunté mientras el apartaba la mirada brevemente de la pantalla.

—No, solamente a los estrenos de las que he protagonizado.

—No puedo imaginar cómo fue tu niñez. —le dije mientras el me miraba frunciendo el ceño.

—Entre sets de cines y alfombras rojas. Ni siquiera asistí a una escuela normal, tenía un tutor en la casa.

—Debe haber sido toda una tortura pasar tu infancia encerrado en la casa.

—La adolescencia fue peor. —me dijo mientras volvía la mirada hacia la pantalla.

Solo puedo imaginar cómo debió haberse sentido. La frustración de no poder salir sin tener la atención de las cámaras sobre él. O hacer algo indebido y que fuera publicado al otro día en primera plana. Siempre conteniéndose, nunca pudiendo ser quien es en realidad. Siempre ocultándose de las cámaras.

Miré hacia la pantalla.

La película la he visto cientos de veces.

Sé cómo termina.

Miré hacia Cassey, concentrado en la película.

Y la imagen estuvo muy clara en mi mente de lo que debía hacer a continuación.

Estiré mi mano hacia su torso y la bajé hasta el cierre del pantalón.

—Jamie. ¿Qué estás haciendo? —me dijo apartando la mirada de la pantalla por un momento.

—Haciendo de tu primera vez en un cine "normal" algo inolvidable.

—¿Y si alguien nos ve Jamie?

—¿De veras estás preguntando eso? ¿Pensaba que te gustaba el sexo en público? —le dije mientras deslizaba la mano por su miembro que crecía cada vez más dentro de los jeans.

—Hay lugares para eso, no creo que un cine lo sea.

—¿Has visto cuantas personas hay aquí? Aquí detrás solo somos tu y yo, no creo que ellos se giren hacia atrás. —le dije mientras zafaba el botón y abría los jeans.

—¡Jamie! —exclamó entre dientes cuando tuve su miembro en mi mano

—¡Cassey! Solo disfruta del espectáculo. —le dije mientras comenzaba a deslizar mi mano por su miembro lentamente.

Cassey volvió a mirar hacia la pantalla.

Comencé a mover mi mano sobre su miembro, apretándolo levemente a medida que subía y bajaba. Pude sentir como la respiración de Cassey se aceleraba poco a poco, como entreabría los labios para respirar mejor. Sus ojos jamás se apartaron de la pantalla, pero en un momento los cerró absorbiendo la sensación de placer que le estaba provocando.

Esta era mi oportunidad.

Bajé de mi asiento y me senté en el suelo entre sus piernas.

Y entonces lo metía en mi boca.

—¡Mierda! —exclamó mientras ponía una mano sobre mi cabeza.

Contuve una risa mientras continuaba con mi labor chupando y succionando su miembro caliente, duro y palpitante. Mi respiración se aceleró cada vez más a medida que continuaba y no pude contener un gemido que escapó de entre mis labios cuando Cassey enterró sus manos en mi pelo.

Jamás en mi vida había hecho esto. Cassey hacía aflorar en mi una parte salvaje que no conocía.

Su miembro se endurecía más en mi boca a cada instante. Podía sentir su sabor dulce y salado en mis labios, un indicio de que estaba cerca. Dejé escapar un gemido contra su miembro que hizo que Cassey aferrar más la mano en mi cabeza.

Estaba cerca, muy cerca. Y esta vez no me iba a detener.

Continué chupando.

—¡Jamie! ¡Detente! —me dijo en un gemido ahogado.

Pero yo no podía detenerme.

Ya había perdido el control y la cordura. Necesitaba todo de él. Continué succionando ahora con más intensidad hasta que sentí como el semen bajaba por mi garganta. No dejé que nada escapara y tragué todo lo que él me daba. Sentí como la mano de Cassey aflojaba el agarre en mi cabeza.

Saqué su miembro de mi boca y volví a dejar todo como estaba antes. Dentro de sus bóxers, y detrás de los jeans.

Me levanté del suelo y me senté nuevamente en mi asiento, con una sonrisa en mi rostro, como si no hubiese sucedido nada.

—Creo que voy a recordar esto cada vez que entre a un cine. —me dijo mientras ambos reíamos.

—Esa es la idea. —le contesté con una sonrisa.

Terminamos de ver la película y Cassey me tomó de la mano mientras me conducía afuera, hacia donde había dejado estacionada la moto. Me colocó el casco y después de el montar me senté detrás de él. Arrancó y a diferencia de cuando habíamos venido hacia acá salió a toda velocidad.

Me aferré fuertemente a él, mientras lo sentía reír. Creo que incluso cerré los ojos, no quería ni ver por donde íbamos. Y con la misma velocidad con que salió del parqueo, se detuvo. Fue entonces cuando me percaté de donde había estacionado.

Frente a mi casa.

—¿Pensaba que regresábamos a L.A.? —le pregunté bajándome de la moto.

—¿Y yo que íbamos a ver una película? —me dijo mientras se bajaba también.

—¿Me vas a castigar por lo que hice? —le pregunté como si fuese una niña pequeña mientras caminaba hacia la puerta de la casa.

—Venía todo el camino pensando en el tipo de castigo que te mereces por lo que hiciste. —me dijo mientras parqueaba la moto en el garaje.

—¿Y qué decidiste? —le dije con la llave en la puerta, sin abrir.

—Abre la puerta Jamie. —me dijo con una sonrisa. — No muerdo.

Abrí la puerta lentamente. A Cassey no le gustaba perder el control de la situación. Y había hecho que lo perdiera.

Ahora tenía que afrontar las consecuencias de mis actos.

________________________________________

¿Que creen que va a suceder?

Déjenme sus comentarios y no olviden votar.
Xoxo🐦⭐