—Entonces la novia llamó a la oficina para felicitarme por haber logrado conseguir sus rosas. Seokjin se molestó un poco, pero se le pasó cuando le dije que ya tenía comprador para sus hortensias —terminó de contar Jungkook a Namjoon.

Estaban en el restaurante favorito de Jungkook, habían planeado ir allí desde hace algunos meses, hasta que al fin se logró. Namjoon había estado ocupado con asuntos de su trabajo y alguna investigación que estaba realizando hace algunas semanas, así que le sugirió a Jungkook tener una cena. Le gustaba pasar tiempo con él, se sentían a gusto conversando, haciendo bromas y platicando acerca de su día.

—Seokjin te ha soportado mucho —dijo Namjoon dando un sorbo a su vino—. Merece un aumento.

––¿Por qué todos están tan obsesionados con un aumento? ––Namjoon rio ante eso––. Además, él no trabaja para mí.

––Oh, permíteme ––habló Namjoon cuando Jungkook estaba tratando de cortar su carne, pero no lograba hacerlo. Tomó su plato cortándola en pequeños trozos, a pesar de que Jungkook estaba acostumbrando a estos pequeños actos, casi siempre resultaba sonrojado, y esta vez no era la excepción.

––Gracias ––murmuró Jungkook cuando su plato volvió a su sitio.

Estuvieron hablando por algunas dos horas más, habían terminado de comer y estaban terminando sus copas de vino. Namjoon reía, mostraba sus hoyuelos, mientras que Jungkook arrugaba su nariz sonriendo en grande, en algún momento sus manos se estaban acariciando; una arriba de otra, haciendo pequeños cariños descuidados.

––Gracias por la cena de hoy ––habló Jungkook cuando estuvieron dentro del auto con Namjoon al volante––. Ojalá lo hiciéramos más a menudo.

––Cuando estemos viejos y no tengamos mucho que hacer ––propuso Nam arrancando el auto.

Jungkook soltó una pequeña risilla, pero muy dentro de sí le parecía una idea encantadora.

***

Hola, aquí Lalito. Por favor, déjame saber tu opinión sobre la historia. Espero que te esté agradando.