Capítulo uno
La llegada.
Miradas, papeleo, chicas, chicos, viento, e ilusiones invaden el ambiente mientras camino junto a Charlie por los pasillos del edificio de dormitorios. No voy a negar, estoy incómoda. En el colegio me acostumbré a ser observada, pero con la diferencia que eran personas que conocía desde que entré al colegio. Aquí simplemente me sentía acosada por extraños. Extraños guapos. Pero igualmente extraños. Me removí incómoda al sentir la mirada del chico que atendía en recepción.
—Su alteza real —Observó a Charlie con una sonrisa divertida. Se dieron un apretón amistoso de manos—. ¿Quién es la guapa?
—Alexis... Bueno, Alexia —Me abrazó por los hombros—. Acabó de llegar.
—Hola guapa, bienvenida —Me escaneó de arriba hacia abajo con una sonrisa coqueta.
No lo iba a negar era bastante guapo. Sus ojos color chocolate, tez blanca, mandíbula y pómulos definidos y rulos castaños que caían por su frente. Tenía un aire tierno, pero al mismo tiempo atractivo.
—Gracias —Sonreí levemente.
—Entonces... ¿Apellido? —Agarró un portapapeles que tenía sobre el escritorio y le dio una ojeada rápida antes de volver hacia mí, con una cálida sonrisa.
—Clark. —Miró fugazmente a Charlie y después sonrió ampliamente.
—¿Eres la hija del de los celulares? —Exclamó, la sorpresa notoria en su tono. Yo me limité a asentir con una leve sonrisa. Él se me quedo viendo con la boca abierta–. Me acabas de decir pobre en diez idiomas.
Me limité a sonreír negando. Vale, este chico era de esos que te caían bien al instante. Tenía, un... Algo. Tenerlo como amigo va a ser genial. Pero hasta ahí. La idea de tener un novio está muy alejada de mis ideales. No quiero tener nada más que ver con hombres en un buen tiempo. Suficiente había tenido estos meses.
—Vale... —Suspiró y comenzó a leer rápidamente por la hoja. Sus labios se movían mientras balbuceaba las palabras para sí mismo—. ¡Te encontré! —Exclamó—, vaya habitación, ¡eh! —Rió y yo hice una mueca confundida.
—¿Por qué lo dices?
—Estas en el pent-house, cielo... De nuevo me acabas de decir pobre en diez idiomas. Bueno... Tampoco es que sea la gran maravilla, pero que al menos tienen armarios individuales.
—Si estudias aquí no creo que seas 'pobre' —Hice comillas sonriendo, él se acercó a mi apoyándose en la barra que nos dividía.
—Estoy con beca, chica rica –Sonrió y me dio un golpecito con su lápiz en la frente.
¡Genial, Alexia! Apenas llegas y ya la estás cagando.
Sentí mi cara arder, por lo tanto, aparté la mirada avergonzada. ¿Por qué las desgracias tenían que perseguirme? Esto de socializar nunca fue lo mío...
—Yo... Ahm... Perdón... No sabía... Yo... —Comencé a balbucear nerviosa, mis manos comenzaron a sudar y mi pulso se aceleró. Parecía una maldita puberta.
—Tu amiga me gusta, Chacha —Me interrumpió—. Es tierna... —Murmuró. Podía sentir su mirada sobre mí, sin embargo, no me sentía cómoda para mirarlo.
—Bueno... En vez de coquetear con ella, ¿le das las llaves? —Insistió Charlie.
—¿Celos? —Exclamó el chico, la diversión notoria en su tono.
Por algunos segundos se volteó lo que me permitió volverlo a mirar. Era bastante alto y desde aquí se notaba que tenía buena espalda, quizás si bajaba un poco la mirada...
—¡Acá está! —Se volteó abruptamente causando que subiera mi mirada hacia su cara de inmediato. Jugaba con un par de llaves en sus manos—. Cuídalas con tu vida, no hay respaldo.
Me las extendió. Yo con la mano temblorosa las agarré, sin embargo, aprisionó mi mano con la suya.
—Tu compañera se llama Nicole, es algo pesada pero te caerá bien. Cualquier cosa que necesites, no dudes en contactarme. Estoy aquí para ayudar, normalmente me da una flojera impresionante... Pero contigo... —Sonrió—. Creo que no sucederá... Soy Chandler...
—¿Cómo el de friends?
Estúpida pregunta hecha por una estúpida persona.
—Exactamente —Rió—. Mis papás eran fans... Y tú eres Clark, como en yo antes de ti.
—¿La conoces? —Exclamé entusiasmada–.
—Lo conozco, el libro —Me corrigió—. No le digas a nadie —Comenzó a susurrar—, pero lloré como bebé con el final... Recuerda no decirle a nadie, arruinarías mi reputación de bad boy —Me guiñó el ojo con una sonrisa ladina—. Te dejo... Nos veremos después, Clark de yo antes de ti.
Eso fue como una puñalada en toda la herida.
—Hasta pronto, Chandler de Friends —Sonreí soltando su mano. Este chico me caía bien, sin lugar a dudas.
El silencio volvió a reinar mientras Charlie y yo nos encaminábamos hacia el ascensor. Pensé que se me complicaría mucho el hacer amigos, especialmente por la mala fama de los americanos. Sin embargo, esto cambió mis expectativas totalmente. Para nuestra suerte el ascensor ya estaba abajo, y solo. Odio ese incómodo momento en el que estás con varias personas en el pequeño cubículo y todos están en un silencio tenso hasta llegar al piso indicado. Suspiré cuando las puertas se cerraron.
—¡Ay! Ya follen —Exclamó Charlie abruptamente. Me giré hacia él desconcertada, me estaba mirando con una sonrisa extraña.
—¿Cómo?
—La tensión sexual era palpable —Comenzó a subir y bajar sus cejas rápidamente. Yo abrí la boca y sonreí con sorpresa.
—¿Perdona?
—Estaba coqueteando contigo, idiota —Me dio un golpe en la frente.
—Claro que no —Negué de inmediato y frunció el ceño—. Simplemente estaba siendo amable.
—Define amabilidad —Rió y salió del ascensor cuando las puertas se abrieron, llevando consigo una de mis maletas. Yo me quedé plantada en mi sitio con la boca abierta.
Chandler de Friends no estaba coqueteando. Simplemente quería que me sintiera a gusto, que me comenzara a acostumbrar a la vida tradicional. ¿No?... Charlie no me va a meter dudas en la cabeza. Chandler quiere que seamos amigos, yo quiero que seamos amigos. No estoy lista para... No quiero sufrir, no otra vez. No ahora que por fin lo estoy olvidando.
Me apresuré a salir del elevador, las puertas chocándose contra mi hombro en un fuerte y doloroso impacto. Solté un gruñido y entre maldiciones bajas me acerqué a mi habitación, la cual estaba cerrada y al fondo se escuchaba fuertemente no control de One Direction.
—Eso te pasa por lenta —Exclamó Charlie con una sonrisa divertida, yo me limité a sacarle la lengua y entrar al dormitorio.
La imagen me sacó un poco de mis casillas. No me esperaba que fuera así mi primera impresión. Mi compañera –Nicole, creo que se llamaba–, estaba con el volumen al máximo mientras saltaba gritando la letra de la canción usando un peine de micrófono. No pude evitar reprimir una risa al ver toda la situación, volví hacia Charlie, quien estaba igual.
—Ahm... ¿Hola? —Murmuré.
La chica dio un salto y apagó la música de inmediato. Sus mejillas tomaron un torno carmesí y tragó saliva en seco. Pobre...
—¡Mierda, toquen! —Exclamó en frustración soltando un bufido—. Eso no debía verlo nadie... Entonces... Ustedes —Nos señaló—, no vieron nada —Nos fulminó con la mirada y tanto Charlie como yo asentimos entre risas.
—Tu —Señaló a Charlie—. No sé quién eres, y tú... —Me señaló—. Identifícate extraña.
—Soy...
—¿Patricia? —Ella me interrumpió a lo que yo negué confundida.
—Soy Alexia Clark... —Murmuré extrañada.
¿Todos los americanos eran raros o solo era ella? Chandler no parecía así.
—Oh —Sonrió—. Eres mi compañera —Suspiró—. Me pasó una vez que llegó un chico diciendo que era mi compañero, follamos... Después llegó mi verdadera compañera... Fue muy raro —Rodó los ojos mientras reía—. Ponte cómoda... Y tu... —Volvió a señalar a Charlie–. ¡Largo!
Él asintió desconcertado. Me guiñó el ojo antes de salir y yo le sonreí desconcertada. Exhalé fuertemente y cerré la puerta tras de mí.
—Soy Nicole —Extendió su mano hacia mí.
—Pues... Ya sabes mi nombre —Reí leve mientras la estrechaba.
—¿Tienes apodos? —Comentó soltando abruptamente mi mano para acomodarse su muy notorio escote.
Estaba con un top de los que son para hacer ejercicio.
—Pues... No se —Reí—. Todos me llaman como quier-
—Lex —Me interrumpió mirando a un punto fijo, con expresión de orgullo—. De ahora en más te bautizo como Lex —Volvió hacia mí con una amplia sonrisa.
Lex... Me gustaba. Era parecido a Lexy, podría sentir a mi padre más cerca.
—Tu llámame Nicky... O Nicole, como prefieras. —Sonrió y me guiñó el ojo, yo me limité a sonreír mientras asentía.
En un momento nos quedamos en silencio y me tomé el tiempo para ver sus rasgos mejor. Su piel es cremosa, sus ojos tienen una forma extraña, son grandes pero rasgados –me gustan–. Su pelo le llega un poco más debajo de los hombros, es muy liso –quizá lo plancha–, y de un tono azabache oscuro. Tiene facciones latinas, ¿sus padres lo serán?
—¿Y en qué año estás? —Comentó abruptamente.
—Primero —Respondí en un murmuro. Poco a poco su cara comenzó a contraerse, desconcertándome.
—Aw ternurita —Chilló acercándose a mí y estrujando mis mejillas con fuerza absurda–. Eres una bebé.
Aléjate de mi cara, fenómeno.
Se alejó de mi sonriendo con ternura.
—¿Y tú en cual estás?
Para reaccionar así debe estar en cuarto o quinto año, incluso sexto. Ha de estar por terminar.
—Segundo —Respondió con simpleza encogiéndose de hombros.
Me imaginé todo tipo de reacciones en mi mente. Sin embargo, me mantuve ahí estática pensando en que esta chica sufría de ausencia de neuronas. Era incluso peor que...
—¿Estás bien? —Murmuró sacándome de mi trance—. Te pusiste en modo depre, de un momento a otro.
Negué fingiendo una sonrisa.
—A veces me pasa, pero no tengo nada —Comenté en mi tono más disimulado. Ni siquiera le había hablado a Charlie acerca de eso. Era un tema delicado.
En un lapso de veinticuatro horas había perdido a las dos personas que más amaba —ajenas a mi familia—. Y una fue por la otra. ¿Valió la pena? Claro que no. Terminé sin mejor amiga y con el corazón roto. Era irónica lo triste y miserable que era mi vida. Por semanas culpé de todas mis desgracias a Bl... A él. Pero me di cuenta con el tiempo, que todo fue mi culpa. Yo me metí con él, yo engañé a mi mejor amiga y supuesto novio, yo fui la que le dio alas. Si le hubiera dado un stop a nuestra relación como lo tenía planeado inicialmente, probablemente nada de lo que está ocurriendo estaría pasando. Todo es culpa mía y asumo mi karma.
—¿En qué carrera estás? —Comenté sonriendo. Lo hecho, hecho está. No podía cambiar el pasado, pero sí ser una mejor persona en el presente. Este era un nuevo comienzo, quizás todo lo sucedido fue para bien.
—Arquitectura —Sonrió—. Aunque papá casi me deshereda.
—¿Por qué?
—Quería que administrara la empresa familiar —Se encogió de hombros—. Soy hija única... No quería cederle el mando a un extraño.
—¿Cuál es la empresa, acaso? —Sonreí frunciendo el ceño. No podía ser tan malo.
—Johnson & Johnson —Respondió con simpleza. Como si se tratase de lo más normal del mundo.
Era una de las empresas más ricas en el mundo y lo decía con tanta normalidad. Probablemente mi papá también hubiera reaccionado así...
—Pero te advierto de una vez —Frunció el ceño—, no quiero que seas mi amiga por conveniencia. Las influencias de mi padre no deben tener nada que ver con nosotras. Quiero amigas, no socias.
—No debes preocuparte por eso —Sonreí negando—. Yo más que nadie sé que es que se quieran meter contigo por... —Tragué saliva en tu seco—. Tu familia.
—Me alegra no ser la única —Sonrió—. Siento que nos vamos a llevar bien, Lex —Me guiñó un ojo para después girarse y darme la espalda.
—Este es mi lado de la habitación —Se sentó en la cama que estaba hacia la izquierda. Todo estaba decorado con detalles despampanantes de color lila y dorado. Su colcha era del primer mencionado color. Tenía pequeñas lámparas encima de su escritorio y una estrella gigante en el lado de su pared.
—El clóset es mío, tú tienes el tuyo propio —Sonrió—. Es pequeña, pero... Bueno... Algo es algo —Se encogió de hombros—. Puedes decorar tu lado con todo lo que quieras. Menos desnudos... La supervisora, una bruja, viene a hacer revisión de las habitaciones mensualmente. Siempre llega de improviso así que ten cuidado.
Anoté mentalmente todo lo que me decía. Tengo terrible memoria, pero siento que en algún momento me servirá.
—Creo que eso es todo lo que debes saber... —Se quedó callada unos segundos mirando un punto fijamente en el piso.
Me dio tiempo a mirar su lado de la habitación. Todo era bonito y estético. Proyectaba su personalidad totalmente. Cada lado tenía su propia cama, escritorio y biblioteca. La última tenía algunos libros y plantas sintéticas. Me fije en ellos, la mayoría eran de la universidad, sin embargo, una portada bastante conocida llamó mi atención. Agarré el libro con asombro. Creí que sería la única que lo habría leído, puesto que su fama no es muy buena, y venga... No es por generalizar, pero, con sinceridad, a la mayoría de mi generación no le entusiasmaba mucho la lectura.
—¿Haz leído After? —Volví hacia ella sonriendo. Nicole levantó su cabeza abruptamente y se incorporó con una sonrisa.
—¿Tu igual? —Exclamó entusiasmada. Yo asentí con el mismo animo—. Joder, ¡Pensé que sería la única!... Hasta ahora voy por la mitad, eh. No quiero spoilers —Rió leve—. Parecemos almas gemelas, Lex.
—Quizás lo somos —Bromeé con una sonrisa.
—Sería divertido —Susurró ella viéndome fijamente.
Mantuvo su mirada penetrante sobre mí. No entiendo por qué, pero un escalofrio recorrió mi espalda, tal y como cuando...
—En fin... —Aparté la mirada y decidí enfocarme en mi cama desnuda—. ¿Cuando empezamos clase? —Pregunté lo primero que se me vino a la cabeza.
—¿No sabes? —Rió leve—. En un par de días, boba.
—Oh... —Me limité a responder.
—A propósito... Uno de mis mejores amigos me invitó a una fiesta en su fraternidad... Deberías venir, te puedo presentar a los demás. Te llevarás bien con ellos.
—Ahm... No soy muy de fiestas —Hice una mueca viéndola de reojo.
—Venga —Me agarró de las manos mientras sonreía ampliamente—. La pasaremos muy bien, aparte... A propósito... —Cambió abruptamente de tema—, ¿Cuál es tu carrera?
Solté un suspiro.
—Derecho —Sonreí amargamente.
Mis sueños de ser una gran periodista y viajar por el mundo se fueron por la borda. Me inscribí muy tarde en todas las universidades, mi padre tuvo que mover contactos y a duras penas me admitieron aquí. Una universidad que quise olvidar con el tiempo, ya no era una ilusión, era un triste recuerdo de lo que pudo haber sido. Sin embargo, no tenía más opción. Para completar, aquí no tenían la facultad de periodismo. Por lo tanto, me tuve que conformar con derecho, mi segunda opción. No era malo, pero tampoco me hacía chillar de la alegría.
—Cool —Exclamó sonriente—. El amigo que te digo, es un poco mayor, ¡Y también está estudiando derecho! Te puede ayudar muchísimo. Creo que va a ser tutor en una de tus materias... Piénsalo por tu bien académico, Lex.
Suspiré y lo medité. Podría quedarme aquí toda la noche, leyendo un libro, después dejándolo porque algo me acordaba a él. Hundirme en mi miseria, llorar hasta despertarme y después afrontar el día con fuerza. O puedo ir a la fiesta, conocer nuevas personas, a ese chico que me puede ayudar, emborracharme y con mucha suerte quizás olvidarme de la existencia de ese chico de ojos verdes que invade mis peores pesadillas y al mismo tiempo mis mejores sueños.
—Vale —Murmuré rendida—. Pero más vale que este buena.
Chilló y me envolvió entre sus brazos con entusiasmo. Sin embargo, yo no le correspondí.
—Ya verás, ¡La pasaremos genial! —Exclamó con entusiasmo—. Yo te quiero alistar. Te verás como toda una diosa... ¿De donde dijiste que eras? Tienes como un acento...
—Española —La interrumpí. No quería que empezara con el típico discurso de los americanos con los hispanos.
—¡Como toda una Diosa Española!
Este día sonaba prometedor. Quizás podría pasarla bien después de todo. Era hora de cerrar el ciclo de todo lo que me ha estado atormentando desde hace tanto. Y qué mejor que con una buena fiesta.
A lo mejor conocía a mi frat boy Harry... O a mi bad boy Zayn.
Hola Chikiperras,
Muchxs lo sospechaban, pero SIIIIII. Tenemos segunda parte de esta maravillosa novela y créanme cuando les digo que se viene, SE VIENE. Dramas, amor, desamor, celos, DE TODO PEQUEÑOS SALTAMONTES. ¿Qué tal les van cayendo los personajes? Yo tengo un algo por Chandler, o sea es que... AHHHHH, ustedes no lo conocen como yo. En fin... ESPERO AMEN Y APOYEN ESTA NOVELA COMO A LA PRIMERA. También apoyen las demás mías, son cheveres ;(.
A propósito, tenemos playlist en Spotify. Vayan a revisarla ;). Se las dejo en comentarios juju. O sino... Está como solitariamente separados;).
En fin, los amo •3•
A los cinco votos sigo.
— P A U
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