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Capitulo 3

- ¿¡Te lo comiste, verdad?! - La voz ya mucho más grave de Sophia resonó en toda mi habitación. Si, había decido hablar con ella. La extrañaba, y mucho, no lo voy a negar. Siempre le he confiado todo, desde jardín de niños, es probablemente la única persona que sabe mis más oscuros secretos. Me conoce mejor que nadie, sabe más de mi que mi propia madre. Su sonrisa siempre me pareció genuina y única, tiene la posibilidad de iluminar y alegrar así sea un funeral.

- No... - Comencé a negar -

- Pero querías - Me interrumpió con una sonrisa coqueta, lo que causó que me mordiera el labio y agachara la mirada. Un chillido de emoción salió de su garganta. - Joder, Alex... Pensé que nadie jamás llegaría a tu pequeño corazoncito negro de hielo. - Bromeó.

- Ah no - Levanté la mirada y encarné una ceja - Ahí te equivocas. El nada que ver conmigo, ¡Eh! - Me señalé el pecho seguido de comenzar a fruncir el ceño. ¿Se lo imaginan?. Blake y yo teniendo mera posibilidad de tener algo, jamás. Lo único qué hay entre nosotros es tensión sexual, y mucha. Porque mierda, hasta el más ciego se daría cuenta de las ganas que nos traemos. - Solo es un loquito con el que me gusta hablar. - Una sonrisa burlona se posó en mi rostro recordando todo lo que le había dicho. Animal, loco de mierda...

- Tienes la misma sonrisa de estúpida que ponías cada vez que mencionaba a Justin cuando éramos niñas. - Escupió la rubia sacándome de mi trance, cuando le vi tenía una sonrisa entre burlona y coqueta. - Acéptalo, te gusta al menos un... - Apretó uno de sus ojos y casi rozó su dedo índice con el pulgar - Poquito.

- Jamás. Sabes que lo único que siento es odio. - Rodé los ojos.

- ¿Y a mi me odias? - Se agarró el pecho fingiendo indignación, lo que causó que una sonrisa divertida brotara en mi cara. Siempre había sido muy dramática.

- Obvio no, tonta - La empujé ligeramente. Estábamos sentadas en mi cama en posición de flor de loto. Una sonrisa tierna fue la respuesta que ella me dio. Nos quedamos mirando por unos segundos en silencio.

- Te extrañé mucho idiota. - Agarró mi mano - No me vuelvas a alejar ¿Si? - Pude ver en sus ojos el claro dolor. Pobre. No me alejé de ella porque no la quisiera, sino por miedo, sentía que entre más personas hubiera en mi entorno, más posibilidad tendría de lastimarlas. Puesto que, piénsenlo. No ha de ser divertido pasar el tiempo con una chica que ni reír puede. Pero ya me di cuenta que eso era un pensamiento estúpido, yo quiero a Sophia y ella a mi y eso es todo lo que importa. Me solté de su mano y me recosté en la cama boca arriba.

- Obvio no tonta x2. Me porté como una estúpida - Ella se acostó al lado mío - Bueno, aún no te he contado la mejor parte.

- ¿Que casi te hubieras besado con el, no fue la mejor parte? - Yo negué con la cabeza.

- Después de romper un poco la tensión me dijo que mañana nos saltáramos la terapia y fuéramos directo a ese lugar.

- Y tú le dijiste que si ¿verdad? - Me interrumpió claramente fingiendo su emoción, en vano.

- No... - Mierda, estaba tan concentrada en Blake que me olvidé contarle lo de Justin. - Justin me invitó a salir esta mañana - Me encogí de hombros y me volteé para verla. Su boca se encontraba abierta en una gran "o" y sus ojos en cualquier momento se saldrían. Se incorporó sin dejar de mirarme y di un pequeño salto al escuchar su fuerte grito.

- ¿¡Que?! ¿¡Y te demoraste tanto en decírmelo?! - Chilló causando una pequeña risita de mi parte. - ¿¡Como?! ¿¡Cuando?! ¿¡Donde?!

- Cálmate - Exclamé sentándome para verla bien - En clase de mate hoy, se acercó a mi y me dijo si quería salir hoy - Me encogí de hombros - Pero le dije que no, entonces quedamos en vernos mañana.

- ¿¡Por que mierda le dijiste que no?! - Frunció el ceño y sentí como una sonrisa tonta se posaba en mi rostro.

- Porque había quedado de verme con Blake. - Su cara comenzó a relajarse transformándose en una sonrisa coqueta.

- Oh. - Fue lo único que articuló

- Nos vamos a ver mañana. - Me encogí de hombros. - Ya no es la gran cosa... Aunque... ¿Te imaginas si esto hubiera pasado hace unos años? - Sophia comenzó a asentir riendo.

- Dios, te hubieras muerto. - Comenzó a negar riendo - Estabas obsesionada con el... - Suspiró calmándose un poco. En verdad le había extrañado mucho. - Me tienes que dar detalles mañana sobre todo lo que ocurra. - Comenzó a mover ambas de sus cejas coquetamente.

- Aún no he terminado. - Sonreí de lado - El llamó a Justin, Dustin.

- ¡Dustin! - Chilló - Stranger Things... Is the answer to a never ending story. - Levantó su puño, cantando. Otra loca. Aunque no tanto como el idiota de Blake. ¿Que estará haciendo ahora?. La duda llegó a mi cabeza sin razón alguna. - ¿En quien piensas? - La coqueta voz de Sophia me sacó de mi trance, de nuevo en como diez minutos, yo negué - Bueno, continua.

- Le dije que estaba loco y él me dijo... - Agaché la mirada con tan solo recordar lo que me había dicho - Loco por ti, Clark. - Sophia hizo como si el aire se fuera de sus pulmones seguido de soltar un fuerte grito. Por segunda vez en el día, pero de un momento a otro se cayó - Pero... Tu nunca le dijiste tú apellido ¿Cierto? Porque tu odias decirlo... - Encarnó una ceja -

- Ese es el punto... Yo fui como... Bro, qué pedo, o sea ¿Cómo sabes mi apellido? Y después se acabaron las terapias y se fue.

- No, perro mugroso te dejó con la duda. - Me interrumpió. Como por centésima
vez desde que llegó.

- ¡Déjame terminar! - Exclamé ya irritada. Odio que me interrumpan. - Entonces antes que él se fuera me dijo, sé demasiado sobre ti Alexia Clark y que sabía tanto que si yo supiera saldría corriendo. - Silencio pleno. Ahora diciéndolo en voz alta suena aún más escalofriante. ¿Como sabía? ¿Sería mi vecino y me acosaría al estilo Raquel? Porque si esa fuera la explicación no me disgustaría. Yo con todo gusto me dejo acosar por el papi de Blake.

- Joder, que miedo tía: - Interrumpió Sophia el silencio sacándome de mis pensamientos. Su cara era de claro pavor, para mí no era tan grave. Si fuera un chico como Thomas pues si me asustaría y mucho. Es un joven de mi clase. Bajo y muy gordo, el no camina, rueda. Su cabello es negro y siempre se ve grasoso, normalmente huele a popo, (sin exagerar enserio huele como si se hubiera cagado) y su piel demasiado bronceada. Me estremecí. Que asco. Otro sentimiento que logro sentir es el asco, sin duda alguna. Si el me acosara y me quisiera violar pues... Ahí si me daría un paro cardíaco. Pero hablando de Blake, me dejo violar, me le abro de piernas aquí mismo.

Yes daddy, choke me.

Me mordí el labio.

- Al parecer a alguien le gusta ser acosada. - Comentó mi rubia amiga en tono coqueto -

- Pa que te digo que no si, si. Porque mierda Soph... - Jadeé al sólo recordar su perfecta cara - Está demasiado bueno. - Su risa invadió la habitación.

- Te amo, estúpida, pero no te excites conmigo, ew. - Hizo una mueca de asco.

No me lo podía creer aún. Mi cerebro seguía procesándolo todo.

Tengo un acosador.

[***]

El acosar.

Tema controversial ¿no?. Pues fue el que elegí para mi ensayo de literatura, debíamos hacer una investigación sobre un tema que eligiéramos y a partir de ella un texto analítico. ¿La razón de mi loca decisión? Pues Blake.

Me había dejado desconcertada lo que me había dicho la tarde pasada. Y con toda la charla que tuvimos con Sophia no pude pegar ojo en toda la noche reflexionándolo. Tal vez era una coincidencia, a lo mejor vio mi nombre en la lista de los pacientes y ya. Pero había leído demasiadas historias de suspenso para saber que algo raro ocurría. Por el otro lado, no me disgustaba que precisamente este castaño fuera mi acosador. O sea, no todos los días un Dios griego dice.

- Oh, vamos a acosar a la rarita loca.

Yo creo que nunca. Eso solo pasa en Wattpad. Eso me acuerda a mis más profundos pensamientos. ¿Qué tal si la vida que vivimos, no es realmente nuestra vida? Si hay un narrador detrás de nuestras acciones o si todo es un sueño del que cualquier momento vas a despertar y eres alguien totalmente diferente. No confío en que la vida sea como la vemos, tal vez es todo un holograma y estamos viviendo en una sociedad post-apocalíptica. Nosotros no sabemos del pasado, no sabemos si el gobierno y la elite nos ha estado mintiendo todo este tiempo. No sabemos si esta es una realidad. A lo mejor debí haber hecho mi trabajo de eso, pero la curiosidad de saber a qué llevaba el acoso me carcomía viva. Quería entender a Blake y sus razones. Probablemente me estoy haciendo una total historia, pero siempre he sido muy pensadora y me gusta él imaginarme que es todo un plan conxpirátivo de mi... ¿Amigo? Solo nos conocíamos de hace dos días, pero me caía bien. Y me parecía rico de paso.

Ya, Alex concéntrate, el trabajo idiota.

Suspiré y puse mi primera pregunta en Google. ¿Quien investiga realmente? Solo ponemos las preguntas para las que necesitamos respuesta, simple.

¿Que lleva a que alguien acosé a otra persona?

Los psicólogos analizan los diferentes perfiles de un acosador, ya que no siempre sigue un mismo grado de persecución. Además, puede que tenga una víctima o por el contrario pongan en practica su comportamiento con varias. Podemos situar a los "stalkers". El término se refiere a aquellos que acechan, persiguen y acosan físicamente a su víctima (o más de una). Buscan estar detrás del otro en todo momento, sin importar si lo incomodan o se entrometen demasiado en su vida. Dentro de la psicología de este tipo de acosador debemos decir que se divierte con malicia, obsesión, maldad, hostilidad, enfado, celos o culpa. El objetivo de un stalker es acceder a una persona que quiere o le gusta aunque no sea correspondido.

Tragué saliva en seco.

Una puta obsesión básicamente. ¿Por que yo? Nos conocíamos hace un par de días apenas. A menos que fuera como el típico cliché, que nos conocíamos desde antes y yo no me acordaba. Joder, me agarré el cabello desordenándolo un poco. Que puto miedo.

- Clark - Me sobresalté al escuchar mi apellido. De inmediato trayéndome el recuerdo de Blake diciéndolo. Si, definitivamente tengo un trauma. Volteé la silla giratoria, pase de mirar la pantalla de uno de los computadores de la biblioteca a ver la cara de Hernández. El profesor de lengua y literatura.

- ¿Si? - Pregunté en mi típico tono indiferente, aunque no estaba bien, me estaba meando del maldito miedo.

- ¿Se siente bien? - Encarnó una ceja a lo que yo asentí con mi cabeza - Vale, le he estado preguntando a todos sus compañeros la misma pregunta, debe de agregarla en su texto narrativo. ¿Cómo? Usted decide, pero tiene que estar excelentemente redactado. - Se detuvo. ¿Que quería que hiciera? El me tenía que decir la pregunta ¿no?. Fruncí el ceño confundida.

- ¿Y la pregunta es...? - Lo incentivé a que continuara.

- ¿Por que eligió el tema? - Mierda. Es probablemente la pregunta más fácil para todos, pero en mi caso no. Me tomó desprevenida. No había tenido en cuenta el hecho que tengo que planear una razón falsa. No puedo decirle.

Porque creo que el drogadicto de las sesiones de terapia a las que faltó por pasar tiempo con el, me esta acosando y tiene una obsesión conmigo.

No tiene sentido alguno.

- De hecho, me pareció muy interesante su decisión. El acoso... - Se rascó el mentón, su poca barba resaltando. - Nunca nadie en ningún año lo había elegido. - Debo pensar rápido e inteligente. No puedo decir cualquier pavada por salir del tema, siempre he sido perfecta en esta clase y esta vez no cambiaría.

- Porque es controversial. - Dije lo primero que se me vino a la cabeza, con sentido. Inteligente, puesto que prefiero no recordar los estúpidos pensamientos de antes. - Y siento que tiene mucha cancha en investigación, me puedo colgar de muchas ramas literarias, de pasó hay muchos recursos en donde me puedo basar. No sólo un sitio Web, sino libros, artículos, incluso hay películas sobre eso.

Muy bien Alex, eso fue excelente

Me felicité mentalmente. Muy buena respuesta, excelente. Gracias por funcionar bien al menos una vez en tu vida, cerebro. Hernández comenzó a asentir haciendo una mueca de no se... ¿Orgullo? ¿Estreñimiento? No lo pude deducir bien.

- ¡Chicos, vayan cerrando sus sesiones, la clase terminó! - La clase terminó. Es la última clase. Voy a salir con Justin. Y no me veo como una mierda, alta novedad.

Traigo un saco azul claro que no me alcanza a cubrir el ombligo, unos jeans entubados azules oscuro y mis converse  blancos. Mi pelo siempre ha sido algo fácil de lidiar, es liso como si lo hubiera lamido una vaca. A diferencia del de Ami, que era crespo y con mucho volumen. Hermoso. Pero bueno, me veo decente y eso es un avance a mi forma de verme normal.

Agarré mi mochila y salí rápidamente, quería irme directo a la salida. Lo más probable es que cuadráramos todo allí con Justin.

- Ah no, señorita - Escuché a mi espalda y sentí como una mano agarraba la mía y me jalaba hacia si. Los claros ojos de Justin se encontraron con los míos. - Yo te acompaño, y de aquí salimos pues... - Rascó su nuca, señal de nervios.

Aw, ternurita.

- A donde tú quieras. - Me dio una sonrisa de boca cerrada y entrelazó sus dedos con los míos. Joder, no sentí esa presión en mi vientre, ni como comenzaba a sudar. Y ahí noté la razón por la que mi reacción no fue igual a la de la última vez que un chico agarró mi mano.

El no es Blake.

Blake. Mi lindo acosador Blake. Pude ver como una sonrisa coqueta comenzó a formularse en su rostro, y me di cuenta de la muy probable tonta sonrisa que debía traer.

Iluso, la hago por el Dios griego de Blake, no por un simple mortal como tú.

Comenzamos a caminar agarrados de la mano, sentía todas las miradas de nuestros compañeros en el ambiente. Pude ver una muy enojada Cassidy Thompson. En cualquier momento le saldría humo de las orejas.

Una sonrisa victoriosa se posó en mi rostro.

La venganza es dulce, dicen.

Justin me puede servir de algo, a fin de cuentas. Recargué mi cabeza en su brazo, (ya que no alcanzaba su hombro debido a que yo soy promedio y él un poste andante) sin soltar nuestro agarre. Sentí su mirada y apretó un poco mi mano. Cassidy salió corriendo.

Estaba amando esto. Ya entiendo el porqué las tóxicas son así. La sed de poder y ganancia es maravillosa, ser el centro de atención y la razón por las que las chicas se retuercen de envidia se siente extrañamente satisfactorio. Tal vez es por todo lo que me han hecho mediante los años, o la sensación de dejar de ser invisible por primera vez en mi vida, me hacía sentir bien.

Al llegar a los parqueaderos, nos ganamos igualmente la mirada de la mayoría de chicos ahí y pude visualizar la lujosa camioneta negra Toyota Prado de Justin. Era hermosa y todos los niños ricos la tenían. Menos yo. Nosotros no teníamos camioneta, teníamos un Porsche 718. Aunque tenía mi propio carro, un Audi A5 Cabrio.

- Quería tener algo de privacidad hoy así que le dije a mi chofer que yo manejaría. - Comentó el castaño  sacándome de mis pensamientos. ¿Privacidad? ¿Me iba a violar en su carro o que?.

- Vale. - Comenté encogiéndome de hombros. Nunca he sido imprudente así que no le preguntaría algo como:

¿Me vas a violar y secuestrar?

No tiene sentido que lo haga. El corrió al carro adelantándose un poco y abriendo la puerta del copiloto para mi.

- Gracias. - Comenté subiéndome al vehículo con asientos de cuero oscuro y dándole una sonrisa falsa. Me había invitado a salir, no sería odiosa con él. Así mis actitudes fueran falsas, para el son reales y eso es lo que importa. El me sonrió como respuesta cerrando delicadamente mi puerta. A diferencia de mi padre, quien es un experto en tirarlas, aunque así lo amamos con mamá. Vi como corría al lado del piloto y entraba al auto cerrando la puerta rápidamente.

- Vale. - Puso sus manos sobre el volante y volteó a verme con una sonrisa encantadora. Con razón le llamaban el baja bragas. Solo con esa sonrisa sentí como mi pelvis comenzaba a palpitar. - ¿A donde quieres ir? - Me encogí de hombros y le di una sonrisa ladina.

- Sorpréndeme. - Su sonrisa se transformó en una pícara.

- Buena respuesta. - Me guiñó el ojo seguido de voltearse para ponerse el cinturón de seguridad, yo hice lo mismo. Normalmente nunca me lo pongo, puesto que siempre voy en el asiento de atrás y no le veo el sentido de usarlo. Si me muero no es de importancia, sinceramente. Aunque por ley, siempre que voy en la parte de adelante me lo pongo. No quiero multas a causa mía. Escuché como el motor rugió, señal que Justin había prendido el carro.

- ¿Y que me cuentas de ti, Alex? - Preguntó dando la vuelta y saliendo del colegio.

- No se - Me encogí de hombros - ¿Que quieres saber? - Le miré. En esa posición sus bíceps y las venas de sus brazos se veían mucho más marcados, su perfil era realmente hermoso, su vista estaba fija en la calle. Ya entiendo porque tenía tanta obsesión con el de niña, es guapísimo.

- No se. - Me copió encogiéndose de hombros con una risita. Me mordí el labio. - Que te gusta, que no, tus pasatiempos...

- Me encanta leer - Sonreí de lado.

- ¿Leer? - Me miró fugazmente encarnando una ceja.

- Si, ¿Algún problema con eso? - Me cruce de brazos poniendo una de mis piernas sobre la otra. El negó.

- No, solo... No pareces de las que leen.

- ¿Las que leen? El físico de las personas no se basa en sus pasatiempos, mira a Michael. - Michael es un chico pelirrojo con sobrepeso quien está en el equipo de fútbol - Juega fútbol ¿Y por eso es delgado y con músculos? - Fruncí el ceño. Silencio. Boom. Me encanta silenciar a las personas, que reflexionen. Odio los estereotipos. Solo porque lees no significa que eres un nerd. Y realmente, ¿Que es un nerd? Un estudiante que no piensa solamente en sexo y si tiene aspiraciones en la vida. Que mierda de sociedad en la que vivimos. Poco a poco mi satisfacción se fue esfumando, reemplazada por la clara tensión en el ambiente. Me decidí por matar el tiempo mirando los árboles, edificios y casas pasando por la ventana. Escuché como Justin se aclaró la garganta rompiendo el silencio.

- Bueno... Eso fue... - Suspiró - Diferente.

- ¿Diferente? - Le volví a mirar encarnando una ceja.

- Si... Normalmente con las chicas hablamos, no sé de...

- ¿Sexo? - Bufé. Típico, huecas de Mierda, retrasados imbéciles. El asintió lentamente.

- Si... - Suspiró - Eres diferente a las demás, Alex - Me miró fugazmente - Y eso me gusta. - Una sonrisa ladina se posó en su rostro. ¿Está coqueteando conmigo? ¿Justin Ross está coqueteando conmigo? Pues no le está sirviendo. Tal vez solo me gustan los acosadores drogadictos llamados Blake... ¿No me sé el apellido de Blake? Raquel estaría tan decepcionada de mi. ¿Porque mierda estoy pensando en Blake si estoy saliendo con Justin? Que descortés de mi parte. Mejor le respondo, a lo mejor piensa que no me interesa... Aunque bueno, no me interesa, en lo absoluto. ¿Le gusta que sea así? Pues perfecto, porque no quiero ser de otra manera ni por él ni nadie.

- ¿Gracias? - Encarné una ceja. - ¿A donde vamos? - Pregunté. Quería cambiar el tema de Justin y su cuadripolaridad. Me pegué mentalmente. Justin no es Ares, Blake lo es. Joder, maldito acosador que no sale de mi cabeza.

- Me dijiste que te sorprendiera. - Respondió. Pude notar arrogancia en su tono lo que me hizo rodar los ojos.

- Si, te dije eso. Sorpréndeme. Pero ¿Donde es la sorpresa? Tengo hambre y quiero saber si esta muy lejos.

- Starbucks. - ¿Enserio? ¿Starbucks?. Que básico. Me estoy comenzando a arrepentir de haber salido con él en vez de ir al lugar misterioso de Blake. A lo mejor era su cuarto rojo, y me iba a violar. Yo me abro de piernas con gusto x2. Una risita tonta salió de mi garganta por inercia.

- ¿Que? - Comentó Justin con una sonrisa ladina. ¿Te crees que es por ti, primor?. Jamás. El único chico que me saca risas tontas y sonrisas sinceras es Blake como sea su apellido alias, el papi rico. 

- Nada. - Me encogí de hombros - ¿A cual Starbucks?

- Al del centro. - Vale, al menos me va a llevar al más decente. Pero enserio ¿Starbucks? ¿¡STARBUCKS?!, para eso yo hubiera elegido algo. Tengo claro que Justin habitualmente tiene buen gusto en todo así que, el que haya elegido Starbucks me parece una falta de respeto. Hasta un helado me vendría mejor, pero vale. Me calmo.

- Oh... O sea que estamos lejos - Tengo hambre puto, aliméntame o te vas a ganar unos buenos vergazos pronto.

- Si... ¿Tienes mucha hambre? - Si. Asentí repetidas veces.

- Si quieres te puedes comer unas gomitas que tengo ahí guardadas - Señaló ese lugar donde se ponen los vasos en los carros (no recuerdo el nombre) donde sobresalía un paquete, doblado para que cupiera en el pequeño espacio, de gomitas, específicamente los gusanos ácidos cubiertos de azúcar. Mis favoritas. Sentí su mirada sobre mí y no pude evitar relamer mis labios al ver las gomas Trululu. Mi única debilidad, probablemente.

- Que tierna eres - Miré hacia el, quien tenía un brillo en sus ojos que no logré descifrar. Nunca lo puedo. Normalmente logro leer a las personas fácilmente, pero con Justin y Blake es muy complicado. Son muy difíciles ambos.

- No soy tierna - Aparté mi mirada fijándola de nuevo en la calle, hasta que un sobresalto llegó a mi pecho. Sentí como Justin posaba su mano sobre la mía y las entrelazaba apretando la mía un poco. Bajé mis ojos hacia nuestra conexión y joder, esto parece de Wattpad. Mi mano a comparación de la suya es pequeña y delgada mientras la suya es grande y con un tatuaje en el nudillo del pulgar, era algo muy pequeño y delicado que no alcanzaba a ver. Puta miopía.

- Si lo eres. - Sentí la diversión en su voz pero mi mirada estaba en un trance, completamente concentrada en la unión de nuestras manos. Podía agradecer que su carro era automático y no necesitaba hacer cambios, puesto que se sentía muy agradable la sensación de su mano. Me sentía protegida y por un momento la típica sensación de soledad que tengo constantemente en mi alma fue reemplazada por el reconforto. Lo que causa un simple gesto, pero mierda no es lo mismo. No me trae un calor al pecho, no revuelve y revoluciones todo mi estomago. No es Blake. Salí de mi hipnosis al sentir como Justin comenzaba a subir nuestras manos.

¿Que mierda?

Sus labios hicieron contacto con la piel de el dorso de mi mano y la acarició un poco con su pulgar. Una leve sonrisa (Falsa, por supuesto. Claramente por cortesía) se posó en mi rostro, el me miró fugazmente con su típica sonrisa baja bragas y puso nuestras manos entrelazadas sobre su muslo.

[***]

- Cassidy es una zorra. - Oír que alguien como lo es Justin decir eso me da la más jodida satisfacción.

- Me alegra que alguien piense igual. - Sonreí de lado. Recuerden amigos, ENTRE MÁS FALSO SEAS MEJOR. Ok no - Pero... ¿Que pasó? Si no estoy mal, eran mejores amigos. - Nos encontrábamos charlando en la fila esperando a que fuera nuestro turno para pedir. En el resto de camino en auto, solamente charlamos de temas aleatorios, no tengo idea de cómo terminamos hablando de Justin y su relación de mierda con Cassidy Thompson. Nuestras manos no se han soltado desde que el las entrelazó hace un rato. Su palma es cálida y suave. Hasta creo que se aplica crema humectante.

- Estábamos... - Suspiró - Intentando algo... Habíamos estado follando por unos meses, yo fui su primera vez ¿Sabes? - Vale. Entre más me diga de Cassidy mejor, me pueden decir rencorosa pero quiero venganza. Ella merece que le muevan el piso, que caiga de su trono, al menos una vez en su vida.

- No, no sabía... Continúa.

- Bueno, pues... Éramos como cuento.

Cuento

La etapa entre amigos y novios. No, no amigos con beneficios. Cuando tú eres "cuento" de alguien, no puedes estar con nadie más. Ya estás a un paso de la relación seria solo que aún no son oficiales.

- ¿Y qué pasó?

- Ella folló con Jared.

Jared Forbes es uno de los delanteros del equipo de Fútbol y supuestamente mejores amigos de Justin. Que asco. Que falso. En la actualidad es muy triste, prefieren una noche que una amistad de años o una relación. Primero sexo antes de cualquier cosa.

- Oh, lo siento mucho. - Hice una mueca acariciando ligeramente su mano con mi pulgar, el me miró dándome una de sus típicas sonrisas encantadoras. Me llamarán materialista y mala persona, pero joder, entre más cerca este de Justin, más daño le podré hacer a Cassidy. Y no saben cuanto daño quiero ocasionarle a esa puta.

- No lo sientas, no fue tu culpa. - Suspiró. Me di cuenta que cuando hablaba de algo incómodo o cuando estaba tenso siempre suspiraba. - Igual, todos me decían que me alejara de ella. Supongo que era lo mejor. - Se encogió de hombros lo que me incentivó a asentir.

- Ella no te merecía, no merece a nadie. - Justin solo soltó nuestras manos y me volteó para que quedáramos frente a frente.

- Sabes Alex... - Comenzó a acariciar con su pulgar mi mejilla. - Eres probablemente la chica más hermosa, por dentro y fuera e inteligente que haya conocido. - Una leve sonrisa fue mi respuesta, de nuevo, por cortesía, la cual comenzó a desvanecerse al notar como el castaño comenzaba a acercarse lentamente hacia mi.

¿Me va a besar? ¿Por que lo va a hacer? ¿Que hago?

¡AYUDA!

- ¡Siguiente! - Salvada por el cajero de Starbucks, di un paso hacia atrás sonriendo leve, claramente incómoda, creo yo que parece más una mueca. Avancé hacia el joven atendiendo.

- Hola hermosa, ¿Que deseas? - Me dio una sonrisa extraña. ¿Acaso me estaba coqueteando? Porque no le serviría. Sentí un fuerte brazo jalarme de los hombros y miré hacia arriba encontrándome con Justin y una barbilla tensa.

- ¿Que deseas? - Me miró relajando su expresión.

- Un brownie y un frapuccino mocca.

- Ya la oyó, yo quiero un capuccino, apúrese. - El frío tono en su voz me desconcertó, nunca lo había oído de esa manera. El cajero asintió.

- ¿A nombre de quien?

- Ross - Me mordí el labio para aguantar una risa. ¿Lo puso a nombre de su apellido? ¿Enserio? El joven asintió y me miró a mí con una sonrisa amigable.

- ¿Y tú, linda?

- Alex. - Le sonreí lo más amable posible y sentí como Justin aumentó su agarre, el chico me dio otra sonrisa y comenzó a anotar algo en dos vasos. Vale, entiendo que este celoso pero este chico se ve agradable y no merece maltrato. Y eso que lo dice la sin sentimientos.

- Son $11.25 - Al notar como Justin sacaba su billetera con su mano libre agarré rápidamente su muñeca, deteniéndolo.

- Dividámosla.

- Ni lo pienses, yo te estoy invitando, mi deber es pagar .- Frunció levemente el ceño lo que me dio paso a negar con mi cabeza.

- Yo no soy una princesita a la que le tienen que pagar la comida, o pago yo una parte o ninguno de los dos come. - Me crucé de brazos y el solo me dio una sonrisa y levantó sus manos a modo de Inocencia.

- Solo te salvas por esta vez. - Sonreí de lado y saqué varios billetes.

- Cada uno pone seis euros ¿Te parece? - El asintió con la cabeza sacando igualmente varios billetes de su billetera. Ambos pusimos un billete de cinco y una moneda de 1 euro. Cuando el joven nos iba a dar el cambio lo interrumpí con un:

¡Espera!

Justin me miró confundido y yo le di una sonrisa ladina a ambos.

- Toma el cambio. - La cara del joven se iluminó y una gran sonrisa se posó en su rostro dejando ver una blanca dentadura. Creo que se merece una propina por el inmaduro comportamiento de mi acompañante.

- Gracias, linda. Ya pronto estará su pedido, ya lo están haciendo. - Me dio una sonrisa de boca cerrada y al ver a Justin le dio una mirada seria. - ¡Siguiente! - Gritó. Indirecta para que nos moviéramos de la fila, acción que hicimos. Nos dirigimos al final de la barra para esperar nuestros pedidos.

- Ese tipo es probablemente la persona más irritante que he visto en toda mi vida. - Exclamó Justin con su mandíbula tensa, causando una risa de mi parte.

- A mi me pareció muy agradable - Me encogí de hombros - Normalmente los que atienden son súper amargados, en cambio el fue muy amigable.

- Te estaba coqueteando en mis putas narices, Alex - Alzó un poco la voz frunciendo el ceño. Me mordí el labio. Esta celoso. Y no disimula para nada bien.

- Los celos no se te ven lindos. - Ladeé un poco mi cabeza sonriendo, el me miró y comenzó a murmurar cosas por lo bajo. Quería que lo aceptara.

- No estoy celoso y siempre me veo lindo.

- Si claro - Exclamé sarcástica. - Puede que seas bueno en fútbol pero mentir te va de la mierda. - El sólo rió negando.

- Eres lo máximo Alex.

- Lo se. - Me encogí de hombros y el me sonrió con la boca cerrada.

- ¡Ross y Alex! - Oí como una señora Gritó y vi nuestra comida, agarré mis dos cosas y Justin su café, con todo listo, subimos hacia una terraza hermosa y moderna con vista de todo el sector.

[***]

La tarde se nos pasó volando. Mientras hablábamos de cualquier tema que saliera, terminamos nuestra comida. Excluí el pequeño detalle de la inscripción en mi vaso, sabía que Justin mataría a Logan si lo descubría.

Oh, ¿Quien es Logan? Pues el chico de la caja. ¿Como lo se? Por lo que decía mi vaso.

Lindo nombre Alex;) Deberíamos hablar más sobre el ;)
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- Logan ;)

Ahora a las seis de la tarde nos encontrábamos dirigiéndonos hacia mi casa, mientras nos burlábamos de la ultima foto que subió Cassidy. Ridícula. Salía en un traje de baño rojo haciendo boca de pato con unos lentes de sol Dior. Uno, su cara parecía un culo y dos, sus gafas eran chiviadas. Ella en general, era barata. Una perra barata.

Al divisar mi casa, me adelanté soltando mi cinturón. Apenas Justin frenó, me volteé sobre mi asiento para verlo.

- Gracias, la pasé muy bien hoy. - Siempre toca ser cortes. Si, la había pasado bien. Pero hubiera preferido mil veces salir con Blake. No puedo explicar lo que siento cuando estoy con el, pero cada vez que estamos juntos, puedo ser yo totalmente. El me sonrió como respuesta -

- Tengo una duda, Alex - Yo asentí incitándolo para que siguiera. ¿Que sería? El se puso en la misma posición que yo, dejando poca distancia entre nosotros. - ¿Besas en la primera cita? - Eso no me lo esperaba. Pero él está demasiado cerca y se está acercando más, no quiero rechazarlo, no quiero hacerlo sentir mal. Se ha portado muy bien conmigo y no soy de ese tipo de chicas que disfrutan hacer sufrir a los demás. El recuerdo de Ares Hidalgo llegó a mi mente, Ares, Dios Griego, Blake.

Mierda, concéntrate.

Su aliento olía a café y menta... Hierba y menta. Blake.

Posó sus labios sobre los míos. Joder, besa muy bien. Ya entiendo porque todas hacen fila por una simple mirada de este chico, sus labios son una condenada maravilla.

Se separó repentinamente, al abrir mis ojos pude ver la sonrisa tonta en sus labios. ¿Así me veré cuando hablo de Blake? ¿Le gusto a Justin? Preguntas para las que si tengo respuesta pero no quiero aceptar.

- Nos vemos mañana, Alex. - Susurró.

- Es sábado.

- Oh... Cierto - Rió leve. - Entonces... Nos vemos el lunes. - Sonrió de lado y yo asentí fingiendo una sonrisa y abriendo la puerta.

- Adiós. - Me despedí con mi mano cerrando la puerta de copiloto tras de mí y comencé a caminar hacia el portón de mi casa. Quisiera decir que quede como tonta, caminando como borracha debido al beso. Pero no sentí nada. Solo un milímetro excitación. Nada comparado de lo que siento con una mirada de Blake. Saqué las llaves del bolsillo trasero de mis jeans y abrí mi casa, encontrándola extrañamente sola. Había una nota sobre el televisor.

Hola nena, salimos con papá a cenar, puedes pedir lo que quieras, el dinero está en la cocina. Descansa, llegaremos tarde, cualquier cosa nos llamas.

Me alegra que salgan, desde que Ami murió nuestra vida se volvió muy monótona. Suspiré y subí rápidamente a mi habitación. Básicamente lo que hice fue lo común, me quité mi ropa, me puse mi pijama la cual consiste en unos shorts bastantes cortos y una camisa de seda sin mangas. Ya se que es muy destapado todo, pero que puedo decir, sufro de calores. Agarré el libro que estoy leyendo, de nombre Yo antes de ti. Al ver la película me fascinó y todos sabemos bien que los libros SIEMPRE son mejores que las películas. Y el que lo niegue probablemente tiene un coeficiente demasiado bajo. Abrí la parte donde lo tenía separado y continué mi lectura perdiéndome en ella. Como siempre.

[***]

Ir en el met

1 golpeteo en mi ventana. Ha de haber sido el viento, el vidrio normalmente cruje debido al fuerte clima.

Ir en el

Otro golpeteo. Joder, ¿Y si está lloviendo?... Nah, no me quiero levantar. Que flojera

Ir en

Ahora sí me cansé. Quien se mete con mi lectura, se mete conmigo. Irritada, me levanté de la comodidad de mi cama y antes de abrir mi ventana, sonó otro golpeteo. Y esta vez si lo vi.

¿Una piedra?

Si, me estoy volviendo loca. Vi mi reloj. 12:00 a.m. Mierda, ¿Cuando pasó tanto tiempo?. Otra piedra. Me acerqué a mi ventana y la abrí, el frío viento de Madrid recibiéndome, fresco. Me encanta el frío, yo sería alguien feliz viviendo en el polo norte. Pero como todo lo bueno debe acabar, mi tranquilidad lo hizo. ¿Cómo?

Oh, con una piedra en el ojo.

- ¡Mierda! - Exclamé llevando mi mano a mi ojo derecho y una carcajada envolvió mis oídos. Esa risa la conocía bien.

Blake.

Bajé mi único ojo bueno hacia el, encontrándomelo con un saco negro con su capucha puesta y una piedra en su mano.

- Oh Julieta, la reina del sol, haz alegrado mis días al usar ese camisón - Pude notar el tono coqueto en su voz lo que me hizo rodar los ojos. Aunque a quien engaño, ese comentario cayó directo a mi entrepierna. Mi estómago se revolucionó.

- Oh Romeo, mi querido Romeo, mira como te saco, el dedo del medio. - Y siguiendo mi comentario lo hice, una de sus muy excitantes risas brotó del fondo de su garganta. Mi ojo comenzaba a arder menos y comencé a abrirlo lentamente. - ¿Que haces aquí a estas horas, idiota?

- Que romántica.

- ¿Verdad? - Sonreí falsamente - Responde.

- Ya es mañana. - Se encogió de hombros - Y te dije que llevaría a ese lugar, hoy.

- Si, pero en la tarde.

- Nunca especifiqué cuándo. - Touché.

- No voy a ir contigo - Me crucé de brazos. El solo rió y pude ver como sacaba algo de su bolsillo. Me va a drogar, secuestrar y violar. Aunque bueno, lo último no me disgustaría mucho. YA ALEXIA. Putas hormonas.

No, no, no, no.

Son gomitas Trululu de gusanos ácidos cubiertos de azúcar. Y no las típicas bolsas pequeñas. Una muy grande que no tengo idea como cupo en su bolsillo.

- Entonces me tendré que comer esto solo. - Fingió decepción. Me estaba comprando. Y lo peor de todo es que estaba funcionando.

- ¿Como lo sabías? - Si, exacto. Nos conocíamos hace un par de días y nunca había mencionado que me gustaran esas gomitas en específico.

- Ya te he dicho. Se mucho sobre ti Alex-Ia - Sonrió divertido.

- ¿Es muy lejos? - Pregunté. No puedo creer que lo esté dudando, si mis papás llegan y no me ven, probablemente me matarán.

- ¿Estas aceptando? - Podía notar solo por su tono de voz la muy probable sonrisa pícara en su rostro.

- Solo responde.

- No, no es muy lejos.

- Vale... ¡Espera! - Fruncí el ceño -
¿!Cómo mierda sabes donde vivo?!

- Por centésima vez... Sé mucho sobre ti Al...

- ¿Pero cómo? - Le interrumpí. Tengo miedo, si y mucho. - ¿Eres mi stalker? - La pregunta salió por sí sola, antes que me lo pensara. Y joder, ahora me arrepiento al ver la cara de burla de Blake.

- Oh Alex-Ia, dulce y tierna Alex-Ia... No eres tan importante para que te acosé - Sonrió claramente falsamente -
Solo me diste curiosidad y... - Se encogió de hombros. -

- ¿Y...? - No me podía dejar con la duda, no podía ser así de cruel. No es justo.

- Y... Te voy a decir lo que sigue si vienes conmigo. - La diversión en su tono era notoria. Estoy vacilando. ¿Lo haría? ¿Me iría a no se que lugar con Blake a media noche con el riesgo que mis papás lleguen en cualquier momento y se den cuenta?.

Hola Pauters,

6,260 PUTAS PALABRAS SIN CONTAR ESTAS LPM. No saben el tiempo que llevo escribiendo este capitulo, pero me siento satisfecha del resultado. Les voy a dar un Spoiler, Logan no fue un personaje pasajero, va a volver a aparecer y créanme que va a ser importante en la trama. ¿Alex aceptará? ¿Como sabe Blake tanto de Alex? Quiero leer sus teorías. LLEGAMOS A LAS 100 VISITAS, estoy meta agradecida con todos ustedes por tomarse el tiempo de leer esta novela. Espero que les esté gustando. ¿Que pensaron de Justin y del beso?. Cabe aclarar que el de multimedia es Logan. ¿Algún día les mostraré a Blake? Puede ser Ahre. Bueno, estoy harta de escribir así que espérense mil años. A propósito el próximo cap les va a encantar, va a ser el inicio de todo así que súper pendientes.

- P A U

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