Disclaimer: Amolad pertence a the snipster.

Leo desvía la espada con una daga que mantenía en su cintura, topándose con esos maliciosos ojos carmesí, su mirada esmeralda sólo es nublada por las lágrimas al hallar a su compañero en ese estado. Sin dudarlo un segundo arroja al rey hacía adelante y desenvaina su espada.

—¡¿Qué exactamente te pertenece? Has tomado tanto de nosotros! — Confronta el caballero, sin poder evitar que su poder sacuda la tierra. Lanzándose sin miedo contra Nim.

El rey ríe, como sí el comentario dado por el moreno fuera alguna clase de broma — Nosotros los creamos ¡Sólo, quiero eso de regreso!— vocifera con despecho —Tu padre no vendrá a salvarte hijo prodigio— Escupe con desagrado, mientras lo empuja con su espada, y le clava la mirada.

El chasquido del acero contra acero inunda aquel oscuro lugar, sólo revelando las figuras de ambos hombres por siluetas cobrizas que brindan las escasas antorchas. El sudor empapa las sienes de ambos, Leo es ágil pero Nim es poderoso, todo lo que crea es semejante a un engaño, intentado tomar ventaja del moreno.

La mente del rey se llena de envidia y recelo, había acabado con ese corazón humano en su pecho por error, él había necesitado el fuerte corazón de un dragón para poder subir a las montañas más altas, su alma inmortal residía en ese débil cuerpo humano; Moriría antes de llegar donde él, necesitaba la dura piel de un dragón y sus fuertes pulmones para poder encontrarse nuevamente con su contraparte, su compañero: Ithis. Aun cuando eso significara matar a la tierra misma por completo. Aun cuando eso significara acabar con todo aquello que crearon juntos.

—No deberías tener el privilegio de verlo, ustedes son sólo hijos de él. Mortem es lo más cercano a un hijo mío; —Menciona mirando a su espalda y al hombre que yace sobre el húmedo piso de la mazmorra—Originado por el amor de su hijo privilegiado y nuestra primera creación: los humanos. —Comentó con burla, enfureciendo a Leo.

Los jadeos furiosos se hacen más presentes, y el moreno agita la espada con violencia, intentando que el filo atice en la blanca piel del rey, sin embargo sólo consigue cansarse, mientras el otro lo esquiva con gracia y parsimonia. Con imprudencia trata de alejar al mayor del alto pero aquél es muy rápido.

Nadie interviene en aquella pelea, los soldados custodian el palacio por si llegasen, aparecer los compañeros de Vitae, sin embargo eso no ocurrirá, no esta vez.

—Debo admitir que eres más inteligente de lo que aparentas dragón, —Parloteaba Nim mientras veía a Mortem tendido en el suelo, acercándose peligrosamente hacía él, otra vez. Leo quiere alcanzarlo pero el cansancio de su cuerpo se hace presente, sus músculos arden, y su respiración es insostenible — Ese día pensé que había obtenido tu corazón cuando lo extraje de tu pecho, quería verlos morir... No es justo. —Dice desairado—Ustedes pueden vivir con sus compañeros por la eternidad y ¿Nosotros? Debemos soportar toda la inmortalidad, separados. —Se inca hasta tener el rostro de Des entre sus manos—Poner la mitad de tu corazón en él para mantenerlo vivo; Mantenerte vivo con sólo un pedazo a ti; sin dejarme poder tenerlo a menos que estén juntos otra vez. —recorre el torso desnudo de Des con sus dígitos posándose en su lado izquierdo. —Dejándome con este ridículo corazón humano.

Quería arrancar la mitad del corazón de Vitae del pecho de Des, pero eso significaría nunca tener el corazón completo, eso significaría que jamás podría ver al rey de los dragones en lo más alto del cielo; Debía matarlos juntos, regresó su mirada carmesí al moreno que se acercaba con convicción a él, quería que la ira se apoderara de Leo, y que en un arrebato se arrojará a él, para poder al fin atravesarlos juntos y unir aquellas mitades.

Leo estaba frustrado era una batalla en vano. No había sido inteligente como lo comentaba Nim, Aquél día había condenado a Des a vivir sin su corazón humano, sin las memorias que se albergaban en su tortuoso latir. Al hacer el pacto de unión y ser separados, el aura de la Muerte hubiese acabado con el latir mortal del corazón de Des, así que tuvo que darle el suyo y él tomar el contrario, sin embargo no sé pudo completar aquel intercambio, por que Nim había incrustado el corazón de Des en su pecho y en su desesperación partió el suyo para no dejar morir a su contraparte; Tenía sentido que Mortem no recordará con exactitud cómo era él, todo se había perdido cuando Nim robo su corazón. No sabía cómo regresarlo; No sabía cómo unir nuevamente el suyo sin matar a Mortem. No sabía cómo vencer al Rey sin extinguir el corazón de Des.

—¿Tan rápido te has rendido Hijo de Ithis? —Se burló al verlo recuperar su aliento — Hasta los humanos dieron más batalla contra la "plaga" que desate, ese estúpido dragón no hacía bien su trabajo así que, le di un empujón a "Morbus". Fue ahí cuando logre entender que significaba su "pacto" y el valioso tesoro que escondían en su pecho;—Delineaba con la punta de sus dedos los cuernos de Mortem— Pero sólo había algo malo con ello, debían ofrecerlo a un humano. Tu sabes que no soy eso, —Decía provocándolo, mientras recorría con una mano la cintura de Des. Había visto el pacto de los dragones con los humanos, podría a haber robado otro corazón, pero su envidia y recelo querían el de Vitae, el de aquel hermoso dragón verde jade al cual su contraparte parecía amar, haciéndolo pensar si lo quería como algo más que un padre a su hijo— No es acaso, que querías recuperar a esta lindura —Sostenía con fuerza la demacrada tez de un inconsciente Mortem. Apreciando sus facciones arrugo el entrecejo al verlo, lucía tan perfecto casi como Ithis, con esa perfecta piel impoluta y de alabastro.

El moreno estaba colérico sus pensamientos no lo dejaban en paz, Se acercó con convicción a Nim, empuñando su espada con odio, corriendo directo para atravesarlo. El rey lo esperaba, colocaría a Des enfrente con un movimiento y entonces, podría atravesar a Leo, por supuesto después de que él acabara con su amante.

Los segundos parecían minutos, todo fue sumamente rápido Des giró en el momento en que Leo iba a empuñar su espada contra Nim, abatió sus alas alejando al moreno, mientras clavaba la pequeña daga en la espalda del rey, el cual lo miró sorprendido.

—Disfruta de mi corazón mortal y lo que implica tenerlo —murmuró el de ojos ámbar, mientras hacía lucir su poder, La muerte abrazo a Nim, la oleada obsidiana, tiñó su cabello de gris y opacó sus ojos, su piel perdió su brillo y se cubrió de surcos; su gallarda postura se encogió y encorvó. —Larga vida al rey. —murmuró antes de volver a desvanecerse.

—¿Qué?—balbuceo desde sus arrugados Labios, viendo como Mortem se desvanecía en sus brazos, miró con extrañeza sus arrugados dedos, mientras su vista se nubla hasta el punto de perderla por completo; se deja caer cansado, su corazón empieza a latir progresivamente más lento, el aire comienza a faltarle y su mente se pierde. Desmayándose en el suelo.

Leo se levanta abruptamente de donde ha sido arrojado al sentir a su corazón latir completo en su pecho. Lagrimas gruesas escurrían de sus ojos verdes, busca con la mirada a un ser que claramente ya no se halla con ellos. Su compañero ha partido y. Ahora su corazón está completo, pero su alma se haya despedazada. Se acerca temeroso hasta el cuerpo del anciano rey y los vestigios obsidiana en el suelo.

Des se había llevado a su corazón con él. El hombre postrado en la mazmorra junto a Leo, quedaría por siempre en ese estado: Demente, anciano y ciego. Nunca podría ver a Ithis a un si lo deseara. Ser uno de los creadores le brinda una condición inmortal, pero al haber rechazado su naturaleza incrustando ese corazón mortal, había envejecido hasta regresar nuevamente a lo que era, un rey eterno, sólo que ahora jamás podría obtener la fuerza de un dragón para ver a su otra mitad.

El príncipe llora impotente contra el rastro obsidiana, no puede siquiera desquitar su ira contra el viejo rey, no puede asimilar lo que ha pasado. No tiene un cuerpo al cual recoger, ni siquiera cenizas a las cuales sostener, no tiene nada —Des...— murmura con impotencia, no puede creer que eso este pasando.—No puedes... —No logra terminar su oración.

En la ciudad de los dragones, Amare mira el cielo descompuesto con una tormenta anunciándose a la lejanía. Su príncipe debe estar descorazonado y el cielo derrama impotente su llanto, sus gritos se manifiestan cual relámpagos y truenos en el cielo... —A eso te referías con que, todo está terminando. —Miro hacía adentro de la cabaña observando el alto cuerpo de Thomas, quien se halla en un profundo sueño.

Lorraine sabe que no debe intervenir, por lo menos no en la batalla del rey contra Leo, sin embargo ella desconoce que el rey de la ciudad es uno de los que creó la tierra, no tiene idea del poder y el daño que ha causado.

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créditos: "Masquerade of the Ghosts- Brandon & Derek Fiechter"

N.A: Buenas noches, tengan todos.

Esto aun no ha terminado.

Revelando algunas cosas, revolviendo sus corazones, el próximo capitulo es: "Alma de Dragón"

Hagan sus suposiciones, comentarios, jitomatazos, piedrazos. Vengan.