Capítulo VIII
De figura delicada, como si fuera perfecta. Labios tan finos dignos de una princesa. Melena verdosa oscura que llegaba a su cintura. Piel blanquiza, como una muñeca de porcelana. Orbes esmeraldas. Una tierna sonrisa llega a dibujar.
Tan hermosa.
Y de repente...
Estática...
Arrodillada. Con su vestimenta, en carmesí, manchada. Respiración agitada. Su cuerpo voltea.
Más estática...
Sus ojos tenían las pupilas blancas, cornea negra y esclerótica roja. Tierna sonrisa sádica.
-Ya es tarde para tener miedo a lo que sucederá-
Abrió sus ojos lentamente, despertando de su sueño.
Nuevamente la soñó, nuevamente ella invadió sus sueños, esto lo molestaba, más al ser consiente de lo cerca que estaba ella y el destino de todos.
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Un castaño caminaba en dirección hacía su departamento, en su hombro descansaba un gato negro.
La chica peliverde lo mira con nostalgia.
¿Por qué no me has recordado?
Llegaba a pensar una y otra vez.
Desde lo alto de aquella casa lo observaba para actuar ante cualquiera peligro. A su lado, el hurón quien solo dormía en el tejado, le parecía ridículo lo que su Eve hacía pero no tenía otra opción que seguir sus ordenes.
El felino abrió perezosamente sus ojos al sentir una extraña presencia rodearlos, frunció el ceño de mala gana mientras observaba a su alrededor en busca de algún indicio que jamas pudo llegar a encontrar.
A cada paso que el joven estudiante realizaba, la tensión iba a aumentando, dejándolo ya muy en claro que algo malo iba a ocurrí.
El sol lentamente se fue ocultando.
El castaño fue apresurando el paso, mientras que la chica lo seguía observando transportándose de un rincón a otro sin ser vista ni escuchada.
Hasta que lo inevitable ocurrió cuando este tuvo que ir por el camino de un callejón.
El paso de Mahiru se detuvo bruscamente al encontrarse a un grupo de cuatro chicos de no mas de veinticinco años, que al parecer estaban ante una espera. Estos, al notarlo, posaron discretamente sus miradas en el joven, quien tenía la intención de retroceder y tomar otro camino con tal de no meterse en problemas, y lo hubiese conseguido con éxito si no hubieran visualizado al felino negro, del cual sabían perfectamente quien era y por cuestiones de deducción lógica sabría donde estaría su supuesta hermana - o al menos eso llegaron a creer-.
Dos de los jóvenes se aparecieron enfrente de Mahiru deteniendo su paso, los otros dos se colocaron atrás del chico rodeándolo.
-Tanto tiempo sin verte, Sleepy Ash-
El felino abrió sus ojos lentamente, como si le costara realizar la acción, y miro al dueño castaño de aquella voz.
-Kuro ¿los conoces?-
Este soltó un perezoso suspiro.
-Desgraciadamente para mi, si-
-¿Dónde esta?-pregunto el chico que tenía enfrente. Observo al chico frunciendo el ceño.
-¿Qué cosa?-
-No te hagas el idiota. Por tu conveniencia te recomiendo que me digas dónde esta-
-¿A qué se refiere, Kuro?-
-Si tan solo lo supiera-
-Ya terminemos con esto y dilo de una vez-
La chica peliverde observaba la escena conteniendo sus inmensas ganas de ir a ayudar al chico y su Servamp.
-No lo hagas. Él es poderoso-
Eso, la joven, lo tenía muy claro. El castaño tuvo la suerte de conseguir a uno de los tres Servamp's más poderosos, lastima que no sepa como utilizarlo.
-Pero él ni siquiera sabe que tiene otra hermana-
-No nos estas dejando de otra opción, Sleepy Ash-
El felino pego un salto distanciándose de su Eve para tomar su forma humana. Lentamente se incorporo para ver al chico de muy mala gana.
-Ya te he dicho que no sé de que me estas hablando-
-Si serás idiota-dijo molesta conteniendo sus ganas.
-Ni se te ocurra moverte-hablo seria.
-¿Dónde esta?-pregunto el chico una vez más.
-Eres demasiado molesto que podría llegar a morir-
El chico soltó un suspiro, su paciencia a sido agotada.
-Que conste que tratamos de hacerlo pacíficamente-
Luego de dichas palabras, el aura del chico comenzó a cambiar mostrando su lado salvaje, desatando su poder para transformarse en un lobo.
La chica miro a su fiel acompañante con cierto enojo, y sin hacer esperar más, se quito su guante que cubría su mano derecha, de este se desprendió un lazo de color negro con una pequeña aura blanca dándole forma hasta formarse un hacha.
-Sabes que no sigo las ordenes de nadie. No serás la primera-
Ésta, se lanzo de la cima del edificio.
-Ya lo sé. Por algo permanezco aún a tu lado-
La sombra abrió un portal antes de que su Eve cayera a la nada, transportándola.
El enorme lobo, con la intensión de herir al vampiro, se encamino a éste de manera veloz. Sin embargo, solo fueron dos pasos los que realizo, antes de que un hacha completamente negra con los bordes blancos se clavara en su pata delantera derecha.
-¿Eh?-
Este soltó un fuerte aullido, demostrando su dolor.
-¡Kuro!-
La voz de su Eve pudo hacerlo reaccionar y retroceder para asegurar que este estuviera bien.
-¿Qué esta sucediendo?-
La mano de su Servamp, tocó su hombro. El chico giró a verlo para luego pronunciar.
-No te entrometas en esto-
El castaño no comprendió el mensaje de su Servamp hasta que lo sintió, el aura de un sujeto.
-¡Los mataré a todos. Mataré a todos los Eve's y todos los Servamp's. A todos!-
Segundos después de que las palabras fueran escuchadas, una sombra apareció detrás del chico lobo, y éste lo pudo sentir perfectamente.
Pegó un salto y retrocedió esquivando el filo de esa hacha. Rápidamente hizo lucir sus largas y filosas uñas, pero en un falso movimiento terminó con tres de sus dedos izquierdos rebanados.
-Ups-dijo la chica con una sonrisa traviesa.
-¡Maldita!-exclamó el chico del dolor.
-¡Nii-san!-exclamó el hermano del chico con la intensión de acercarse a éste, sin embargo, un circulo de un blanco brillante rodeo a todos los chicos que estaban alrededor de Mahiru y Kuro.
En un parpadeo, la chica paso a estar a espalda de su victima. Elevó su hacha y la bajo mientras ella se arrodillaba. La tierra comenzó a agrietarse, saliendo una especie de espinas de tierra. El chico pudo esquivarlo rápidamente, enojando a la chica, quien de un movimiento hizo desaparecer las espinas acompañadas de una ventisca antes de que llegaron al Eve y su Servamp-
-¿Matar a todos los Eve's con sus Servamp's?-cuestionó la chica, entre tanto, ella cruzaba sus piernas y apoyaba sus codos sobre estas-Para eso, primero, tendrás que atacarme a mi. Y una vez que lograste matarme, podrás ir por ellos-formó una sonrisa traviesa-Pero para eso deberán pedir un milagro a sus sarnosos dioses-
-No permitiré que hables de esa manera a los nuestros-exclamó el chico con molestia.
Se acercó corriendo hacía la chica con la intensión de atacarle.
-¡Espera, idiota!-
Pero ya era tarde.
Cuando el chico estuvo a diez metros de alcanzar a la chica, fue cuando piso la trampa, y en consecuencia quedar inmóvil.
Un circulo de bordes blancos se formo alrededor de este, igual que el de sus compañeros pero diferente que el de su hermano.
Mahiru, tuvo el instinto de moverse para detener a la chica, pues una vaga idea de lo que sucedería se presentó. No pudo hacerlo, no por fuerza de voluntad, había algo que se lo impedía. Nunca pudo ser capaz de percatarse que no tan lejos de ellos estaba la sombra, quien con su poder manipulaba la situación a su favor.
La chica giro sobre sus talones en dirección hacía los chicos, no para verlos, sino para posicionarse.
-Cuando el sol y la luna...-
De la nada, una delicada figura de melena azabache larga hasta pasar su cintura-dándole la espalda a los chicos-, hizo su aparición al lado del chico lobo, portando un hacha de doble hoja estilo medieval.
-Al tiempo traicionan-de voz suave pero poseedora de la determinación, termino la frase.
Ambas chicas se miraron mientras colocaban sus armas a los costados, de arriba y abajo, del circulo, logrando que emitiera un pequeño resplandor y que lentamente, la tierra, fuera tragándose no solo al chico al que encerraron sino al resto de sus compañeros menos uno.
-Aún espero tu movimiento-susurro la chica lo suficientemente fuerte para que su victima lo escuchase, logrando despertar su impotencia.
El chico desapareció-al igual de los que lo acompañaban-, el circulo y el resplandor también.
La chica giró lentamente para posar su mirar al último muchacho, despertando su miedo.
-Ante la espera el tiempo tendrá que alejarse. Quince minutos es lo que te daré, para poder encontrar con vida a ese ser, que alguna vez entere-
-Eres un monstruo-
-Me lo dicen muy a menudo. Debería calificarme de otra manera, algo más hiriente, ya es muy común ese adjetivo calificativo-hablo la chica en forma de burla-Aún así, pareces un chico muy bueno, y si prometes que mantendrás tu y los demás sarnosos sus narices fuera de esto, te diré donde deje a tu estúpido hermano y sus amigos-
-¡Olvídalo!-
-Que hermano más insensible-
-Tsk.....-apretó con fuerza sus manos formando un puño.
-Te quedan trece minutos-
-Esta bien-
La chica sonrió.
-El calor es su amiga, su amante la humedad, para las serpientes su hogar, y sin una gota de agua no sobrevivirás-
El chico pudo comprender le mensaje a la perfección, y eso fue lo que más le sorprendió, en la lejanía en la que estos se encontraban. Le dedicó un último mirar a la joven peliverde, para después transformarse en un lobo y retirarse se ahí.
Silencio es lo que quedó en el lugar tan repentinamente.
El castaño poso su mirar en la joven figura, esos orbes esmeraldas, esa melena verdosa con tonalidad oscura, aquella blanquiza piel. Tan familiar para él y a la vez tan desconocida.
¿Quien eres?
-Vámonos, Nina-chan-
Asistió.
-Espera....-intervino Mahiru pero ya era tarde.
Las chicas aparecían y desaparecían cada vez más lejos del par hasta desaparecer sin dejar rastro alguno.
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