Capitulo II
Esos hermosos orbes verdes claros lo miraban fijamente, sin ser capaces de romper el contacto visual, motivo que llegaba a intimidarlo. Su delicada figura se fue acercando a paso lento, como si estuviera inspeccionando cada centímetro del cuerpo del chico. Sus finos labios formaron una delicada sonrisa que dejaba demostrar su tristeza mientras que en sus mejillas recorrían descaradamente unos pequeños hilos rojos, tomando el rol de lágrimas.
-Por favor...-a pesar de la chica se acercaba al joven, su voz se escuchaba con lejanía y de manera distorsionada, dándole el toque de miedo a la situación-No... alejes-el chico frunció el ceño, e intento moverse hacia ella, pues su lentitud en su andar llegaba a inquietarlo, más a escuchar su voz ilustraba desesperación-Necesito.... Ayúdame-
El rostro de la chica bajo lentamente preocupando al chico. Este trato nuevamente de moverse o hablar pero todo fue en vano, algo se lo impedía.
La chica detuvo su paso, aún con la cabeza baja. Él no comprendía la situación pero quería ayudar a la hermosa chica, que parecía marchitarse. Esta, levanto su rostro, asustando al joven, pues luego de eso, ella se acerco como un flash hacia él, dejando solo como un recuerdos los extraños ojos de la chica.
De un verde claro, sus pupilas pasaron a ser blancas, un iris de color negros y esclerótica carmesí.
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El par Orgullo caminaba con tranquila por las calles. A lo lejos, la sombra de hace unos días volvió hacer su aparición, ahora sin dejar de observar a los Servamp's ni un solo segundo. Su ventaja es que podía estar a centímetros de ellos y nunca se darían cuenta, su desventaja es que no podía estar demasiado expuesta, era buscada y corre peligro el salir de las sombras. Sin embargo, no era la única en peligro.
Este par, se adentraba a un parque que los llevaría a su destino de manera más rápida. Pero jamas notaron el grupo de hombres que los esperaba al final del lugar.
La sombra solo sonrió al saber lo ingenuos que eran.
Tontos. Son como gotas de aguas en el desierto.
Una hermosa figura de mirada verdosa cubierta por unos lentos de sol, con su cabeza cubierta por la capucha de su chaleco sin permitirle a su cabello oscuro ser descubierto, en sus labios una sonrisa traviesa que lograba lucir mientras masticaba chicle. Misma y hermosa joven que dejo paralizado a cierto castaño días atrás, ahora caminaba con cierta prisa en sus pasos, ignorando a todo aquel que lograba llamar la atención, solo quería terminar rápido con ese fastidio de labor e ir tras su fiel acompañante. Tenía miedo de se lo arrebatasen como una vez, cuando era tan solo una niña débil e indefensa.
Malditos perros sarnosos, metiendo sus narices donde no les incumbe
Hugh, a pesar de mostrarse en su forma animal, pudo notar la pesada presión de varias miradas sobre su Eve y él, alarmandolo.
-Tetsu, ten cuidado-
-Si, Hugh-
Pero no fue necesario que ninguno de los dos pulieran sus habilidades. La nombrada anteriormente, paso al lado del pequeño grupo de hombre manteniendo su sonrisa. Fue cuando giro a verlos que se quito sus lentos, clavando sus ojos claros en ellos.
Fue directa, sabía su objetivo, y lo logró sin ningún tipo de problema. El grupo cayo fácilmente en la trampa.
Alguien a elegido una muerte segura.
Ella siguió su camino y detrás suyo, el grupo de hombre persiguiéndola, garantizando seguridad al par Orgullo pero, a su vez, dejándolos confundidos ante la situación, pues sus ideas eran otras.
Optaron por no prestarle la suficiente atención a algo que podía a ver sido casualidad.
O tal vez no.
La sombra abrió un portal y se introdujo, para terminar atrás de la hermosa chica de cabellera oscura, la cual, se estaba encargando de dejar sin vida a sus victimas.
-¿Era necesario esto?-
-Solo los mataré a ellos-
Soltó una mueca de disgusto.
-No tienes motivos para matarlos-
-Si los tengo, y lo sabes mejor que nadie-
-Suéltalos-
-Pero.....-
-Suéltalos, si los llevas muertos solos los enfadaras más. Si vamos a asustarlos tiene que ser en el momento adecuado y cuando menos se lo esperen-
La chica soltó a sus victimas de mala manera mientras que la sombra se encargo de llevarlos a la inconsciencia enrollando en sus cuellos una especie de lazo blanco.
-Espero que valga la pena-
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La chica de mirada verdosa caminaba con una sonrisa tranquila tarareando la canción Toreador de manera alegre. En su hombro descansaba su mascota, un hurón, que al final de su cola el pelaje se torna de un dorado gastado.
La joven detuvo su paso en un pequeño hotel de aguas termales al que tanto deseaba ir.
-Nee, nee, Nina-chan, llegamos-hablo emocionada la chica, sin embargo, su hurón solo abrió apenas los ojos para luego cerrarlos-Que pocos ánimos tienes, sin vergüenza-el hurón abrió, apenas, su ojo izquierdo para ver a su dueña-No me mires así, si la que hizo gran parte del trabajo fui yo-el hurón cerro el ojo tomando una actitud de ofensa.
Sin perder más tiempo, abrieron paso entrando al lugar, en busca de la habitación que reservó con anterioridad.
Detrás suyo, el par Orgullo, hacía su entrada al lugar, e iban a seguir su camino sino fuera por la dulce voz de una chica que llamo la atención del rubio.
-¿Eh~?. Pero, ¿no hay manera de que pueda pasar mi mascota?, por favor-dijo la chica con tono suplicante.
-Lo lamento, la entrada de animales esta prohibida-
-Por favor, se lo suplicó. No tengo con quien dejarla-se alejó un poco de escritorio de recepción y realizó una reverencia, sorprendiendo y casi avergonzado a la recepcionista-Por favor, por favor, por favor-
La mayor, nerviosa por la repentina actitud de la joven, comenzó a observar a los alrededores buscando ayuda, y la encontró. Tetsu, aún acompañado por su Servamp, observaba la escena. La recepcionista le transmitió una mirada de auxilio y este simplemente se limito a asistir.
La mujer soltó un suspiro y volteo su mirar hacia la joven.
-Esta bien-
Inmediatamente, al escuchar esas palabras de afirmación, la chica miro a la mujer con un brillo enorme en sus orbes.
-¡Gracias!-exclamo la chica expresando su felicidad, poniendo más nerviosa a la mujer.
-Shh... pero no se lo debe decir a nadie-susurró.
La chica asistió y se acerco más a esta para escucharla mejor. Tetsu sonrió ligeramente al ver la situación, de alguna manera, la actitud inocente de la desconocida logró despertar cierta intriga.
Decidió seguir su camino.
Hugh, aún en su forma animal-antes de seguir a su Eve-miró nuevamente a la chica.
Yo te conozco de algún sitio.
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La noche calurosa cayó en la ciudad.
La joven de mirada verdosa secó su cabello con lentitud, disfrutando la suave sensación de caricia que le brindaba la toalla mientras caminaba por la su habitación.
-Nee, Nina-
El hurón, que simulaba dormir en la cama del lugar, abrió los ojos para ver a la dueña.
La chica rodeo la toalla en su cuello mientras caminaba a la cama hasta sentarse al lado del animal.
-No quiero involucrar a más gente inocentes-colocó su mano en la espalda del animal y lo comenzó a acariciar lentamente-Así que...-clavo su mirada verdosa en ella-Tratemos de no involucrarlos tanto-
El hurón solo la observó.
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