Primer mes...

El primer mes estando en esta casa no podía ser más aburrida. Como Taehyung lo había dicho, ambos dormíamos en habitaciones separadas, pero él no se podría decir que durmiera.

Casi nunca estaba en su habitación, eso lo había descubierto el quinto día en que llegué aquí. Había ido a su habitación para poder preguntar sobre algunas cosas, pero por más que tocara la puerta jamás abrió. Lo busqué por las muchas habitaciones que habían en esta gran casa, y lo encontré.

Taehyung estaba frente a un lienzo en blanco, mirándolo con mucho fervor. Sus mechones rebeldes cubrían un poco sus ojos, él en esa posición de perfil, era lo más hermoso. Lami mis labios, debatiendome si tocar o no la puerta, la cual había estado medio abierta.

Pero algo dentro de mí no quería interrumpir lo que hacía, no quería que se moviera y rompiera con esa perfección que estaba viendo. Taehyung era hermoso.

Esa noche había soñado con él, y no fueron simples sueños, había soñado con que él y yo nos fundiamos en la pasión.

Los siguientes días fueron así, él encerrado en esa habitación lleno de cuadros y pinturas. No dormía y era raro verlo comer a las horas conmigo. Yo siempre comía sola.

Hasta que...

-Buenas tardes - salude a la ama de llaves que estaba en la cocina.

-Señora, buenos tardes -  hizo una leve reverencia.

-¿Ibas a dejar la charola de comida a Taehyung? - pregunté señalando la charola de plata con algunos platos.

-Sí señora, el señor Kim prefiere comer en el salón de su trabajo -

-¿Puedo llevarlo? -

-Pero señora... - ella me miró sorprendida.

-Por favor, es solo que... Me preocupa que no coma como debe ser, él... Se malpasa -

Me miró por unos segundos, evaluandome tal vez. Pero termino asintiendo.

-Está bien, pero solo dejará la bandeja y saldrá sin hacer ruido, al señor Kim le molesta que hagan ruido en el salón -

-Gracias - asentí.

Tome la charola en mis manos y me encamine hacia las escaleras, subiendo con cuidado de no tirar ni una gota de jugo del vaso.

Cuando llegue a esa habitación que, ahora mismo me daba curiosidad, la abrí con cuidado la puerta. Dejando la puerta abierta me encamine a una mesita que estaba ahí. Taehyung no se había dado cuenta siquiera que había entrado, él estaba pintando, cubierto con una bata de color blanco pero cubierta con algunas manchas de pintura, un pincel en mano y delineando en el lienzo que antes era blanco.

Me acerque un poco, caminando sin hacer ruido, quería ver que era lo que hacía.

Abrí mis ojos a más no poder sorprendida, el cuadro que, anteriormente, había estado en blanco, ahora estaba lleno de diferentes colores. Esos colores hacían sombras perfectas que daban forma a un hermoso cuerpo de mujer. ¿Quien era la mujer que estaba ahí pintada? También había un rostro de un hombre.

La pintura gritaba pasión, alegría y algo... Diferente. Había algo más que te llamaba la atención.

Algunos colores oscuros contrataban con colores claros, no sabía mucho sobre las pinturas y obras de arte, por no decir nada. Pero este cuadro me hacía pensar en una historia detrás de ese cuadro.

Taehyung bajó el pincel pero lo volvió a subir, trazando otros colores.

Esa fue mi señal para salir, estaba demasiado concentrado que dudaba que él comiera ahora mismo. Su comida se enfriaria.

Salí tratando de no hacer ningún ruido y cerré la puerta con cuidado, Taehyung estaba demasiado concentrado como para darse cuenta de que había entrado.

Me daba algo de pena verlo así tan concentrado en un cuadro, perdiéndose de lo que pasaba allá afuera.

Tal vez podía hacer algo, después de todo soy su esposa, aunque solo de nombre.

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(Pintura que Taehyung estaba pintando)