Capítulo Seis: La llegada
El día de Umi comenzó... Y la única señal de que Maki había llegado era una manta que estaba sobre Umi, podía percibir el aroma de Maki en esta como si ella estuviera a su lado.
-Debo ir a trabajar... -Pensó Umi tomando la frazada de Maki.
Ella no quería ir a trabajar, pero no podía dejar que Nico pensara que sus palabras la afectaron.
Umi ordenó su cama y dobló la manta para llevarla a la habitación de Maki, donde la pelirroja se encontraba durmiendo.
Umi dejó la manta sobre la cama, y se acerco al lado de la cama donde estaba Maki.
Quedó frente a ella escuchando el respirar profundo que tenía, se inclinó un poco hacía Maki, recogió un poco del cabello que le tapaba el rostro a esta... Y... Le dio un beso en la frente... Quería sentir el calor de Maki, era todo lo que quería...
• • •
Ese día todo estuvo tranquilo, la joven pelioscura había faltado al trabajo, Umi no sabía cual era la razón... Pero no era algo que le importara, solo le molestaba que por ella fue a trabajar...
Maki le preguntaba en sus descansos a Umi si estaba bien... La peliazúl se las arreglaba para convencerla de que no le pasaba nada, y funciono... Maki despreocupada siguió trabajando al igual que Umi.
Umi regreso a casa sin Maki, ella tenía que reponer algunas horas aún... Para Umi era algo molesto regresar a casa sola, no podía cocinar ni pedir nada por su cuenta... Comenzó a pensar en los días que pasaba en el Olimpo junto sus hermanas y hermanos... Todo era difícil de recordar para Umi... No quería sentirse desanimada por algo que había pasado hace mucho tiempo.
Al llegar a casa se acomodó para recostarse en el sofá, no quería hacer otra cosa más que dormir, para así dejar de pensar y solo relajarse.
Pero... Algo estaba mal...
Había un sentimiento de tristeza, que llegaba de muy lejos... Y se sentía muy profundo... La soledad tan fría abrazaba a Umi quien no entendía la razón de esta repentina depresión.
Se dio cuenta de que esas emociones no eran suyas, Nozomi estaba sufriendo por algún motivo, sus emociones eran tan fuertes que ella pensó que eran las suyas.
Umi no podía entender que le sucedía a Nozomi, no se había parado a pensar en ningún momento en cómo estaría ella... Y solo en este punto crítico tomó en cuenta la existencia de su familiar...
Umi no quería seguir sintiendo esas emocional negativas, si iba a preocuparse por algo... Sería por ella...
• • •
El día posterior Umi y Maki fueron a trabajar, la peliazúl no quería darle importancia a lo sucedido la noche anterior, pensar en lo que podía suceder le a Nozomi era irritante y sin relevancia para ella.
-Solo quieres llamar mi atención. -Pensó. -Todos quieren que el mundo los mire... -Pensaba mientras caminaba al trabajo de la mano con Maki.
La pelirroja notó algo peculiar en su compañera, llegando a ver en su mirada una melancolía desconcertante...
-¿Te sucede algo? -Cuestionó Maki, pero la peliazúl estaba sumergida en sus recuerdos, solo caminaba como sí nada...
-Umi chan. -Pronunció Maki preocupada, logrando hacer que Umi volteara a verla.
Los ojos de Umi se veían desilusionados, sin esperanza... Maki se quedo perpleja por la mirada tan fría y desalmada que veía en los ojos ámbar de Umi, y a punto de soltar sus manos... Los ojos de la peliazúl recuperaron su brillo, como si de una ilusión se tratase...
-Estoy bien, solo... Me pareció que alguien nos estaba viendo... -Dijo Umi dándole una cálida y dulce sonrisa a Maki.
Maki se sorprendió al ver una mirada tan amenazante en Umi, era algo que no podía imaginar, y al ver de vuelta la tranquilidad en Umi se relajo, pero ahora se preguntaba... "¿Quien las estaba viendo?"
• • •
Durante la mañana Umi y Maki trabajaron como habitualmente lo harían, este día Nico estaba a su rollo, no se acerco a Maki para saludarla como antes... Y no volteaba a ver a Umi en ningún momento.
Para la peliazúl esto era lo mejor que podía pasarle, pues Nico hacia todo lo posible por alejarse de ella.
El día estaba siendo el más idóneo para Umi, todo estaba tranquilo y ese día estaban llegando una cantidad considerable de clientes, dos de estos pidieron ser atendidos y la peliazúl se acerco a atenderlos con una leve y relajada sonrisa.
-Buenos días. -Dijo haciendo una reverencia. -¿Que desean ordenar? -Expresó la peliazúl tranquila, ella era orgullosa, pero aprendió a ser más tranquila en su trabajo.
Los dos hombres veían de una forma extraña a Umi, la observaban de pies a cabeza haciendo a la peliazúl sentirse molesta mientras esperaba a sus ordenes.
Uno de los hombres le dijo a Umi:
—Me gustaría que fueras pan para comerte todos los días. —
La peliazúl lo divisó confundida y pensó
-¿Qué es lo que quiere decir? -
Esa era la primera vez que se le insinuaban después de tanto tiempo, pero no se quedó tranquila.
-¿Disculpa? -Dijo con un tono molesto.
Uno de los "hombres" se paró de su asiento y tomó del brazo a Umi, ella sabía que podía lastimarlo si le golpeaba o empujaba estando enojada.
Y tan solo lo miro a los ojos con una mirada seria y amenazante.
-¿No te gustaría salir e ir a otro lugar con mi amigo y yo? -Dijo el sujeto jalando a la peliazúl hacía él.
Al verse amenazada dio un tirón a su brazo para deshacerse del agarre de aquel molesto "hombre"
Él vio a Umi de una forma entusiasmada, parecía que estaba esperando un reto que debía superar.
Sin notarlo estaban llamando la atención de todos los comensales, meseros y meseras del lugar.
Umi se molesto con el atrevimiento del "hombre" qué parecía disfrutar de la reacción de Umi.
La peliazúl trataba de pensar en qué hacer... Pero todo lo que se le ocurrirá era atacarlo...
Estaba lista para golpearlo si era necesario, pero se contuvo, no merecían el privilegio de morir a causa de ella.
-Sera mejor que se vallan par de idiotas, no merecen ser atendidos por mi no por nadie. -Dijo Umi tomando toda la paciencia que tenía.
Los dos individuos se molestaron con Umi por cómo les llamó, amenazándola y gritándole que era solo una mesera sin derecho a hablarles así.
La peliazúl discutió con ellos hasta que su jefe llego a detenerla, se disculpó con los clientes y mando a Umi a la cocina para que ya no los molestara.
Enojada tomó rumbo a la cocina para lavar trastes, no sabía preparar ninguna clase de comida, tampoco era la más cuidadosa al lavar, y estando molesta todo acabaría mal...
Sus compañeros le llamaron la atención al estar lavando mal los platos dejando algunos aun sucios o incluso sin enjuagar.
Otro compañero la hizo de lado para remplazarla, estaba frustrada y molesta, se estaba cansando de que le gritaran.
Antes de que pudiera pensar en algo más, una de sus compañeras llego para decirle que Maki la estaba esperando en la parte de atrás del café.
Umi no había notado que la música había dejado de sonar, desde la cocina no se podía escuchar con claridad quien cantaba, pues el café tenia dos personas para cantar durante el tiempo que estuviera abierto.
Umi no dudo en ir donde su compañera dijo que Maki la esperaba, y creía que hablar con ella la haría relajarse.
Llegó al lugar pero Maki no parecía estar esperándola ahí, de inmediato supo que algo iba mal, no podía imaginar qué pero...
Sea lo que fuera le haría salir de sus casillas.
Escuchó unos pasos acercarse por un costado, todo tenía pinta de ser algo que le desagradaría mucho.
-Fue más fácil traerte de lo que pensaba. -Dijo la voz inconfundible de Nico.
Tenia algo muy claro como objetivo, pero la rabia de Umi la segaba tanto como para no notarlo.
Estaba muy molesta... Y esperaba poder irse lo antes posible.
-Ya sé lo que buscas... Eres la clase de persona que le gusta jugar con las emociones de los demás. -Expresó seria Nico, esperando que Umi respondiera.
-¿Qué? -Cuestionó Umi, sabía perfectamente a que se refería pero no le daría algún indicio de que tenía razón -
-¡Tú solo la quieres para tu colección! no te importan sus sentimientos ni ella. -Decía Nico soltando su cólera, no permitiría que lastimaran a Maki mientras ella estuviera cerca.
-Por favor Nico, no es buen momento para esto. -Dijo Umi esperando que el milagro sucediera y la dejara irse.
-¿Cuando sería el momento? ¿Cuando hayas encontrado otra chica de tu agrado? O ¿Cuando te hayas aburrido de Maki chan? -
-Yo no haría eso -Mencionó la peliazúl tratando de excusarse, pero fue interrumpida por Nico.
-Ya basta de eso, sé cómo eres en verdad, no trates de seguir ocultándolo, ¡si le pasa algo malo a Maki chan tú seras a la primera que busque, y te are pagar por eso escuchaste! -Exclamó la pelinegro acercándose a Umi para tratar de acorralarla, pero al igual que un árbol no se movió...
-¡¿Te atreves a amenazarme?! -Exclamó Umi cambiando su mirada a una aterradora y vacía, provocando un escalofrío a Nico que al ver directamente a los ojo de la peliazúl retrocedió.
-Ya muchas veces me han amenazado... Todos y cada uno de aquellos que se atrevieron a alzarme la voz vieron su vida misma irse de sus manos como agua... ¡¡Tú ya has colmado mi paciencia!! -Exclamó a todo pulmón, levantando la mano con el puño cerrado para darle a la pelioscura un golpe certero.
Y antes de llegar a tocarla... La detuvieron, se sorprendió al ver quien estaba detrás suyo detenido su brazo.
Era la deidad de la muerte, Nozomi.
-¿Que es lo que quieres? -Dijo Umi soltándose del agarre de Nozomi de un tirón.
Nozomi se veía seria y tranquila, Umi esperaba que le dijera algo para tratar de hacerle replantearse sus acciones.
Pero la pelimorado se mantuvo en silencio, llegando a ver a Nico que seguía parada en el mismo lugar.
Nico se sentía aliviada por la llegada de Nozomi, pero... Desconfiaba de ella...
Umi se sintió irritada por la repentina aparición de Nozomi, y se mantendría alerta y sin confiarse.
La pelimorado se mantendría pensando por unos momentos, para unos instantes después volver su vista a Umi.
-Y bien, ¿qué pasó? -
Umi se sorprendió, Nozomi no trataba de cuestionarle sus actos, pero Umi estaba enojada.
-¿Por qué te interesa?, no es asunto tuyo. -Dijo esperando la respuesta de la pelimorado, pero ella no parecía querer problemas...
La mirada de Nozomi seguía seria pero tranquila, viendo a Umi directamente.
-Eres parte de mi familia e ibas a golpear a una niña de siete años ¿crees que no es asunto mio? -
La peliazúl se sobre salto por una simple palabra de Nozomi "Familia" una que en el pasado muchas veces busco... pero parecía nunca encontrarse en casa.
-¿Quieres que crea eso?, ya esto a pasado antes pero nunca te habías dignado a bajar de tu trono para ayudar a alguien como ella. -Expresó Umi, pero su calma era insuficiente, pues todas sus emociones comenzarían a escaparse como los males de la caja de pandora.
Su cuerpo temblaba, su voz se oía entrecortada y su mirada comenzaba a bajarse.
Nozomi se percató de la reacción de su sobrina, así qué suspiró con calma, caminó hasta la mortal y se agachó hasta quedar a su altura.
-¿Por qué no vas a buscar a tu madre pequeña? No está bien que una niña esté en lugares como estos. -
-Yo-yo no soy una niña, y ella está planeando lastimar a mi amiga. ¿Y tú cómo es que apareciste tan de repente? -Dijo la pelioscura frente a Nozomi.
Y en la distracción de las dos, Umi aprovecharía para irse lo más rápido que pudiera.
Ya había pasado su límite...
-Suficiente por hoy. -Pensó saliendo del lugar a toda prisa... No sabía a donde iba, pero eso era algo que no le preocupaba, solo quería alejarse de Nozomi.
No pensaba en nada más que alejarse de ella, deteniéndose frente la casa de Rin... Lo que hacía no era común para ella, no había buscado ayuda de nadie antes.
Tocó la puerta lo menos fuerte posible, esperando que la joven pelinaranja abriera la puerta.
Y al ver a Rin le pidió permiso para entrar, dentro de su casa se mantuvo en silencio escuchando a Rin, quien preguntaba el por qué de su visita.
Umi no respondía las cuestiones de su amiga, se mantenía callada viendo el piso, temblando ligeramente de vez en cuando.
No quería contarle a Rin lo que le pasó durante su mañana, no era normal que estuviera tratando de esconderse sin dar pelea... Y sería aun más raro que le contará como se siente.
Rin parecía saber que Umi no le contaría nada, y sin preguntar más solo dejó pasar ese tema, ahora ella le estaba contando de aquella vez que junto a una amiga salvaron una gata y sus crías de perecer en el frío de invierno.
Así pasaron el rato en casa de Rin, de a poco la peliazúl se iba tranquilizando, pero aún pensaba en Nozomi...
Cuando era momento de regresar la peliazúl salió de la casa de Rin, quería regresar a trabajar esperando completar sus horas de trabajo para recibir su paga.
Mantuvo su presencia lo más imperceptible posible, esperaba no encontrarse con Nozomi en el camino, pero Umi ya sospechaba de volverla a ver en su lugar de trabajo...
Sentía la presencia de Nozomi por algunos lugares, solamente eran la estela del camino por donde ella había pasado, pero no podía ver donde se encontraba esta.
La peliazúl regresó a la cafetería esperando terminar el día de la forma más decente posible, entró por la puerta trasera del café preparándose para continuar con su trabajo en la cocina, aunque sus compañeros pensaron que era mejor que regresara a atender clientes, para Umi era más fácil fingir ser amable frente a personas que no conocía que pasar el resto del día en la cocina lavando platos sucios.
Umi se preparo para atender a los clientes que llegaran, notando que Maki aun estaba cantando, desde la cocina no podía escucharla, rápidamente se fijo en alguien que conocía, estaba sentada en una mesa con un plato de comida frente a ella, no era nadie más que la pelimorado.
Quién escuchaba atenta a Maki, Umi ya imaginaba que la encontraría por ahí, pero no exactamente así.
La peliazúl trató de no prestarle atención lo más que pudiera, esperando así se aburriera y se fuera.
Atendió a los comensales lo más calmada posible, notando que aquellos "hombres" de hace un rato ya no estaban, si bien ese problema había acabado, ahora tenia uno más grande llamado Nozomi.
A quien volteó a ver por unos momentos, pero rápidamente regreso su mirada a Maki que había acabado de cantar, Umi sentía la mirada de Nozomi sobre ella de vez en cuando, era una sensación desagradable para la peliazúl... Pero le desagradaba más que Nozomi viera a Maki quien estaba lista para tomar su descanso.
A Umi ya no le importaba si le pagaban o no, solo quería que Nozomi la dejará en paz.
Umi siguió atendiendo a los comensales, y sintió la presencia de Nozomi acercarse.
-¿Qué es lo que quiere? -Pensó la peliazúl tensando el cuerpo, se estaba preparando para un contra ataque.
No era buena idea estando rodeada de personas frágiles... Dirigió su mirada hacía donde estaba Nozomi, no sabía por qué seguía ahí, pero no estaba segura de si quería saberlo.
La pelimorado se acercó hacía Umi, dejo salir un suspiro se dirigió a ella.
-¿Cuánto más debo esperar? -Dijo la pelimorado.
-¿Esperar qué? -Contesto Umi confusa, notando que algunos clientes murmuraban sobre Nozomi, la peliazúl desvío su mirada notando que detrás de Nozomi se encontraba Nico observándola desde lejos.
-Eres parte de mi familia y vine a visitarte ¿cuándo podrás desocuparte para que podamos conversar un rato? Sé que vine de imprevisto y entiendo que estés trabajando, pero sabes que el trabajo no me deja visitarte tan seguido. -Dijo calmada tratando de ser lo más clara posible con sus palabras.
Umi entendió que parte de lo que decía era para disimular, pero no le importaba lo que quisiera hacer, solo la quería lejos de ella...
-Antes de que se haga de noche termino mi turno. ¿Por qué el interés de "visitarme"? Eso de ser familia nunca lo había escuchado. -Dijo Umi caminando hacía la cocina, esperando que alguien más pidiera ser atendida para alejarse un tiempo más de Nozomi.
-No lo sé, solo quería saber como estabas y si necesitabas ayuda. -Dijo siguiendo a Umi. -Si te molesta el término familia entonces no lo diré.
-No importa... -Dijo la peliazúl con la mirada al frente.
De a poco los comensales se iban del lugar, se iban más de los que llegaban, pero por alguna razón no le molestaba que fuera así.
En el tiempo que Umi trataba de evadir a Nozomi, la chica pelirroja las veía desde lejos, y le causaba curiosidad por saber con quien hablaba con su pareja.
Maki se acercó al lugar donde estaban las dos deidades esperando saber quien era la persona que acompañaba a Umi.
-Buenos tardes. -Dijo dirigiéndose a Nozomi.
-Buenas tardes. -Dijo la pelimorado mostrándole una liguera sonrisa a Maki.
-Supongo que debe ser conocida de Umi, mucho gusto. -Dijo haciendo una pequeña reverencia. -Soy Nishikino Maki y soy la compañera de Umi. -Mención amable dándole una sonrisa a Nozomi.
-Un gusto. -Dijo Nozomi extendiendo su mano. -Yo soy Nozomi su... -Expresó sin finalizar su frase, volteó a ver a Umi.
Umi notó la mirada de la pelimorado, supuso que sería raro decir que era su tía.
-Es una familiar, no nos veíamos desde hace un tiempo. -Dijo Umi volteando a hacía Maki.
La pelirroja se conformo con la respuesta de Umi y tomó el saludo de Nozomi algo confundida.
-¿No le gustaría pasar a la sala de descanso? -Preguntó soltando la mano de la pelimorado.
-Sería un placer jovencita. -Dijo lo más amable posible mientras colocaba sus manos en los bolsillos de su chaqueta. -Y no te preocupes Umi, esperaré e que su turno se acabe para que hablemos. -Finalizó recalcando la última palabra.
Umi veía a Maki y Nozomi dirigirse a la sala de empleados, la peliazúl no estaba del todo tranquila, la presencia de Nozomi la preocupaba, ahora sabía donde trabajaba, y muy probablemente después sepa donde vive...
-¿Debería irme...? -Pensaba seriamente.
Pero la tranquilidad sería momentánea, pues entre las dos solo una podía estar en la tierra indefinidamente, mientras la otra sufriría de la perdida total de sus fuerzas...
Y Umi sabía que ella era la que tenía todas las de perder... Solo podía conformase con esperar a que Nozomi no buscará nada más de ella.
La peliazúl atendía a los clientes sin problema alguno, llevaba y traía platos de un lugar a otro como lo hacía siempre, al terminar de atender a algunos clientes se paró al lado de la cocina, podía ver la puerta de la sala de descanso desde su posición.
Logro ver entrar y salir a Nico del lugar sin que ella se molestara en verla.
Umi vio a Maki dirigirse al escenario desde la sala de descanso, era inevitable el tener que hablar con Nozomi. -Porqué... -Pensó Umi mientras la pelirroja comenzaba su función.
La peliazúl ya había cumplido sus horas de trabajo... Era momento de irse a casa, la oji ámbar se dirigió al cuarto donde habitualmente se cambiaba, se alistó para regresar a casa lo más calmada posible.
No esperaba que la paciencia de Nozomi se acabase después de que hablará con Maki, pero mientras menos tiempo estuviera cerca de ella era mejor para Umi.
La peliazúl finalmente llegó a la puerta, se detuvo frente a esta sin ánimos de abrirla..
Pensaba que Nozomi buscaba algo de ella, pero no quería imaginar el qué.
-¿Vas a entrar, o debo usar mis poderes? -Dijo Nozomi al otro lado de la puerta.
Umi abrió la puerta sin ganas, viendo a la mujer pelimorada que estaba dentro.
-¿Nos vamos? -Expresó con un tono algo molesta.
-Como estimes. -Dijo levantándose. -¿Cual es el lugar más aislado que conoces? -
-... ¿Prefieres donde llevo los niños, o los animales? -Cuestiono sarcástica.
-¿Qué? -Preguntó la pelimorada sin entender a que se refería Umi... -Yo me refería a un lugar donde la pelinegra no nos pudiera seguir... -
-No creo que vaya a acercarse a mi después de lo que pasó en la mañana, pero de cualquier forma iba a ir a casa de Maki. -
-Está bien. -Dijo siguiendo a Umi.
Umi se giró para salir de la sala, caminaron hacía la puerta de salida y abandonaron el lugar, caminando como normalmente lo haría con Maki.
Avanzaban por las calles de Tokyo, caminando una al lado de la otra sin dirigirse palabra alguna...
Umi veía de reojo a Nozomi, pensando que tal vez al igual que ella buscaba algo en la tierra... Si fuera así... ¿Qué estaría buscando...?
La peliazúl no quería saber sobre ella, pero la duda seguía en su mente...
Al llegar las dos a casa de Maki, Umi abrió la puerta pasando antes que Nozomi.
La peliazúl se sentó en el sofá más cercano a la puerta, Nozomi cerró la puerta tras ella recargándose en la pared mientras observaba a Umi fijamente.
-¿Qué es lo que quieres? -Dijo Umi dando un suspiro.
-Ya te lo dije, vine a verte. -
-Entonces ya puedes irte. -Dijo evitando ver a Nozomi.
-Lo haría si alguien se dignara a conversar primero. -Menciono la pelimorado dejando salir un suspiro. -¿Por qué escapaste? -
-Yo no escapé... ¿No crees que fue muy oportuna tu llegada? -
-Tuve suerte, logre sentir a tiempo tus emociones... Si no hubiera llegado la chica estaría muerta. -Dijo Nozomi subiendo sus hombros.
-Soy consciente de mi fuerza, no la habría matado con ese golpe... Y si hubiera sido así, ¿en qué te afectaría? -
-Me afecta en que estaría preocupada por mi sobrina y me gustaría ayudarla. -Dijo dándole una sonrisa. -Pero claro, eso a ti no te interesa.
-Estuve sola... Por muchos años en el Olimpo... ¿Creíste que seguiría viva sin saber cuidarme sola? -
-El Olimpo es un lugar tranquilo. -Dijo acercándose a Umi. -Lleno de naturaleza, comida y bebestibles... Todos los seres que habían perecieron menos tú... No digo que no sepas cuidarte, solo planteo... Que a veces necesitas ayuda, como ahora. -
-¿Ahora? -Dijo levantando su mirada. -¿Por qué necesito ayuda? -
-Si no quieres que la pelinegra tenga pruebas sobre quién eres... Te recomiendo que me escuches. -Expresó la pelimorado fijando su mirada en Umi. -¿O prefieres que Maki sepa la verdad?
-¿La verdad de qué? -Dijo con un tono molesto.
-Te haces pasar por alguien débil, sumisa, y muy respetuosa... Pero perdiste el control hoy... ¿Qué pasa si ella te grabó? ¿Qué pasa si se lo muestra a Maki? ¿Te creerá a ti o en el vídeo donde la amenazas y casi golpeas a Nico? -Dijo Nozomi que al ver en el rostro de Umi una sonrisa...
Sintió cambiar el ambiente, que si ya de por si se sentía tenso...
Ahora había cambiando, el clima era más caluroso y costaba más el respirar.
Umi se levantó de su asiento y con una sonrisa dijo...
-... Se que Maki me creería, confiará en mi cómo las demás... Son tan ilusas. -Dijo la peliazúl levantando la mirada hacía Nozomi, mostrándole una siniestra sonrisa. -
-¿ilusas? -Cuestionó la pepelimorado con un tono serio. -¿Dices que esa niña también lo es? -
-No me interese en Maki por ser linda o talentosa... Ella buscaba lo que le negaron, ella quería lo que vio en un sueño, ella tiene la esperanza de enamorarse, desde la primera vez que vi sus ojo lo supe. Solo hago su sueño realidad, ¿Está mal mentirle por hacerla feliz? -Cuestionó la peliazúl con una mirada seria, notando una inusual emoción en Nozomi, que trataba con todas sus fuerzas de mantener oculta.
-¿Sueño? -Preguntó dudosa. -¿Y qué pasa si te aburres? ¿Qué sucederá si cambias de idea? ¿La dejaras? Aunque sea una acción noble... -
-No sabía que Maki era tu familia, debe ser lo si estás tan interesada en su bienestar. -Dijo Umi sarcástica.
La peliazúl tenía las de perder en una pelea contra Nozomi, pero si era verdad que quería ayudarla la pondría a prueba... Y si a la pelimorado se le acababa la paciencia y arremetía contra ella... Los humanos se encargarían de buscarla por todo Japón.
Umi observaba a Nozomi con atención, y sin esperarlo está coloco su mano en la pared, la peliazúl no entendía que era lo que tramaba, pero algo estaba pensando con mucha prioridad.
-Ella no es mi familia... -Dijo lentamente interrumpiendo el pensamiento de Umi. -Solo pregunto porque... Quiero entenderte. -
Umi notaba cansancio en Nozomi, no sabía cual era la causa.
-¿Qué es lo que te ocurre? Parece que estás cansada? -
Nozomi vio a la peliazúl de una forma rara, y de a poco comenzó a quitarse su chaqueta, respirando lento pero forzado...
-¿Cansada? Solo tengo calor, eso es todo... -Dijo lentamente.
-¿Calor? -Cuestionó confundida. -Debes estar muy acostumbrada al frío... -
-¿Acostumbrada? Sí, algo así. -Dijo quitándose el polerón que llevaba.
Umi dejo salir un suspiro, pensando que era una perdida de tiempo esa conversación.
-Creo que ya debes irte. -Dijo viendo seria a Nozomi.
-¿Qué? -Preguntó dudosa.
-Tú y yo sabemos que esto que tratas de hacer no funcionará. -
-¿Hacer qué? -
-No tiene caso que lo diga... Debes estar sofocando te con este "calor" -
-Dilo. -Dijo calmada. -Podré estar ahogándome... Pero aún así quiero entenderte. -
-Quieres que cambie, aunque llegaras a entenderme ya es tarde para que lo logres. -Dijo dándose la vuelta regresando a sentarse al sofá.
-¿Y por qué es tarde? -Dijo a poco. -¿Por qué tú lo sientes? ¿O alguien te dijo eso? -
-Yo nunca fui quien decido lo que hacía o no... Y ya no sigas con las preguntas. -Dijo con un tono molesto.
-¿Cuál es tu problema de que pregunte tanto? -Dijo cansada. -¿En qué te afecta? -
-No confió en ti, ¿qué otra razón necesitas? -Dijo la peliazúl desviando su mirada hacia un lado.
-Fui paciente contigo siempre, jamás hice algo en tu contra... ¿Y desconfias de mí? -Dijo ya sin pensar del todo sus acciones. -¿Qué quieres Umi? -
-¿Saber cómo confiar en quien rapto a mi hermana? -
-¿Qué dijiste? -Menciono mirando a Umi.
La peliazúl notaba que Nozomi se estaba enojando... Ya era momento de que terminará la conversación.
-Ya es hora de que te vayas. -Dijo cortante y seria.
-Lo otro. -Dijo acercándose furiosa. -Repítelo. -Dijo Nozomi mostrando su descontento con la peliazúl.
Umi se levantó del asiento donde estaba sentada y dirigió su mirada seria a los ojos de Nozomi.
-¿Cómo confiar en la persona que rapto a mi hermana? -Dijo levantando su voz.
-¡Yo no la rapte! -Exclamó liberando su cólera, mostrando su enfado alzando la voz.
-Jamás podría hacerle algo como eso a ella. -
-Eso dijo ella, era lo único que mencionaba cuando regresó, nunca dijo nada más. -
—Enserio... ¿Enserio dijo eso? —Dijo mientras sentía que esas palabras la destruían más poco a poco. —
-Si, pero no esperaré que me creas. -
-Pues yo nunca dudé de ti. -Dijo ya más calmada. -Mucho menos si estamos hablando de ella... -Menciono dejando salir un suspiro. -Bien, ya estoy cansada de todo esto... Será mejor que me retire. -
-... Si... -Dijo dirigiéndose a la puerta para abrirla.
-Bueno... Si llegas a necesitar mi ayuda supongo que sabes donde estaré. -
-Ajá... Si vas a regresar avisa primero. -Dijo abriendo la puerta.
-Lo tendré en mente, aunque no prometo nada. -Dijo mirando la puerta. -¿Algo más que quieras decirme antes de que me vaya? -
-No, ya puedes irte. -
-Para mi también fue un gusto verte. -Dijo suspirando para luego desaparecer entre las llamas.
-Abrí la puerta para nada. -Pensó Umi cerrando la puerta, dejó salir un suspiro y se recargó en la puerta que recién había cerrado...
-¿Cuando me convencí de que no podría cambiar...? -Dijo en voz alta, deslizándose en la puerta hasta llegar al piso...
-Otra vez estoy sola... -
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