Soldier (parte 1)
Ship: Banleine
Sentía el frío viento moviendo sus cabellos plateados, ya casi era el momento. Una tormenta se iba a desatar sobre aquellos traidores que se bañaban en finas perlas y riquezas, por fin aquellos reyes gordos de tanto oro iban a quedar sepultados bajo tierra y nos e llevarían ninguna de sus preciadas joyas a la tumba. Una sonrisa diabólica cruzó su rostro sin dejar de admirar el paisaje tan pacifico en la lejanía, pronto iba a arder en llamas, pero si quería infiltrarse en la ciudad fortaleza entonces tendría que descubrir sus puntos ciegos y sus lugares débiles, ganarse el apoyo de la gente abusada y luego atacar sin piedad.
-Ban-el mencionado volteo de inmediato y abrió los ojos un poco más-Todo esta listo-la sonrisa volvió a su rostro. Llevó sus manos hasta su cintura donde la espada quedaba algo grande en su envoltura y luego se la quito dejándola caer a el frío pasto de el ocaso, sabía que sería recogida por su hermano, pero no la necesitaba al lugar al que iría. Escucho las pasos de una esbelta mujer que pudo reconocer solo con escucharla, le tendió el brazo sin mirarla y luego sonrió empezando a caminar hacia el reino
Era su hermana, lo acompañaba cada que era esa clase de misiones de identificar puntos débiles, nadie mejor que ella y con su belleza era capaz de distraer a aquellos sedientos de mujeres y poder. Por el reino de liones, él, el caballero Ban, iba a hacer caer a corand, mayor conocida como Castelio, así le costará la vida y una vez más su reino iba a recuperar ese terreno que se le había sido arrebatado por traidores tantos años atrás
Su caminar era lento, inclinaba su cabeza con la misma sutileza con la que blandia su espada, saludaba a la gente del pueblo como un visitante que se hacía ciego ante tanta gente pobre en las calles y llevaba a su hermana a comprar pan sin dejar de pasar sus carmines por el lugar
Eran unos estupidos, dejar que ellos pasarán a la ciudad sin cuidado alguno y les sonrieran solo por tener ropas elegantes pero simples, como si el momento de gente hambrienta y sucia en las calles no existieran y sólo tratarán de dar una buena imagen. Si tan solo supieran, que habían dejado que el enemigo se introdujera en su ciudad no estarían con esas sonrisas hipócritas
-Estamos dentro-murmuró su hermana mirando hacia todos lados empezando a localizar algunos puntos para invadir el reino y sonrió-Liones recuperará lo que se le fue arrebatado-
-Lo hará hermana-sonrió-lo hará -suspiró algo ilusionado por lograr su cometido. No tenía ninguna otra meta que guiará su oscuro camino, ni siquiera algún plan para cuando haya terminado su misión ahí por lo que su vida quería inconclusa cuando la ciudad haya sido recuperada
-Kyaaaaa-
-¡Wooow! -sostuvo entre sus brazos a la chica que chocó contra su grande cuerpo y le sonrió al verla ligeramente aturdida y aliviada de no estar en el suelo-¿Qué hace una chica tan linda sin la compañía de un hombre? -sonrió y la incorporó intentando ser amable, sin embargo, aquellas palabras hicieron reaccionar a la mujer que frunció su ceño y se apartó bruscamente
-No necesito que un varón me acompañe para salir-gruño en respuesta sacudiendo sus ropas blancas y mirando algo extrañada a el par que la miraba con una sonrisa-¿Y ustedes son...?-
-Oh pero que descortés he sido-se soltó del brazo de la mujer solo para hacer una leve referencia que la rubia sintió muy forzada-Soy Ban, solo soy un humilde vendedor ambulante-
-¿Y ella es su esposa? -
-Claro que no linda, me apiado de a quien lo escoja como marido-el ojo rojo le dedico una mirada molesta a su hermana menor, la cual solo lo ignoro y dio una reverencia que la de ojos miel pudo notar verdadera-Un gusto, soy kilia, su hermana-
-El gusto es mío kilia, soy elaine-se presentó con una sonrisa ignorando a el mas alto que solo se cruzó de brazos e hizo un puchero
-Pero que lindo vestido. ¿Es de este reino? -
-Mmm si-jadeo un poco mirando sus ropas y acomodando su capa de cuero algo arrugada. Ante esa pregunta miró con desconfianza a la pareja que sonrió al mismo tiempo y se acercó un poco más a ella-¿Por qué la pregunta? -
-Venimos a surtir materiales para venderlos en otros pueblos-Habló Ban, tomando la mano de la joven y luego depositando un beso sobre sus nudillos. Un contacto como el aleteo de la mariposa que la hizo enrojecer levemente y calmar un poco su ira-Lamento mi imprudencia hace unos momentos, hable sin pensar señorita, espero que se tropiezo no interfiera en una amistad pasajera-exclamo con una mueca mientras tomaba distancia haciéndose ver realmente arrepentido por lo que había dicho anteriormente. Sin embargo no estaba pensando en salvar a la chica, sus ropas eran caras, si tenía monedas ¿por qué se hacía la ciega ante tantos pobres a sus alrededores? Solo se iban a salvar aquellos que burlaran lealtad a el verdadero propietario de esas tierras profanadas por traidores y aquellos que fueran tan pobres como para prometerles una mejor vida
-Un gusto señor Ban, acepto su disculpa con cortesía mientras no vuelva a hacerme ver como algo menor-
-Es una promesa dulce dama-se quedaron sonriendo mutuamente entre un camino carmín como la sangre que corría por sus venas y se calentó con sólo bajar las miradas por sus cuerpos. Elaine no iba a negarlo, él era atractivo, una galante sonrisa astuta como la de un zorro que hurtaba comida y una altura que le hacia ver tanto intimidante como celestial. Desvío sus ojos causando algo de extrañes en el hombre que admiraba con pudor notable y luego se hizo a un lado para dejarlos solos. Ban alzó los hombros algo indiferente ante su reacción, tomó el brazo de su hermana que no había dejado de observar con los ojos entrecerrados a la joven de mediana estatura y siguió caminado localizando puntos para infiltrarse
-Hermano...-
-¿Encontraste un lugar para escondernos? -la mujer negó varias veces mientras se soltaba de él agarre de su mayor y daba media vuelta dejando aún más confundido a Ban-¿Qué pasa? -
-Mira-No dudo en hacerlo, se dio la vuelta sintiendo algo de el gélido frío acariciar su piel, los vellos de su nuca de erizaron de un momento. A otro, su cuerpo se tenso en una mirada de incredulidad y su corazón comenzó a palpitar de forma desenfrenada sin conocer la razón. Quizá no lo sabía en el momento, pero lo que presenciaba había hecho que algo de su frialdad de caballero se rompiera en cristales manipulables y bellos ante la luz
La joven con la que había hablado, había comprado toda la canasta de pan de una tienda dejando a el panadero asombrado, había tomado la gran comida con una sonrisa leve y luego tomó dos para entregárselos a una madre y su hijo que le agradecieron entre lágrimas empezando a comer. Pasando de persona en persona, alegrando las vidas de los que no tenían nada para degustar y salvandolos de morir de inanición o sufrir un infierno más con dolores en el estómago
Formó una mueca en su rostro y siguió caminado sin esperar a su hermana menor. Quizá, debería de aprender a no juzgar por las ropas de alguien y mejor verlo por las acciones que cometía
*
-Oye hermano-su hermano menor selion le habló desde la entrada de la posada que habían comprado por algunas noches-Dice kilia que encontraron aúna chica-
-Hmm-asintió con un pequeño sonido grave que alertó a el de armadura de caballero
-Dijo que la chica le dio de comer a los ciudadanos-
-Hmmm-volvió a asentir temblando un poco y empezando un tic nervioso en su pierna mirando hacia la nada. Las dudas empezaban a llegar a su cabeza y su honor se empezaba a quebrar de poco a poco. Ella vestía de forma elegante, esa capa arrugada de cuero no iba a cubrir el dinero que tenía entre sus manos, ella era, quizá, la hija de algún duque o de algún caballero bien pagado que engordaba de dinero haciendo cosas ilícitas. Quizá esa sonrisa dulce y su acto de caridad solo había sido para despistarlos y no mostrar esa apariencia de niña rica que era en realidad. Apretó los puños, desviando sus ojos rojos hasta su espada escondida en un rincón y finalmente volteo a ver a su hermano que se estremeció por su mirada escarlata
-¿S-Sucede algo? -
-Solo pienso -
-Eso es peligroso-
-Lo sé-se aclaró la garganta tornando los dedos de su mano y llevándolos hasta su mandíbula para seguir con ese cato que consideraba terrible-No creo que sea la dulce hada que aparenta ser-
-P-Pero...-
-Es muy raro que alguien con dinero no esté comprando joyas-
-Si pero no olvides a... -
-Quizá sabe quienes somos y solo lo hizo para sobrevivir-su hermano se aclaró su garganta y se movió algo incomodado por su histeria
-Pero zhivago es...-
-Quizá planea detenernos desde adentro, si la aceptamos o salvamos la vida puede apuñalarnos-
-Hermano estas siendo...-
-Oh incluso podría...-
-¡Ya basta! -grito ya harto de la paranoia del albino que solo cerró la boca y jalo sus cabellos con algo de desesperación-Joder hermano, estas haciendo lo mismo que ellos hacen-
-No es verdad, yo le doy respeto a quien merece respeto y tu más que nadie sabe que la gente con dinero es peligrosa y avariciosa-
-Zhivago también tiene dinero y aun así, te recogió a ti y a kilia de la calle cuando noe ran más que sucios perros-escupió sus palabras sin medir lo que estas causarían en el indeciso corazón del oji rojo. Un aliento frío como el de un dragón molesto se colo por la ventana he hizo que el joven selion se estremecera de cuerpo completo y retrocedirera asustado. Había logrado lo que quería dar a entender, pero aún así parecía que sus palabras habían cabreado más al mayor-É-Él los acogió y adoptó como hijos suyos, los alimento y vistió, los limpio, a tu te entrenó como caballero para hacer el bien y aun así parece que no haz aprendido nada-
-Eso es diferente-gruño-Padre es de buen corazón, él nunca sería como los reyes de aquí-
-No, pero incluso la gente pobre puede llegar a ser mala-
-Son sólo víctimas, roban para sobrevivir así como yo lo hice en su momento-
-No, tu robabas porque tu madre y tu padre abusaba de ti si llegabas con las manos vacías-Un escalofrío recorrió la ancha espalda de Ban que bajo la mirada ante tan malos recuerdos-Sobrevivías de la misma gente pobre que tu, hay muchos que son malos y no es precisamente porque sean pobres serán buenas almas-
-La mayoría son víctimas de los reyes-
-La mayoría, más no todos-Ban tenso sus labios ligeramente ante esa revelación y golpeó la pared que tenía a su lado, fue bueno que sólo se escucho el grito de su hermana y no el de alguien que podría ir a partirles la cara y descubrir que se estaban infiltrado lenta pero seguramente-Si te sirve de algo, trata de conocerla-
-Pero, la operación-
-Kilia y yo podemos encargarnos de infiltrar a todos y empezar a estudiar puntos débiles en la ciudad-sonrió aún algo atemorizado de la ira calmada que albergaban los ojos escarlata de su hermano mayor y se acercó hasta darle unas ligeras palmadas en su hombro -Ella es inteligente y la segunda al mando, podemos hacerlo-
-¿Y sobre reclutar a la gente? -
-Eso puedes hacerlo tú, mientras conoces a la chica y decides su veredicto final puedes empezar a organizar una rebelión entr ellos pobres que merezcan ser salvados-
-Pero... -
-Solo los que merezcan ser salvados-volvió a aclarar frunciendo su ceño y empezando a retroceder para ir ahora a la habitación de su hermanita-Queremos seres que nos apoyen y merezcan una nueva vida, no traidores que se harán gordos de el dinero de líones-
-Bien-se rindió cruzandose de brazos aún no muy convencido de lo que se le había ordenado. Era mayor por dos años así que era ilógico que fuera su menor quien le diera las órdenes. Pero debía admitir que una extraña curiosidad y un punzante dolor en el pecho le hacía imposible negarse, quería, de verdad, conocer a la chica
*
Elaine sollozo por última vez mirándose al espejo. Se detestaba más que a nadie más en ese mundo, quería utilizar esas ropas de cuero y harapos en vez de el elegante vestido de rubíes que tenía puesto en ese momento la bella corona de diamentes que caía hasta su frente llenándolo de un brillo que dejaría impactada a cualquier chica y brazaletes de oro en sus delgados brazos
Muchas mujeres darían lo que fuera por ser de la realeza y vestir así. Pero, ¿cómo eras feliz con miles de joyas pero una familia tan fría y cruel?
Había perdido la cuenta de las veces que le había rogado de rodillas a su avaricioso padre para repartir sus propias joyas, que tenía llenas de polvo en la caja de un rincón de su habitación, al pueblo, pero su respuesta siempre era negativa. Según él "aquellas ratas rotas estaban en su hogar" cerró los ojos para contener las lágrimas por el recuerdo "No podían darle cosas de dioses a quienes no eran dioses" se sentía maldecida su belleza y gemas con las que vestía, en verdad la hacían ver como una de las diosas a las que su pueblo adoraba, un pueblo que tenía varios dioses uno para cada función, y eso era lo peor, mientras el pueblo rogaba a los cielos por algo de comida, los de la nobleza a ella la compraban con un dios que podría molestarse por tal comparación y traer enemigos a sus fronteras
Suspiro ante eso
-¡Alteza! -
-Gearhead-exclamo sorprendida ante la repentina intromisión de su dama de compañía, se limpio los restos de las lágrimas, acomodo su vestido algo caído y luego volteo a ver a la mujer con una sonrisa forzada. Lástima que la de cabellos miel sabía su secreto pues al instante hizo una mueca, se acercó lentamente y acarició sus hombros con el cariño maternal que nunca había recibido
-Alteza ¿volvió a salir no es así? -La rubia no pudo evitarlo y se soltó a llorar en el hombro de su dama de compañía quien suspiro con tristeza y negó con la cabeza. Le había dicho que dejara de salir sin permiso pero al parecer hacía caso omiso y se lastimaba más -Le dije que ya no lo hiciera-
-E-Es horrible...la gente muere de hambre y frío, las heladas están cerca, hay rumores de caballeros de líones listos para atacarnos y mi padre no hace nada para proteger a su pueblo-lloro de todo corazón rasgado un poco la tela importada desde camelo y preocupando a gearhead. Si la veían llegar con el vestido algo rito iban a sospechar y no quería que volviera a pasar lo que paso cuando llego vestida como alguien del pueblo de pequeña -Es tan triste-
-Me temo que nada está en sus manos alteza-
-P-Pero...-
-Su hermano sera el que subirá al trono y no ha demostrado ser diferente a su padre-el corazón de la albina dio un vuelco ante aquella revelación que no quería aceptar y cerró los ojos imaginando a ambas personas amables y raras que conoció horas antes-Con suerte, encontrará un buen marido, se casara, tendrá hijos, reinará un lindo reino y podrá cuidar de su gente-
-Pero quiero ayudar a castelion, no puedo dejar a mi reino-
-Será mejor que empiece a olvidarse de nosotros-su fama hizo una mueca leve y acarició sus cabellos rubios empezando a limpiar sus lágrimas -Nosotros estamos condenados, pero usted aún puede salir de este infierno. Su cumpleaños número 18 está cerca y con suerte, vendrá un príncipe pretendiente que pueda darle lo que necesita-
-¿Qué harás tu cuando yo me vaya? -jadeo
-Tal vez, termine siendo la dama de compañía de los hijos de su hermano o su padre me exilie como lo hizo con mi hermano-suspiró con desdicha terminado de eliminar los restos de lágrimas de los ojos cristalinos de la princesa y se acercó hasta su tocador lleno de perfumes y esencias dulces, para tomar un pequeño polvillo-Ahora, hay que quitar esa fea hinchazón en sus ojos para la cena. Su padre se molestara si llega tarde-elaine sólo se limitó a asentir completamente impotente ante los retoques finales que le hacían y su cabeza girando y girando haciendo lo que se suponía no debía de hacer, pensar, no iba a rendirse, debía ayudar al pueblo mientras ella fuera la princesa de ese lugar y saldría cuantas veces fuera necesario antes de ser descubierta
*
El albino recorría con su mirada y cantaron tarareo las calles frías de la mañana. El vapor salía de sus labios rojos por la humedad, su mirada chocaba con la gente que lo miraba raro por lo mucho que observaba la ciudad e incluso no hubo quienes se le ponían enfrente con desconfianza pero que este evadia con una sonrisa amable e hipócrita
Buscaba a la chica desde el momento en que salió, asomándose de forma discreta por las ventanas de las casas visibles sin encontrar la cabellera rubia que esperaba ver. Había escuchado entre los campesinos que el duque de dalmary habían venido de vista, quizá por eso sus ropas elegantes y repentina desaparición, ella podía ser la hija de aquella persona y debía irse antes de que la cena de bienvenida diera comienzo. Se alzó de hombros, si no aparecía aquella misteriosa muchacha tendría más tiempo para reclutar gente, así que no le molestaba si ella terminaba por nunca aparecer. No es como si tuvieran una cita y estuviera obligaba a verlo como el día anterior
-Toma-una dulce voz drogo su aparato auditivo mientras sus mejillas se ponían rojas, tal vez por el frío, y desviaba su mirada hacia una joven de pequeña estatura tapada por una capa arrugada pero abrigada. Las heladas se aproximaban así que no era de esperar que intentara desviar el frío de su cuerpo-Y esta es para ti-volvió a escuchar mientras sacaba una manzana roja y jugosa de la cansaste pesada entre sus manos para entregársela a un niño pequeño y somnoliento que temblaba en el suelo. Al ver eso, la chica formó una mueca, descubrió su cabello dejando que Ban mirara esa cortina rubia como los rayos del amanecer caer por su espalda, deshacer los cordones de aquella capa para revelar su pequeño cuerpo cubierto por un vestido verde fuerte como el de los pinos que decoraban liones en el invierno, y luego cobijara a ambos niños con esta llenándolo de una felicidad infantil que enternecio su corazón de roca-¿Mejor? -
-Gracias señorita-
-No hay de que pequeños, prometo mañana traerles algo de pan-
-¡Si! Me gusta el pan-casi grito el menor, dándole una enorme mordida a su manzana haciendo que algo de su jugo escurriera por la comisura de sus labios, y la chica lo limpiará con la manga de su vestido sin importarle que estuviera sucio. Ese acto solo dilato los ojos rojos deban, que se acercaba inconscientemente hacia la dama, pasando desapercibido por su mirada
-Bien, entonces mañana traer pan para todos-
-¿Pan? Se escucha muy bien-
-Kyaaaa-grito fuerte al levantarse de el suelo con susto y mirar aturdida a la persona a su lado. Ante su mirada perpleja, el mismo hombre alto de anoche pasaba una lanza de mano en mano con astuta forma de robarla de su canasta y luego volvía a dejarla sobre la misma con una sonrisa burlona-D-Dioses...me asustó-ese comentario le hizo formar una mueca al albino pero este aun así no se fue de su lugar
-Lo lamento señorita Elaine, la mire mientras caminaba y quise hacerle compañía-comento, lastima que su mirara no dejara lo mismo pues la chica solo entre cerro los ojos no muy convencida, tomó la canasta quejándose por lo pesada que era y agradeció con la mirada su gesto -¿Me lo permite? -
-Mientras no se coma ninguna manzana, si-
-¿Por qué? -
-Están contadas-admitió sin mucho interés intentando ignorar la mirada curiosa que le lanzaba el mas alto-No quiero que alguien se quede sin comer-
-Eres muy generosa pese a su ropa-
-¿Disculpa? -tembló ligeramente con algo de miedo por esas palabras que tropezó con una roca que no miró, cerró los ojos esperando el golpe y sus frutas cayendo al suelo. Pará su suerte, el albino la tomó de la cintura, la levantó con agilidad y luego tomó las manzanas que iban a caerse con él brazo. Soltó una risa cantaría mientras acariciaba un poco la mejilla manchada de la dama y luego tomaba la canasta entre sus brazos para que ella no siguiera tropezando -G-Gracias-Se sonrojo la joven dedicándole una sonrisa sincera que lo puso rojo hasta la nariz e hizo que desviara su mirada para evitar la miel de la femenina
-No hay de que señorita-
-¿Y han encontrado lo que quieren? -
-¿Hu? -
-Si, tu hermana y tu dijeron que iban a comprar algo para seguir vendiendo-le sonrió calidamente para romper un poco de la tensión acumulada por su descortesía y luego tomó una de las frutas rojadas para dársela a un anciano que extendió sus huesudas manos y le sonreía a la joven-Lamento mucho que deban de ver esto, mi...el reino, no está en buenas condiciones hace años -
-¿Sabes mucho para solo ser una plebeya? -elaine hizo un puchero que hizo reír a el oji rojo que tomó otra fruta de la canasta y luego se la daba a un niño finalizando con acariciar sus cabellos cafés mientras el se llevaba la manzana a la boca y se recargaba sobre la pared de una casa-¿Quién eres? -
-¿No crees que es muy temprano para esto? -el hombre solo se alzó de hombros ante su queja infantil y seguía repartiendo los víveres por la gente del pueblo. No pasaron ni cinco minutos charlando entre ellos, cuando la de ojos miel soltó un pequeño gemido y acarició sus brazos con empeño, se estremeció de cuerpo completo y permitió que Ban la tomara entre sus brazos unos segundos
-¿Te encuentras bien? -
-Las heladas no tienen piedad-jadeo tomando otra fruta y entregandosela a una mujer que casi le besa la mano entre lágrimas-No se preocupe, es bueno sentir frío de vez en cuando-
-No lo es-
-¿Hu? -volteo a verlo notando como su corazón empezaba a acelerarse y su pequeña altura sólo hacia que mirara mejor cada facción de su rostro deprimido. Era como un poema que al escribirse, fue con sangre en vez de tinta, en un papel rasgado y roto como su mismo corazón que se impedía sentir algo que no fuera rencor
-Te admiro por lo que haces, es pronto para decirlo pero cuando yo era niño me habría encantado que alguien hiciera eso por mí hermana y por mi-
-¿Usted...?-
-Si, pasaba el invierno congelandome afuera mientras mis padres me impedían entrar hasta que trajera algo de comida-sonrió al momento de entregar manzanas a una familia en la desdicha y seguir caminando como si nada. Los ojos de elaine se expandieron de golpe al verlo hablar como si eso no fuera nada y trato de seguirle el paso alzando su vestido y corriendo para llegar a su lado-Prefiero no hablar de lo que sucedía si llegaba con las manos vacías. Mi hermana sufría más que solo unos golpes y a su corta edad-suspiró un poco dejando la última manzana sobre el regazo de una abuelita dormida y cobijada con las pocas ropas que tenía y luego le sonreía a la tierna viejita que seguía con morfeo-No es bueno pasar el frío, nunca, ni aunque te sientas vivo-
-No lo entenderías, cuando no pasas frío ni hambre, sentirlo por primera vez te hace comprender a la gente -Ban solo tenso los labios dejando de lado la canasta ya desocupada y le dedico una mirada de compasión mientras se quitaba lo que lo mantenía abrigado, se lo colocaba en los hombros a la femenina y luego acariciaba un poco su mejilla, disfrutando de la extrañes de su pómulo poniéndose del color de la fruta que habían repartido-¿Gustas ir a comer? Quiero probar la comida de castelion-
-Por supuesto, señor Ban, hay una taberna que sirve comida maravillosa o incluso yo podría cocinar algo-
-¿Tu? -se atrevió a llamarla de una forma más formal causando una risa en la princesa-¿Sabes cocinar? -
-¿Es normal no? -
-Seria descortés si dejo que tú hagas la comida y yo no hago nada-dejo de acariciar su rostro para evitar que ese momento se viera opacado por algo que la pusiera incomoda y buscara con la mirada a aquello que podría romper el hielo entre ambos-Conozco una receta que le va a encantar, pero antes, ¿no tienes algún compromiso que interrumpa el almuerzo? -elaine lo medito largo rato. Estaba segura de que su padre iba a estarla buscandola cuando viera que no estaba en sus aposentos ni en sus clases de modales que la había obligado a tomar durante toda su vida. Solo rasco su nuca algo pensativa generando que algo de vergüenza azotara el cuerpo del albino y sus mejillas se tiñeran de un bello color como las fresas-Bueno, puede ser después o...-
-No-lo tomo de la mano sorpresiva mente logrando que sus pieles se erizaran por algo que no era el frío de la mañana y la chica le sonreía afradecida. Quizá era mejor no decir nada y disfrutar de eso mientras durará, mientras ella se sentía libre y su corazón desbordaba calidez invernal que empezaba a consumir a el de mayor estatura. Todo eso era un juego codicioso del destino en la que sus identidades no eran reveladas y el dolor al ver su realidad los iba a destrozar.
Al final, él tenía el encargo de cortarle la cabeza a toda la familia real y la chica que empezaba a ganar su corazón, iba a morir en sus propias manos
*
En verdad iba a salir más largo así que mejor he decidido dividirlo en dos partes. Esperen la segunda mañana o algún día donde pueda dedicarme a escribir mi plan perverso y espero hayan disfrutado esta primera parte
Señores, el inicio es el inició y la relación de estos dos apenas está tomando fuerza. Así que paciencia
Si les ha gustado voten y comenten, saben que adoro leer sus comentarios y sin más que decir nos veremos en la siguiente y última parte de soldier
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