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King (parte 1)

Ship: Geldris

Suspiró mirando hacia la ventana con nostalgia, no había día en el que no mirara como la gente de el pueblo iba de un lado a otro con cosas y las cosa, sonrisas o enojados, enamorados o solos, igual que ese chica de cabellos albinos que siempre iba sola y se metía a su casa para ha no salir. En cierta parte se sentía identificado pero cada sentimiento como ese se evaporan a para dar paso a la indiferencia y el enojo.

No era culpa suya, él les daba libertad, les daba dinero para que nadie viviera en la pobresa, incluso permitía que vendedores errantes o ese poeta rubio vinieran para aumentar su alegría. Era un buen rey, pero era malvado si se lo proponía, no necesitaba emociones cuando lo tenía todo. Coronas, joyas, ropas elegantes, las mejores camas, sirvientes que hasta lo bañaban y ayudaban a cambiarse. Discutía para lo mejor con su pueblo e incluso les daba el castigo que los ladrones merecían, la muerte.

No le importaba si la familia lloraba o le rogaba que no tenía porque hacer aquello, con un simple encarcelamiento bastaba. ¿En serio? Pensar que el calabozo iba a volver bueno a un familiar que roba y mata es solo simple fantasía, algo irreal. Alguien que lo hacía por placer no iba a entender y merecían lo que daban, muerte.

No sabía ni porque el pueblo se quejaba de su oscuro corazón, les daba lo que querían, libertad de amar y ser, de comprar o de ver, de vender o de adquirir. Joder, solo para que le estuvieran gritando y llorando que era el rey más cruel que liones pudo tener. Gruño en voz baja y se alejo de su ventana solo para mirarse al espejo, su apariencia lo aterro. Ojos negros como la misma obsidiana, ropas de el mismo color que su cabello con escarlatas de el color de la sangre que ha derramado y una corona pulcra de oro y plata. Sonrió con arrogancia, acomodo su pantalón ligeramente caído y tras volver a colocar su capa larga y pesada, salió de su habitación.

Tenían que hacer muchas cosas ahora que castelion era nuevamente suya, darles nueva vida a aquellos que juraron lealtad a él, empezar a destruir sus palacios, juntar sus riquezas y construir una vez más su ciudad. Castelion sería borrada y desde sus cenizas, como el ave fénix, iba a renacer más brillante que nunca.

—Majestad —

—Derieri, ¿Tienes algo para mí? —

—Los soldados han regresado—una sonrisa torcida se formó en el rostro del ojiverde y le dio un escalofrío a la peli naranja

—¿Traen a la familia real con ellos? —

—Solo sus cadáveres—su felicidad torcida rápidamente se convirtió en una mueca de molestia y camino por los pasillos siendo seguido por la mujer con armadura

—Creí que mis instrucciones era traerlos vivos—

—Le dieron el honor al capitán que lo lideró todo de matarlos, por su esfuerzo y dedicación a la causa—

—¿Esta aquí? —

—No, bueno...—zeldris se detuvo para mirar bien a la caballero de largos cabellos naranjas que no sabía cómo explicarle. El rey no era ningún estúpido, pero sí lo decía con malas palabras temía que su platillo principal fuera la cabeza de Ban —Vino a cobrar su recompensa y se fue hace unos minutos, de le dio lo prometido y dejó a su equipo de caballeros aquí para que pudieran darle su informe—así que a eso se refería, había venido por el dinero acordado y ni un "de nada" había dado. Bueno, al menos ya no estaba ahí para molestar y había cumplido exitosamente con su misión. Planeaba exponer los cuerpos a todo aquel que quisiera verlo y hacer algo que alegrará a todos, una baile quizá, uno donde toda la gente pudiera venir a festejar.

—Organiza a gloxinia y a drole, daremos un baile en unos días y más vale tenerlo todo listo —

—Pero señor, unos días es...—

—¿Semanas tal vez? Que sea pronto derieri, no dejare que algo así sea olvidado —la de cabellos cobrizos solo suspiro resignada, no iba a decirle que no y arriesgarse a ser despedida o incluso desterrada por infringir a la palabra del rey. Se retiro de su lado yendo por un pasillo que la llevaría con sus dos compañeros, que se encargaban de hacer los bailes de el rey, dejando a el monarca solo una vez más, metido en sus pensamientos, en esa cosa peligrosa que ningún ser humano podía evitar hacer en algún momento.

Frío, personas pasando de aquí para allá evitando su mirada, soledad cambiada por lujos y una vida real. Casi parecía que había sido bañado en un aceite de olor delicioso mientras era descendiente del hijo de David. Era una metáfora que usaba para calamar su corazón, no necesitaba...lo que sea que ese órgano palpitante pudiera, solo hacer lo que su padre le enseñó. Saludar, hacer reverencia, cumplir con el pueblo darle castigo a los pecadores y siempre verse limpio, frío, oscuro. No por nada su reino era de respetar pues cada ciudadano obedecía las leyes al pie de la letra y vivían de buena forma, eran pocos los que vivan en pobreza, casi ninguno.

—Majestad—apareció un caballero de armadura roja y voz vieja mientras lo observaba a través de su casco

—¿Qué quieres? —

—Hay una mujer en la entrada que busca verlo—Toda la atención de el oji verde se dedico a su caballero—Asegura ser una bruja—

—¿Acaso es estúpida? —se burló el rey empezando a ser guiado por el de armadura rojiza mientras se burlaba d ella misteriosa mujer—A las brujas no se les deja vivir, o tiene una vida miserable como para venir a pedir muerte o viene a pedir piedad—

—No lo sé, solo pide una audiencia con usted—nuevamente rodó los ojos burlesco a toda esa situación que ocurría dentro de su enorme castillo. Abrió las puertas de la sala de el trono formando un ruido seco y se encontró con toda la gente que quería ver. Los caballeros que entraban triunfantes y la misteriosa mujer que quería ser asesinada. Sus ojos vieron a todos ahí, como algunos a exponían tensos, otros hacían reverencias exageradas o sonreían como bobos.

Se sentó en su trono cómodo mientras soltaba un suspiro, se acomodo entre su lugar y luego atrajo a dos caballeros de confianza para poder protegerse de lo que podía pasar

—Veamos—dejo escapar la primera palabra rompiendo con ese ambiente tenso y pasando sus ojos por todo el lugar—Tú—le habló a la dama que se cubría con sus ropas para no pasar frío en ese lugar y acomodo su trenza larga al ser llamada, zeldris no evitó sonreír un poco por su interés de verse bien y luego la apuntó—Dices ser una bruja, debes ser estúpida para decirlo a aquel que las caza—

—Con todo respeto su señoría, no me recomiendo matarme si es que quiere encontrarle cura a su enfermedad—el salón se lleno de murmullos y miradas asombrada mientras el rey fruncia el ceño molesto y se erguia de forma intimidante consiguiendo el efecto contrario, para aquella mujer, él era en extremo adorable

—Si planea conseguir oro con un chantaje, declarese muerta en este instante—

—No es ningún chantaje majestad, usted está enfermo, tiene el corazón oscuro y los ojos llenos de soledad—habló de una forma tan segura de sí misma y certera, que un escalofrío recorrió la espalda de él gobernante—Yo conozco una cura para eso, y podría demostrárselo—

—Eso no es una maldita enfermedad y usted se está aprovechando de algo irreal—

—Deme una oportunidad, un año—habló firme una vez más sacándole una mueca al soberano—Si en un año no terminó con tu enfermedad...—

—Voy a matarte—la sonrisa en el rostro de el peli negro hizo flaquear durante unos segundos a la dama que solo mantuvo sus ojos fijos en el suelo y un sudor frío empezaba a verse por su frente. Un chasquido fue lo que rompió el hilo de sus pensamientos y al instante sintió como un par de manos la sostenían con fuerza y empezaban a llevársela—Por favor llévala a su habitación mela, necesito hablar con gente más importante—murmuró lo último pero refiriéndose a los caballeros que veían todo sin comprender lo que había pasado y miraban a la mujer ser escoltada con brusquedad a una de la tantas habitaciones que había en el castillo.

Claramente el rey no despegó su mirada de ella en ningún momento y se pudo notar cuando se relamio el labio y luego se fijo en ellos

—¿Y bien? —sus voz le causó escalofríos—¿Informe? —

*

Gelda miró a todos lados incrédula, pensó que la llevarían al calabozo pero fue todo lo contrario a su pensamiento. Estaba en una bella habitación, claramente solidaria, pero con cosas que ella nunca había tenido antes. Si no fuera por el miedo de lo que acababa de hacer seguía en su piel, seguro se habría alegrado tanto que habría gritado.

La caballero que la guió seguía ahí en la puerta, sin quitarle la mirada de encima y eso solo volvía las cosas un poco más incómodas. Soltó un suspiro ahogado un tentado huir de sus penetrantes ojos obsidiana y caminó un par de pasos para registrar todo a su alrededor. Necesitaba una buena limpieza todo ese lugar y si iba a dormir ahí por un año mínimo debía de hacerlo. Retiro la sabana que cubría el ropero tosiendo un poco por el polvillo que se levantó y luego la dejó a una lado yendo hacia la de la cama, el sillón y la mesa. Cuando estuvo por completo sin nada volvió a ver a la caballero con una sonrisa y se le acercó

—¿Podrías llamar a alguna dama de compañía? Necesitaré ayuda y no tengo lo necesario para ponerle mantas a la cama—la caballero se quedó estática y callada mirándola—Hmmm o yo iré a buscarla y...kyaaaa—no pudo ni poner un pie afuera por que ella la tomó con fuerza clavando su guante de metal en su piel y la regresó con brusquedad al interior.

Genial, si no siquiera le permitían salir entonces no iba a poder hacer nada, bufo un poco intentando pensar en qué podría hacer para conseguir lo que quería y mejor abrió la puerta de su baño. Nuevamente casi grita al ver la tina que había ahí, siempre había soñado con tener una y ahora la tenía.

Parece que estaría aburrida todo el resto del día pues no la dejaban salir y tendría que descansar con todas las sábanas que le había retirado a la habitación

*

Al menos 3 días habían pasado desde que aquella intrusa había entrado y los hunos del rey estaban más fuertes que nunca. Le estaba colmando la paciencia y no sabía si era por lo acostumbrado a la soledad que estaba o porque sensillamente ella era irritante en todos los sentidos

Su boca no paraba por ningún motivo y tenía ganas de cortar el plazo de su trato a una semana para matarla y deshacerse de ella. Por alguna extraña razón que no comprendía, levantarle la mano se le hacía algo tan repugnante que sólo hacía que sus humos aumentarán más

—¿Podría disfrutar mi desayuno en silencio? —casi grito volteando a verla por fin después de estarla ignorando esos días y fulminarla con sus ojos. Contrario a la reacción que esperaba, ella sólo sonrió de oreja a oreja, cerró los labios y se llevó su pan a la boca sin dejar de sonreír—¿Por qué sonríes? —

—Eres más reacio que mi hermano, a el debía de hablarle entero un día y con eso me hacía caso. Tu necesitaste tres—

—¿Qué? —no comprendió hasta que la vio llevarse su vaso de leche a la boca y seguir riendo disfrutando de su desayuno. Ahora entendía, llevaba hartandolo para que le hiciera caso y solo así callarse. El zeldris niño que vivía encerrado dentro de él quería reírse a carcajadas, pero como fue el rey el que ganó la pelea, solo gruño desvío su mirada y se cruzó de brazos—Sucia bruja—

—Sucia no estoy, me he tomado un baño—ella volvió a reír aumentando la ira de el soberano oscuro que simplemente no pudo evitarlo más. La jalo para sacarla de su asiento la aventó hacia la pared y aunque era más pequeño que ella, la acorralo y clavo sus ojos—O-Oye, solo son bromas. ¿Nunca nadie ha bromeando contigo? —

—No, porque soy el rey y saben que a un rey se le debe de respetar —

—No te estoy faltando al respeto—la rubia frunció su ceño—Son bromas, es algo que haces con un amigo, un hermano, un padre o una madre—finalizó, pero la mente de el peli negro seguía igual de cegada. La de ojos carmín es solo bufo incapaz de hacerlo entender y alzó sus manos para acariciar un poco aquellos cabellos azabache y su rostro pálido de tinieblas. La sensación que le provoco al monarca fue tan placentera, que tuvo que pegar sus cuerpo para que ella retirara las manos y le hiciera olvidar días de luz

—¿Qué es lo que realmente quieres? ¿Dinero? ¿Joyas? ¿Estatus social?...—

—Lo que quiero—murmuró en voz baja

—¿Acaso quieres mi corona? ¿Mi reino? ¿Sexo? ¿Qué carajos necesitas para largarte de aquí? —

—Oiga, ¿Por quién me toma? Yo no quiero nada de eso—

—Todo el mundo desea eso—grito y ahora si la dejo paralizada en su cárcel. Su grito, había sido tan grave y siniestro que la valentía que tenía se había ido, solo siguió viendo a esos ojos verdes oscurecido y levantó la mano una vez más—Eso es lo que...lo que...lo que a mi...—y ahí estaba. Lo que ella tantas veces había visto cuando él daba sus discursos reales, confusión, miedo, soledad. Justo la razón por la que había arriesgado su pellejo

Volvió a suspirar, apartandolo de ella levemente para poder respirar y aprovechando de su pequeño segundo de debilidad que le había mostrado. Aún en su trance, lo llevó hasta su lugar sólo para sentarlo, arrastró su silla pesada y grande hasta su lado y luego siguió haciendo lo que le había impedido hacer, acarició sus cabellos con una mano y con la otra su rostro. Sus ojos completamente aturdidos le hicieron sentir pena ajena y lo obligó a recargar la cabeza en su hombros, inundando la nariz de él rey con el olor de rosas con el que se había bañado

—Tenerlo todo aveces es no tener nada, ¿verdad?—rió algo irónica—Mis padres tampoco fueron los mejores, ellos eran de camelot y ese reino tiene costumbres diferentes a este reino—al sentir como el cuerpo del de menor tamaño se tensaba en su piel solo cerró los labios negó con la cabeza—Pero parece ser que no te interesa. Total, no una semana y ya me considero muerta—beso la coronilla de su cabeza sin poder ver el sonrojo en las pálidas mejillas de zeldris.

El color caliente en sus pómulos, la sensación tan agradable que inundaba su pecho, los recuerdos de una hermosa mujer de cabellos negros largos que jugaba intentando atraparlo por todo el castillo y luego, verla postrada en una cama incapaz de volver a jugar con él

Se apartó de ella con búsqueda poniéndose de pie nuevamente y se puso de espaldas a ella para que no viera lo que le había causado. Ojos lagrimosos y un color rosado en sus mejillas, solo empezó a respirar hondo para intentar calmar la flor de los sentimientos que empezaba a crecer en su corazón y le dedico una morada algo más tranquila de reojo

—Gracias—murmuró en voz baja, haciendo que gelda riera por su expresión adorable, sin duda le estaba costando decir eso—Mi comportamiento no fue digno de mi—

—Sin problema, majestad—

—Derieri—la caballero que fingía que no había visto ni escuchado nada de lo que había pasado se acercó hasta su rey intentando contener la sonrisa—Por favor llama a jenna y a zaneri, que le traigan lo apropiado para su habitación y también que la limpien, seguro está muy polvorienta—exclamo firme y fuerte intentando no flaquear ni mirar a gelda que se veía más que contenta

—Si señor—

—Me voy, por favor acompáñame hasta la sala de el trono—

—Si señor—salió casi huyendo de el comedor haciendo que sus zapatos sonarán de forma apresurada contra la madera que pisaba y cubría su cara con su cabello para impedirle verlo una vez más. Se sentía avergonzado, enojado, frustrado, confundió y...aterrado,tanto que un vez afuera solo mordió su labio y dejó escapar una lagrima, una de muchas que no había dejado salir desde la muerte de la primera y única mujer que había amado en su vida

Por su parte gelda sólo se rió al verse sola, se veía adorable cuando huyó de ella de esa forma y se llevó lo último de su desayuno a la boca, contrario a lo que esperaba, derieri la volteo a ver, le sonrió de oreja pareja y luego alzó su pulgar guiñando su ojo en una expresión afirmativa. Lo quisiera o no, ya tenía a alguien que no parecía odiarla dentro de ese enorme castillo y con el apoyo de la peli morada eso acababa de empezar

*

Ay que lindo QwQ

Como ven, zel no es muy bueno que digamos, trata bien a su reino pero impide que alguien se le acerque con otra intensiones. Al menos, esperemos que gelda pueda romper su barrera y no se muera...

En fin ¿Qué les pareció? ¿Les gustó? Espero que si ¿Cuál fue su parte favorita? La mía sinceramente cuando derieri le levanta el pulgar se me hizo adorable XD

Disculpen faltas de ortografía las corregiré cuando pueda

💕Aclaración: La única mujer que zeldris ha amado es su madre, recuerden chicos, no sólo está el amor pasional y de Pareja, también está el amor hacia tus padres, amigo, hermanos, hijos etc. 💕

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