Capítulo único
Anuncio: Este one shot tiene contenido explícito, queda en ti si decides o no leerlo. La canción de multimedia me encanta, es divertida y creo que queda con la historia, espero les guste todo. ¡A leer!
La mañana se prestaba a ser una de las más calurosas de la semana, aún le quedaban 3 cajas por subir a su piso, y ya sentía que le sudaban partes que no sabía que podían sudar. El edificio tenía un elevador, pero justo ese maldito día tenía que estar en mantenimiento, no sabía si era cosa de suerte o simplemente su destino ya le tenía preparado momentos tan disparatados como esos.
Estaba tentado a quitarse la camiseta y usarla de toalla para secar el sudor resbalando por su cuello y pecho, pero no podría atreverse; no solo porque le daba vergüenza que personas extrañas vieran su cuerpo, sino que tampoco deseaba quedar como un exhibicionista ante sus vecinos en su primer día en el edificio.
Resignado le dio un sorbo a su botella con agua, y continuó con su labor de subir las cajas que aún le quedaban.
Con la última caja en sus brazos, estuvo a punto de subir el primer escalón de las escaleras, cuando el viejo portero le avisó que ya podía usar el ascensor. Casi da un grito de felicidad, pero solo se contuvo para no asustar al pobre anciano.
Ya dentro del elevador, trató de alcanzar con sus manos el botón para subir, pero no podía, la caja ocupaba su espacio y era pesada, ni siquiera podía estirar el brazo. Las puertas estaban por cerrarse, pero una mano impidió que eso pasara, alguien entró y él solo pudo pudo agradecer internamente.
Un hombre de traje gris, con peinado perfecto y un aroma delicioso, se hizo presente. Cuando éste se giró para mirarle, no evitó ruborizarse por la tan buena apariencia que tenía aquel extraño. Era guapísimo y tenía la sonrisa más bella que había contemplado jamás.
— ¿A qué piso vas?
— ¿Eh?
— Tu piso.
Vio que las puertas volvían a cerrarse y reaccionó.
— El quinto, por favor,
No pasaron ni 3 segundos cuando volvió a dirigirle la palabra.
— ¿Eres el nuevo inquilino? -miró de reoja la caja en sus manos y volvió a regalarle una sonrisa hermosa- Bueno, supongo que es obvio. Mi nombre es Kim Junmyeon, te estrecharía la mano, pero las tienes ocupadas.
Ok ¿Por qué volvía a sonrojarse como adolescente enamorado a primera vista?
— Ehm, bueno, yo me llamo Zhang Yixing.
— Bienvenido, Yixing.
Cuando llegó a su piso, solo hizo una pequeña venia a modo de despedida y salió del cubículo. Pero luego notó que Junmyeon le seguía. Pero ¿Le estaba siguiendo?
Llegó a su departamento y vio como Junmyeon volvía a sonreírle por última vez, antes de ingresar la clave en su propia puerta, la que estaba justamente al lado de donde vivía. Se rio de sí mismo al darse cuenta que había sido muy idiota para pensar que le estaba siguiendo.
Cuando entró a su departamento vio todas las cajas amontonadas, creía que ya había pasado lo peor al cargar todo desde el primer piso, pero ¡oh! no tenía ni idea.
El departamento no estaba 100 % amoblado, solo tenía un refrigerador y un pequeño microondas en la cocina, un sillón un poco viejo en la sala de estar, y en su habitación tenía un closet pegado a la pared y una cama de - gracias a los cielos- queen size, sabía que era mucho a decir verdad, pero lo difícil era tratar de llenar todos los espacios que le quedaban. Ahora él tenía que armar algunos estantes, y otros muebles que irían en su habitación y el baño, le quedaba mucho trabajo por hacer y ya estaba totalmente agotado.
Se recostó en el piso un par de minutos, cerró sus ojos y trató de regular su respiración, estaba abrumado, ya sea por el cansancio o porque había conocido a lo que probablemente sea un nuevo platónico.
Se levantó dando un brinco, no podía pensar en ese tipo de cosas, se había mudado a un nuevo departamento con el fin de dejar el pasado atrás, gustar de un nuevo hombre no era algo que estaba en sus planes. Debía mantener un perfil bajo y serio, no por nada había sido contratado en uno de los bufete de abogados más privilegiados de la ciudad. Necesitaba calma, no más angustias en su existencia, a menos que sea sobre el trabajo.
Ya sin más que decirse a sí mismo, empezó a trabajar.
Eran casi las 8 de la noche cuando terminó de armar algunos muebles, iba a empezar a doblar su ropa cuando recibió un mensaje de su mejor amigo Minseok. quien le decía que la cocina y la lavadora llegarían al día siguiente a las 11 de la mañana y que estuviera atento.
Agradecía que era fin de semana, empezaría su trabajo en el bufete el lunes, así que esperaba terminar todo para ese día, o al menos la noche anterior.
Casi 11 de la noche terminó con la mayoría de muebles y estantes, incluso logró acomodar su ropa; ya solo le faltaba ubicar un espejo que iría en el baño. Sabía que era muy tarde para usar el taladro, pero era lo único que faltaba en el baño y solo terminaría eso rápido para luego tomar una ducha e irse directo a la cama a dormir como bebé.
Encendió el taladro para hacer los respectivos huecos donde irían los clavitos para el espejo, y él mismo dio un salto por el ruido que hacía esa cosa. Una vez terminado, sonrió orgulloso de su hazaña. Estaba a punto de quitarse la ropa para bañarse de una vez, pero escuchó que llamaban a la puerta. Se extrañó un poco debido a la hora, pero aún así fue a ver quién era.
Al abrir la puerta no imaginó volver a ver a su vecino, bueno, era obvio que lo vería algunas veces, vivía al lado de él pero...ustedes entienden.
— ¿Sí?
— Buenas noches, Yixing, disculpa si te incomodo.
El mencionado se encogió un tantito al notar la mirada de Junmyeon que recorrió toda su persona. De hecho estaba un poco cochino por el polvo de la madera y la limpieza, estaba sudado y quizá olía mal. ¡Qué vergüenza!
— N-no.
¿Por qué tartamudeaba?
— Escuché a tu poderoso taladro y quisiera saber si lo volverás a usar. - Junmyeon rascó detrás de cuello mientras preguntaba, parecía avergonzado- No lo sé, pero el lugar en donde taladrabas da directo a mi habitación y yo ya estaba por dormirme.
Sabía que era una mala idea, pero sus instintos egoístas, hicieron que usará el bendito taladro.
— Lo lamento tanto. - se disculpó sinceramente- Ya no volveré a usarlo, descuida. Puedes regresar a la cama.
Yixing le dio una rápida escaneada, y de hecho sí, Junmyeon parecía haber estado a punto de dormir y sentía mucha pena el haber hecho que ese hombre dejara su cama para ir a callarlo por usar un taladro a las 11 de la noche.
— Hey, tampoco quiero causarte molestias o culpas, es tu primer día aquí en el edificio.
Estaban conversando en la puerta, era raro, y no sabía si invitarlo a pasar o mandarlo a dormir, se supone que esa era la queja.
— ¿Te invito una taza de té? Como disculpas.
Ladeó la cabeza y sonrió, mientras asentía.
— Debería regresar y tratar de dormir, porque mañana me espera un día pesado, pero te aceptaré el té porque quizá eso me ayude a relajarme.
Yixing le hizo pasar y le invitó a tomar asiento e uno de los asientos ubicados en la barra de la cocina.
— ¿Te gusta el té de valeriana? es perfecto para relajarse y conseguir el sueño.
— Perfecto para mí.
Yixing asintió y empezó a hervir el agua en su hervidor eléctrico, luego fue a buscar las bolsitas de té que tenía en una caja.
— Hiciste un buen trabajo aquí.
— ¿Uh?
— Ayudé a la dueña del edificio a arreglar este lugar luego de que el anterior inquilino muriera y debo decir que ahora luce genial.
Yixing se congeló.
— ¿Qué?
Junmyeon le dio una mirada confusa y aterrada.
— ¿No lo sabías? El anterior inquilino falleció aquí mismo.
Estuvo a punto de empezar a hiperventilar o desmayarse, no lo sabía; pero Junmyeon fue rápido al ponerse de pie y sostenerlo por la cintura.
— Esto-...
— Cálmate, solo bromeaba, Yixing. -le dio una sonrisita pícara- Creo que me pasé.
Mentiría si dijera que no quiso patearle los testículos por esa broma, pero se relajó y resistió todo impulso de violencia por la hermosa sonrisa de dientes perlados que el otro hombre le mostró. Aún sentía las manos de su vecino en su cintura y debía admitir que no le molestaba en lo absoluto, estuvo tentado a llevar su mano y acariciar ese cabello negro tan sedoso, pero se sonrojó cuando Junmyeon le miró a los ojos y luego desvío la vista a sus labios. No sabía si había imaginado lo último, pero no quiso averiguarlo, así que se separó del hermoso hombre, al escuchar el botoncito del hervidor eléctrico.
Preparó 2 tazas de té y le ofreció una a Junmyeon.
— ¿Deseas azúcar?
Junmyeon le dedicó una mirada que no supo cómo reconocer, la intensidad de sus ojos hizo que todo su ser vibrara, pero se abofeteó mentalmente, no quería mostrarse como un loco frente a ese hombre.
— No, así está bien. –respondió Junmyeon luego de unos segundos-
Él solo asintió y tomó su propio té en silencio. Sentía que su camiseta se le pegaba en la espalda baja, aún estaba sudado, y las miradas que Junmyeon le ofrecía mientras tomaba de la taza, le estaa poniendo de los nervios.
No sabía si esa era su forma de beber, pero estaba seguro de que no todos tenía por costumbre el pasar la punta de la lengua por el filo de la taza, antes de alzarla para eer su contenido. Y también sabía que no culquiera podría excitarle a vista, como a él le estaba pasando en esos momentos.
Llevó sus manos a su vientre, como instinto para evitar una erección vergonzosa. No fue nada sútil porque Junmyeon dejó su taza a un lado y con preocupación se acercó a él.
— ¿Te duele algo?
— No, ehm, yo quizá no haya comido nada desde la mañana, supongo que solo es hambre.
El hombre negó con la cabeza y salió del departamento, dejando a Yixing totalmente confundido e intrigado.
¡¿QUÉ DIABLOS?!
Se dirigió a la puerta para cerrarla, creyendo que Junmyeon ya no regresaría, pero se sorprendió cuando lo vio acercarse de nuevo, con 2 rebanadas de pizza en un plato.
— Me quedaron de la cena. -sonrió mientras entraa y se acercaba a la barra para dejar el plato-
— Yo-... Junmyeon, gracias.
Estaba aturdido, pero no negaría que sintió tan bonito que mostrara preocupación por él, alguien que recién conocía.
— Debo irme, gracias por el té. No olvides comer.
Yixing asintió y solo levantó su mano para moverla a modo de despedida.
Se sentó en el sillón y llevó su mano a su pecho, en la zona de su corazón, éste latía furioso y totalmente emocionado.
No pudo evitarlo, sonrió radiante y luego de patalear como un niño feliz porque recibió un regalo, se dispuso al fin a ir al baño para ducharse, luego comería antes de dormir.
A la mañana siguiente despertó con una sonrisa en el rostro, no le importaba que su cuerpo doliera horrores por todo el ajetreo del día anterior, nada podía quitarle la felicidad que sentía.
Bueno, puede que sí.
Tomó su teléfono para ver la hora y casi cae de la cama al ver la hora. Eran casi las 11:30 y tenía como 20 llamadas perdidas de Minseok y 5 de un número desconocido.
Salió de la cama mientras le devolvía la llamada a su mejor amigo.
— ¡Yixing! ¿Qué te pasó? ¿Estás bien? Estuvo llamando como desquiciado, ya estaba a punto de llamar a la policía.
— Lo lamento, me quedé dormido y el teléfono lo tenía en silencio.
— Te dije que estuvieras atento, Yixing. El repartidor que llevó tus cosas ya regresó a la tienda, está muy enojado. Estuvo a las 11 en punto en la puerta del edificio.
— ¿No puedes decirle que regrese? ¡por favor! dile que le daré una una buena propina.
— No lo sé, ese viejo es muy gruñón.
— Pero tú eres su jefe, porfa, Min.
Escuchó un suspiro y sonrió cuando su amigo chasqueó la lengua.
— Iré con él, para asegurarme que esta vez sí estés atento.
Yixing agradeció y luego fue al baño para hacer sus necesidades y alistarse para recibir sus cosas.
No pasó ni una hora cuando Minseok le había avisado que ya estaban abajo. Les indicó el número de departamento y espero a que subieran.
Saludó al hombre mayor cuando le vio, pero éste solo movió su cabeza, sí estaba molesto. En cambio Minseok le dio un abrazo y tiró de su cabello a modo de regaño.
Primero habían subido la cocina, no era muy grande y era de 4 hornillas, pero era lo necesario para él. Si tenía un horno, era perfecto. Lugo fue la lavadora, también era pequeña y cabía perfectamente en su pequeño cuarto de lavado.
Luego de de pagarle al repartidor, éste se fue, pero Minseok decidió quedarse. Ya era mediodía y los sábados solo trabajaba en la tienda de electrodomésticos hasta esa hora. Pidieron un servicio de delivery de comida tailandesa y esperaban mientras el mayor se dedicaba a preguntarle de todo a su amigo.
— ¿Y qué tal tu nuevo hogar?
— No me quejo, es una buena zona, el departamento es más grande de lo que pensé.
— ¿Algún encuentro con algún vecino gruñón?
No supo porqué razón exacta sus mejillas se pusieron rojas, pero Minseok lo notó.
— Hay algo que no me estás contando.
— Bueno, sí conocía a un vecino.
— ¿Y por qué te sonrojas?
— No lo hago.
Salvado por la campana, el timbre de su piso sonó y por intercomunicador supo que era el delivery. Le indicó que bajaba en un minuto y le sacó la lengua a su amigo, antes de salir. Recibió su pedido y volvió a subir. Caminaba tranquilo, cuando notó a una bella mujer salir del departamento de su vecino, avanzó a pasos lentos pero se quedó tieso cuando vio que Junmyeon también salía, supuso que para despedir a la desconocida.
— Gracias por esto, hermosa.
No sabía si seguir avanzando o quedarse en donde estaba, no quería interrumpir y-... bueno, solo quería chismosear un poco.
— Ni lo agradezcas, guapo.
Vio como ella se acercó a Junmyeon y apretó sus puños a sus costados.
— Lamento no haberte pagado como te mereces, pero ya se me hace tarde.
— Descuida, siempre tendrás tus descansos para aprovechar el tiempo.
Tuvo suficiente, así que con todo el valor del mundo, comenzó a caminar para llegar a su departamento.
— Hey, hola, Yixing.
Por un demonio, lo que faltaba.
— Ahm, hola, Jun-...
Se quedó callado al observar al hombre, lucía distinto, muuuuuy distinto.
— Me tengo que ir -habló la chica- nos vemos, guapo.
Vio como ella se levantó en sus puntitas para besar la mejilla del otro. Ni siquiera le dirigió una mirada antes de irse.
— ¿Es tu novia?
Oh ¿por qué preguntó?
Oh ¿Por qué tuvo que soltarle esa risa tan sexy?
— Por supuesto que no.
Ok, suficiente respuesta.
— Ah.
— ¿Almuerzo? -señaló la bolsa en su mano-
Asintió y solo pudo mirar su cabeza, estaba demasiado curioso.
— Te cortaste el cabello.
Era triste, había tenido muchas ganas de meter sus dedos en esas hebras largas y azabaches, pero ahora ni siquiera en sueños podría hacerlo, el hombre tenía ahora el cabello muy cortito.
— Hoy empieza mi entrenamiento para el servicio militar, hoy es mi internamiento.
Yixing sintió un pequeño pesar en el pecho, él apenas llegaba y su sexy vecino se iba.
— ¿Te vas?
No quiso sonar tan desganado, pero así sonó y se maldijo por eso, ahora tenía las mejillas y el cuello rojos como tomate.
— El entrenamiento dura 4 semanas, luego si me elevan a algún cargo, podré tener descansos cada 2 semanas.
— Serás un soldado ahora.
Junmyeon rió ante eso.
— Es mi deber como ciudadano, es el honor de un verdadero hombre coreano y el orgullo de un país.
Yixing no evitó sonreír.
— Te lo tienes bien creído, eh.
El otro hombre volvió a soltar una risa ronca y sexy.
— Puedes llamarme soldado Kim, desde este momento. Como mencioné antes, vendré a casa de vez en cuando.
Su tono de voz se volvió sugerente y Yixing estuvo a punto de caer en sus rodillas.
— El soldado de al lado, puedo lidiar con eso.
Debió admitir que le sorprendió más la soltura con la que dijo eso, más que sus propias palabras. Acaso ¿estaban coqueteando?
— Yixing ¿Por qué carajos demoras tanto?
Minseok salió del departamento y observó a ambos hombres, quedó quieto mientras intercalaba la mirada entre sus amigo y el otro chico.
— Ya voy, Min. -regresó su mirada a Junmyeon y le sonrió- Espero lo pases bien en tu servicio militar, que no tengas problemas y salgas ileso. Cuídate mucho.
— Gracias por tus buenos deseos.
¿Y cómo lo despedía? ¿Un abrazo, le estrecha la mano, besa su mejilla, le agita la mano? Todo su martirio mental quedó congelado cuando fue Junmyeon quien tomó la iniciativa y se acercó a Yixing para tomar su mano y dejar un suave beso en el dorso.
Yixing volvió a sonrojarse y luego de soltar un "bye" entró a tropezones a su hogar.
Minseok le esperaba en el sillón, con los brazos cruzados y una ceja levantada. Yixing solo optó por ir a la cocina y buscar unos platos para servir la comida.
— Ahora entiendo por qué te pusiste tan rojito al mencionar a tu vecino.
— Cállate, Min, no es lo que piensas.
— ¡Oh, vamos! Ese hombre te gusta, y tienes tus razones. Es guapísimo. ¿De dónde salió? ¿Es modelo?
— No lo sé. Apenas lo conocí ayer, solo sé su nombre y que duerme temprano.
Minseok se puso de pie y se acercó rápidamente a la barra de la cocina, con una sonrisa grotesca.
— Ustedes... -y luego hizo una seña obscena con los dedos-
— ¡Por Dios, Min! Claro que no. Te digo que recién nos conocimos.
— Ay, qué aburrido. Pensé que tendrías tu amor adolescente salvaje al fin.
— Ya no soy un adolescente, soy un adulto.
— Por eso mismo, eres un adulto y tu vida sexual da pena, un adolescente de 18 tiene una vida más placentera que tú.
Yixing le miró con total indignación.
— Mi vida sexual no da pena y no hables por todos, a los 18 años yo era un tipo muy tranquilo.
Minseok rascó su ceja y sonrió.
— ¿Entiendes mi punto?
El menor terminó de servir la comida y le tendio un plato a su amigo.
— Cállate y come.
Ambos se dirigieron al sillón y el dueño de la casa prendió la tele para poner alguna película en una plataforma. Pondría lo que sea, solo quería llenar el silencio, mientras comían.
— Pero ¿Enserio no te gusta?
Bueno, al parecer quien llenaría el silencio sería otro.
— Es muy pronto para decir eso. Y sabes que acabo de salir de una relación algo tormentosa.
— Eso te ganas por salir con alguien menor que tú.
— Solo fueron 3 años, exagerado.
— Da igual, el tipo quería que lo mantuvieras toda su vida, y ni siquiera te deba buen sexo.
— ¿Puedes por favor dejar de mencionar mi vida sexual?
— Lo lamento.
— Gracias.
— Pero sabes que tengo razón.
Yixing solo decidió ignorarlo y siguió comiendo.
[ 2 años después]
El día había sido agotador, su cabeza ya no daba para más. Era uno de los abogados de un publicista que al parecer había estado con una celebridad, que ahora lo estaba acusando de estafa. El caso en sí era muy difícil, y que sea mediático lo hacía el doble de estresante.
Solo quería llegar a su casa, quitarse la ropa y dormir 12 horas.
Pero antes se acercó hasta el lobby del edificio para saludar al anciano que seguía en su puesto de trabajo.
— Buenos noches, señor Han. ¿Tengo correspondencia? En la mañana olvidé preguntar.
— Sí, jovencito, puedes revisar en tu buzón. Luego vuelves, porque también te llegó una caja, esa no entraba.
Yixing asintió y fue a revisar, eran algunas cuentas de pagos que debía hacer y también una que otra carta spam ofreciéndole servicios y cuentas en el banco.
Volvió a acercarse al hombre mayor y éste le entregó una caja mediana, no pesaba pese a su tamaño.
— ¿Sabe quién lo dejó?
— No, al parecer se confundieron de departamento, quien lo recibió fue el señor Kim y él lo dejó aquí para entregárselo. -luego señaló con su dedo una parte de la caja- Pero creo que en la caja hay una etiqueta, no pude leerla, está en inglés.
Yixing sintió un poco de nerviosismo al escuchar el apellido de su vecino, pero no evitó sonreír ante las palabras del hombre que sonaba divertido ante el hecho de que no sabía inglés.
— Gracias, nos vemos, señor Han.
Yixing caminó hasta el ascensor y presionó el botón para llamarlo, esperó unos segundos mientras pensaba en su vecino, había regresado después de mucho tiempo. Casi 2 meses.
Entró al cubículo y presionó el número de su piso.
Soltó un suspiro al recordar que en ese mismo espacio lo había conocido, desde ese día había quedado prendado de él, había sido completamente atrapado por su belleza y ese carisma tan peculiar. No se iba a mentir más, era obvio que le había gustado y le seguía gustando aunque hayan pasado 2 malditos años.
Junmyeon no mintió cuando dijo que volvería en ocasiones, y se sintió feliz y tontamente ilusionado de poder pasar uno que otro momento junto a su vecino, quizá volverse amigos y luego quién sabe. Pero nada de eso pasó.
A los 2 meses de haberse ido a cumplir con su servicio, la primera vez que volvió a su departemento, no lo hizo solo. Yixing cepillaba su dientes mientras tarareaba una canción, al momento de enjuagar su boca con agua, escuchó unos leves murmullos; pensó que eran su casa, pero luego cayó en cuenta que venían del otro lado de su baño, recordando lo que Junmyeon le había dicho, que su habitación daba justo frente al baño.
No debía ser un chismos, pero tampoco podía creer que las paredes fueran tan delgadas como para escuchar el ruido a través de ésta. Se sintió feliz, Junmyeon había vuelto, así que pegó su oreja a la pared y de la nada, aquellos murmuros se hicieron más fuertes, Yixing solo pudo llevar su mano a su boca para cubrir el gritito que quiso dar. Porque esos no eran murmullos, eran gemidos.
¿Era Junmyeon? ¿Estaba con alguien?
Sintió un poco de molestia y se alejó cuando pudo distinguir que los gemidos eran de una mujer y también notó los del soldadito de al lado.
No supo la razón de su molestia, o quizá sí pero no quería admitirlo, así que apagó la luz del baño y salió al living para ver alguna tonta película en netflix.
Junmyeon se quedó 2 días en su departamento, y ambas noches al parecer había estado gozando de forma carnal. Yixing se sintió triste, porque ninguno de esos días había ido a verlo. Sabía que no habían quedado exactamente como amigos, pero el último día en que se vieron, le pareció que hubo una conexión.
Tonto Yixing.
Y el tiempo pasó, esta vez con un Yixing que le tocaba escuchar como hombres y mujeres disfrutaban tan placentaramente de lo que Junmyeon les ofrecía. Estaba harto, cuando el hombre estaba en casa, no podía ducharse tranquilo por las noches o ir a cepillar sus dientes, porque siempre escucharía como se follaba a quién sea fuera el que le tocaba su turno. Porque los había visto unas cuantas veces, y hasta lo qe había visto, notó que Junmyeon no repetía ninguno de sus ligues.
Un par de veces estuvo tentado a ir y tocarle la puerta para que callará y que sus putas y putos no fueran tan explícitos con sus gritos de placer. Pero luego perdía todo valor, cuando Junmyeon le regalaba sonrisas y mediocres "Hola, ten buen día, nos vemos".
Estaba tan frustrado, y empezaba a creer que era frustración sexual. Aguantar tanta tensión sexual, tantos gemidos de placer y ¿él? él no obtenía nada de eso. Debería hacerle caso a su mejor amigo y empezar a salir con alguien, o al menos conseguirse un ligue de una noche.
Salió del elevador y caminó hasta su departamento, cuando vio la placa del número del hogar de su vecino, arrugó la nariz. Ojalá no haya llevado a nadie, estaba tan cansado, que si escuchaba un solo gemido más, iba a haber serios problemas.
Entró a su departamento y dejó su maletín en el sillón, luego fue hasta la cocina para buscar un cuchillo y abrir aquel paquete. No sabía qué era, pero esperaba no fuera una bomba, no quería morir aún.
Tomó la caja y la observó por todos lados, vio la etiqueta y ladeó la cabeza, la etiqueta decía "FRÁGIL: DIRTY FANTASIES". ¿Qué diablos era eso?
Tomó el cuchillo y lo pasó por las cintas para romperlo. Al abrirlo notó que había una caja más pequeña de color morado, con un lazo blanco. Tenía otra etiqueta, pero más colorida y bonita, con una perfecta caligrafía que mostraba un mensaje "Gracias por comprar en Dirty fantasies, disfruta tu producto".
Se estaba asustando.
Desanudó el lazo y abrió la caja, quedando congelado en su sitio cuando vio aquel...aparato.
Estaba seguro que Minseok tenía algo que ver en eso.
Marcó el número de su amigo, mientras sacaba de la caja ese aparato tan... desubicado.
— Xing ¿Recibiste mi regalo?
— ¿Un vibrador, Minseok? ¿Un puto vibrador?
— ¿Qué tiene de malo? Incluso te incluyeron en el pack unos lubricantes con sabor.
No podía con la verguenza. Eso estaba mal, pero también la situación era tan ridiculamente divertida.
— Solo tú podrías hacerme un regalo como este. ¡Dios, Minseok!
— Dijiste que estabas frustrado, tú y yo sabemos que es frustración sexual. Diviértete con tu nuevo amor, ese no te va a decepcionar, solo hace su trabajo y te da el placer que necesitas.
— Eres tan desvergonzado.
— Y a ti te falta eso, ya estuvieras siendo parte del historial de tu sexy vecino.
— No digas tonter-....
Yixing se quedó mudo y luego sintió como su corazón se detuvo.
— ¿Sigues ahí?
— Estoy jodido.
— Ya quisieras, bebu.
— Minseok, hablo enserio. Hubo un error y el paquete le llegó a Junmyeon, él sabe que recibí esto.
— No te alteres por favor. Deja de crearte ideas, las cajas no las empaquetan con el fin de ser expuestas.
Bueno, tenía razón, ni siquiera hubiera pensado en lo que sería hasta que lo abrió.
— Creí que pudo notarlo.
— Tranquilo, tendría que haberlo abierto para saber lo que contenía, y creo que ese hombre es un adonis del sexo, no un chismoso.
Yixing sonrió y negó con la cabeza, dejó el regalo en la barra de la cocina y fue hasta su habitación para cambiarse de ropa, y conversar con Minseok, poniéndolo en altavoz.
— ¿Cómo le va a Hye? ¿Preparada para su boda?
— Está feliz, pero siento que quiere desmayarse cada vez que le recordamos que está a punto de casarse.
— Tu hermana es tan linda, es increíble que sea la menor y ya va a casarse, y tú...
— La edad es solo un número, y déjame decirte que no tengo intención alguna de casarme.
Rió ante las palabras del mayor y empezó a desvestirse.
— Serás un solterón.
— Seremos, amigo mío.
Fue el turno de Minseok para reírse.
Yixing solo rodó los ojos y empezó a colocarse su pijama.
— Yo aún tengo-...
El timbre sonó y se detuvo de hablar.
— Ve atender -dijo Minseok al haberlo escuchado al otro lado- iré a comer algo. Hablamos mañana.
Yixing corrió hasta la puerta mientras se terminaba de abrochar su camisa del pijama.
Volvieron a tocar la puerta y solo gritó un "Ya voy"
Abrió la puerta y casi cae al retroceder.
— Buenas noches, Yixing. ¿Te interrumpo?
Junmyeon estaba ahí frente a él, usando su maravilloso traje militar, la vista era de ensueño. Pero su sonrisa, esa hermosa hilera de perlas blancas nunca dejarían de causarle escalofríos.
— No, yo solo me ponía la pijama.
El hombre le observó unos segundos y miró hacia dentro.
— ¿Me invitas a pasar?
Sintió que su rostro se calentaba. Claro, sus modales se esfumaron.
Pero en su defensa, no sabía qué podía hacer Kim Junmyeon un viernes por la noche en su casa. Estaba aturdido.
— Discúlpame, por favor entra.
Junmyeon asintió y entró.
— Vine a traerte esto.
Le tendió una bolsita negra. Yixing la aceptó un poco dudoso.
— ¿Qué es?
— Vino junto con la caja que dejaron en mi departamento, no lo había notado hasta hace poco que llegué. Estaba detrás de mi sofá.
Oh no. Oh no.
Su vista se dirigió a la barra de la cocina y sintió pánico, no había guardado el vibrador, si Junmyeon volteaba vería el desastre erótico que era ese regalo.
— Gracias.
— ¿Todo bien?
Quizá notó su piel pálida, o el sudor resbalando por su frente. Pero solo decidió acercarse a Junmyeon y evitar a toda costa que volteara.
— Sí, lo siento, solo que estoy muy cansado.
— Entiendo, entonces me voy. -Sonrió- Iré a la tienda ahora. Nos vemos luego.
Maquinaba cómo podría hacer para que se fuera sin voltear, la puerta de la salida no estaba tan lejos de la cocina.
Estúpido Minseok.
— Te acompaño a la salida.
Lo guió y tomó con fuerza la nunca del otro, mientras lo hacía caminar. No quiso obervar la reacción del militar, así que una vez que lo tuvo fuera, le sonrió superficialmente, y le cerró la puerta en la cara.
Corrió hasta su habitación, dejando caer esa bolsa que le dio su vecino, y tomó su celular de nuevo, marcando el número de Minseok mientras iba hasta el baño para lavar su rostro. Necesitaba resfrecarse.
— ¡Casi me descubren! -gritó apenas notó el tiempo corriendo en la llamada- Minseok, Junmyeon estuvo aquí y casi ve el vibrador.
— Wow, cálmate.
— No me calmo, casi lo ve. ¿Qué hubiera pensado de mí?
— ¿Que eres un adulto que le gusta divertirse?
— Minseok.
Amenazó mientras secaba su rostro con una toalla.
— ¿Qué importa lo que piense un promiscuo de un jueguete sexual? Para los tipos como él, ese tipo de juguetitos no son nada fuera de lo común.
— Pero él no sabe que yo-...
— ¿Qué te gustan los penes?
— No es eso-...
— ¿Entonces?
Soltó un suspiro y se sentó en el filo de su bañera.
— Es que él me gusta.
— Dime algo que no sepa.
— No quiero que se enteré de que he querido joder con él desde la primera vez que lo vi.
— ¿Qué?
— Que he querido besar y tocar su cuerpo desde que nos conocimos.
— ¿Cómo dices?
— ¡QUE HE QUERIDO JODER CON ÉL DESDE EL PRIMER DÍA! ¿ACASO ERES SORDO?
Gritó, luego llevó su mano a su boca. Estaba en el baño.
— Espero no estés en el baño. Tu vecino podría escucharte.
— Sí, estoy en el baño, pero descuida, se fue a la tienda.
— Bueno. Pero Yixing, cariño, cálmate. Junmyeon no lo vio, así que nada pasó.
Asintió y le dio la razón, si que estaba estresado y paranoico.
— Bien.
— Mejor ve a dormir. Descansa.
Se despidieron y Yixing volvió a suspirar.
¡Qué noche!
Estuvo a punto de meterse a su cama, pero el timbre volvió a sonar. Corrió y gritó "un momento". Esta vez no correría el riesgo y guardó el jugueito en la caja, luego solo lo puso debajo del sillón.
Cuando abrió, era de nuevo Junmyeon. Tenía una sonrisa en el rostro, pero su mirada era diferente, no sabía qué sentir.
— ¿P-pasó algo?
Maldito tartamudeo.
— Sí, bueno, no pasó algo, pero creo que el destino quiere que siga viniendo a verte esta noche.
Yixing levantó una ceja.
¿Qué?
— ¿A que te refieres?
— Me encontré esto en el suelo.
Levantó su mano hasta ponerlo frente a los ojos de Yixing, era un sobrecito de color verde. Ladeó un poco confundido la cabeza, pero luego sintió que los pies y manos se le pusieron de hielo.
— ¿Qué?
— Creo que se cayó de la bolsa.
Dirigió su mirada a la bolsa en el piso, y notó que algunos de los sobres de distintos colores, estaban desparramados en el suelo.
— Pero-...
— No sabía que te gustaban los lubricantes de sabor.
Sentía que la cara se le caería de vergüenza, no podía más.
— No es lo que piensas.
— No importa lo que piense. Pero debo admitir que nunca creí que fueras tan travieso.
— ¿Ah?
— Vi la etiqueta, Dirty fantasies es una tienda muy peculiar. ¿Puedo preguntar que pediste del lugar?
Okay, todo se estaba saliendo de control.
— No te incumbe.
Entró a su hogar, obviamente Junmyeon le siguió los pasos luego de cerrar la puerta.
— No creí que fueras un hombre tan abierto.
— Yo tampoco creí que fueras un promiscuo, pero mira las sorpresas que nos da la vida.
No supo de donde salió ese valor, pero qué bien se sentía.
El hombre levantó una ceja y lamió sus labios antes de soltar una risita.
— Vaya, eso fue un golpe duro.
Ya no quería lidiar con eso.
— Por favor, vete, creo que ya es hora de-...
Junmyeon fue rápido, cuando sigiloso lo tomó por la cintura y lo pegó a su cuerpo.
— ¿Quieres que me vaya?
¿Qué estaba pasando?
— Junmyeon.
— Responde a mi pregunta.
— Puedes irte, seguro alguien más te espera esta noche.
La sonrisa de lado que le ofreció le causó repulsión, pero también lo prendió como nunca.
— Esta noche no quiero a nadie, más que a ti.
¿Estaba soñando?
— Deja de bromear.
No dijo nada, solo actuó. Así que le besó.
No fue un beso dulce y tranquilo. Fue agresivo, invasivo y demasiado excitante.
No se negó, su instinto fue más salvaje y respondió al beso de la misma forma, llevó sus manos detrás de su cuello y dio un salto para enredar sus piernas en la cintura del otro.
Junmyeon los guió hasta su habitación, nunca dejó de besarle, luego de sus labios siguió con el cuello y sus hombros. No se sorprendió que conociera dónde quedaba el cuarto, el mismo Junmyeon le dijo que había ayudado a la dueña del edifcio cuando le hizo esa broma del muerto.
Su vecino le recostó en la cama y solo udo observarlo jadeante, sus labios estaban rojos e hinchados y su cabello que había crecido de nuevo, se notaba brillante y suave.
Todo era tan irreal. Pero ahí se encontraba tendido en su cama, con las piernas abiertas y el corazón desenfrenado.
Cuando Yixing llegó a ese edifico, no pensó que caería profundamente por el chico de al lado. Su vecino era lo que ni en sueños podría desear, pero estaba justo ahí; observándolo mientras desabrochaba su chaqueta militar y la mirada en sus ojos lucía tan sexy como la piel de sus abdominales.
— No sabía que me deseabas desde hace tanto tiempo.
— N-no, no es así.
— Lo escuché, Yixing, dijiste que querías besar y tocar mi cuerpo desde que fui a cumplir mi servicio militar, incluso desde antes.
Pero ¿qué? ¿cómo?
Luego recordó su crisis en el baño hace unos minutos, donde confesaba que había querido follar con el desde siempre.
— No.
— Has querido joder conmigo desde hace más de 2 malditos años. Me acaban de dar de alta del servicio al fin ¿Qué te parece si cumplimos el deseo de ambos?
Yixing no podía creer lo que sus propios oídos escuchaban. ¿El de deseo de... ambos?
— ¿Qué?
— ¿Creíste que eras el único atraído por su sexy vecino?
Junmyeon continuaba desnudándose y Yixing no podía con los sentimientos que le embargaban.
— Tú-...
— Siempre creí que era un chico inocente y dulce, no quería perturbarte con mi pequeño pasatiempo.
— ¿El sexo es un pasatiempo para ti?
— Digamos que sí.
— Te acostaste con mucha gente, y-yo los escuchaba.
Junmyeon terminó de quitarse los zapatos y su pantalón, quedando en ropa interior.
— Debía reprimir mi frustración y la tensión que sentía cuando te tenía cerca.
— ¿Qué?
— Sonaré como un enfermo idiota, pero el primer día en que nos conocimos, verte con esa camiseta blanca pegada a tu cuerpo sudoroso, ma causó una erección.
Junmyeon hablaba mientras gateaba hasta llegar a él, su cuerpo se erizó al sentir la calidez de ese hombre, su desnudez se sentía caliente encima de él. Observó ese majestuoso cuerpo, todos los músculos se le tensaban y a él empezaba a tensarsele otra cosa.
El mayor llevó sus labios a su oreja y besó suavemente el lóbulo, luego fue bajando, mientras delineaba con su lengua, su mandíbula afilada.
— ¿Qué está pasando?
— Me tienes aquí, dispuesto a darte lo que querías desde el primer día en que nos conocimos. Dime si aún lo quieres, puedo quedarme, y si no, no te preocupes, me iré. No pienso a obligarte a hacer algo que no quieras.
Yixing no tuvo que pensarlo mucho. Su respuesta estaba ahí, encima de él, semidesnudo y con ganas de follárselo. Estaría loco si dijera que no.
No respondió con palabras, lo acercó a su boca jalando se sus cabellos y empezó a besarlo, a su manera. Le demostraría que de inocente no tenía nada. Quizá había sido tímido al inicio, pero no debían subestimarlo. Le haría saber a Junmyeon que era un buen polvo, que no tendría necesidad de cambiar a otra persona, la noche siguiente.
Hizo que cambiaran de posiciones y se subió a horcajadas encima de él. Se deshizo de su camiseta de la pijama y volvió a besarlo, su rostro, su cuello, su pecho y luego llegó a los abdonimanles, que mordió duramente, haciendo que su vecino jadeará fuertemente. No pidió permiso, le arrancó la ropa interior y sin temor alguno se llevó la carne palpitante a sus labios, besó el galnde de su pene y luego abrió la boca para meterselo de lleno hasta que llegara a su garganta. Junmyeon no se lo esperaba, y como acto reflejo, llevó sus manos a la cabeza del menor.
— Yixing. -jadeaba-
Y como le gustaba.
Ahora era él quien hacía a su vecino gemir, ahora era él quien sería follado por ese hermoso hombre. Su cuerpo temblaba de excitación infinita y empezó a mover la lengua aún teniendo el grueso pene en su boca.
Estaba seguro que esa era de las mejores mamadas que había dado y se sentía un poco orgulloso. Estaba eliminando esa frustración sexual y qué mejor con el ex soldadito de al lado.
Junmyeon no fue nada suave cuando jaló de sus cabellos y lo llevó a sus propios labios para besarlo duramente.
— No aguanto, quiere joderte ahora.
Yixing sonrió de lado y se quitó su última prenda. Salió hacia el living y tomó unos cuantos lubricantes del suelo, cuando regresó a su habitación de topó con la imagen más sensual que hubiera visto jamás.
Junmyeon en medio de su cama, desnudo y acariciándose a sí mismo. Tenía un condón puesto.
— ¿De dónde sacaste el preservativo?
— Te dije que fui a la tienda.
— ¿Tenías planeado pasar la noche conmigo?
— No sabía si ibas a aceptar, pero igual corrí el riesgo.
Yixing asintió y le dio un besito en su nariz.
Luego se subió a horcajadas encima de su pareja sexual.
— Debo prepararte.
— Lo haré yo.
Yixing tomó dos sobres y los rompió con sus dientes, debía admitir que sí sabían bien, pero si Junmyeon quería, los probaría de su miembro, otro día.
Llevó sus propios dedos llenos del líquido hacia su entrada y tanteó un poco, no había tenido contacto sexual hace años, pero no era un inocente, muchas veces se había tocado en la ducha, o en su cama, pero sabía que sus dedos no eran igual al tamaño de un pene, pero debía prepararse rápido, no aguantaba y necesitaba a Junmyeon dentró de él.
Metió sus dedos, uno por uno, logrando insertar tres, mientras su vecino le observaba mientras se tocaba a sí mismo. Habían pasado varios minutos, y agradecía que Junmyeon estuviera tranquilo esperando por él, por eso cuando ya se creyó listo, comenzó a besarlo, mientras llevaba el miembro del otro hacia su entrada. Bajando suavemente y jadeando en la boca del otro.
Sentía la respiración irregular de Junmyeon y eso le incentivó a meterlo todo de golpe. Soltó un grito de dolor, y luego como impulso mordió el labio inferior de su vecino. Ambos había sentido dolor, y aunque no fue a propósito, Yixing soltó una risita mezclada de diversión y dolor.
— ¿Te parece divertido haberme reventado el labio? -susurró en sus labios-
Yixing solo asintió y soltó un gemido al sentir que Junmyeon movía sus caderas.
— Creo...creo que es un dolor justo.
Ya no podía, el dolor había pasado a segundo plano cuando Junmyeon llevó su mano a su miembro y empezo a acariciarlo, de arriba abajo.
Así que soportando todo, empezó a moverse, de arriba a abajo, subiendo y bajando suavemente. En algún momento sintió un placer tan inmenso, supo que había dado con su manojo de nervios, aquel que le hacía ver las estrellas.
Junmyeon levantaba las caderas y daba justo en ese punto, Yixing empezó a gemir más fuerte y daba saltos, ambos uniéndose en un solo ritmo. Se cansó de monstarlo y el otro se dio cuenta. Así que hizo que cambiarán posiciones, y luego de sumergirse entre sus piernas, volvió a entrar en él.
Las embestidas eran duras, precisas y deliciosas, Yixing llevó sus manos a las nalgas de Junmyeon y apretó con fuerzas, necesitaba más, ya estaba por acabar y quería hacerlo junto con el otro.
Supo que su orgamos estaba a punto de suceder cuando sintió ese cosquilleo en su bajo vientre y también supo que Junmyeon estaba cerca cuando le vio jadear y arrugar la nariz.
Ambos terminaron, Yixing entre sus cuerpos y Junmyeon en el condón.
Estaba agotados, eufóricos, totalmente extasiados y le pregunta que sabían que debían hacerse.
¿Y ahora qué?
Junmyeon le dio un beso y luego salió de la cama para botar el perservativo lleno de su esencia. Cuando regresó, se sentó cerca de él, mientras acariciaba su rostro.
— Eres maravilloso.
Bien, eso era muy dulce. No esperaba ese tipo de palabras luego de terminar un polvo como ese.
— Tú igual.
La situación no era incómoda, pero si algo extraña. Habían tenido sexo, ya se tuvieron entre ellos. ¿Querían más? Claro que sí, pero no sabían como expresarlo.
— Lamento si te incomodé con el ruido de...ya sabes.
El menor solo sonrió y acarició la mano del contrario.
— No debes disculparte, es normal, supongo.
— ¿El ruido?
— No. Que tengas sexo ocasional con quien te dé la gana.
Junmyeon no rspondió y volvió a meterse a la cama. esta vez llevándose consigo a Yixing, se abrazaron y enredaron sus piernas entre sí.
— Sonaré como un imbécil, pero enserio lo hacía para sacarte de mi cabeza. Yo de verdad creí que eress alguien tan puro y tímido, creí que mis pensamientos eran demasiado sucios para alguien como tú.
— Sí, suenas como un imbécil.
Ambos rieron.
— ¿Iniciamos de cero? Porque enserio me gustas, y no solo eres mi frustración sexual.
Yixing estaba sorprendido, pero no evitó emocionarse. Todo era tan raro, pero al fin estaba viviendo su ese loco amor adolescente que tanto le exigía Minseok.
Aunque obvio ya no era un adolescente.
— Tú también me gustas.
— Perfecto. -besó su mejilla dulcemente- ¿Repetimos?
Yixing soltó una risotasa y tomó su celular que estaba en el piso, habiá recbido una notificación.
<<¿Usarás esta noche el regalo que te di?>>
Sonrió y negó divertido.
— No será necesario. -habló en voz alta-
— ¿No podemos repetir?
Miró el puchero de su sexy vecino y rió feliz.
— Claro que sí. -sonrió pícaro- Pero...
— ¿Pero?
— Vuelve a ponerte, tu saco militar, soldado Kim.
Junmyeon se mordió el labio y salió de la cama, dispuesto a todo.
Yixing, él solo se dejó deleitar, por su soldado de al lado.
NO ESCRIBO SMUT DESDE TIEMPOS INMEMORABLES, PERO BUENO, OJALÁ HAYA ESTADO A LA ALTURA.
JUNMYEON HACE UN TIEMPITO QUE SALIÓ DEL SERVICIO MILITAR Y APROVECHÉ EL GÉNERO QUE ME TOCÓ PARA REVIVIR MIS FANTASÍAS, AHRE. JAJAJAJAJAJAA, AY SIENTO NERVIOS. COMO DICE EN LA DESCRIPCIÓN ESTE FANFIC PARTICIPA EN UN EL EXO FEST: ONE UNIVERSE, ASÍ QUE ESPERO LO APOYEN Y GRACIAS @DearDani17 por la invitación. <3
DENLE MUCHO AMOR AL FEST Y A ESTA HISTORIA. ESPERO DE CORAZÓN QU LES HAYA GUSTADO.
KAT VUELVE A SU CUEVA Y NO SABE CUANDO REGRESARÁ, PERO LES DEJA MUCHOS BESITOS. <3
PSD: Amo y siempre amaré a Miranda aksjask.
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