CAPÍTULO DIECIOCHO

◦

ROSA FUE LANZADA como un saco de papas, frente al único, Cráneo Rojo. Su apariencia era aún más aterradora de lo que esperaba, y muy amenazante.

—¡Ah, la novia del Capitán América! —Cráneo Rojo dijo, fingiendo su deleite. Rose fulminó con la mirada al calvo villano, tratando de zafarse de las manos de los soldados de Hydra.

—¿Que quieres de mi?—Rose gruñó, frunciendo el ceño al hombre. Cráneo Rojo sonrió con fuerza, una sonrisa que contenía mucha maldad.

—Ya lo descubrirás.

Rose hizo todo lo posible por ser fuerte y firme, pero no pudo evitar gritar cuando un soldado de Hydra sacó una aguja del porte de su brazo.

Dentro había una sustancia rara y electrizante, parecía un rayo dentro de una lata. Inmediatamente, la chica comenzó a luchar más, alejándose de la aguja e implorando desesperadamente ayuda.

—Ahora, sería genial para ti cooperar con nosotros— comenzó Cráneo Rojo, tomando la aguja del soldado y acercándose más a Rose.

—Porque, eres una chica tan bonita— comenzó una vez más, agarrando con fuerza a Rose de la cara. —Y odiaría herir esa bonita cara.

Con esa declaración, clavó la aguja en el cuello de Rose, haciendo que la sustancia desconocida entre en su cuerpo. Rose gritó en voz alta, no siendo capaz de manejar ese dolor.

Cuando comenzó a sentirse débil,  manchas oscuras cruzaron su visión, ella colapsó en el suelo, inconsciente. El dolor insoportable se apoderó de ella.

—¿Está muerta señor? —Un soldado de Hydra preguntó con preocupación, una vez que su líder sacó la aguja.

—No— dijo Red Skull, fácilmente con una pequeña risa. —De hecho, ella se ha despertado.—Schmidt se arrodilló junto a Rose, viendo que sus venas se volvían más visibles.

—Wild Rose ha despertado.

..

Cuando Rose quedó inconsciente por un largo tiempo, los pitidos y los gritos fueron todo lo que pudo oír. Mientras luchaba por abrir los ojos una vez más, oyó una voz familiar que gritaba su nombre.

—Por favor, Rose... despierta— la voz gritó una y otra vez. Sintió que unas gotas cálidas golpeaban su pálida piel, seguramente lágrimas y así como unos reconfortantes brazos la estaban abrazando fuertemente.

—Chicos, ¡la encontré!

La voz gritó, acariciando su cuello. Solo entonces, sus párpados se abrieron de golpe. Involuntariamente, se sento de golpe, su pecho subía y bajaba

—¡Rose!

Miró a su derecha para encontrar a Steve, con su uniforme de Capitán América, con sus ojos inyectados en sangre y una cara hinchada. La envolvió en un abrazo, sin querer dejarla ir.

—¡Steve!—Rose dijo alegremente, acurrucándose en su pecho. Pronto, Peggy, algunos soldados y el comando aullador acudieron en su ayuda, Steve les ordenó llevar a Rose a algún lugar seguro.

Después de explicarles lo que Red Skull le hizo, Steve se volvió extremadamente sobreprotector con Rose. Mientras le informaba a todos que la llevaran a la base de manera segura, Rose le rogaba quedarse y ayudar.

—Espera, quiero ayudar. —Rose le dijo a Steve, mientras una gran explosión sonaba a través de la base de Hydra. Steve de inmediato negó, arrojando su escudo con precisión, de modo que se incrustó en la puerta para cerrarla.

—¡De ninguna manera! ¡Acaban de experimentar contigo!— Steve le dijo, ahora en modo capitán.

—¡Por favor, Steve! —Rose rogó una vez más.

—No, perdí a Bucky, ¡no puedo perderte también!

Su declaración hizo que sus rasgos se suavizaran. Devolviendo las lágrimas, Steve miró al suelo con tristeza, la imagen de Bucky cayendo del tren y su muerte apareció en su mente.—No puedo perderte.

Dijo en voz baja, con la voz ronca por los sollozos que estaba forzando a bajar. Suavemente, Rose envolvió sus  brazos alrededor de su cuello y dejó que él enterrara su cara en el hueco de su cuello, silenciosamente gimoteando.

—No me vas a perder, soldado. —Rose susurró al triste capitán en un tono reconfortante, agarrando con fuerza el material de su uniforme. —Está bien, me quedaré aquí.

Cuando se separaron de su abrazo, Steve sacó un pedazo de papel doblado de su cinturón marrón y lo colocó delicadamente en sus manos.

—Aquí está mi última carta—Steve se rió entre dientes, refiriéndose a la nota que le tendió. Sonriendo alegremente hacia él, Rose abrió la boca para decir más cuando el grito de Dum-Dum Dugan la cortó.

—¡Cap, Red Skull casi está despegando en ese avión, es mejor que nos apuremos!—El comando aullador dijo. Steve se dio vuelta para irse pero Rose rápidamente le dio un apasionado beso antes de que pudiera dar dos pasos.

—Ve y salva el día, Capitán.

Rose sonrió, lo que lo hizo asentir obedientemente. Luego, el Capitán América se escapó con sus otros compañeros de equipo, derribando a sus oponentes y persiguiendo al líder de Hydra.

Cuando Peggy llegó y le dijo que tenían que volver a la base del ejército, la sensación de tener que dejar a Steve la invadió.

Soltó pequeños sollozos, mientras lágrimas saladas rodaban por sus mejillas. Mientras su tristeza y preocupación crecían por el capitán, sintió un extraño y estrepitoso sentimiento atravesar su cuerpo.

Mientras esto sucedía, el suelo debajo de ella comenzó a temblar con tanta intensidad y agresividad que todos colapsaron en la tierra.

Peggy miró a Rose en estado de shock y completa incredulidad, viendo como la mujer de ojos marrones todavía se mantenía firme, mirando sin rumbo, como cada soldado de Hydra, cada sargento y todas las tropas del ejército era forzado a caer al suelo.

—¿Rose, qué estás haciendo? —Peggy gritó a través de todo el caos, con el miedo golpeando sus bonitas facciones. La respiración de Rose se enredó en su garganta una vez que se dio cuenta completamente de que estaba causando todo esto.

—¡No lo sé!—Rose entró en pánico, su ritmo cardíaco aumentó. A medida que los latidos de su corazón se aceleraban, el caos creciay el estruendo se sacudia con mucha más fuerza.

—Rose tienes que detenerte—Peggy gritó una vez más, agarrando brutalmente su muñeca y sin querer clavó sus uñas rojas en la piel de Rose. El dolor extrañamente hizo que la sacudida disminuyera, hasta que todo se detuvo.

Todos lentamente se pusieron de pie otra vez, mirando a su alrededor en busca de algún signo de posible peligro. Peggy se acercó cautelosamente a Rose, con la misma expresión de asombro en su rostro.

—¿Cómo hiciste eso?—La mujer de labios rojos preguntó, con el trauma evidente en su tono. Rose la miró con miedo, temblando salvajemente de horror.

—H-hydra—tartamudeó y luego continuó—ellos me hicieron esto.

***

Todos estaban expectantes en la torre de radio, esperando ansiosamente cualquier noticia del capitán. El comando aullador, el coronel Phillips, Peggy y Rose esperaron, conteniendo la respiración con ansiedad.

Howard Stark había estado interrogando a Rose durante la última hora, deseando saber qué había hecho Hydra, por qué lo hicieron y si estaba bien.

Rose intentó explicarle todo lo más que pudo, involucrando todos los detalles por si acaso.

—Voy a tomar algunas muestras de sangre para analizarlas.—Howard anunció, garabateando algo más de información en su portapapeles. Rose asintió con la cabeza, enrollando su manga y extendiendo su brazo.

Justo cuando Howard estaba por insertar la aguja pequeña, el sonido de Steve hablando a través del comunicador hizo que Rose se conectara al micrófono.

—Adelante, este es el Capitán Rogers, ¿me escuchan?

Su corazón dio un vuelco al oír su voz, olvidando por completo a Howard y su necesidad de sangre.

—¡Sí!— Howard exclamó , frunciendo el ceño.

Jim -un respetuoso hombre del comando aullador estaba a punto de responder cuando Rose lo interrumpió, prácticamente empujando al hombre fuera de su silla.

—¡Steve! ¿Estás bien? ¿Dónde estás?— Rose divagó, con cientos de preguntas fluyendo por su mente.

—Rose, Schmidt está muerto.—Steve le informó, haciendo que la mujer y todos los demás en la sala suspiraran aliviados.

—¿Dónde estás?— Rose preguntó preocupada, mordiéndose nerviosamente el labio inferior. Ella lo escuchó dudar por un leve segundo. —Eso es un poco más difícil de explicar.

Su corazón se detuvo un poco ante su respuesta. Esa declaración podría significar un millón de cosas, cosas malas. El labio de Rose se estremeció violentamente, el doloroso pensamiento de que a lo mejor Steve estuviera en peligro la invadió.

—Danos tus coordenadas, te encontraremos un lugar seguro para aterrizar. —Sugirió Peggy, mirando por encima del micrófono. Rose asintió ferozmente ante la sugerencia de su amiga, queriendo que Steve también aceptara.

—No va a ser un aterrizaje seguro— Steve comenzó. —Pero puedo intentar y forzarlo.

Rose soltó un pequeño grito ante su sugerencia, con grandes lágrimas deslizándose por su rostro. Entonces sus ojos se volvieron hacia Howard, parado allí torpemente y una idea se le vino a la mente.

—¡Howard está aquí!—Rose comenzó, —¡él puede descubrir algo!

—No hay suficiente tiempo, esto se está moviendo demasiado rápido y se dirige a Nueva York—dijo el capitán con firmeza. —Tengo que poner esto en el agua.

Todo su entorno se congeló. Todo y todos ¿Steve realmente estaba proponiendo chocar un avión por el bien de otros? Él realmente sabía el valor de la fuerza, el valor del poder. El doctor Erskine tenía más que derecho a recompensar a Steve con el suero.

—P-por favor, Steve, no hagas esto— gimió Rose, permitiendo que sus lágrimas cayeran libremente.

—Rose, esta es mi elección—Steve dijo en voz baja.—Hey, ¿has leído mi carta todavía?— La voz de Steve dijo con curiosidad. Rose sonrió tristemente, sacando la carta doblada que estaba guardada en su bolsillo.

—Todavía no—respondió ella.

—¿Puedes leerla ahora?— Preguntó Steve cortésmente, con un tono lleno de interés.

Su sonrisa sombría se ensanchó ante sus palabras, desplegando de inmediato la carta.

—Querida Rose—comenzó leyendo Rose.

"Sé que llego tarde, y sé que probablemente me regañes por esto, pero me estoy asegurando de que esta carta sea perfecta.

Así que, supongo que podrías decir que no he sido el más feliz últimamente, con el fallecimiento de Bucky y todo. No te informé sobre los detalles de la misión ya que definitivamente no quería vivir ese horrendo momento de nuevo.

Ser el Capitán América tiene sus altos y bajos, y me he estado culpando de la muerte de Bucky desde hace un tiempo.

Estuve pensando en lo que me dijiste un día, que la guerra no es solo un juego infantil que ganas o pierdes. No, no, es ganar o morir. Y todos los días en el campo de batalla lucho por ti. Cada batalla, cada emboscada, cada balacera, pienso en tu cara sonriente, y a nosotros bailando toda la noche, contigo girando en tu vestido rosa y balanceándote en mis brazos.

Cada minuto de nuestra gira para derrotar a Hydra, pienso en regresar a ti. Tal vez creas que mi pequeño discurso es cursi, tal vez piensas que es dulce...Pero definitivamente es cierto.

A través de los años nos hemos conocido Rose, siempre me he preocupado por ti, ya sea de una manera amistosa o romántica.

Entonces, con todas las cartas que te estoy enviando...

Finalmente, me armé de valor para escribir dos palabras importantes que no he dicho por cobarde.

Te amo. "

La respiración de Rose se detuvo cuando vio esas palabras escritas prolijamente en la página. ¿Él realmente escribió esas palabras? ¿Esas dos palabras preciosas?

—¿Steve? —Rose gritó en el micrófono, queriendo que él respondiera, pero, todo lo que obtuvo fue silencio.—¿Steve? ¡Contestame! —Rose gritó una vez más, golpeando con sus puños los controles.

Sollozó, gimoteó y gritó por un largo tiempo, ignorando a las personas en la habitación que la miraban con pena. Lentamente, ella miró hacia abajo a la carta, con sus lágrimas empapando el papel.

"Con amor, Steve"

__________________________

[N/A]
Ok, pero este es probablemente el peor capítulo que he escrito. ¿Qué piensas de los poderes de Rose? ¡Se explicará más en el segundo libro!

¡Así que guarden este libro en su biblioteca para que puedan avisarles cuando termine la secuela!

[N/T]

Chicas, creo que este es el final del primer libro. Aún queda el epílogo, que me falta por traducir y lo subo.

Ha sido un gusto poder compartirles esta linda historia creada por avengersmoons. Espero hayan llorado y gritado como yo lo hice.

Y eso, nos leemos a la próxima.

Baiiis.