18
Era momento de continuar, Haimi estaba a su lado agarrando con fuerza su mano, se sentía nerviosa por que ya había visto al hombre, él se acercó a ellos para saludarlos, la miró intensamente y con una sonrisa coqueta beso el dorso de su manos dando le la bienvenida a ese lugar.
La fiesta de un hombre de cincuenta y tantos años, amigo cercano del hombre y conocido de YoonGi.
—Tranquila...solo sigue el plan, prometo que no te pasará nada malo.
—Lo se...confío en tí...solo estoy nerviosa.
Él asintió mientras soltaba su mano y la llevaba directo a su espalda baja para darle unas suaves caricias logrando darle escalofríos por aquella acción.
—Es hora...ve a al baño.
YoonGi se alejó un poco yendo con un conocido mientras ella se fue en el camino contrario caminando hacia los baños. Entro al lugar viendo que estaba sola por completo. Se metió en un cubículo fingiendo hacer del baño y después salió encontrando se con aquel hombre.
—Hola...
Ella asintió en respuesta pero lo miraba con el ceño fruncido, le señaló el distintivo que indicaba que ese baño era de mujeres.
—Lo se...pero no hay más mujeres aquí que les moleste.
Ella se acercó al lavamanos tomando un poco de jabón y después colocar un poco de agua para limpiar se bien las manos. Aquel momento fue aprovechado por ese hombre, se colocó detrás de ella posando sus manos en su cadera.
—¿En serio eres la esposa de Min?...dulce niña no pareces muy feliz a su lado.
Haimi se alejó resistiéndose a lo que él quería, era así como empezaba a llamar más su atención, las mujeres difíciles siempre fueron sus preferidas.
—Tranquila...no haré nada que no quieras.
Volvió a colocarla en la misma posición está abrazando la por la cintura.
Haimi estaba helada, no había pensado en que ese hombre podría acercarse sin miedo alguno.
Ella trato de quitar sus manos de su cuerpo ,quería hablar, decirle que se alejará pero no podía,debía ser cuidadosa para no arruinar el plan de YoonGi.
Con señas y quejidos le pedía que se alejará pero él la mantuvo en el mismo lugar.
—Solo quédate así...—subio una de sus manos para tomar con fuerza su rostro logrando que ella fijarse su vista en el espejo —Vaya...quedamos muy bien juntos...¿No lo crees?—ella se fijó en su sonrisa, macabra y espeluznante —Una mujer perfecta para un hombre perfecto...indicada para mí...
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