Cualquier persona que viera la relación de Sun y Gladio de lejos diría que estaba rota, que ya no tenía sentido continuarla, que entre los dos no había el mismo sentimiento que al inicio.

Y en parte tenían razón, ya no estaba ese mismo sentimiento. Estaba uno más grande.

El trabajo de Gladio le arrebataba la gran parte del día y llegaba a casa totalmente agotado, y, como no podía ser de otra manera, tardísimo.

El trabajo de Sun también era extenuante, pero llegaba mucho más pronto que su marido a casa.

Normalmente esto haría que las parejas se fueran distanciando, pero con Sun y Gladio era muy diferente, el no poder pasar tanto tiempo juntos como antes les daba todavía más ganas de estar juntos, los besos y abrazos al volver a verse así como dormir juntos, y tal vez algún tipo de relación sexual espontánea no eran suficiente.

Pero si había algo que era más que suficiente. Algo por lo que ambos esperaban cada semana.

Ambos estaban muy enamorados el uno del otro, y ese algo que ambos anhelaban cada semana eran las tardes de sábado

Y el sábado de esa semana al fin había llegado. Los sábados por la mañana iban juntos a hacer la compra semanal y, normalmente Gladio cedía al comprarle a Sun algún capricho. Al mediodía, después de haber guardado la compra en la nevera y armarios hacían la comida juntos y comían tranquilamente. Pero al llegar la tarde llegó su momento favorito de cada semana.

Se sentaron en la cama matrimonial, sólo querían pasar la tarde juntos, nada sexual, Gladio abrazó a Sun de la cintura atrayéndole hacia él, este último apoyaba su cabeza en el hombro de su esposo y encendieron la televisión para ver YouTube, Netflix y similares.

Pero lo que realmente hacía a ambos desear que llegaran las tardes de sábado eran los besos, las caricias, los sentimientos que volaban por toda la habitación, la sensación de poder pasar tiempo juntos, después de todo, aunque estuvieran casados sólo eran un par de jóvenes enamorados.

Un par de jóvenes enamorados a los que la vida les ponía un obstáculo enorme camuflado como el trabajo de ambos, que era totalmente superado por las tardes de los sábados, porque con sólo una tarde a la semana podían darse el cariño que podían necesitar para el resto de sus días.

Porque para ellos aquellas tardes de los sábados eran mucho más que una simple tarde de fin de semana

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Un pequeño Drabble resubido que estaba suelto por ahí UwU.

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