Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

29. Doloroso momento

Capítulo 29

Doloroso momento

Poco a poco fui despertando, escuché algo parecido a voces lejanas. La imagen fue despejándose lentamente permitiéndome ver a Matt junto a Kimberly. El chico acarició mi mano besando mi frente.

—Gracias a Dios que despertaste—susurró con una pequeña sonrisa de alivio.

—Estábamos muy preocupados—añadió Kim—¿Cómo te sientes?

—Un poco adolorida—admití. Aclaré mi garganta mirando la habitación blanca en la que me encontraba, al recordar lo sucedido me preocupé—El bebé...

—Está bien, no debes preocuparte, es más fuerte de lo que creíamos—calmó Matt sin soltarme. Lo abracé con fuerza temiendo soltarlo, Kim al ver la situación decidió dejarnos solos unos minutos. Comencé a sollozar recordando todo lo sucedido, mi mente estaba echa un lío—Tranquila, estoy aquí—susurró acariciando mi espalda aferrándome a él.

Noté la aguja que se encontraba en mi brazo izquierdo, conectaba a un suero que se introducía por mis venas. Algunos leves rasguños formaban parte de las consecuencias del accidente, acaricié mi vientre agradeciendo a Dios por que mi hija no saliera afectada. Al calmarme un poco, Matt acarició mi cabello mirándome.

—Tu auto...

—Eso no importa—sonrió un poco—Lo importante es que ambas están bien, no sabes cuanto me preocupé al recibir la llamada del hospital—volvió a abrazarme.

—Debías verlo—dije con un hilo de voz. Coloqué mi mano en su pecho teniendo mi cabeza recostada de él—No parecía ser el Max que conocía, era otra persona en su lugar, todo por mi culpa—hice un esfuerzo por no llorar de nuevo.

—No, Susan, nada de esto fue tu culpa—intentó animarme y consolarme con su dulzura—Max perdió la cabeza, a todos les puede pasar, no quiero que pienses que eres la culpable, cariño.

—¿Dónde está?—susurré alzando mi rostro para verlo. Suspiró acariciando mi brazo.

—Recuperándose en otra habitación—contestó perdiendo un poco la dulzura—No quiero verlo siquiera, sé que es mi hermano pero lo que hizo no tiene perdón. Si te hubiera perdido a ti o al bebé...

—¿Tus padres supieron de esto?

—Sí. Están con él ahora, Kim llamó a la policía así que vendrán a interrogarte por el accidente—antes de poder decir algo, siguió—No lo defiendas, por favor, ambos sabemos que cada vez empeorará.

Eso era cierto, quisiera admitirlo o no sabía que Matt tenía razón. Su hermano empeoraría y si perdía completamente la razón podía asesinarme. Suspiré recordando el tema de Teresa, los dolores en el cuerpo parecían no tener importancia con él junto a mí.

—¿Supiste lo de Teresa?

—¿Sobre qué?—se mostró confuso.

Sus ojos oscuros tenían una chispa de dulzura y calidez. Diferente a su hermano.

—Cuando estaba en el auto, Max dijo que Teresa perdió al bebé—levantó sus cejas sorprendido—Hubo un aborto natural, se notaba triste de mencionarlo, me sentí mal por ambos. Creo que si quería ser padre pero odiaba admitirlo, Max nunca quiso ser débil o frágil.

—Lo sé.

—No puedo imaginar como se habrán sentido, sobretodo Teresa, no quisiera que un día de repente ya no pueda ser madre—acaricié mi vientre. Sentí un leve movimiento de parte de mi pequeña—Max sólo quería ser como tú—lo miré.

—¿Ser como yo? No, claro que no—sonrió un poco—Max siempre ha sido muy...original.

—Estuve en el auto con él, cuando se refería a la bebé parecía ansiarlo. Casi puedo jurar que deseaba ser el padre—aquello le preocupó un poco—Sólo digo que hables con él sin discusiones, una conversación de hermanos, ¿Alguna vez tuvieron una de niños?

—Ambos teníamos una buena comunicación—dudó—De todas formas no lo quiero cerca de ti o de nuestra hija. Debe recibir ayuda, Susan.

—Lo sé—asentí—Sólo hazlo, ¿Sí?


Había anochecido, la doctora que estaba a mi cargo prefería dejarme hasta mañana. La aguja de mi brazo comenzaba a molestar menos si la ignoraba, algunas enfermeras vinieron por la tarde para asegurarse de que estuviera bien. Cuando me levanté para ir al baño con ayuda de Kim, pude ver los moretones por todo mi cuerpo, al caminar, mis piernas dolían y si intentaba sostener algo mis brazos no lo soportaban. Necesitaba descansar por unas semanas hasta mejorar.

Los padres de Matt vinieron a verme por la tarde, estaban avergonzados por lo que su hijo había hecho. La madre de Kim apareció también, mis padres no supieron nada ya que no quería preocuparlos. Sabía que no dudarían en venir a la ciudad, en toda la noche no pude dormir. Cada vez que cerraba los ojos recordaba a Max y esos minutos terribles en el auto, parecieron una eternidad.

Ambos habían hablado, según Matt, resultó bien pero no cambiaba de opinión. Un oficial apareció por la mañana cuando terminaba de cambiarme, contesté todo lo que debía saber, de regreso al apartamento, el padre de Matt lo llamó informándole que su hermano estaba arrestado y que recibiría ayuda psicológica. Cuando finalmente estuve en mi habitación y en mi cama sin agujas ni el olor a hospital caí dormida de inmediato.

Desperté al sentir una caricia en mi mejilla, Matt sonrió un poco.

—¿Te sientes bien?—susurró.

—Sí, ¿Qué hora es?—lo miré algo adormilada aún.

Revisó la hora antes de responder.

—Las ocho de la noche.

—¿Dormí todo el día?

—Así es, no te preocupes, sigue descansando—besó mi frente. Tomé su mano jugando con sus dedos—Traje a alguien que quería verte.

—¿A quién?—señaló con su cabeza. Miré a los pies de la cama encontrando junto a mis piernas a Duke, dormía tranquilamente mientras respiraba con calma. Sonreí un poco, lo había extrañado—¿Se quedará aquí?

—Sí, lo había dejado con mis padres pero sabes como son, además, no quiero dejarlo solo en casa—me miró—¿Quieres que se quede?

—Sí, me ayudará mucho—sonreí un poco—Creo que Emilia también lo amará.

—¿Emilia?

—He tenido ese nombre en la cabeza desde hace días, me gusta para nuestra hija.

—Es bonito, me gusta—asintió entrelazando nuestras manos—Creo que Emilia y Duke se llevarán muy bien.

Lo miré dormir unos minutos más. Ya no era un cachorro, había crecido lo suficiente, al imaginar la casa llena de risas infantiles y ladridos, sonreí dulcemente. Miré a Matt antes de acercarlo a mí besando sus labios.

2 meses después.

—Puedes tomarla si quieres, tengo esa blusa desde hace tres años y nunca me ha gustado—me encogí de hombros doblando la ropa. Kim se encontraba revisando mi armario, según ella, debíamos limpiar todo.

—¿Matt sabe algo de Aris? ¿Vendrá por fin?

—Sí, su vuelo es la próxima semana—contesté. Guardé algunos pantalones que estaban listos.

—¿Crees que Emilia pueda aguantar una semana más?—bromeó—Ha estado muy inquieta.

—Eso dice Matt—terminé de guardar lo que faltaba con su ayuda. Me acerqué a la cuna que Carlos y él habían logrado armar, era completamente blanca pero en los barrotes tenía dibujada algunas mariposas rosadas, en el respaldar se encontraba otra pero más grande con detalles morados. Era sencilla pero muy tierna—Ya quiero tenerla en mis brazos.

Duke salió corriendo de la habitación cuando Matt llegó, nadie en el edificio sabía del animal pero sabía que no podía durar mucho.

—¿Trajiste lo necesario?—se acercó Kim.

—Carlos se encargó de la pizza mientras que yo de la bebida.

—Huele exquisito—dije uniéndome a ellos. Carlos sonrió divertido.

—Probablemente Emilia piense lo mismo.

—Cierto—reí un poco.

Ayudé a servir los vasos mientras Matt apartaba los pedazos de pizza. Noté la patadita en el vientre, hice una ligera mueca de molestia, cuando iba a tomar los vasos me detuve sintiendo un dolor más grande y nuevo. Como si algo me hubiera desgarrado dentro, respiré profundo manteniéndome tranquila.

—¿Están los cuatro vasos?—preguntó Kim al acercarse—Oye, ¿Estás bien?—asentí. El dolor parecía haberme quitado las palabras. De nuevo otra ola de dolor me golpeó con más fuerza—¿Susan?—de inmediato me ayudó a no caer. No podía estar derecha ahora. Acaricié mi vientre pero el dolor se repitió haciendome respirar con dificultad esta vez—Oh, Dios—sentí algo deslizarse por mis piernas. Parecía...¿Agua?—¡Matt! ¡Carlos!

—¿Qué sucede?—los chicos aparecieron.

—Creo que ya es hora.

Matt no tardó en cargarme en brazos, jadeé en busca de aire sintiendo los dolores más seguido. Intentaba calmar mi corazón pero latía con fuerza, no podía respirar, el dolor crecía y crecía, algo estaba desgarrándome por la cintura, ¡Dios! No podría soportarlo.

—Tranquila, respira profundo—escuché decir a Matt mientras el ascensor nos llevaba a planta baja. Quería hablar pero mi voz se había ido. Me subió al auto apresurándose en conducir, Kim y Carlos nos acompañarían luego, por suerte había preparado un bolso para cuando fuera el momento. Oh no, Aris no estaría en el parto—¿Susan?—tomó mi mano. Todo mi cuerpo se estremeció de dolor, apreté con fuerza la mano de Matt gritando esta vez, me incliné hacia adelante como si eso ayudara—Respira, pronto acabará, respira profundo.

Intenté obedecerle, me concentré por más difícil que fuera en respirar con calma. Por unos minutos pareció funcionar pero al llegar al hospital y bajar del auto volví a sentir dolor.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro