Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

22. Noche de dos

Capítulo 22

Noche de dos

El viaje en el auto fue en silencio y algo tranquilo. Matt conducía de buen humor, el chico estaba feliz de verme mientras yo sólo pensaba en lo sucedido con su hermano. ¿Debía contarle realmente? Podía advertirle pero también preocuparlo y era algo que no quería.

—Así que...¿Todo bien en el viaje?—preguntó teniendo nuestras manos entrelazadas.

—Sí—mentí mirando al frente.

—¿Qué pasó con tus padres al fin?

—Siguen creyendo que estoy loca—contesté recordando a Max, ¿Y si el chico se volvía psicópata por mí? Sé como termina la historia, encontrarán mi cuerpo sin vida en la basura. Sentí un nudo en la garganta.

—¿Estás bien, Sussie?

Mierda, lo había notado, debía controlar mis inquietudes.

—Sí—sonreí sin ganas.

—Ya verás que al finalizar la noche te sentirás mejor—dio un beso a mi mano.


Tenía los ojos vendados, la oscuridad me abrazaba en ese momento, antes de saber donde estábamos, Matt cubrió mis ojos diciendo que era una sorpresa. Sonreí divertida dejándome guiar por él.

No había ruido de la calle, sólo escuchaba una música lenta y suave, perfecta para los momentos románticos.

—¿Puedo ver ahora?—quise saber.

—Espera—lo escuché cerca. Sus pasos se detuvieron, lo que tenía frente a mis ojos me hizo querer llorar. La venda se había ido.

La mesa estaba servida, la luz era suave, las dos velas creaban un ambiente romántico y único, todo estaba en perfecto orden, la botella de vino, las copas, los cubiertos, los platos, todo. La música seguía sonando, identifiqué el lugar con una pequeña sonrisa.

—Así que...una cena romántica en tu casa—lo miré al aceptar su ayuda para sentarme.

—Es mejor que estar cenando entre muchos extraños que sentirían envidia de nosotros—reí un poco y él sonrió sentándose junto a mí, sirvió algo de vino sin borrar la sonrisa.

—Es muy hermoso, Matt.

—Creí que no te había gustado—dejó la botella en la mesa, tomó su copa y yo hice lo mismo—¿Un brindis?

Sonreí asintiendo acercando las copas.

—¿Por qué brindamos?

—¿Por nosotros?—se encogió de hombros—Porque finalmente estoy viviendo mi sueño.

—¿Y cuál es tu sueño?—quise saber.

—Poder estar contigo, conocerte de la forma que quería, saber todo sobre ti—mis mejillas ardieron. Este chico no podía ser más romántico.

—¿Sabes qué es lo malo de ser tan romántico?—esperó mi respuesta—Que cada cosa que haces sólo logra enamorarme más.

—Susan...—acomodó un mechón de mi cabello.

—Yo también tengo una razón por la que debo brindar.

—¿Cuál es?

—El haberte conocido, el haber podido enamorarme de nuevo, ¿Cómo haces para seguir insistiendo?

Matt rió un poco negando con la cabeza, tomó una de mis manos sin apartar su vista de mí. Se veía increíble con las sombras tan misteriosas que creaban las velas. De repente el verdadero motivo de mi preocupación desapareció.

—Costumbre que tengo de niño—le restó importancia—Un brindis por nosotros, entonces.

El toque de copas se escuchó suavemente, el líquido se deslizó por mi garganta al beberlo, Matt se encargó de servir la comida, no hacía falta preocupar quien había cocinado. Sentí cierta curiosidad mientras lo miraba detenidamente.

—¿Todo esto se debe a que me extrañaste?

—Casi. Tengo una buena noticia además de eso—se atrevió a decir. Esperé a que terminara de servir, en el primer bocado esperé a que siguiera hablando—Unos amigos de Aris que conozco comenzarán un nuevo negocio en París.

—¿Enserio?—me sorprendí.

—Así es, abrirán un nuevo restaurante donde habrá todo tipo de comida—parecía tan emocionado de contármelo que me sentí contenta por él—Me ofrecieron trabajar allí no como cocinero sino como chef.

El bocado que había llevado a mi boca lo mastiqué lentamente comprendiendo lo que estaba diciéndome, tuve que beber otro poco más de vino para pasar la comida por mi garganta.

—Felicitaciones—sonreí un poco al poder hablar—¿Aceptaste?

Su emoción bajó de intensidad hasta desaparecer, noté la tristeza en su mirada.

—Quiero aceptar pero quiero que vengas conmigo, Susan.

Ahí estaba lo que no quería, suspiré mirando el cubierto entre la comida, ¿Qué debía decir? ¿Si? ¿No? Era algo que debía pensar, quería a Matt con mucha ansiedad pero...¿Era capaz de irme de la ciudad por él? Ni siquiera era capaz de hacerlo por su hermano.

—¿Por qué querrías llevarme? No conozco mucho de cocina...

—Lo sé pero París es muy hermosa y con gran oportunidades, podrías descubrir otras habilidades—acarició el dorso de mi mano. Intentaba no mirarlo mucho, estaba rogándome que dejara todo por él. Me sentí incómoda y nerviosa—Sólo si tú quieres.

—Quiero que aceptes esa oferta, no por mí, sino por ti, eres increíble haciendo lo que te gusta...

—No quiero dejarte aquí sola, pasarían años para vernos de nuevo.

—No hagas eso, por favor—acaricié su mejilla—No me pidas que deje todo porque no puedo. Te quiero, sí, pero no puedo hacerlo. Me gusta mi vida.

Aunque hace segundos la odiaba.

—Entonces me quedaré aquí.

—No, Matt—iba a reclamarle por su estúpida actitud.

—Más oportunidades vendrán, ¿No crees?—sonrió dulcemente. Dio un corto beso a mis labios para después seguir con la cena.

¿Cómo podía convencerlo de que era lo mejor? ¿Tan enamorado estaba que no veía el gran futuro que se le presentaba? Su mayor sueño siempre había sido dirigir la cocina, decir cuanta sal llevaba una salsa, cuanta agua llevaba el espaguetis perfecto, ¿Cómo podía renunciar a su sueño por mí? Estaba siendo egoísta con él, ¿Si Matt abandonaba todo eso por qué no podía hacerlo por él?

Esta vez no culpaba a Max, me culpaba a mí, tenía miedo y no quería arriesgarme.

Cuando la cena terminó entre bromas tontas del día a día, Matt se levantó ofreciéndome su mano, la acepté sin comprender que hacía. Colocó su mano libre en mi cintura haciéndome sonreír un poco. La música siempre se había mantenido encendida.

—No hay excusas de malos pasos, ¿Recuerdas esa noche en la discoteca?

—No hablemos de eso—pedí y él rió haciéndome girar con lentitud.

—Yo si quiero hablar de eso, esa chica tenía mucho que aprender de ti—escondí mi rostro en su pecho sonrojada. Besó mi cabeza mientras nos movíamos al ritmo lento, su perfume me hizo recordar la primera vez que nos vimos. ¿Cuántas veces habrá ido a la cafetería hasta tener mi atención?

Cerré mis ojos deseando quedarme allí por siempre, definitivamente estaba siendo egoísta y no quería aceptarlo.

No sé cuanto tiempo pasó, el silencio era agradable, la música se había vuelto como una canción de cuna, las velas seguían encendidas intentando ver lo que venía después. Matt levantó mi rostro para besarme, nuestros labios comenzaron la danza que tanto conocíamos, sus manos se ocuparon de quitarme el suéter de tela delgada, acarició mis hombros bajando a mis muñecas, al subir de nuevo jadeé de dolor.

—¿Estás bien?—susurró preocupado.

—Sí—miré sus ojos. Su vista se fijó en algo más.

—¿Qué es esto, Susan?—en mi brazo izquierdo había un gran moretón, se notaba la forma de los dedos grandes, era la forma de una mano masculina. A mi mente vino el encuentro con su hermano, Max me había agarrado con fuerza—¿Quién te hizo eso?

—Nadie—mentí. Toda la dulzura de hace minutos desapareció—Tuve un problema con un cliente esta tarde.

—¿Qué sucedió?

—Sólo era un idiota, el café que pidió estaba muy frío, intenté calmarlo pero ya sabes como son algunos—fingí restarle importancia. Acarició con cuidado el moretón, ¿Habrá creído mi mentira?—Estoy bien, Kim lo sacó de allí después de darle su merecido.

—¿Por qué no me dijiste nada?

—Estabas trabajando, Matt, además, ¿Qué hubieras hecho?—rodeé su cuello con mis brazos.

—Dejarle en claro que a las mujeres no se les toca, mucho menos si una de ellas se llama Susan—volvió a besarme. Sonreí entre sus labios algo aliviada de que no hubiera notado la verdad de todo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro