Treinta y cuatro
Freddy estaba recargado en Fred, extendía sus pies por la banca mientras comía de un bolsa de papas comerciales.
Fred por su lado comía de un vaso de fruta.
— ¿Crees qué las palomas sean tan felices que bailan mientras caminan?
— No lo sé, Freddy. ¿Tú bailas cuando estás feliz?
— Sí.
Fred rió echando la cabeza para atrás quedando justo donde estaba el cabello del castaño, giro poco a poco la cabeza y sus labios rozaron con la cabeza de él.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro