Cincuenta
La alarma sonó.
Freddy abrió los ojos después de un rato, y vio como Fred estaba sentado del otro lado de la cama, no llevaba camisa y parecía frotarse los ojos.
— ¿Fred?
El mencionado giro la cabeza y sonrió poco con un ojo todavía siendo frotado por su mano; — Buenos días.
Freddy sonrió y se sentó en la cama estirando los brazos; — Buenos días.
— Lave tú un informe ayer que te lo quitaste. Está doblado en aquel mueble. Iré a preparar el desayuno, viste te.
— Sí, gracias Fred.
El azabache salió de la habitación, y Freddy comenzó a vestirse.
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