
Todos a bordo del S.S.Ylotic
El sol estaba, justamente, a la mitad sobre la línea del horizonte, cuando un pokémon con aspecto de murciélago voló sobre el grupo y se niveló con la cabeza de Marinette, donde descansaba Ledyba.
El grupo se tensó y miró al pokémon familiar, mientras el tipo insecto de Marinette se reunían con él en el aire.
—Es el Crobat de la abuela —dedujo la oji-azul cuando vio a los dos pokémon interactuar —debió enviarlo para que vayamos de regreso.
Crobat asintió con su cuerpo en respuesta, así que los adolescentes se pusieron de pie, mientras los kwamis volvían a sus respectivos escondites en silencio.
—Totodile, sube, ya tenemos que seguir —Luka llamó a su más reciente amigo, considerando un momento si la diferencia entre el océano y el muelle era demasiada para su pequeño amigo.
Totodile se desanimó un poco, pero asintió. Chatot voló fuera del hombro de Luka para enganchar al tipo agua por los hombros y lo levantó hasta el muelle, donde el lagarto azul se sacudió el agua de su cuerpo antes de pararse junto a su entrenador.
Félix lanzó un comentario sobre como el agua resbalaba fácilmente por la piel escamosa del pokémon y el grupo empezó a debatir si era o no una cualidad que lo ayudaba a estar tanto en tierra como en agua cuando se reunieron con los tres adultos.
— ¿Todo en orden? —preguntó Adrien, mientras Crobat se posaba en un hombro de Gina.
—Sí, querido. Nuestro barco es el de la derecha —señaló la mujer británica, haciéndolos mirar la enorme nave. Parecía hacer alusión a los barcos de madera que tenían sirenas talladas en la proa porque la parte delantera del casco, la que se curva hacia abajo desde la amplia cubierta principal, estaba decorada con, lo que los chicos sólo podían adivinar, alguna especie de pokémon; tenía forma y cabeza de serpiente, dos mechones que parecía nacer desde sus cejas, un pico en la parte superior de su cabeza y dos antenas que parecían nacer de las esquinas de los ojos.
Hubo diversos susurros de asombro.
—Marinetta. Necesito un favor, mi hada.
La niña casi saltó cuando su abuela le puso las manos en los hombros de forma inesperada — ¿Sí, Nonna?
—No me dejes olvidar que, antes de llegar a Alola, necesito comprar un regalo —los ojos tenían una muy ligera exasperación y angustia, que Marinette ya sabía, significaba que acababan de recordarle algo que había olvidado, así que repasó sus palabras "¿un regalo?" —un regalo para bebé —complementó la mujer.
— ¿Quién va a tener un bebé? —preguntó Adrien con curiosidad.
—El profesor Kukui y su esposa, Burnet, tuvieron su primogénito hace unos pocos meses —explicó Oak.
Gina se llevó una mano a la mejilla —lo había olvidado por completo, no puedo llegar con las manos vacías. Esos dos hacen una pareja simplemente adorable.
Marinette se rió levemente por su abuela —no es problema —Ledyba miró con curiosidad, desde la cabeza de su entrenadora, cuando esta sacó un cuaderno y un lápiz de su equipaje de mano —profesor Oak ¿sabe qué edad tiene el bebé? ¿Su nombre? Y de causalidad ¿puede decirme algo que le guste o sea importante para los padres?
El hombre parpadeó ante las preguntas, mirando cómo Marinette estaba anotando algo en el cuaderno que había sacado mientras lo hacía.
—Su nombre es Lei. Tiene, aproximadamente, unos seis meses de edad —empezó a responder, altamente curioso — ¿por qué lo preguntas?
—Marinette es diseñadora —Luka respondió, sabiendo lo que su musa estaba haciendo —principalmente de ropa, pero hace muchas cosas.
—Y es muy buena personalizando lo que hace en base a los gustos, hobbies y otras cosas de las personas —añadió también Félix, mientras Kagami se inclinaba sobre el hombro de su amiga.
—El profesor Kukui va a ser nuestro maestro ¿no es cierto? —murmuró Marinette, más concentrada en las líneas que tallaba, que en lo que decía —preferiría darle un regalo hecho a mano, de nuestra parte, por sobre algo de una tienda —se detuvo un segundo para mirar lo que había trazado, y luego se dio cuenta de sus palabras —lo siento ¿fui muy presuntuosa? Tal vez-
—Oh, tonterías, Marinetta —la cortó su abuela —ya quiero ver lo que se te ocurre.
Oak se llevó una mano bajo el mentón, considerando lo que sabía sobre la pareja de Alola —algo importante para ellos... bueno, poco antes de que se juntaran y decidieran casarse, Kukui alojó a uno de mis entrenadores iniciados, su nombre es Ash, y Pikachu es su compañero pokémon inseparable. A lo largo de todo el tiempo que Ash se quedó en Alola, se convirtió en algo así como un hijo adoptivo para Kukui, y también para Burnet. Sé que lo extrañan mucho y que Ash siente lo mismo —explicó —incluso se refieren a Ash como el hermano mayor de su bebé.
Fue un resumen muy enternecedor para el grupo. Marinette se detuvo un segundo con una sonrisa y le preguntó al hombre si tenía alguna fotografía del chico en cuestión.
Oak, de hecho, le mostró una foto de Ash y Pikachu, junto a Kukui, durante su tiempo en Alola. Marinette la analizó profundamente y volvió a su cuaderno.
Después de un momento les enseñó lo que había hecho — ¿Qué piensan?
Era una toalla que tenía una especie de capucha en una de las esquinas, pensada para secar el cabello del bebé o ponerla sobre su cabeza antes de envolver a la criatura en la toalla. Sería de color amarillo, según las notas, y llevaría bordada la cola en forma de trueno de Pikachu por los laterales; también sobresalían orejas de Pikachu en la parte superior de la capucha, y una versión caricaturizado de la cara de Ash -gorra y todo- estaría bordada en la capucha, al igual que el nombre del bebé.
—Marinetta ¡Es magnífico! —arrulló Gina.
—Adorable —añadió Amelie.
—Es un diseño muy interesante, Marinette, y muy bien hecho —anotó Oak —pero ¿crees poder hacerlo antes de llegar a Alola?
La niña se encogió de hombros con confianza —si puedo conseguir el material puedo hacerlo en menos de dos días —aseguró —no tengo comisiones pendientes en este momento y no las re-abriré hasta que nos instalemos en Alola.
—Bueno, si en las tiendas del barco no hay lo que necesitas, seguro que lo conseguimos en nuestra primera parada en Sinnoh —aseguró Gina, pasando un brazo sobre los hombros de su nieta.
—Y hablando del barco, sería propicio que ustedes empezaran a abordar —el hombre señaló una pequeña fila en la zona de embarque del navío designado.
—Tienes toda la razón. Muchas gracias por todo, Sam —Gina soltó a su nieta para darle la mano a su viejo amigo y empleador.
—No fue molestia. Por el contrario, ha sido un placer conocerlos a todos —estrechó la mano de su amiga antes de dirigir una sonrisa amigable a los seis extranjeros —les deseo un excelente viaje. Diviértanse mucho.
Hubo un coro de agradecimientos. Oak los ayudó a llevar su equipaje hacia la línea de espera en la que sólo duraron dos minutos antes de que un supervisor en el muelle les pidiera los boletos y nombres. Después de ello, señaló a un pokémon con apariencia humanoide, ojos rojos, cara blanca, 'cabello' verde con una franja turquesa que terminaba en un pico hacia arriba, brazos y torso verde bosque, con pinchos en color rojo cereza sobresaliendo del pecho y la espalda, caderas prominentes blancas, al igual que las piernas.
—Gallade los ayudará a subir su equipaje —explicó el supervisor, indicándoles que podían subir la escalera hacia el crucero con un movimiento de mano.
"Gallade, el Pokémon cuchilla, y una forma evolucionada de Kirlia. Tipo psíquico y lucha. Gallade extiende sus codos como si fueran espadas y cuando protege a alguien pelea con furia. Es un maestro de la cortesía y la esgrima"
— ¿Maestro de la esgrima? —se preguntaron a coro los primos rubios y la japonesa, después de oír la explicación de la pokédex de Félix.
—Suena como un compañero interesante ¿Eh, Gami? —comentó Marinette, dándole un ligero empujón a la japonesa con la cadera —quizás a tu madre le gustaría.
El Gallade se inclinó ante el grupo antes de que sus ojos brillaran con una luz blanquecina, inmediatamente todo su equipaje levitó y los siguió escaleras arriba.
—Wow —exhaló Amelie — ¿eso es un movimiento de pokémon?
Gina asintió —es Fuerza Psíquica, un movimiento característico de los pokémon tipo psíquico. Usa el poder de su mente para mover objetos, otros pokémon e incluso personas.
Al llegar a la cubierta los esperaba una mesa con tres supervisores más. Registraron sus boletos junto con sus respectivas identificaciones, tomaron lista de los pokémon que cada uno poseía y les hicieron entrega de un folleto con mapa simplificado del crucero antes de que uno los guiara hacia el área de camarotes.
Aparentemente tenían dos camarotes para el grupo.
Su guía los llevó por un pasillo exterior hasta el área donde estaban habitaciones, ya que las suyas estaban en el mismo nivel. Habitaciones 19 y 20 —aquí tienen las llaves principales —les hizo entrega de dos tarjetas de acceso —una vez que decidan cómo distribuirse, pueden pedir las copias necesarias en la oficina del asesor al final del pasillo —explicó — ¿puedo ayudarles en algo más? —recibió una negativa del grupo, por lo que asintió —bien, la cena de recepción iniciará en 45 minutos, en el comedor principal. Por favor, acomódense y disfruten su viaje con S.S. Ylotic. Con su permiso me retiro.
Gina abrió la puerta con el número 20. Los recibió una pequeña sala de estar de color marfil con decoraciones y molduras doradas, un sofá en L de color gris y dos sillones para completar, frente a una tv considerablemente amplia sobre una repisa con un equipo de sonido y un repetidor de WiFi. Había un mini-bar y una pequeña cocina estilo americana con una barra/mesa alargada de color cobre en la mitad, con tres banquillos altos, como sillas, a cada lado. Había una sola ventana que daba vista a una piscina con toboganes, parte del parque acuático integrado en el barco, y cuatro puertas de madera tallada hacia las habitaciones repartidas en la estancia.
—Parece una suite familiar —comentó Amelie, dejando su equipaje a un lado de la puerta para dirigirse a una de las habitaciones.
Estaba pintada de un color coral muy suave, de nuevo con molduras doradas. La cama era amplia, para dos, tal vez incluso tres personas; una mesita de noche a cada lado, un armario empotrado en la pared y una puerta hacia un pequeño pero funcional baño privado.
— Es realmente hermoso —Marinette exhaló con admiración, apreciando la decoración y combinación de colores.
—Es de buen gusto —Kagami estuvo de acuerdo.
Los kwamis -al menos Tikki, Long y Trixx- estuvieron de acuerdo, y los cinco salieron de sus escondites, uniéndose a los pokémon de Luka y Marinette para revisar el lugar.
— ¿Necesitan ayuda con su equipaje antes de que vayamos a desempacar lo nuestro? — preguntó Félix al aire, dirigiéndose a las 4 féminas en la habitación.
Gina les dirigió una sonrisa, luego de intercambiar miradas con Amelie —en realidad, muchacho, tu madre y yo estuvimos hablando y...
—Confiamos mucho en ustedes, chicos. Así que, si a los cinco les gustaría compartir la otra suite, Gina y yo estamos de acuerdo en permitirlo —concluyó Amelie.
Los adolescentes se miraron entre sí, sorprendidos e incluso un poco avergonzados por el ofrecimiento.
— ¿De verdad están bien con eso? —Marinette preguntó en tono de voz más bajo, casi temiendo qué la oferta fuera retirada en cualquier momento.
Las mayores asintieron con la cabeza —podemos ver lo mucho que han crecido y madurado. Gracias a... las circunstancias, han tenido que hacerlo al ritmo y bajo una presión que la mayoría de chicos de su edad no tendría... También es evidente lo fuertes que se hicieron sus vínculos en medio de todo —explicó Amelie.
—Y si bien es admirable cómo atravesaron las dificultades y salieron con la cabeza en alto, dispuestos a seguir adelante con esto, también es obvio que aún les falta mucho por sanar —Gina miró a su nieta con dolor, y también a Adrien, sabiendo que eran los más afectados, pues ellos habían cargado todo el peso sobre sus pequeños hombros desde el minuto uno. Las pesadillas eran sólo una de las tantas señales de eso —ustedes formaron una red de apoyo unos para otros y sabemos lo importante que es eso para ustedes, así que sí, estamos seguras —sonrió alentadoramente.
De nuevo, los adolescentes se miraron entre sí, teniendo conversaciones silenciosas que habían desarrollado y perfeccionado en su tiempo de batalla.
Finalmente parecieron llegar a un censo con rapidez.
—Apreciamos su confianza —Adrien tomó la palabra —creo que Félix y yo podríamos compartir una habitación para que Kagami y Marinette puedan tener su propio espacio.
Félix corroboró con un movimiento de cabeza y las chicas agradecieron su consideración.
—Bueno, dicho eso, vayan a instalarse y prepararse para la cena —Gina dio una suave palmada con buen ánimo —nos vemos en 35 minutos para pasar por las llaves antes de ir al comedor, parece que no está muy lejos —la mujer recuperó el folleto en su bolsillo para mirar el pequeño mapa.
Marinette se movió para darle un abrazo a su abuela —por supuesto, nos vemos en unos minutos ¿Tikki, Ledyba?
Las dos criaturas con apariencia de catarina respondieron al llamado de la pelinegra, acomodándose en su cabello antes de que esta se dirigiera a la habitación de al lado.
Los demás adolescentes llamaron también a su respectivo kwami, y pokémon en el caso de Luka, para seguir a la franco-china a la suite 19.
El salón era idéntico con la única distinción de que las paredes eran de color dorado con molduras y detalles color marfil. Los kwamis se lanzaron a abrir las puertas de las cuatro habitaciones mientras sus portadores entraban todo el equipaje, una era de color coral pastel, la siguiente de color nude, otra de un aguamarina pastel y la última era verde menta.
Adrien le dio un leve codazo a su primo para llamar su atención —oye Fél, sobre lo que dije de compartir habitación, no me importa si prefieres quedarte con Luka ¿Está bien? —el ex-modelo contuvo una sonrisa pícara y en su lugar le dio una mirada comprensiva.
Félix rodó los ojos y puso un semblante estoico —me quedaré contigo, hermano, y cuando quiera pasar el rato en la habitación de mi novio, lo haré —a pesar de que intentó restarle importancia, no pudo contener el rubor que se extendió en sus mejillas, por lo que miró hacia otro lado.
Luka no pudo evitar reírse entre dientes antes de pasar un brazo por la cintura del inglés para atraerlo y besar su mejilla —eres bienvenido, prince —le susurró al oído antes de llevar su equipaje a la habitación color aguamarina —me pido esta —a lo que Totodile, Chatot y Sass fueron tras él.
Félix, con las mejillas todavía más rojas que antes, fue arrastrado por Adrien, quien no se aguantó la risa, a la habitación de paredes verdes. El rubio de ojos más oscuros solo se quejó a medias mientras Plagg y Trixx los seguían.
Kagami y Marinette intercambiaron miradas divertidas — ¿nos arreglamos juntas? —propuso la de cabello más largo.
La japonesa asintió —suena bien, tomaré una ducha rápida y me cambiaré.
—Yo prefiero bañarme antes de dormir, así que avísame cuando estés lista —Marinette respondió a lo que Kagami tarareó en afirmación.
Kagami sabía bien que Marinette probaba múltiples y diferentes métodos para intentar conciliar el sueño antes de acostarse, ya que usualmente le costaba quedarse dormida.
Sin embargo, también había notado que la noche anterior le fue un poco más fácil, a pesar de que luego se despertó durante la noche, cayó más fácil que de costumbre al sueño. La esgrimista no sabía si era por el cansancio del viaje, por finalmente estar lejos de París o si su nuevo compañero pokémon había tenido algo que ver, pero esperaba, por el bienestar de su mejor amiga, que eso se mantuviera.
Los dioses saben que la pobre la chica necesita descansar mejor -literalmente-
Así que Marinette tomó la habitación nude, al otro lado de Luka, y Kagami la coral, en el otro extremo.
~♥︎~
Adrien y Félix analizaron la habitación tras entrar. El armario estaba empotrado en la pared contraria a la habitación de Luka, al igual que el baño, y parecía lo suficientemente espacioso para que ambos pudieran dejar varios conjuntos de ropa allí, así que se pusieron manos a la obra, repartiéndose equitativamente el espacio y dejando sobre la cama otras cosas de uso diario para poder dejar sus maletas en el suelo de la división destinada a la ropa colgada. Después de eso se dirigieron a un tocador/escritorio que estaba en la pared del frente, donde colocaron una laptop, su respectivo cargador y los cargadores de sus teléfonos celulares, además de los implementos de aseo diario y algo de maquillaje y productos para el cuidado de la piel que Adrien nunca había dejado de usar del todo, a pesar de que ya no modelada tanto.
Una vez acomodado todo lo necesario en lo que sería su lugar por los próximos cinco días, el par de rubios se recostó en su cama; Félix se estiró y Adrien exhaló con algo de cansancio antes de bostezar. Plagg y Trixx revolotearon sobre ellos, mirándolos con atención.
— ¿Puedes creer todo esto? —musitó el parisino, girando sobre su costado hacia su pariente.
Félix replicó su movimiento — ¿después de todas las cosas locas que he descubierto en menos de un año? —reflexionó con un sarcasmo muy ligero y juguetón —diría que el término "imposible" ya está bastante hundido y lejos de mi vocabulario habitual —comentó, sintiendo a Trixx posarse sobre su hombro.
Adrien se rió entre dientes, Félix se había unido a ellos hace menos de un año, cuando él y la tía Amelie decidieron mudarse temporalmente a París, pero para él ya eran alrededor de dos años desde que vio su primer supervillano y consiguió el anillo para luchar contra él.
— ¿Les importa si tomamos algo de comer y volvemos un rato a nuestra dimensión? —el kwami con forma de zorro preguntó. Félix sintió su suave cola rozar su mejilla.
—Por supuesto, háganselo saber a Mari antes de entrar —dijo Adrien, acariciando la cabeza de Plagg con un dedo —y, cuando regresen, díganos cómo están Dussu y Nooroo ¿de acuerdo?
—Está bien, niño —Plagg accedió antes de volar hacia su reserva de queso.
Félix hizo una mueca —más te vale llevar eso a la cocina, hermano, no quiero que la peste se impregne en mi ropa —regañó a su primo, mientras sacaba una pequeña caja de uvas pasas para Trixx. Mentalmente, se apuntó ir a mirar entre las tiendas del barco o en su primera parada para conseguirle uvas frescas.
Plagg le sacó la lengua al británico, haciendo un ruido digno de un niño pequeño antes de zamparse un trozo de camembert y eructar a propósito cerca del chico.
Cuando Félix intentó manotearlo, después de tener una arcada por el nauseabundo olor, Plagg voló rápidamente para recuperar otro trozo de queso y salir de la habitación. Trixx resopló de exasperación antes de ir tras él.
—That little fairy-bastard —murmuró para sí antes de mirar a Adrien — ¿Cómo puedes convivir con eso?
Adrien se encogió de hombros a la vez que soltaba una risilla nerviosa — ¿uno se acostumbra? —sugirió, a lo que Félix lanzó un suspiro resignado, agradeciendo mentalmente al universo por el hecho de que él encajaba con Trixx, Kaaki y otros kwamis más tranquilos en lugar de estar atrapado con Plagg. Mientras pensaba en eso, empezó a sacarse el suéter color naranja quemado que había estado llevando. Entonces, Adrien miró de su primo a la puerta del baño — ¿Quieres usar la ducha primero? —ofreció.
Su primo negó con la cabeza, doblando cuidadosamente la prenda para guardarla y sacar otra —me bañaré después de la cena, solo voy a cambiarme el suéter.
Una sonrisa traviesa estiró los labios de Adrien, a espaldas de Félix —Ah, la ventaja de vestir como un viejo estirado casi todo el tiempo —se burló tras agarrar su toalla.
Adrien escuchó el sonido de indignación de su primo unos milisegundos antes de sentir una almohada golpear el costado de su cara, a lo que no pudo evitar las carcajadas. Tomó sus cosas de aseo y se metió al baño para esquivar los reclamos y almohadazos del otro.
Félix respiró profundo, eligiendo ignorar al pequeño mocoso que tenía por primo/hermano y terminar de prepararse. Repasó la camisa verde pálido, casi blanca, que llevaba y se la arremango por encima de los codos antes de colocarse su clásico chaleco gris oscuro, a juego con sus pantalones.
Comprobó que su cabello estuviera en orden, frente al espejo de medio cuerpo, a un lado del tocador y salió de la habitación después de asegurarse que tenía su teléfono encima.
~♥︎~
Kagami desempacó lo estrictamente necesario y dejó sobre la cama el atuendo que usaría para la cena, mientras enviaba algunos mensajes de voz a su madre, contándole sobre lo más relevante de su día y del nuevo transporte.
Longg era una agradable compañía silenciosa, descansando sobre una de las almohadas de la cama.
A veces, la chica sentía remanentes de culpa, por dejar atrás a su madre para embarcarse en esta aventura a través del mundo, sin embargo, su madre había criado a una chica independiente y, de cualquier modo, despreciaba que cualquier persona, incluidos miembros de su familia, pensaran que era incapaz de algo por su ceguera. Kagami se tranquilizó a sí misma recordando que su abuelo estaba con ella de todos modos, por cualquier imprevisto.
Estaba por entrar al baño cuando Plagg entró y le dijo algo a Longg, lo que provocó que su kwami se acercara a ella — ¿Kagami-dono? —la adolescente lo miró con atención — ¿le importaría si me uno a mis compañeros en la caja?
Kagami le ofreció una pequeña sonrisa —por supuesto, Longg, sabes dónde están las semillas de kaki si quieres compartirlas con los demás —señaló la chica.
Las semillas de kaki habían resultado ser uno de los snacks favoritos de Longg, por su sabor algo picante, y Kagami siempre tenía un buen suministro para su kwami.
El dragón le agradeció antes de salir con el gato negro. Finalmente, Kagami fue a tomar su ducha.
~♥︎~
Luka miró a sus dos nuevos compañeros con una sonrisa, mientras los pequeños pokémon exploraban la habitación junto con Sass. Abrió su maleta y empezó a acomodar algo de ropa y otras cosas, luego de dejar su guitarra sobre la cama.
Había sido un poco difícil decidir cuál de sus guitarras llevarse, pero al final, la acústica era más resistente que la eléctrica y el violín, por no mencionar que solía ser la que más tocaba.
De todos modos, su madre había prometido tener sus otros instrumentos listos para enviar una vez que todos se hubieran asentado en su nuevo hogar temporal, y Juleka había prometido que no la dejaría olvidarse de eso. Después de todo, Marinette también había dejado empacadas cosas como su máquina de costura y un cofre lleno de telas que no iba a llevar consigo durante el viaje; por no mencionar cosas de Adrien, Félix y su madre, que habían dejado en la casa de Marinette para más facilidad de envío.
O ese era el pensamiento, hasta que la hermosa diosa que tenía el placer de llamar su novia, les recordó a todos que tenía a su disposición unos lentes mágicos y una deidad-pony que le permitía abrir un portal de cualquier lado del mundo a otro.
No con esas palabras, claro, porque Kaalki odiaba que le llamaran 'pony'.
Al salir de sus pensamientos, Luka miró su ropa en el armario y lo que quedaba en su maleta, pasando al incómodo dilema de qué usar. Claramente, la cena en el crucero sería algo elegante, tomando en cuenta lo lujoso de la nave, y si bien Luka había asistido a algún qué otro evento como invitado de Félix y Marinette, generalmente dependía de los consejos de ellos y Adrien para prepararse. Luka siempre había vestido por comodidad, no por moda, pero afortunadamente tenía una novia maravillosa y talentosa en la costura y un novio con una magnánima compresión de las personas elitistas y sus eventos. Entre ambos, habían logrado que Luka se sintiera cómodo en casi cualquier situación.
—Tal vez debí pedir consejo a Marinette antes —murmuró para sí, sacando algunas prendas que la franco-china había hecho para él — ¿Qué piensas, Sass?
Chatot, Totodile y Sass se detuvieron al oír la voz de su humano: la criatura con apariencia de serpiente flotó hacia el guitarrista y enrolló su cola en la percha de una camisa de satén, manga corta, color azul oscuro, hilos negros y blancos delgados formaban hermosas notas musicales alrededor del dobladillo en las mangas y sobre el bolsillo en el lado izquierdo.
Chatot y Totodile parecían de acuerdo con su elección, así que Luka se dispuso a cambiarse.
Mantuvo sus jeans sin roturas, pero cambió sus zapatillas coloridas por unos zapatos de vestir que Félix lo había ayudado a elegir, y cambió su sudadera por la camisa previamente elegida.
Finalmente, agarró una chaqueta, solo por si la brisa marina era demasiado fría o uno de sus compañeros lo necesitaba; era una prenda exquisita, de color negro, en una tela densa y voluminosa pero no sofocante, creada con un corte elegante que Luka asociaría con los guardarropas de Félix y Adrien, pero estaba decorada al puro estilo rock and roll: una correa con hebilla plateada para decorar la parte inferior, tachuelas brillantes en los puños, y la silueta de un barco grabada en la espalda, sin olvidarse del delicado bordado que atravesaba de una solapa a la otra, mostrando una larga serpiente verde-azulada con una joya de color púrpura en la frente, una pequeña forma de representar a su hermana.
Luka amaba esa chaqueta. Lucía como las prendas que Nettie hacía para su padre, pero con su propio estilo. Ella la había hecho cuando se hizo evidente que su banda, Kitty Section, se estaba disolviendo, con Iván y Mylene entre el grupo de Lila Rossi, Luka firmemente al lado de Marinette, y Rose y Juleka abrumadas por la división de su clase.
En cuánto recogió la prenda, el actual kwami de su novio, Trixx, entró en la habitación y se acercó a Sass; revolotearon juntos un momento antes de que Sass se acercara y preguntara si le importaba que se uniera a los demás en la caja de los miraculous. Luka, por supuesto, le dijo que estaba bien y observó a los kwamis salir de la habitación.
Al notar que nadie más parecía haber salido de su habitación aún, Luka llamó a sus pokémon y se movió a la barra de la cocina mientras iniciaba una video llamada con su hermana.
~♥︎~
Tikki le sugirió a Marinette que no desempacara por completo su maleta, de modo que para su último día en la nave no hiciera un desastre tratando de asegurarse de que no se dejaba nada atrás. Así que, en cambio, acomodó algunos conjuntos para los siguientes dos o tres días. También ocultó minuciosamente la caja de los miraculous detrás de su maleta en el suelo dentro del armario, después de ponerle un encantamiento de protección.
El encantamiento de protección era algo que había desarrollado un tiempo después de los amuletos mágicos, Félix había sugerido la idea base cuando estaba aprendiendo todo sobre los kwamis y sus poderes. Al fusionar los miraculous de Wayzz y Trixx con Tikki, fue capaz de canalizar la protección y la ilusión en un hechizo, en forma de un pergamino adhesivo que creó con su yoyo, y al pegarlo en la caja, las demás personas lo verían como un juguete para niños y simplemente lo pasarían por alto.
Dejó sus joyeros y accesorios, productos de aseo, de cuidado y maquillaje en el tocador/escritorio, junto con su tableta de dibujo y algunas otras cosas. Finalmente, sacó el atuendo que quería usar y lo desplegó en la cama.
Esto llamó la atención de Tikki y Ledyba, quienes parecían haberse estado comunicando previamente, y volaron hacia ella para ver la prenda.
—Estoy segura que te verás increíble, Marinette —arrulló la kwami roja.
Las mejillas de la adolescente se tiñeron suavemente de rosa, con una sonrisa de satisfacción mientras deslizaba la yema de sus dedos por la tela —Gracias, Tikki. Por cierto ¿qué hacían ustedes dos?
—Ledyba parecía curioso cuando dibujaste el regalo para tu nuevo maestro antes. Le estaba explicando que dibujas y creas ropa y otras cosas —Tikki respondió, a lo que Ledyba revoloteó sobre el vestido en la cama y aplaudió con sus tres pares de extremidades, adulando a su manera las creaciones de su entrenadora.
Marinette pareció entender eso —aw~ muchas gracias, Ledyba —Marinette acarició su cabeza con una mano —me encantaría hacer algo para tí ¿Qué tal algún tipo de pañuelo, como el del Blastoise de la abuela? —Ledyba dio una voltereta en el aire, visiblemente entusiasmado con la perspectiva de recibir algo hecho por la oji-azul. Marinette no puedo evitar sonreír ante su reacción —no se diga más.
Fue a tomar su cuaderno de dibujos, pero Tikki carraspeó suavemente —Marinette ¿No deberías vestirte ahora? Recuerda que le dijiste a Kagami de arreglarse juntas.
—Oh, tienes razón Tikki —Marinette agradeció el recordatorio y procedió a desvestirse, tomándose un momento para doblar su ropa y asegurarse que sus prendas íntimas fueran apropiadas para el próximo atuendo antes de limpiar su rostro con algunas toallitas húmedas, después de eso, empezó a vestirse.
La primera pieza era una fluida y acampanada falda blanca, por encima de la rodilla. La siguiente pieza era un qipao, de mangas cortas color negro con su icónica flor rosada bordada en ellas, el cuello mandarín con la división que iba hacia el costado derecho, atado con botones de rana hasta la apertura del costado; tenía una abertura en cada costado, permitiendo que tanto la parte delantera como la trasera cayeran suavemente sobre la falta como un estandarte, las flores rosadas estaban pintadas sobre la tela más oscura y todo bordeado en negro. Para finalizar, tomó un par de zapatillas rosadas con negro, con una delgada correa que atravesaba por encima de sus tobillos.
Marinette había empezado a diseñar este atuendo después de su primer viaje a Shanghai, cuando conoció a su hermana honoraria Fei. Había tomado varios días y un poco de investigación sobre la vestimenta tradicional china, pero su madre estaba más que feliz de ayudarla y Marinette juraría que vio sus ojos llenarse de lágrimas cuando le mostró el resultado final.
—Marinette deberías dejar que Mullo vea esto. Los moños que usas como Multimouse quedarían magníficamente con tu atuendo, sé que lo amará —Tikki sugirió, a lo que Marinette estuvo de acuerdo.
Tomó el collar del ratón para que apareciera Mullo el cual, tal como había dicho Tikki, se enamoró del atuendo de Marinette y exigió dos largas cintas de seda rosa antes de recoger el cabello de la chica en sus dos moños con las cintas para sujetarlos, dejando que los extremos colgaran más allá de sus hombros.
—Ahí, estás preciosa —declaró Mullo con orgullo —vas a dejar a tus chicos serpiente y zorro boquiabiertos y babeando.
— ¿Y listos para cazarla? —añadió Tikki, bromeando con Mullo.
Ledyba no entendió los últimos comentarios de los kwamis, ni por qué Marinette chilló y se puso roja de la cara, ¿por qué mencionaban tan casualmente que alguien querría cazar a su entrenadora?
Marinette reprendió a los kwamis mientras abrazaba a Ledyba como un método para relajarse. El pokémon se acurrucó contra la clavícula de su humana en respuesta, queriendo darle consuelo.
Marinette tomó nota de que Ledyba parecía aprender rápidamente a entender sus emociones y trataba de actuar en consecuencia, como señalar un lugar agradable cuando no podía dormir, o acurrucarse cerca cuando estaba nerviosa. Era muy dulce a decir verdad y hacía que el corazón de Marinette se derritiera un poco.
De repente, el resto de los kwamis entraron en su habitación, con sus respectivas golosinas en manos y explicaron que querían reunirse con los demás en la caja. Marinette aceptó, señalando el armario donde estaba la caja protegida, incluso le preguntó a Tikki si debería colocar los pendientes en la caja, la kwami roja asintió, añadiendo que así podría usar pendientes diferentes para variar; por el contrario, Mullo insistió en que se llevará su collar, porque quedaría muy bien con su atuendo.
Tikki se despidió de Ledyba, tomó un par de macarons, y se dirigió a la caja con los demás. Mullo se quedó un poco atrás, preguntando tímidamente a su guardiana si consideraría volver a ser Multimouse en algún momento pronto, al menos para salir a correr y patrullar o explorar un nuevo lugar. Marinette le contestó que lo pensaría antes de que Mullo se fuera, dejándola con el recordatorio de algunos temas que necesitaba platicar con Adrien y el resto de su corte.
Su teléfono anunció un mensaje de Kagami, así que la franco-china reunió su maquillaje y accesorios.
~♥︎~
Luka se acomodó en la barra/mesa de la cocina con Chatot en su hombro y extendió una mano hacia la silla de al lado cuando Totodile saltó sobre esta para acariciar su cabeza.
Después de unos tres timbres, Juleka apareció en su pantalla.
—Hola, hermanita.
—Finalmente —resopló la menor, en una queja bromista — ¿Cómo están tú y todos los demás?
—Todos estamos bien, gracias por preocuparte —contestó, escribiendo un mensaje en un chat grupal para saber si el resto de sus amigos podía unirse a la video llamada, por lo cual no vio la forma en que su hermana no podía dejar mirar su hombro, más bien, al pokémon que ya estaba ahí — ¿Tú, Rose y Mamá?
Juleka se ruborizó levemente cuando Luka incluyó a su novia como si ya fuera parte de la familia —todas estamos bien, Mamá está fuera, charlando con papá. Rose y yo estábamos hablando por mensaje de texto así que probablemente se una en cualquier momento.
Dicho y hecho, Rose contestó al mensaje de Luka y este la añadió a la conversación, justo antes de Marc, Aurore y por último Nathaniel contestaran.
— ¡Hola a todos! —saludó Rose antes de chillar por el pokémon ave a la vista.
—Hola Luka, hola chicas... wow —le siguió Marc, quien estaba sentado en el escritorio de su habitación.
—Vimos las fotos y videos que envió Félix, pero sigue siendo sorprendente —fue lo primero que dijo Nathaniel en cuanto se sumó a la videoconferencia — ¿cierto, Alix? —miró a la pequeña pelirrosa que estaba a su lado, esperando honestamente que se viera tan aturdido como ella.
—Yo creo que es alucinante —añadió la mencionada con una sonrisa —así que ¿Qué ha estado pasando? Ponnos al día, Luka.
El músico negó levemente con la cabeza, justo cuando escuchó una puerta abrirse —esperemos un minuto a que Aurore y Mireille lleguen para no tener que contar nada dos veces ¿Sí? —justo al terminar sus palabras sintió unas manos rodear debajo de sus hombros hasta envolverlo, a la vez que Félix entraba en su cámara.
—Te ves muy bien, star —el británico lo aduló, apoyando la barbilla en el hombro contrario a donde estaba Chatot, y no puedo evitar una sonrisa al oír el sonido de falsas náuseas de Juleka —hola a todos.
Los cinco le regresaron el saludo amistosamente.
— ¡Estamos aquí! —Mireille y Aurore aparecieron en la pantalla de la rubia con coletas.
—Lamento la tardanza. Íbamos de camino a casa desde TVi —explicó Mireille —así que me bajé en casa de Auri para no hacerlos esperar más.
—No importa, Mireille —la tranquilizó Rose, con su característico buen humor —todos estamos muy emocionados por escuchar las novedades —a lo que Juleka asintió.
—Sí. Y ahora que estamos todos, suelten la sopa.
Luka y Félix empezaron a platicarles sobre las cosas interesantes, nuevas y divertidas de su día. Acaban de contarles sobre cómo Totodile se unió a Luka cuando Adrien salió de la habitación, ya arreglado con jeans color menta de corte recto y un jersey fino de cuello alto, color negro, con las franjas de color amarillo, verde y lavanda (de su icónica camiseta vieja) rodeando las mangas; el rubio parisino se unió para añadir sus propios aportes y ninguno de los chicos notó a Marinette escabullirse fuera de su habitación, hacia la de Kagami, con una cosmetiquera en manos, incluso con Ledyba sobre su cabeza.
— ¿Un barco, en serio? —chilló Marc, cuando les contaron cómo continuaría su viaje a partir de ahora —eso es tan genial.
—Luka debe sentirse como en casa —bromeó Alix.
El aludido meneó la cabeza —ni un poco. Este crucero es realmente enorme —enfatizó —con mayúsculas y exclamaciones.
—Aun así, es tan asombroso —reclamó Aurore —envidia de la buena. Tienen que enviarnos fotos y videos del lugar.
—Por supuesto que lo haremos, Buzzy —le respondió Félix, con un ligero tono bromista.
—Más te vale, Grumpy Fox.
Todos se rieron por el intercambio bromista.
En ese momento, la puerta de la habitación de Kagami se abrió, y el sonido de suaves risillas llamaron la atención de los tres chicos.
Marinette había completado su atuendo con un suave delineado en sus ojos, y una mezcla de sombras rojas y rosadas, con un toque de blanco junto al lagrimal, y un labial mate de un color tostado.
Kagami estaba vistiendo un chihaya especialmente hecho por Marinette para ella, el hakama era de su característico color rojo intenso, mientras que la parte superior resaltaba por ser de color negro con ribetes dorados alrededor del cuello y al final de las mangas anchas. También estaba usando los tradicionales calcetines japoneses y sandalias geta. Sus ojos tenían un delineado ahumado, con sombra color rojo oscuro, salpicado de purpurina dorada. Sus labios brillaban con un gloss de color rojizo.
Ambas sostenían pequeños bolsos de mano forrados en tela afelpada, rosado y rojo respectivamente,
—Oigan... ¿Chicos? ¿Todo bien? —sus amigos los empezaron a llamar a través de la videoconferencia al notar que se quedaron mudos y viendo hacia otro lugar.
Los ojos azules de Marinette se iluminaron al oírlos — ¿están hablando con nuestros amigos?
Félix solo asintió, sin poder dejar de mirar lo hermosa que se veía. Luka no supo en qué momento pulsó el botón para cambiar de cámara, pero el grupo de parisinos exclamó jadeos en unísono antes de estallar en menciones y cumplidos para las dos asiáticas.
— ¡Son como dos muñecas de porcelana!
—Se ven increíbles la una al lado de la otra con esos estilos.
—Diseños increíbles, Marinette.
—Solo les faltan un par de abanicos de papel.
La dos jovencitas se rieron entre dientes ante la avalancha de halagos, sin embargo, estaban deseando honestamente tener los mencionados abanicos de papel, solo para poder esconder el sonrojo que estalló en sus mejillas.
Ledyba se posó en el hombro de Marinette cuando se dio cuenta de que ella estaba avergonzada y acarició la mejilla con sus antenas negras. Solo ese movimiento atrajo los comentarios de los parisinos hacia la criatura.
Antes de que las chicas pudieran unirse a ellos en la mesa, Adrien se adelantó, con una sonrisa característica de Chat Noir en los labios, y las tomó a ambas de la mano para hacerlas girar, una por una, y asegurándose de no cubrirlas en la cámara de Luka.
—Bueno ¿no están listas para robarse la noche, preciosas damas? —bromeó el rubio, causando que una vez más las chicas se rieran entre dientes.
Kagami reclinó su cabeza levemente hacia el hombro de Adrien y este le dedicó una mirada suave y cariñosa, soltando su mano para colocar su brazo alrededor de sus hombros.
Marinette, por su parte, negó suavemente con la cabeza ¡básicamente estaban coqueteando a un centímetro de ella! Sin embargo, nunca podría estar realmente molesta, por el contrario, le alegraba el corazón ver a su compañero contra el crimen y a su mejor amiga felices uno con el otro.
Kagami había sabido darle a Adrien su espacio con respecto a todas las desgarradoras verdades que habían caído sobre él una tras otra, pero nunca había dejado de ofrecerle su apoyo.
Puede que no tuvieran una relación definida por el momento, pero todos quienes los conocían de verdad sabían dónde iban a terminar. Una increíble pareja.
Soltando suavemente la mano de su gato negro, Marinette caminó hacia sus novios y se unió a ellos en la mesa, siendo rápidamente bienvenida con abrazos y pequeños mimos.
— ¿Cómo está todo en casa? —preguntó la joven guardiana, una vez Luka regresó a la cámara frontal.
—Lo mismo de la última semana, París aún celebra la condena de los tres chiflados —contestó Alix.
—Hoy pasamos a visitar a tus padres, Marinette —mencionó Rose —tu abuelo estaba con ellos.
—Ya que estamos en receso, no nos hemos cruzado con los demás —añadió Juleka.
—Habla por ti misma —la contradijo Nathaniel.
Alix lo miró con extrañeza — ¿a qué te refieres?
Marc asintió antes de que Nathaniel pudiera responder a la pelirrosa —también pasamos a casa de Netti, hace un par de horas. Encontramos a Alya merodeando —explicó el escritor —creemos que pensaba interrogar a tus padres sobre ti y tu paradero.
Félix siseó, molesto —esa mocosa no puede quedarse quieta, ni aceptar un no por respuesta —se quejó, antes de mirar a su novia —como no le contestas al teléfono, fue a molestar a tus padres.
Marinette lucía preocupada, así que Nathaniel continuó —no te preocupes, Marinette. Marc y yo la encaramos antes de que se acercara y le dijimos que no se atreviera a entrar.
—No creo que la detenga mucho tiempo. Pero estaremos pendientes —concluyó el pelinegro.
—Yo me sumo a eso —Alix exclamó —Alya de verdad se pasa de la línea.
—Yo diría que la dejó atrás hace mucho tiempo, Alix —sugirió Mireille, a lo que Aurore asintió.
—De cualquier manera, se los agradezco mucho, chicos —suspiró Marinette, antes de mirar la hora y recordar a sus cuatro compañeros de viaje que necesitaban reunirse con su abuela y Amelie para recoger las llaves y buscar el comedor.
—Ohh~ ¿pueden quedarse un poco más al teléfono? ¡Quiero ver alrededor! —suplicó Aurore.
Luka se rió entre dientes —por supuesto.
— ¿Tienes la llave principal, Nette? —le preguntó Félix, mientras apagaban todas las luces excepto una lámpara en la sala de estar.
Marinette la sacó de su pequeño bolso y la enseñó, así que el grupo salió de la habitación y golpearon la puerta de al lado. Luka se quedó fuera, en el pasillo, con Adrien y Kagami como compañía, para seguir hablando con sus amigos, mientras Marinette y Félix pasaban a la habitación de sus mayores cuando Amelie les abrió la puerta.
—Mamá, te ves hermosa —halagó el británico, después de ser atrapado en el abrazo de su madre.
La mujer se rió entre dientes, estaba usando un vestido sencillo pero cómodo y fino, tipo jersey, de color gris oscuro, con un diseño bordado que bajaba por todo el centro de la prenda; botas de un gris más claro subían más allá de las rodillas, y había una chaqueta de lana sobre su brazo. El maquillaje de color bronce adornaba sus ojos —gracias, mi pequeño. Ustedes dos se ven magníficos —extendió una mano para acariciar la mejilla de Marinette, con una mirada igualmente maternal en sus ojos.
Marinette se sonrojó suavemente y ofreció un 'gracias' junto con su propio halago a la madre de su novio antes de moverse hacia la mesa, donde su abuela estaba usando una laptop, aparentemente conectada con la incubadora del huevo.
Gina la recibió con ojos aguados —Oh Arceus, estás tan hermosa —susurró abrazándola —no sé en qué momento te creciste tanto.
Marinette devolvió el abrazo a su abuela, sintiendo que Ledyba volaba fuera de ella hacia el huevo en la incubadora —gracias abuela, tú también luces genial —la mujer mayor había cambiado su atuendo estilo motociclista por un conjunto de pantalón recto y blusa cruzada de color vino, sobre un top negro con hermosos bordados — ¿Qué estabas haciendo? —Marinette le preguntó mientras, atrás, Amélie le preguntaba a Félix por los tres adolescentes faltantes.
—Un poco de investigación, mi hada, sobre las paradas del crucero.
Marinette la miró con confusión — ¿pensé que ya las conocías?
—No específicamente las ciudades —la mayor explicó —nuestra primera parada mañana es en Ciudad Canalive, región Sinnoh.
—Ciudad Canalive —Marinette probó el nombre en su boca, de algún modo, incluso eso se sentía diferente a las ciudades que conocía.
—Su nombre viene de los múltiples canales de agua que recorren la ciudad. Todo ellos terminan en el mar y es uno de los puertos más importantes de la región —explicó la mujer —luego, pararemos en Ciudad Cyllage, en Kalos. Finalmente, pasaremos a Ciudad Pistón, en Galar, antes de dirigirnos a Alola.
— ¿Ciudad Pistón es donde viven tus tíos Marian y Oliver? —preguntó Félix, mirando a su madre.
Amelie negó con la cabeza —me dijeron en que su casa principal está en una ciudad llamada Artejo.
Gina tecleó un poco más en la laptop —podemos tomar un tren desde ciudad Pistón hasta allí, atraviesa el Área Silvestre en tiempo promedio de dos horas o menos, lo que nos dará tiempo suficiente de volver al barco antes de que zarpe de nuevo.
— ¿Qué es el Área Silvestre? —preguntó Félix.
La mujer mayor sonrió brevemente —es el lugar que conocí en mi única visita a Galar. Un amplio territorio agreste, lleno de todo tipo de Pokémon, algunos muy poderosos; es algo así como una reserva natural y está seccionada en diferentes zonas y terrenos para que los entrenadores menos experimentados no se aventuren más allá de lo que pueden manejar —giró la pantalla para enseñar un mapa del sitio.
—Wow —susurraron madre e hijo, al igual que Marinette —viaje en tren a través de campo traviesa. Suena a vistas maravillosas —añadió la niña.
—Pero bueno, lo veremos por nuestra en poco tiempo —la entrenadora experimentada apagó y cerró la laptop antes de levantarse —deberíamos ir a buscar esas llaves y luego el comedor.
Marinette recibió en sus brazos a Ledyba, quien voló hacia ella cuando Gina se levantó — ¿Podemos dejar el huevo solo?
Gina sonrió ante la preocupación de su nieta —seguro es mejor que someterlo al ruido y el bullicio que seguramente habrá en el comedor —expresó —además, estuve monitoreando un rato sus signos vitales, solo para asegurarme que no nos despertaremos a medianoche con un recién nacido llorando y, aunque no es un diagnóstico preciso, no parece que vaya a nacer en las próximas semanas aún.
Marinette asintió en entendimiento. Dejó que Ledyba trepara su camino hasta la cima de su cabeza mientras salían de la habitación, reuniéndose con Luka y sus amigos en el pasillo; Totodile parecía haber regresado a su pokéball y Chatot permanecía sobre el cabello de su entrenador. Adrien añadió su propio teléfono a la video llamada para que los cinco no tuvieran que apiñarse alrededor del teléfono de Luka.
— ¿Alguna idea de con quién hablan? —Gina preguntó en voz baja a Amelie, mientras encabezaban el grupo.
—Sus amigos en París, algunos eran de una clase diferente a la de Marinette, Adrien y Félix, y un pequeño grupo de sus propios compañeros que no creyeron en esa pequeña mocosa —explicó Amelie.
La mayor asintió ante la respuesta. Le alegraba mucho que Marinette se mantuviera en contacto con los verdaderos amigos y su familia. Ojalá fuera mejor que ella en eso. Gina solía perder fácilmente el sentido del tiempo y gracias a eso podían pasar muchas semanas y meses entre las llamadas a su amada familia.
Encontraron la oficina que buscaban y entraron para conseguir sus llaves.
—Ojalá pudiera quedarme a ver más, pero tengo que regresar a casa —suspiró Mireille, después de leer un mensaje de su madre.
—Sí, Nath y yo probablemente deberíamos seguir trabajando en nuestro proyecto de arte —aportó Alix, a lo que el pelirrojo asintió penosamente.
— ¿Proyecto de arte? —preguntó rápidamente Marinette. No recordaba ningún trabajo de arte que hubiera quedado para el receso, pero había estado mucho más interesada en su renuncia como presidente de la clase y su transferencia que en cualquier otra cosa.
Alix afirmó con la cabeza —el profesor Montalain nos incluyó en un concurso de arte callejero. Las mejores propuestas serán seleccionadas para pintarse en algunos murales de la ciudad —explicó emocionada.
—Eso se oye fantástico —apoyó Luka.
— ¡Si! Manténgannos al tanto, chicos —añadió Adrien.
—Yo debería empezar a trabajar en la maqueta que nos dejó la señorita Mendeleiev —añadió Marc, en un tono más reflexivo.
Aurore y Mireille se quejaron a coro —no me lo recuerdes —sus quejidos hicieron reír al grupo.
—Suerte a todos con sus deberes —deseó Adrien.
—Cuídense —añadió Kagami.
—Nos vemos mañana, les enviaremos un mensaje cuando lleguemos a nuestra primera parada para mostrarles la ciudad —prometió Marinette.
—Cuenta con eso —respondieron la mayoría en París antes de despedirse y cortar la llamada.
El quinteto intercambió sonrisas, animados por el momento compartido con sus amigos. Después de un momento, Adrien decidió seguir a su tía al interior de la oficina y echar un vistazo, a lo que Kagami lo siguió. La tríada pudo escuchar varias exclamaciones ahogadas y susurros ante la despampanante pareja.
—Mira lo que logran tus diseños —Félix rodeó los hombros de Marinette con un brazo, mirándola con orgullo.
La chica se ruborizó suavemente por el reconocimiento. Se movió hacia la barandilla que delimitaba el pasillo y observó el mar más allá de ella. El sol ya había desaparecido por lo que el agua y el cielo bailaban en diferentes tonos de azul oscuro.
Luka tomó la mano de Félix, quien entrelazó sus dedos afectuosamente, antes de moverse hacia su novia. Todos cerraron los ojos por un momento, sintiendo la brisa marina y el sonido de las olas. Ledyba y Chatot se posaron también en el barandal, frente a su respectivo entrenador, mirando hacia abajo, toda la gente que iba de un lado a otro en los pisos inferiores.
Unos segundos después, ni Chatot ni Luka pudieron evitar volverse hacia el sonido de una melodía muy tenue pero dulce que parecía provenir más allá de ellos, donde el pasillo se curvaba para dar la vuelta.
Lo curioso fue el hecho de que tanto Marinette como Félix también podían oírlo.
—Algo suena bonito —susurró la chica, abriendo sus ojos y alejando la mirada del mar, en la misma dirección que el oji-azul y el pokémon volador.
Lo que tuvo sentido cuando la melodía fue cambiada por palabras cantadas.
Desde el momento en que te conocí lo supe.
Siempre estaría para ti, nada nos va a separar.
Sin más, ya nada habrá que nos preocupará.
Solamente sonriamos juntos.
Los tres intercambiaron miradas antes de decidir echar un vistazo en esa dirección. Kagami fue la única que notó que se movían de su sitio.
Tanto nos queda por atravesar,
Aunque podría quedarme aquí contigo.
Logré entender~
Que estando contigo,
Estoy en mi hogar,
Ya no hay otro sitio.
La canción pareció subir levemente de intensidad, aunque Félix y Marinette no podían decir si se debía a que estaban acercándose a la fuente.
Unos pasos más allá estaba una solitaria chica, probablemente en su mismo rango de edad. Tenía la altura de Félix y Adrien, aproximadamente, cabello largo y de color negro que parecía estar parcialmente recogido en una media coleta bajo una esponjosa boina morada, su piel era muy ligeramente bronceada, como un suave tono dorado y no podían ver sus ojos; usaba un vestido negro, sencillo, con cuello redondo y mangas a medio brazo bajo un chaleco de un profundo color morado que se cerraba sobre su cintura y abdomen con dos botones y luego caía en picos sobre la falda negra plisada y ligeramente abultada, un collar plateado con un dije en forma de luna en cuarto menguante, y finalmente botas de plataforma a juego, con tres correas que subían casi hasta las rodillas.
A Marinette le recordó inmediatamente el estilo gótico de Juleka.
Cada vez que toque llorar o reír
Tanto en las buenas como en las malas
Te quiero aquí. Junto a mi
Luchando conmigo
Tú y yo no vamos a desistir
Iremos al final.
La chica evidentemente estaba cantando para alguien en el teléfono que sostenía a la altura de su rostro. El afecto era evidente en su voz melódica y en los sentimientos que imprimía en cada verso.
Nuestros pasos al andar
Son distintos y aun así
Continuamos caminando siempre juntos.
Tú fortaleza será la mía también
Es así como lejos llegaremos hoy.
Cuando la oscuridad
Nos intenté intimidar
Sé que juntos
Venceremos nuestros miedos.
Aunque no esté hoy brillando el sol
Vamos a continuar. Será mejor mañana.
Ledyba y Chatot volaron frente a sus entrenadores cuando un pokémon desconocido salió de entre las sombras y se posicionó frente a la chica que cantaba, quien no pareció darse cuenta.
No comprendía la razón de mis heridas
Por eso tanto tiempo mi dolor busqué contener
Pero~ te conocí y mi vida cambió
Ahora puedo sonreír sin temor.
A pesar de mantener una mirada precavida en el nuevo pokémon, Félix no pudo evitar que esa última estrofa se sintiera significativa para él. Le recordó su primer mes en Paris, cuando decidió resolver su situación con Adrien, y cuando Luka y Marinette entraron en su vida como un maremoto de sentimientos, hasta entonces, desconocidos.
En cada momento de dificultad
Y cuando me tropiece a lo largo del camino
Te quiero aquí~ Junto a mi~
Y que tú confíes
Que juntos podemos llegar a donde sea.
La siguiente estrofa hizo que los ojos de Marinette se aguaran y su corazón se acelerara. Sintió el brazo de Luka extenderse para rodearlos a ella y a Félix, mientras que el rubio tomó y apretó su mano.
De hecho, la diseñadora soltó un pequeño sollozo. Solo entonces, la joven cantante pareció notarlos.
—Oh —susurró la desconocida, ahora mirando al grupo.
Tenía ojos castaños, un poco más oscuros que los de Kagami, pero más grandes y redondeados, adornados con lápiz y delineador negro, y un maquillaje ahumado.
—Princess ¿Está todo bien? —la voz provino del teléfono de la chica.
Marinette tuvo que contenerse conscientemente de resoplar y/o rodar los ojos, porque eso había sonado tan Chat Noir.
~♥︎~
~♥︎~
Apodo en francés
Prince: príncipe
Apodos en inglés
That little fairy-bastard: ese pequeño bastardo-hada.
Buzzy: viene de la palabra "buzz" que significa zumbido. Haciendo referencia a su alter-ego como HoneyBee.
Grumpy Fox: Zorro gruñón.
~♥︎~
*Semillas de kaki: galletas de arroz tipo senbei con una forma distintiva que se parecen a las semillas de una fruta de kaki. Su sabor recuerda al picante del chile.
*Chihaya es el atuendo tradicional de las sacerdotisas de los templos shinto.
*Geta: un tipo de calzado tradicional japonés. Están hechas de madera y su forma recuerda a las chancletas/chanclas.
*Ya que ciudad Artejo y Ciudad Pistón no tienen un doblaje oficial al latino, estoy tomando los nombres de los juegos.
*El profesor Montalain es el hombre a cargo del aula de artes, por si no recordaban su nombre.
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