"El día en que las estrellas brillen intensamente, los planetas se alineen, la luna por segunda vez muestre todo su esplendor muy cerca de la tierra, ese día en que yo llegaré a este mundo..."

Se suponía que Camus no perecería, se suponía que el mal no ganaría, se suponía que pasarían 14 años y que la guerra se desataría.

Se suponía que así sería.

Pero alguien más estuvo jugando con el tiempo y el destino, lo cual arruino todos los nuevos planes que había logrado construir Destiny para salvar el futuro, para que el destino pudiera seguir su camino, pero aún todo no estaba perdido, seguía estando allí una pequeña esperanza, tal vez cometieron un error al no eliminar a la recién nacida Antonella o como ustedes ya la conocen Destiny. 

Y todo cambiaría hacía la balanza del bien en el momento menos esperado aquella noche en Giudecca... aquella impresionante fortaleza que se erguía en una de las colinas del Averno, solitaria, inconmensurable, etérea y eterna. Porque aún había esperanzas de conseguir un sol de media noche, pero todo dependería de ella. 

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Sol de media noche.

Tiempos turbulentos se asoman debido a cuestionables profecías, aquellas que amenazan con destruir el rumbo natural de los hechos, dioses y humanos se verán una vez más con sus destinos entrelazados al inicio de una nueva guerra, romances rotos y pactos de paz, el destino se vio siendo cambiado, nada de lo que era su realidad debería de estar pasando, la guerra no debía de haberse desatado de esa forma desde el momento de su nacimiento, tal vez darles una advertencia en sueños fue demasiado arriesgado o realmente aquel que puede igualar su habilidad en el tiempo fue demasiado listo, la Destiny de ese tiempo ya no existe, no tuvo eso 14 años para prepararse y tomar su lugar ¿qué podría hacer Antonella si nada de lo que conoce es la realidad?