-Como supondrás en esa línea temporal que realmente debía de suceder, vivías con tu familia en el santuario, algunas veces ibas a quedarte en los otros templos como dice la profecía eres la debilidad de los reinos. -Explico mientras iban pasando imágenes de momentos exactos de la vida que tuvo que haber tenido Antonella. -A los 21 años te concedieron la inmortalidad, no iba a afectar tu fertilidad debido a que eres diosa de nacimiento, solo que tu inmortalidad no estaba concebida, así como tus hermanos, ya sabes. -Se encogió de hombros restándole importancia. -Hypnos era tu guardián, pero ya para esta edad lo tenías completamente enamorado, está demás decirte quienes fueron los mas celosos y posesivos con respecto a esto. -An asintió soltando una pequeña risa. -Lo aceptaron luego de tenerlo a prueba hasta que cumpliste 28 años, ese día el te pidió matrimonio, se comprometieron en una fiesta sorpresa que te prepararon, tú no tenías idea de nada, se casaron dos años después a los cinco años de eso, pues tenían una noticia que dar a todos, nuevas luces llegarían a sus vidas. -Detuvo las imágenes para que pudiera ver ese momento en especifico. 

Recuerdo de la verdadera línea temporal.  

-No se cuantos años mas deben pasar para que mi esposa entienda que es agotador para mi estar fulminando con la mirada a todos sus pretendientes. -Hypnos rodeo la cintura de An por detrás, dejando un casto beso en su cuello, la menor no pudo evitar reír debido a eso, se aferro a los brazos de su esposo que la alzo con suavidad dándole una vuelta para alejarla de aquel tocador. -¿Algún día me darás el gusto?

"-Mmm veamos que dice nuestro futuro. -Bromeo girándose para ver a su esposo, dejo sus manos con suavidad sobre su pecho acariciando este. -¿Crees que hicimos mal en dejar a todos solos mientras asimilan la noticia? -Subió lentamente sus brazos hasta rodear su cuello."

"-No lo se, deberíamos preguntarle a mi hermosa esposa que es la diosa del destino. -Murmuro pensativo para luego guiñarle un ojo, An volvió a reír y se acurruco en el pecho del rubio. -¿Crees lograr mantener la paciencia y no sucumbir a la curiosidad?"

"-Lo haré, quiero que el sexo de nuestro bebé se mantenga como una sorpresa para todos. -Se alzo en las puntas de sus pies para poder dejar un beso en su barbilla. -Con respecto a lo de los pretendientes, esposo mío creo que tendrán que darse cuenta alguna vez que soy tuya y siempre lo seré."

"-¿Sabes? no permitiré que influencies en nuestro hijo o hija sobre como vestirse. -Advirtió dejando sus manos sobre el vientre aún plano de la menor, está rodó los ojos y volvió a sonreír, no podía molestarse con el, siempre había sido igual."

"-Entonces si con esas estamos. -Se volvió a alzar para dejar un casto beso sobre sus labios y lentamente se fue alejando de su cuerpo. -Yo no te permitiré interferir como un padre celoso en los romances de nuestro bebé. -Le saco la lengua infantilmente guiñándole un ojo para luego escapar de que este la volviera a atrapar entre sus brazos, riendo a carcajadas al volver con su familia que solo miraban divertidos como su pequeña Antonella a pesar de estar casada y ahora sería madre, seguía teniendo su misma esencia."

Fin del recuerdo de la verdadera línea temporal. 

-Un bebé... de los dos... -Murmuro bajito sin poder creerlo, vio pasar mas imágenes de su vida junto a el amor de su vida y los frutos de su amor, viendo todo eso que no le permitieron vivir, que le habían arrebatado. -Tengo que volver.

-No, tu siguiente destino es unos años después, el año que finalmente llegarás al mundo de los que conociste en el pasado. -Apagó su cosmos dejando que todos los espejos volvieran a donde correspondían. -Pero hay uno de sus enemigos que ellos no podrán detener, solo tú puedes hacerlo. 

-¿Quién? ¿Athena? -Cuestiono ladeando su cabeza y poniéndose de pie, tomo entre sus brazos a su juguete y acomodo su cetro/espada en su lugar. 

-No, ella es otra marioneta solo que cree estar a cargo al igual que Eris. -Suspiro cansado sintiendo que perdía parte de sus energías, debía descansar para recuperarlas. -Ese ser es...

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Cuando la chica de cabellos multicolor abrió los ojos no vio nada claramente, tuvo que parpadear un par de veces para enfocar de mejor forma su vista y notar que estaba oscuro debido a que era de noche y en las cuevas de cristal no había luz natural en esos momentos, tardó algunos minutos en ponerse de pie sin sentirse mareada, estaba muy cansada debido a todo lo que vivió en el bucle temporal, todo de lo que se entero y que con eso pudo entender su nueva misión, caminó lentamente hacía el ruido de la cascada en donde pudo refrescarse un poco antes de descender por la escalinata de piedra y cristal, cuando salió tras de la cascada se sorprendió mucho con lo que vio. 

La primera vez que estuvo allí, su hermano Adrien si se lo había dicho, pero una cosa es lo que sus hermanos le decían y otra muy diferente lo que estaba apreciando ahora, la planicie que antes había sido un terreno cualquiera de tierra y piedras, ahora era un hermoso y extenso jardín que tenía juegos infantiles, árboles frutales, flores silvestres de todos los colores, conejos, ardillas, ponys, incluso algunos unicornios, Aileen se lo había contado muchas veces y su hermana tenía razón, todo esto era un paraíso en medio del infierno, Antonella sonrió con la esperanza creciendo aún mas en su interior, si este jardín estaba vivo, lo mas probable era que toda su familia estuviera bien, tal vez esta vez si había llegado a la época en la que supuestamente debía haber llegado la primera vez que viajó en el tiempo o por lo menos eso era lo que esperaba, estaba segura que no había llegado a su tiempo porque entonces no habría despertado en las cuevas de cristal sino que se habría fusionado con su otra parte, aunque eso en teoría habría sido lo mejor.

Camino en el frío de la noche apenas notando la presencia de este, caminar por un rato ayudo a que logrará despejar su mente y ordenar sus pensamientos, si es que esto último fuera posible, quería recuperarse de los mareos y las náuseas que aún sentía, esto de viajar en el tiempo no era algo a lo que terminará de acostumbrarse, cuando caminó lo suficiente y se sentía un poco mejor, cerró sus ojos, se concentró en Guidecca para al instante aparecerse en la amplia estancia principal, el castillo siempre tenía guardias nocturnas que lo custodiaban o por lo menos así siempre había sido en su vida en su tiempo, prudentemente tomo su colgante que ahora era mucho especial que antes, se hizo invisible para comenzar a caminar por los pasillos hacía las habitaciones, tenía que asegurarse de que había llegado al tiempo correcto. 

Reviso una por una, sonrió brillantemente al notar que todo estaba como debía de estar en este tiempo, sintió su corazón latir de felicidad y emoción al notar que su abue y su bu no habían perdido para nada el tiempo, cuando se percató que en una de las habitaciones faltaba uno de sus pequeños tíos, el mas pequeño hasta el momento, el alma se le fue al suelo apenas vio la cama vacía, su corazón comenzó a latir con fuerza, no quería creer que eso hubiera pasado, corrió por el pasillo hasta la habitación de su abue y su bu, empujó sigilosamente la puerta que no estaba del todo cerrada, la chimenea estaba encendida, en la cama estaba su Bu acostado de lado y abrazaba a su pequeño retoño que se había pasado en medio de la noche a su cama, su abue los abrazaba a ambos por la espalda. Antonella apenas los vio pudo respirar aliviada, nada ocurría aún, todo estaba bien todavía, sus abue y bu dormían junto a su tío pequeño, por lo que pudo notar este se parecía bastante a Seiya mas que a Hades, los otros dos se parecían a el dios.