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Capitulo 55.

En una de las habitaciones de Guidecca estaba Seiya que había quedado a cargo de acompañar a Antonella hasta que está pudiera despertar, todos estaban ocupados con unos problemas de ataque que ocurrieron en las costas y otros lugares de la tierra como el no podía hacer muchos esfuerzos se había quedado a cuidar de la chica.

Antonella dormía cómodamente en la inmensa cama, tenía muchas vendas y un suero conectado en el brazo, Asclepio junto a Hécate la habían revisado y dijeron que necesitaba descansar, el castaño se la había pasado los último días cuidando de ella, se entretenía en eso mientras Hades y todos estaban ocupados, la versión oficial que le había dado era que necesitaban de su ayuda en la tierra, pero en realidad el dios del averno estaba en el Olimpo en medio de agrias discusiones con Artemisa y Afrodita frente a Zeus, dos días había estado en eso y aún no sabía de los resultados, iba a ponerse a hacer algo más para entretenerse cuando nota que la chica comenzaba a despertar.

-Ah... ¿Qué? -An estaba despertando y se sentía bastante cómoda, se encontraba cubierta con mantas y el aroma a maderas llenaba sus sentidos, Seiya había comenzado a pasar un palito húmedo por su frente con mucha delicadeza.

-An... Antonella ¿Ahora si vas a despertar o seguirás dormida un tiempo más? -Cuestiono el castaño mirándola con preocupación y ansias.

-¿Seiya? -Abrio lentamente sus ojos y dio un salto asustada en la cama, se incorporo, pero se arrepintió de hacerlo, todo el cuerpo le dolía, el castaño se dio modos para ayudarla a volver a recostarse y acomodo de mejor forma las almohadas.

-Si, ya era hora de que despertarás, nos tenías a todos muy preocupados. -Acerco un vaso con una pajilla para poder darle agua con mayor facilidad a la menor.

-¿En donde estoy? -Cuestiono mirando a su alrededor.

-En Guidecca, según Hécate cuando llegaste fue una suerte que no tuvieras todos los huesos rotos, luego Hypnos nos explico que el hizo lo mejor que pudo para curarte un poco, tenías una fuerte contusión en la cabeza, moretones, heridas, dioses eran tantas cosas. -Paso sus manos por su cabello. -Hades hizo también todo lo que pudo por ti y la mayoría de tus heridas fueron curadas, pero dijo que debías descansar, así fue como los dos terminamos estando en reposo. 

-Cierto, tu no deberías estar cuidándome, debes descansar y yo debería cuidar de ti. -Refrego un poco sus ojos y sonrió brillantemente al ver el vientre un poco más notorios del castaño. -¿Cuanto tiempo estuve inconsciente?

-Casi un mes, pero ya estás mejor de lo que estabas cuando llegaste, pero debes seguir guardando reposo ¿Quieres algo de comer? 

-Esta bien. -Se movió despacio en la cama y soltó un suspiro, no pensaba que había sido tanto tiempo.

-¿Sabes? La habitación del bebé está casi lista, pero aún no deje que nadie pintara las paredes, quería pedirtelo ese día, pero llegaste toda lastimada y ya no pude hacerlo, ahora solo quiero que te termines de recuperar. -Comento el castaño luego de pedir algo de comida a una de las chicas del servicio.

-Hades lo podría hacer, el pinta hermoso. -Comento la menor llevándose una mano al pecho, al sentir su dije junto al anillo de nuevo aquí, sintió mucho alivio.

-¿En serio? Eso no lo sabía. -Arqueo una ceja y se encogió de hombros, sabía que su esposo tenía muchos talentos escondidos.

-Es hábil en muchas cosas, también toca el piano, el le enseñó a Pandora, sabe leer en muchísimos idiomas por eso la biblioteca de aquí es enorme, le gusta leer los mismos libros en todas sus traducciones posibles para encontrar diferencias debido a estas, aunque prefiere caminar bajo la lluvia a eso, aquellos paseos si le gustan mucho. -Comento con una sonrisa entrecerrando sus ojos.

-Lo conoces muy bien ¿No? -Ladeo un poco su cabeza.

-Es lo que me han contado. -Explico dejando salir el aire de sus pulmones con un suspiro, a veces se emocionaba hablando y olvidaba que no debía demostrar que tanto conocía de todos, en eso la chica de servicio entro en la habitación con una bandeja que disponía de distintas cosas, fruta picada, frutos secos, jugo y galletas, que dejo está cerca de ambos para luego hacer una reverencia y retirarse.

La hora del snack paso sin pena ni gloria, Antonella no quería darle muchos detalles sobre lo sucedido a Seiya, lo que le había pasado debido a su estado y le estaba saliendo con evasivas ante cualquier cuestionamiento, el castaño la miraba sospechosamente, tenía muchas ansias de saber que fue lo que pasó para que ella terminara así, no solo el, todos deseaban saberlo, había sido un mes muy pesado debido al estado físico de la chica, pero ya luego se lo preguntaría a Hades, debido a que se rindió en sacarle información a la chica la estuvo molestando con cierto dios rubio que había estado extremadamente preocupado debido a lo sucedido y en eso estaban precisamente cuando el dios del inframundo ingreso a la habitación.

-Antonella, es bueno ver qué al fin has despertado ¿Cómo te sientes? -El pelinegro beso suavemente en los labios a su esposo, acaricio su vientre y luego dejo una caricia en la mejilla de An.

-Bien, muchas gracias por ayudarme con las heridas. -La joven prudentemente no quiso agregar nada más, tenía que esperar, no era momento para que alguien más se enterara de lo que sucedía.

-No fue nada, ahora vengo a robarte la compañía de mi esposo, tu acabas de despertar, pero aún necesitas reponerte, está anocheciendo y mi esposo debe de descansar. -Hades tenía tantas ansias de abrazar a su nieta, pero tenía que contenerse.

-No hay problema, Seiya gracias por estar cuidando de mi. -Le dedico una hermosa sonrisa al castaño que la abrazo con cuidado para luego ponerse de pie, pero apenas lo hizo no pudo dar ni un paso debido a que el dios pelinegro lo cargo con mucha facilidad entre sus brazos.

-¿Qué haces? Puedo caminar solo. -Protesto sin borrar la sonrisa en su rostro y abrazando al dios dejando un beso en su mejilla.

-Lo sé, pero me gusta cargarte, tu señorita termina de comer y luego descansa, si necesitas algo toca la campanita y vendrá a verte una de las sirvientas, ten buena noche y mañana hablaremos mejor ¿Está bien? -Hades miro a su nieta que asintio.

-Buenas noches y dulces sueños para ambos. -Con su brazo sano tomo el pocillo de frutas, viendo a la pareja que reían mientras salían de la habitación para irse a la propia, soltó un suspiro su abue y su bu se notaban felices y enamorados a más no poder, quería que siguiera siendo así por siempre, dejo de pensar un poco en eso e intento trinchar un pedacito de fruta, pero se le dificultaba porque no podía tener el pocillo quieto, su brazo derecho estaba vendado aún y no podía hacer todo solo usando el izquierdo.

-¿Necesitas ayuda?

-Dioses deja de hacer eso. -Dio un pequeño brinco debido al susto, Hypnos se apareció frente a ella sorprendiendole cómo acostumbraba a hacer.

-¿Sabes qué lo que hiciste fue increíblemente valiente e increíblemente absurdo? -El dios del sueño se sentó en la cama a la altura de la cadera de la chica, tomo el cubierto y trincho un pedazo de fruta para acercarlo a la boca de An que se dejó alimentar por el dios.

-No podía hacer nada más, llamar a mis padres no era opción, ni a mis abuelos porque podían sospechar, pero ¿Que paso? ¿Ellas saben de mi? ¿Saben quién soy? -Cuestiono mirando alterada y preocupada al dios que volvió a llevar otro trozo de fruta a su boca.

-Claro que saben de ti, te estuvieron torturando por horas nena. -Respondio el rubio negando con la cabeza, An intento recordar algo sobre eso, pero no pudo, estaban bloqueados todos los recuerdos de una posible tortura.

-¿Saben que soy Destiny? ¿Que soy la diosa del destino? -Bajo la mirada sintiendo una opresión de miedo en su pecho, el dios tomo suavemente de su barbilla para que alzará la mirada.

-Segun nuestros informes no, no saben nada de eso, pero están seguros que eres espía de tu abuelo, mi señor Hades estuvo en el Olimpo tratando de arreglar ese asunto, Artemisa niega lo que pasó por supuesto, Afrodita la apoya en eso y Zeus cómo supondras no ha dado oídos a ninguno de tus otros dos abuelos, Hades no puede hacer un reclamo más serio porque para ello debe revelar tu identidad y de eso se valieron ellas para que Zeus desestime todo lo que pasó, es más, se mostró molesto por el despliegue del averno en contra de uno de los templos protegidos por Artemisa, las cosas comienzan a estar como tú dijiste, por eso ya no es seguro que estés aquí princesa. -Tomo una servilleta para limpiar suavemente la comisura del labio de la chica, está se sonrojo, pero logro concentrarse enseguida en lo que hablaban.

-Sabia que eso iba a pasar, mi abuelo Zeus tuvo que haber cambiado a raíz del matrimonio de mi abue con mi bu, nunca supimos porque cuando al principio lo apoyo, pero luego todo cambio. -Apreto su mano libre de vendas para luego seguir. -Yo creo que Artemisa y Afrodita tienen mucho que ver en eso, antes no consideramos mucho esto, pero ambas son diosas con recursos, la manera más segura de llegar a mi abuelo Zeus es por Hera, entonces no me sorprendería que todos ellos o algunos de ellos la estén manipulando en nuestra contra, además que... Athena estuvo ahí, ella fue quien llevó a Deimos y Fobos, ella es la de las ideas... Tengo que decírselo a mi abue. -Puso una mano sobre su pecho, se había quedado sin aire, necesitaba más reposo.

-¿Me permites? -Cuestiono el dios señalando con sus ojos a su pecho, ella asintio y dejo que el mayor pusiera su mano sobre su pecho, concentro su cosmos y la ayudo a que pudiera respirar de mejor forma sin esforzarse tanto, apenas lo hizo aparto su mano volviendo a alimentarla. -El ya lo sabe, lo extraño de tu mente así que es posible que cualquier tortura que esos dos hayan logrado a hacerte este bloqueada de ti, no vas a recordar nada de eso y en serio no quieres hacerlo. -Tomo su mano libre de vendas depositando un beso en su dorso, An pudo ver el miedo en los ojos del dios, con solo eso supo que lo mejor era no recordar nada de lo que pasó aquel día. -Tu abuelo piensa lo mismo que tú, mi señor estaba algo triste debido a los resultados de su visita al Olimpo, el esperaba tener esta vez algo de apoyo por parte de Zeus cómo antes, pero ya no podemos hacer más en este punto, Zeus les hizo prometer a ellas que no volverían a toparse de esta forma con Hades, esperemos que cumplan su palabra, aunque yo lo dudo, tiempos difíciles se nos vienen encima mi niña. -Hypnos suspiro cuando terminó de hablar, esto hizo que el corazón de An se oprimiera.

-¿Ya se decidió mi viaje? ¿No sabes a cuando o donde? -Cuestiono volviendo a dejar que el dios la alimentará.  

- Al futuro, a casa...

-No, no, no, no he hecho lo que he venido a hacer.

-En realidad si, has advertido a tus padres y a tus abuelos Hades y Poseidón de lo que puede pasar, me has ayudado a encontrar el legendario artefacto, has cumplido tu propósito nena y lo has hecho maravillosamente bien, es hora de que vuelvas a casa. -Dejo una caricia en su mejilla.

- Pero... y si... -An se mostró angustiada, Hypnos le puso una mano en su abdomen para que se quede quieta en la cama.

-¿Qué es lo que te angustia? -Acaricio los cabellos de la joven queriendo relajarla un poco con esto, lo consiguió, pero aún seguía esa angustia y temor expresando en sus ojos este.

-¿Y si yo vuelvo y nada ha cambiado? ¿y si yo regreso al infierno del que escapé?

-Eso no lo sabrás hasta que no regreses nena... -Entendía su temor, ninguno sabía que tan posible era eso, todo estaba en un 50/50. -Intenta descansar ahora ¿Si?

-¿Te quedas conmigo hasta que me duerma sin que uses tu poder en mi? -Formo un puchero en sus labios mirando con ojos cristalinos al dios. -Por favor.

-Esta bien, pero tienes que dormir. -Accedio no pudiendo negarse a esto, tomo la bandeja para dejarla en el velador.

-¿Me abrazas? -Pidio inflando sus mejillas, Hypnos asintio y se acomodo a su lado dejando que se recostara en su pecho, dejo un beso sobre su cabeza y con lentas caricias en su pelo se quedaron ambos en silencio, Antonella escuchando ese apenas notorio latido por parte del corazón del dios, ella sabía lo que significaba, pero los hijos del destino de ambos no estaban conectados de esa forma, solo quería imaginar que si lo estaban por un poco de tiempo más, luego buscaría una forma de borrar todo eso de su mente y su corazón cuando volviera al futuro, el dios del sueño se mantenía pensativo en sus propios asuntos, recordaba aquella vez que vio a la menor mostrarle a su madre con su poder los destinos de cada ser, cada dios, cada persona, pero no toda su vida sino esos hilos que los conectaba de distintas formas a otro ser, en especial aquel que provocaba la unión romántica, el estaba casi seguro que no había razón de que estuviera conectado a la hermana de Antonella, Camille, el jamás había volteado a ver a la chica, simplemente era una de las princesas y por ende estaba a su servicio, nada más, jamás habían interactuado a menos que fuera necesario, ni siquiera se llevaban bien realmente, además el estaba seguro que aunque el destino dijera una cosa todavía se podía cambiar.

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