Capítulo 52.
-¿Viene en camino otro hijo tuyo Hades? -Preguntó Hera y lucía un poco pálida
- Si, un cuarto príncipe del averno viene en camino y contestando tu pregunta Apolo, yo puedo hacer muchas cosas, pero todo lo que propones... no... no podría hacerlo porque yo no usé al que es ahora mi consorte, si me casé con él es porque lo considero digno del trono del averno, él reinará conmigo por la eternidad, lo amo y él me ama y es precisamente por eso que esta concepción tan especial fue posible, es verdad que quiero un hijo y siempre lo he querido, eso no es secreto para nadie, pero no lo quiero a costa de la vida o la felicidad de mi consorte, nunca se me hubiera ocurrido quitarle al niño, yo quiero vivir tranquilo con mi familia, con mis hijos, mis yernos, mis nietos, mis bis nietos ¿es eso tan difícil de entender? o ¿Te volviste tan egoísta Apolo que simplemente la idea es demasiado compleja para ti?
-Me estás insultando Hades
-Y tú me has insultado en repetidas ocasiones en estas semanas, así que te recomiendo que te tranquilices Apolo, porque no creo que me quieras de enemigo, deberías estar consciente de que las fuerzas del Averno te aplastarán si continúan las animosidades, tú y tu patético ejército pedirá clemencia, eso te lo puedo asegurar. -El tono de Hades se volvió completamente amenazante,
el salón se oscureció y un trueno hizo temblar el templo en el que todos estaban reunidos, Camus recordó lo que había dicho su hija, sobre lo que había escuchado de Ares mientras peleaba con su hermano, que una gran parte del conflicto se debía a esto.
-Por favor... no debemos llegar a esto. -Intervino Camus con tono preocupado, se puso a un lado de su madre y le tomo con suavidad del brazo.
-Y tú estás de acuerdo ¿verdad? cómo no estarlo si ahora son dos de tus protectores, de tus protegidos que se han infiltrado a dos de los reinos más poderosos, los metiste en la cama de tu madre y de tu suegro para lograr los pactos de paz que tanto querías, no pensé que lo fueras a hacer así, querido hermanito, no pensé que estuvieras dispuesto a mandar a dos lobos con piel de cordero para que se infiltraran de la manera en la que lo hicieron, que astuto resultaste Camus. -Apolo hablaba con rabia en ese punto
-Mi yerno y mi hijo no tienen nada que ver en mis decisiones, asumo que tampoco en las de Hades. -Intervino Poseidón por primera vez en la sesión, Hades asintió dándole la razón a su hermano que continuó. -No tienes ningún derecho de hablar de este tema o reclamar nada, la verdad debería matarte por lo que pasó con mi consorte, esa ofensa no ha quedado en el olvido Apolo, si no lo he hecho es por consideración a Zeus, él ha intervenido a tu favor, así que te recomiendo que no mandes al caño las negociaciones y acuerdos a los que he llegado con él, porque no solo deberás responderle a Hades, sino a mi también.
-Yo estoy de acuerdo con Camus, hemos tenido largos años de paz, no creo que por este asunto todo eso deba irse a la basura, creo que la prudencia es la mejor opción en estos momentos. -Deméter habló y lo hizo con serenidad, Hades asintió a la que fuera su suegra y no dijo nada más, Poseidón respiró profundamente asintiendo, Apolo en cambio se mostró indignadísimo al decir.
-No puedo creer que ustedes estén de acuerdo con esto, no es solo un humano, son dos, dos humanos los que van a ser introducidos en nuestro círculo, dos humanos que serán regentes de los reinos, dos humanos que traerán al mundo una nueva generación de semidioses ¿están locos? ¿no pueden ver los tiempos turbulentos que se nos avecinan?
-¿No te parece que estás siendo un poco dramático? -Intervino Perséfone, ella se alegraba de corazón por el que fue su esposo, si él había podido encontrar lo que ella y Zeus no le pudieron dar, pues solo esperaba que todo le saliera bien y ese muchacho en serio lo amara porque la vida en el inframundo no era nada fácil, ese lugar era espantoso y ni todas sus buenas intenciones pudieron hacer que ella se hiciera a la idea de que ese era su hogar.
-¿Dramático? claro que no, solo esperen y verán... la destrucción vendrá por nosotros y por nuestra propia mano, estos matrimonios no debieron darse nunca, ese niño que viene en camino no debe nacer, las cosas no pueden cambiar así... ¡no pueden! -Apolo se puso de pie y dio un manotazo en la mesa, un rayo iluminó el cielo y un trueno ensordecedor llenó el ambiente.
-Si intentas hacer algo en contra de mi esposo, de mis hijos, mis nietos, mi bis nieto, mis yernos, mi cuñado o mis protegidos te lo juro Apolo, no sabrás que fue lo que te golpeó y te despedazaré, no menosprecies el poder del Inframundo, para muestra solo voy a decirte que recuerdes a los titanes que están bajo mi control, recuerda su caída y su cautiverio, solo piensa que hacer una cueva con tu nombre no es complicado para mi y así como he destrozado ya a las patéticas delegaciones de los ejércitos que enviaste como infiltados en mis territorios y a causar revuelo en la tierra, te destrozaré a ti también. -Los ojos de Hades brillaron peligrosamente, el dios de los muertos se había puesto de pie lentamente y su pose fue completamente amenazante, en especial porque su legendaria espada apareció en su cinto.
-¿Qué ejércitos? -Preguntó Hera frunciendo el ceño, algo había escuchado en la mañana pero no estaba segura de nada, hasta ahora que Hades lo estaba confirmando.
-Algunos hombres de los ejércitos de Ares han incursionado en los pueblos de las costas de polaris y en otros puntos de la tierra, han logrado causar algunos desmanes que ya fueron neutralizados, así como hombres de los ejércitos de Apolo han tratado de infiltrarse en el inframundo, pero murieron antes de que pudieran decirnos sus propósitos, todo esto ya ha sido controlado. -Explicó Julián y su tono era serio.
-¿Es eso cierto? -Preguntó Zeus mirando directamente a Apolo y a Ares, ambos negaron con la cabeza.
-Pruébalo... -Fue Apolo el que dijo en un susurro cargado de veneno.
-No necesito probar nada, mientras más hombres envíes más morirán sin remedio, estás advertido Apolo, si te atreves a acercarte a mi o a mi familia... no quedará rastro de ti. -Hades miraba a Apolo con furia e inconscientemente su mano se cerró en la empuñadura de su espada, al ver esto Zeus se puso de pie y tomó suavemente a Hades del hombro.
-Nada va a pasar, nadie va a atacar a nadie, tu nuevo hijo estará sano y salvo y yo me aseguraré de ello, no es necesario empezar un conflicto ahora, estas reuniones fueron realizadas específicamente para lograr la paz, no puede ser que la guerra estalle al finalizar las mismas. -Aseguro Zeus mirando fijamente a Hades para luego mirar al resto.
-Esto no es hechura mía, es Apolo el que lo está provocando. -Contestó Hades mientras los truenos estallaban muy cerca, un rugido también fue audible cuando la silueta de un colosal dragón negro pasó muy cerca del templo principal, un chillido espantoso y un rugido también se escucharon en las cercanías, Aioros que estaba de pie junto a uno de los ventanales arqueó una ceja al ver a tres quimeras que se acercaban peligrosamente al templo principal e innumerables furias surcaban los cielos, Saga a su lado descruzó los brazos y bufó, Hades se las traía de eso no cabía duda, eso los aliviaba un poco.
-Esos monstruos deberían haber sido encarcelados, ese fue el acuerdo. -Dijo Artemisa con sorpresa al ver el monstruoso animal que lanzó una inmensa llamarada de fuego al firmamento y palideció al ver a las otras criaturas que empezaron a rodear el templo principal, un frío que llegaba a los huesos los invadió a todos y se les hizo difícil respirar.
-Han sido encerrados en el Inframundo, pero... como yo soy su regente me responden a mi, al igual que Cerbero, las quimeras, las hidras, las furias y varias criaturas me responden a mi y solamente yo los puedo controlar, liberar o volver a encerrar, si me place o no... -El tono de Hades no dejaba dudas, él se había apoderado de esas criaturas y ahora le eran fieles a él, en eso no pensaron cuando hicieron el acuerdo para sacarlos del Olimpo, sin proponérselo habían armado aún más a los ejércitos del Averno y nadie vio las consecuencias de ello, lo que tampoco se esperaban era que la diosa del destino hubiera viajado a su tiempo y provocara aún más la fidelidad de muchas criaturas.
-Yo creo que deberíamos pasar al banquete y finalizar las reuniones, debemos dejar este asunto por la paz porque no vamos a lograr nada, lo que quiero escuchar es un cese en las animosidades de parte de ustedes, no quiero tener que estar en la posición de tomar bandos entre nosotros mismos, no necesitamos enfrentamientos. -ijo Zeus y miró a Apolo directamente cuando dijo esto, el dios del sol miró a su padre y asintió derrotado, Ares lo imitó, este no era ni el momento ni el lugar para intentar nada, sin el apoyo de Zeus no tenía esperanza de enfrentarse a dos de los tres más poderosos, no... su apoyo lo conseguiría con el tiempo, un ataque directo no era la manera.
-De acuerdo... -Acepto Poseidón apretando suavemente la mano de Kanon que lucía asustado.
-De acuerdo... -Dijo Hades recuperando su pose sobria y libre de emociones, al sentarse en su lugar tomó su copa de vino y le dio un sorbo para luego mirar a su hijo y dejar una caricia tranquilizadora en su mano.
-De acuerdo... -Accedio finalmente Apolo sentándose también, a su lado Artemisa buscó su mano y la apretó suavemente, él la levantó y la besó.
-Perfecto, con esto damos por terminada la reunión y pasemos al banquete, hermano... quiero conocer a tu esposo. -Zeus palmoteó suavemente la espalda que Hades que sonrió de medio lado.
-Tendrá que ser en otra ocasión, es en serio que está delicado y no quiero que se mueva más de lo necesario, pero... las puertas de Guidecca siempre estarán abiertas para ti, y nos honrrarías con tu visita. -Apreto suavemente la mano de su hijo mayor que le miraba con muchas preguntas.
-Luego del banquete bajaremos, si te parece claro está.
-Claro que si, pero en este punto yo me despido, no quiero dejar solo por mucho tiempo a mi joven esposo, Camus hijo mío disculpame por no asistir al banquete, pero mi familia ahora es más grande de lo que era y Seiya estaba algo pálido esta mañana, nos veremos pronto hermano, nada me haría más feliz que recibirte en Guidecca que es tu casa, adiós. -Hades dejó un beso en despedida en la frente de su retoño mayor y luego abrazó ligeramente a Zeus antes de desaparecer en una nube de humo gris, Apolo con una mueca en el rostro se encaminó a la salida, no tenía hambre en ese punto y mucho menos quería quedarse a ningún banquete, pero una mirada de advertencia de su padre lo mantuvo quieto en el salón.
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