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Capitulo 50.

Hades estaba concentrando su poder y compartiendo su cosmo con su joven esposo, sí, había contraído matrimonio con su amado castaño, esto lo habían hecho cuando se encontraron por la noche y que este le contará como se habían comportado sus padres, la ceremonia se llevó a cabo con los más cercanos al dios, osea Hécate, dioses gemelos y los tres jueces, además de An que había estado cuidado y acompañando a Seiya a pedido de este, la ceremonia fue bendecida por Himeneo que había accedido sin problemas debido a favores que debía al dios del inframundo y a qué Antonella lo había convencido luego de dijera quien era y lo ayudará con una pequeña cosita, esto lo habían hecho en la laguna de las estrellas, pasando su primera noche como esposos en el templo de sagitario escondidos de todos, Antonella les había cuestionado un poco está decisión, pero no le hicieron mucho caso. En estos momentos sabían que el bebé estaba creciendo más rápido de lo normal y eso consumía las fuerzas del castaño que en ese punto de la noche se movió en la cama dándole la espalda a Hades que puso su mano en su vientre que ya no estaba tan plano como normalmente debería para el tiempo que llevaba, el mayor sonrió y se pegó un poco más al cálido cuerpo que estaba a su lado, coló una pierna entre las suyas y besó su hombro, Seiya se movió un poco y giró en la cama quedando recostado sobre su espalda, Hades hizo brillar su cosmo y puso la mano en su vientre, Seiya se movió un poco más y despertó.

-Lo siento, no quería despertarte -Hades acarició la mejilla del joven que se estiró un poco y lo abrazó con fuerza.

-Me gusta despertar y encontrarte a mi lado.

-Eso es bueno, tomando en cuenta que ahora eres mi consorte. -Hades sonrió cuando dijo esto y metió la mano en la camiseta de Seiya para acariciar su pecho.

-Es verdad... eso se siente extraño. -Relamio sus labios en lo que pensaba en eso. -No me mal entiendas, es solo que no pensé que las cosas se darían así, pero estoy feliz.

-Me alegro mucho. - Hades besó a su niño en los labios mientras le sacaba la ropa, Seiya lo estaba facilitando todo y en pocos minutos estaban desnudos en la cama besándose y acariciándose con soltura, Hades estaba besando el cuello de su castaño y acomodado entre sus piernas, el mayor estaba muy complacido porque Seiya estaba en ese punto en el que no recordaba ni su nombre y entre gemidos se arqueó en la cama al sentir las hábiles manos de su esposo que lo estaban estimulando y todo estaba bien hasta que la puerta se abrió dando paso al dorado guardián del templo de géminis, el que al ver esa escena casi le da un infarto por ver a su hijo de esa forma.

-Seiya... -Los colores comenzaban a subirse a la cara de Saga, sentía una presión en su pecho y un dolor de cabeza tremendo, lo que había estado sospechando era cierto.

-Padre... por todos los dioses. -El joven castaño abrió los ojos y se quiso morir ahí mismo, ahí estaba él, desnudo recostado sobre su espalda con Hades entre sus piernas, las cobijas estaban corridas en la cama así que el castaño estaba estirando la mano lo más posible en su afán de alcanzar una de las mantas o las sábanas para poder cubrirse, Hades no se movió en lo más mínimo y solo miró a Saga, no entendía como pudo pasar a sus guardias, aunque... pensándolo bien, no había nadie de su guardia personal en el templo de Sagitario, ellos fueron a ese lugar, pero no estaba planificado ni mucho menos, por eso Saga había podido entrar así a su habitación, en el Averno nadie estaba lo suficientemente loco como para interrumpirlos así, esto en Guidecca nunca habría sucedido, la única que sabía era Antonella que estaba afuera de la habitación, había intentado detener al guardian de géminis, pero no tuvo resultados haciendolo.

-¿Qué haces aquí? todo el mundo te está buscando desde anoche y tú ¿estabas aquí?... con... vete Seiya ahora mismo al templo de aries. -Ordeno Saga con profunda rabia y decepción, Seiya logró tomar la sábana y la jaló, Hades se hizo a un lado en la cama permitiendo que Seiya se cubra y se incorpore un poco, Aioros había ido con el, pero si había hecho caso a la menor presintiendo que era lo mejor, pero al escuchar a su esposo no pudo evitar acercarse y sintió que su cuerpo quedaba helado.

-Papá, mamá yo... dioses que vergüenza... yo no quería que ustedes se enteraran así, pero tengo algo muy importante y maravilloso que decirles y...

-No quiero escucharte más, ve al templo de aries ahora. -Ordeno nuevamente Saga, Aioros miro con los ojos cristalinos a su hijo, jamás se espero esto, habían pasado la noche anterior y el día entero buscando a su hijo otra vez, cuando sintieron el cosmos de Hades en el noveno templo no dudaron en ir allí, pero encontrarlo en la cama con Hades había cambiado mucho el panorama, Saga se sentía decepcionado y Aioros angustiado.

-"Y esto abuelo pasa cuando no escuchas a la diosa del destino" -Penso Antonella manteniéndose quieta en el pasillo, soltó un suspiro rogando que las cosas no fueran a salirse de control.

-Pero papá... yo... es en serio que tengo algo muy importante que decirles... -Intento nuevamente Seiya. -Mamá por favor escúchame...

-De ti no esperé esto Seiya... no pensé que fueras a cometer los mismos errores, pensé que todo lo que pasó antes te había dejado algún tipo de escarmiento, pero parece que nada hace mella en ti, eres un inconsciente, aunque no debería sorprenderme, no es la primera vez que me decepcionas... no tienes verguenza o decencia, te tenía en un concepto totalmente equivocado al parecer... no eres quien yo pensaba que eras, no conocía realmente como era mi propio Hijo. -Aioros jalo de su brazo intentando que parará de decir todo eso, pero Saga se hizo del quite, miro una última vez al castaño menor y sin decir más salió de la habitación, Aioros miro a su retoño y módulo un perdón con sus labios, no tenía las palabras o las fuerzas necesarias que necesitaba ahora fue detrás de su esposo para que no armara un escándalo más grande, Seiya se quedó mudo, su padre nunca lo había mirado de la manera en la que lo había hecho ahora, Seiya nunca se había sentido tan mal su vida, tan sucio e indigno, así que el pobre castaño se quedó en shock y no reaccionó hasta que Hades se incorporó en la cama y lo abrazó, ahí el castaño derramó las lágrimas que estaban peleando por salir, se acurrucó en Hades y lloró en su pecho, Antonella aún afuera sintió su corazón encogerse al escuchar los sollozos del castaño.

-Shhh tranquilo mi niño... tranquilo... -Trataba de consolarlo Hades, pero no había mucho que pudiera decir en esos momentos.

-Fue un error venir aquí. -Seiya se limpió las lágrimas, él rara vez lloraba frente a alguien, pero si estaba sensible en ese punto, consecuencia de su estado seguramente, antes lo hubiera embargado la ira, ahora lo embargaba el dolor y la pena, aunque también eso debía de ser porque se trataba de sus padres.

-¿Quieres ir a casa?

-¿Guidecca? -Cuestiono alzando la mirada unos segundos. - Si, quiero ir a casa, ya no quiero estar aquí, sácame de aquí... llévame contigo...

-Tus deseos son órdenes, abrázame... -Hades sujetó a Seiya y ambos desaparecieron en una nube de humo negra, una vez en Guidecca, sin decir nada más fueron a la cama y Hades abrazó a Seiya mientras el castaño lloraba, lloró por algún tiempo hasta que se quedó dormido.

Hades dejó a Thanatos al cuidado de su joven esposo y volvió al santuario, entró al templo de Sagitario y como lo esperó, encontró a los padres de su amado, ambos tenían bebidas en sus manos y uno de los sirvientes del templo principal estaba por la habitación, Antonella también estaba con ellos en silencio, la joven se puso de pie al ver entrar a Hades, el Dios de los muertos estaba furioso, como pocas veces An lo había visto en el futuro y ahora aquí.

-Hades... - Saga empezó a hablar, pero el dios de los muertos alzó una mano para callarlo.

-¿Tienen una idea de lo dolido que está Seiya?, ¿tienen una idea de lo que tus palabras lo afectaron? -Sus cuestionamientos iban directamente dirigidos al guardian de géminis.

-¿Y qué esperaba que le dijera? él estaba en la cama con usted, él... no está bien eso... eso no... - Saga estaba muy molesto por lo que dejó su bebida con fuerza sobre la mesa, eso provocó que tanto An cómo Aioros dieran un pequeño brinco.

-Seiya es una de las personas más fuertes que conozco, tiene un alma limpia y dulce que irradia alegría y ahora por ustedes estaba tan triste que se quedó dormido después de tanto llorar, lo que es completamente extraño porque él no llora así y ustedes lo saben, ustedes no tienen ningún derecho de juzgarlo ni mucho menos, ser sus padres no les da el derecho de eso. -El Dios de los muertos estaba vociferando su indignación, la noche estaba clara pero en ese punto rayos y truenos iluminaban el cielo y el suelo temblaba bajo los pies de todos.

-Hades... -Intento llamarle An recordando que los otros presentes no sabían que ella era nieta del dios.

-Seiya ya no es solo vuestro hijo, ya no será tu discípulo, Seiya es mi consorte y regente del inframundo, así que cualquier ofensa que le hagan a él, es una ofensa que me hacen a mi, créanme... no querrán que mi lado vengativo salga a flote, la única razón por la que me estoy comportando con bastante paciencia es por mis hijos y por mis nietos. -El tono de Hades bajó algunos decibeles y sonó amenazante, Aioros recordó de lo que era capaz el dios y se estremeció, Hades si era un enemigo de cuidado y ahora estaba por demás ofendido, además el resto de cosas que dijo... no podría ser cierto, o ¿si?

-¿Qué? pero... pero ¿cómo? -Aioros se llevó una mano al pecho, el apenas estaba asimilando que Hades y Seiya estaban en los romances, pero no pensó que las cosas estuvieran así, nunca imaginó que Hades tomaría a su hijo como consorte.

-Hace unas horas fuimos desposados y nuestra unión fue bendecida por Himeneo, así que si están pensando que algo pueden hacer para impedirlo, déjenme decirles que están completamente equivocados, yo quise llevar a mi consorte a Guidecca, pero Seiya insistió en venir aquí, Antonella nos advirtió, pero él quería darles la noticia personalmente, ya que no pudo tenerlos presente en la ceremonia, él quería hablar con ustedes y contarles... contarles las razones por las que está tan feliz, íbamos a esperar a la mañana para hacerlo, pero tú... tú... Su propio padre... ni siquiera le diste la oportunidad de hablar y explicarte, lo juzgaste duramente y a la primera oportunidad que tuviste... tú lo destrozaste con una simple mirada ¿no sabes lo que él te admira acaso? ¿no tienes idea de cuánto valora tu opinión? ¿no sabes que con una simple mirada hiciste surgir en él todas sus dudas y complejos que estaban enterrados por lo que pasó antes con Isaac?

-Dioses... ¿sabe lo de Isaac? -Aioros abrió mucho los ojos al preguntar esto, no esperaba que su retoño le contará al dios sobre eso.

-Yo lo sé todo, Seiya me lo ha contado todo, pero ese no es el punto. -Hades destilaba furia por los poros

-¿Dónde está Seiya? -Preguntó prudentemente Saga, debían arreglar esta situación inmediatamente y no solo por la amenaza que Hades representaba, sino por su hijo, no quería que las cosas quedaran así con el.

-En casa, donde debe estar. -Respondió Hades mirando con profundo resentimiento a Saga, el que tenía el corazón comprimido en este punto.

-Debemos hablar con él - dijo Saga inmediatamente.

-No... mi niño está dormido finalmente y no quiero despertarlo, él debe descansar y reponer fuerzas, aún está algo delicado. -Hades se paseó por el salón y se sirvió una copa de vino, el sirviente que estaba por el salón se había escondido, una cosa era escuchar las historias de los dioses cuando se molestaban, otra muy diferente era verlo, en especial porque la tormenta afuera arreciaba.

-¿Por qué? ¿qué es lo que le sucede? ¿tú lo sabes verdad? -Preguntó Aioros con preocupación y angustia notoria y Hades simplemente asintió, An sabía que su abuelo no respondería fácilmente, se acercó a ambos guardianes y tomo sus manos con suavidad.

-Seiya, vuestro hijo... Está esperando un hijo de Hades, por eso está tan delicado, necesita varios cuidados especiales, necesita una vida tranquila sin sobresaltos, necesita paz. -Explico la menor mirandoles con sinceridad.

-No que vengan ustedes a juzgarlo sin razón y a hacerle sentir mal cuando no hay motivo para ello. -Hades aparentemente no se le pasaba el coraje.

-¿Un hijo? -Aioros cayó sentado en el sillón, no lo podía creer, su pequeño iba a tener un bebé.

- Debemos ir a verlo, necesitamos hablar con él y aclarar las cosas, no quiero que Seiya tenga ¡ideas equivocadas, nosotros estamos aquí para apoyarlo, nosotros somos su familia. -Saga tomo la mano de su esposo que se puso de pie, la mirada del dios seguía siendo dura.

-¿Ahora sí lo son?  no se merecen nada, en especial luego de la forma en la que lo trataron  -Hades no iba a dar su brazo a torcer, él tenía que hacerles comprender que las cosas habían cambiado, no era así como Seiya quería decírselos, pero no había otra opción.

-¡Hades! -Le llamo la atención Antonella, no podían empeorar más las cosas.

-Pueda que tenga razón, pero conociendo a Seiya, le hace más daño pensar que estamos enojados con él, que en verdad hablar con nosotros y aclarar las cosas, permítanos ir a verlo, le aseguro que arreglaremos las cosas y Seiya se sentirá mejor. -Aioros caminó hasta Hades y lo miró a los ojos, se notaba el arrepentimiento y la preocupación en el rostro del guardian de sagitario. -Nosotros te ayudamos a recuperar a Camus, Hades, por favor, por todos estos años que hemos convivido, tu sabes lo que es perder a un hijo. -Pidio con sinceridad, esto tranquilizó un poco a Hades que asintió, abrió su mano y dos brazaletes aparecieron en ella, les dio uno a cada uno de ellos para que se los pongan, no les dio mayores explicaciones de ello y abrió un portal por el que los tres atravesaron rumbo al inframundo, Antonella se quedó allí pensando en lo que debía de hacer ahora y pidiendo que las cosas se solucionaran entre ellos.

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