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Capitulo 46.

-¿Quién eres? ¿de dónde vienes? ¿quien te a enviado?  -Hades se volteó y sin dudarlo, cerró su mano en lo que parecía ser el aire, pero no... una forma difusa se iba formando lentamente, los ojos del dios miraban aquel lugar con furia.

-A-abuelo... No... -Antonella sintió como la mano del dios del averno se cerraba en su garganta y todo se oscurecia.

-¿Abuelo? -Solto a la chica que cayó pesadamente al suelo, dejo que terminara de quitar el efecto de invisibilidad, Hades se agachó para tomarla de la barbilla, An tosia, pero no ponía resistencia. -¿Destiny? No... Ella no tiene está escencia ¿Por qué te haces pasar por mi nieta?

-Por favor... solo escucha... puedo explicar lo que ocurre. -Trato de moverse, pero decidió quedarse quieta, alzó sus manos en señal de paz, su pecho se movía rápidamente y su corazón latía con violencia.

-¿Que es lo que buscas? ¿Por qué te haces pasar por mi desesperante Destiny? -El tono de Hades era de furia pura, guío sus ojos hacia el joven que permanecía dormido en la cama, las peores ideas se le vinieron a la cabeza, An se dió cuenta de esto.

-No le he hecho nada, solo vine a verlo... Lo juro... Hécate me dijo que estaba aquí, estaba tan preocupada y... Solo quería ayudar... -Pequeños cristales cayeron de sus ojos, Hades la miro intrigado, eso solo le pasaba a su hijo mayor y a su nieta que aún no nacía, esa chica lo miraba con ansias, intentaba buscar formas de explicarse, pero no las encontraba.

-Yo soy Destiny... Soy tu nieta, te lo juro, por favor creeme. -Tenia una mano alzada para mantener al dios lejos de ella, este tenía una bola de luz en su mano con la que amenazaba a la menor, esa bola de luz, An la había visto antes y si Hades la lanzaba, era un adiós seguro a su vida.

-Mi Destiny me abría golpeado y atacado apenas le hubiera tocado. -Entrecerro sus ojos.

-Es una larga historia, pero tú puedes ver en mis recuerdos... Se que tienes la capacidad de hacerlo. -Estiro su mano un poco más para tomar la del pelinegro y la dejo sobre su frente cerrando sus ojos, el dios se concentro y vio sus recuerdos, lo que sucedió en el futuro, en toda su vida, lo que había venido a hacer en el pasado, lo que había vivido estando aquí, incluso vio lo sucedido con Hypnos, ya se encargaría de este por atreverse a besar y luego rechazar a su nieta con excusas tan tontas, se atrevió a buscar en el cosmos de la menor había luz y oscuridad en ella, podía sentir poder sobre los tres reinos, si era su nieta, si era su pequeña que tanto tiempo llevaba esperando, pero eso solo significaba que la Destiny que conoció hace años ya no existía en ninguna línea del tiempo.

- Pero... no es posible... -Retrocedio un poco, se sentía confundido y mal, casi acaba con su pequeña nieta sin querer hacerlo y no había creído en ella apenas la vio.

- Es en serio una larga historia. -An se dejó caer en el suelo, su vida ya no corría peligro porque vio el cambio en la mirada de su abuelo, ya no era amenazante, eso hacía que ahora pudiera respirar tranquila, ahora la veía similar a como lo hacía en el futuro.

-Mi pequeña princesa. -Hades la abrazo contra su pecho sintiendo alivio de saber que seguía con vida, que en algún momento ella debería llegar a este tiempo para nacer finalmente, Antonella se acurrucó en el pecho de su abuelo mojando este con algunas lágrimas de felicidad. -Dioses, casi te hago daño, jamás me lo habría perdonado mi pequeña traviesa.

- Eso ya no importa, hay muchas cosas que aún debo decirte, pero lo primero es lo primero. -Miro hacia la cama donde el castaño seguía dormido.

- Tu sabes que es lo que tiene?

- Bueno... está esperando un hijo tuyo. -Jugó con sus manos sabiendo que su abue no le iba a creer enseguida.

- Eso no es posible. -Hades no se esperó lo que dijo, An cerro los ojos y se puso de pie con cuidado, paso sus manos por sobre el cuerpo del castaño deteniéndose en su vientre dónde ayudo a que se notará aquel nuevo cosmos que se estaba formando en su vientre. -Mi bu no está enfermo como todos creen, está esperando un bebé y es por eso que está tan débil, el es humano y es doncel, pero tú eres un dios eso hace que este bebé sea un semidios, eso es lo que presenta tantas complicaciones, sabiendo esto Hécate podrá ayudar mucho está vez.

-Pero... Eso no tiene sentido, han habido muchos semidioses. -Hades seguía asimilando la situación.

-Lo sé, pero bu es hombre y doncel, además de que su cosmos es de luz, no de oscuridad, al ser un humano el cosmos del bebé que es en mayor parte del Inframundo lo está consumiendo, las situaciones no se pueden comparar. -Explico An con una pequeña sonrisa, Hades arqueo una ceja, eso tuvo que haberlo dicho el mismo en el futuro, todo era tan impresionante. -Como Bu te acepto, acepto amarte y que lo amarás, se entregó a ti sin ser obligado esto pudo hacerse posible.

- Cielos... ¿tú sabes que hacer para ayudarlo? -Paso sus manos por su cabello aún asimilando todo.

- Si... tú mismo me lo dijiste, dijiste que debería esperar el momento oportuno para hacerme presente ante ti y ese momento es ahora. -Hades miró a Seiya dormir y una luz en su alma se encendió, había aún esperanzas para su amado.

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Todo era silencio en el templo de Piscis, la noche era fría y la luna brillaba con fuerza en el firmamento, un alegre fuego ardía en la chimenea de la habitación, pero nada de esto ayudó a que un joven marina pudiera conciliar el sueño, Kanon estaba de pie junto a la ventana, la luz de la luna lo iluminaba suavemente y tan concentrado estaba que no se dio cuenta que alguien había entrado a su habitación, hasta que lo abrazaron delicadamente por la espalda.

-Dioses... me asustaste... -Kanon dio un salto pero se relajó al verse en los brazos del dios de los mares que le sonrió y beso su mejilla.

- Siento haberme tardado, tuve que atender algunos asuntos ¿cómo estás? -Acaricio lentamente la cintura de su amado.

- Preocupado, angustiado, asustado ¿qué va a pasar ahora?

-Shhhh... tranquilo mi pequeño, por lo pronto estás a salvo y eso es lo importante. -Poseidón levantó el mentón de su amado con un dedo y ladeó la cabeza frunciendo el ceño al ver el ojo morado en su rostro que bajó
su cabeza y apoyó la frente en el pecho del mayor que acarició su nuca y lo abrazó nuevamente para besar sus cabellos.

-Estaba tan asustado, yo pensé que... yo pensé que... -Su voz templo al intentar explicarse, jamás en su vida había sentido tanto terror como en esos momentos.

- No... yo no hubiera permitido que Apolo te violentara, si Hades no hubiera ayudado o no hubera intervenido de la manera tan directa como lo hizo, yo hubiera encontrado la manera, tu eres mío y nadie tiene derecho de mirarte siquiera ¿lo sabes verdad? -Poseidón volvió a levantar el mentón de Kanon y depositó un suave beso en sus labios.

- Si, pero tengo miedo, lo que menos quería era causar problemas, y ahora Apolo... -Evito la mirada.

-Apolo nada, él no podrá hacer nada, ahora todos los dioses saben que tú estás bajo mi protección, no solo por ser uno de mis marinas sino porque te causaron este daño. -Hablaba con un tono tranquilo y suave, no quería alterar más a su amado.

-Si, pero...

-Shhhhh... ven amor mío, debes dormir, así que ya no te preocupes más, no quiero ver esa mirada en esos hermosos ojos que tienes, todo se solucionará, ya verás... ven...

Poseidón caminó hasta el lecho y se acomodó en él con Kanon en sus brazos, el joven se acurrucó en esos poderosos brazos que tantas veces lo habían acunado e irremediablemente se durmió, el dios de los mares acariciaba tiernamente a su joven amante que dormía al fin y pensaba que las cosas se estaban dando de forma que su secreto pronto saldría a la luz, era imperativo conseguir la bendición de Hera para su unión y ahí radicaba su problema, el muy apuesto dios se acomodó de mejor manera en la cama, cerró sus ojos y sonrió al pensar en cómo las circunstancias de la vida llevaron a que se enamorada de uno de sus generales marina y lograra conquistarlo con tanto esfuerzo hasta que finalmente lo tuvo en sus brazos.

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-¿Cómo está? - Poseidón había venido al templo de Sagitario en medio de la noche, él había dejado dormido a Kanon y cuando se aseguró de que todas sus seguridades estuvieran en orden y nada perturbaría el sueño de su joven amante, fue a ver a Hades, el que estaba caminando de lado a lado en la habitación del templo de Sagitario en donde su castaño descansaba.

-Mejor... por lo menos creo que está mejor -Contestó Hades, pero seguia presente la preocupación en el. 

-Tiene mejor semblante, estará bien Hades, estará bien. -Poseidón puso la mano en el hombro de su hermano para demostrar su apoyo, el pelinegro suspiró y asintió, Seiya si tenía mejor semblante, tenía un poco de color en el rostro pero aún no despertaba, eso era lo que le angustiaba tanto, el dios de los mares no podía ser malagradecido o un mal hermano en estos momentos, de no ser por la protección que puso también Hades sobre su amado, estaría sufriendo haberlo perdido.

-Eso espero. -El tono del pelinegro denotaba preocupación.

-¿Qué es lo que estás haciendo por él? -Julián vio un suero que goteaba lentamente y estaba conectado al brazo del castaño que dormía, era un líquido en tono ámbar de apariencia extraña, porque como que se arremolinaba en si mismo y destellaba luces de colores.

-Hécate ha preparado varias pociones para él, ahora mismo fue al inframundo a traer algunas hierbas más y hacer un nuevo brebaje, nos llegó ayuda de alguien que había estado esperando diera señales de vida por tantos años. -Miro significativamente a su hermano el cual abrió sus ojos como platos, sabía a quién se estaba refiriendo, si ella estaba allí significaba algo mucho más grande todo lo que estaba pasando. -Y ahora tenemos una mejor idea de lo que necesita, espero que las cosas mejoren para él, solo nos queda esperar, mejor cuéntame ¿cómo está Kanon? -Hades acarició la frente de Seiya y por lo menos se tranquilizó al sentirla en temperatura normal, ya no estaba sudando frío por lo menos.

-Ahora duerme y por eso quise venir, Hades... tengo que agradecerte por todo lo que has hecho por mí, por nosotros, no sé qué hubiera sido de mi niño si tú no intervenías. -Julián dijo esto y su rostro se ensombreció, la sangre le hervía de solo pensar a lo que Kanon estuvo expuesto, el poderoso Dios de los mares quería la sangre de Apolo, pero Hades había dicho que no, que aún no era tiempo, Julián no podía reclamárselo de frente a Apolo porque nadie sabía de su relación con Kanon, pero el tiempo de las revelaciones se acercaba, eso era inevitable

-No tienes que agradecérmelo, yo solo quiero que él esté bien y feliz, sé que en tus manos lo estará porque sé de tus intenciones y sentimientos, Cerbero no se ha equivocado antes.

- No... mis hipocampos tampoco... -Solto un suspiro. -Queria pedirte otro favor, se lo iba a pedir a mi yerno, pero está demasiado angustiado y preocupado por todo esto, así que si dices que ella está aquí...

-Yo le pediré que vaya para curar las heridas que ese imbécil dejo en tu amado. -Acepto enseguida Hades sabiendo que era lo que quería pedirle, así como pudo notar las ansias que tenía Poseidón por ver a quien era también su nieta.

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