Capitulo 45.
-Bueno chico ¿qué tienes que decir? -Pregunto Zeus mirando hacía el marina, Kanon no sabía realmente que decir o de que habían estado hablando los dioses antes así que bajo la cabeza en señal de respeto, sintió a Camus y a Shun que trataban darle fuerzas para hablar.
-Mi intención nunca a sido causar problemas, lo siento. -Se sintió presionado por todas esas miradas a disculparse cuando realmente nada había sido su culpa.
-Si es atractivo, pero no veo cual es el alboroto. -Hera caminó por la estancia y miro al marina de pies a cabeza para luego también hacerlo con el peliverde que se sonrojo enseguida, ambos lo único que querían era desaparecer de allí, el menor solo tenía algunos moretones, en cambio Kanon contaba con grandes moretones en sus brazos, un corte bastante profundo en una de las palmas de su mano, además de un ojo hinchado y morado.
-El alboroto es que Apolo se llevó a mi hijo y a un general marina de mi hermano, a ambos en contra de su voluntad, los encerró, los golpeó. -Hades dio un paso al frente tratando de proteger a ambos. -También intento abusar de el.
-Insisto que debe sentirse honrado. -Frunció el ceño Apolo, Camus saltó enseguida en defenza de su amigo.
-¿Honrado? ¿te estás escuchando? se siente humillado, usado y muy asustado, te atreviste a lastimarlo. -Sus palabras sonaron frías como el hielo, pero en sus ojos se podía ver la llama del enojo que sentía. -Solo mira a mi hermano y a quien fue como un tío, un hermano para mi toda mi vida, lo que menos desean es estar aquí siendo sometidos al escrutinio de todos ustedes.
-Si me lo permiten, me llevaré a ambos, tienen que descansar y reponerse de lo que han pasado. -Hades hizo moción de moverse, pero Apolo se interpuso.
-No te los puedes llevar, reconócelo, el marina de Poseidón es tu amante y por eso lo estás protegiendo, no puedo creer que sigamos discutiendo por un simple humano.
-Kanon no es mi amante. -Repitió ya cansado de eso.
-Ese es otro tema en el que tampoco nos hemos puesto de acuerdo. -Comento Hera y su mirada se desvió hasta su esposo, este suspiro cansado, a veces olvidaba porque había vuelvo con ella luego de separarse de Hades.
-Y nunca estaremos de acuerdo en eso, pero en este tema en particular debemos dejar las cosas como están por el bien de todos, solo si el humano va a ser tomado como consorte y no es contra su voluntad es que será aceptado. -Camus soltó un suspiro, estaba cansado de ese tema. -Así como mi hermano menor se a comprometido con su novio. -Zeus se atraganto con su vino al saber de eso, no tenía la menor idea que su hijo se había comprometido ya. -Si se trata de tomar amantes humanos con su voluntad, solo es permitido para quienes no tenga un matrimonio, pero solo si el o la persona esta de acuerdo en esto.
-Eso no es suficiente, pero por el momento sirve. -Se quejo Hera rodando los ojos.
-Para terminar con este asunto, creo que será mejor que por obvias razones el joven príncipe permanezca donde sus padres y hermanos puedan cuidar de el y el marina sea trasladado a un lugar neutral hasta que las reuniones acaben, un lugar que no sea bajo el averno, santuario o templo de Apolo, hasta que logran calmarse los ánimos y la situación pueda resolverse.
-¿Y quién se lo llevaría? -Pregunto Zeus sintiendo en su nuca la mirada de Hera, también la mirada de sus dos hijos que lo fulminaron con esta al tratar a alguien preciado para ellos como un objeto.
-Si me lo permiten, creo que la mejor opción soy yo, a mi no me molestaría y así se evitarían los problemas, después de todo se trata de mi general marina, si tú estás de acuerdo claro. - Esta era la primera vez que Poseidón intervenía en la conversación, él había llegado al salón poco después, pero no sabían que había sido su hijo quien lo llamara para que estuviera urgentemente presente en esto y se había mantenido en la periferia, analizando todo y este era el momento oportuno de intervenir.
-¿Por qué te lo vas a llevar tu? -Preguntó Apolo frunciendo el ceño.
-Porque soy un partido neutral en este problema, porque conozco a Kanon y el estará seguro donde pertenece que es el templo marino, además me parece bien lo de dejar que la animosidad cese, hay asuntos muy importantes que aún debemos discutir y no lo vamos a poder hacer si seguimos peleando entre nosotros, es imperativo que las cosas fluyan y si para eso debemos remover la tentación, pues... yo puedo ayudar con esto ¿estás de acuerdo Kanon? -Preguntó Poseidón otra vez, el joven marina asintió inmediatamente y caminó la corta distancia que lo separaba del Dios de los mares y tomó su mano sin que los dioses lo notaran.
-¿Y tú estás de acuerdo con esto? -Preguntó Apolo a Hades que se encogió de hombros.
-Hay cosas más importantes que debemos discutir, lo único que me interesa es que Kanon esté en un lugar seguro y esté bien, eso es todo, si él acepta el refugio que Poseidón le ofrece, yo no tengo por qué oponerme, eso es lo que te he intentado decir, yo respeto sus decisiones y lo único que quiero es protegerlo, no imponer mi voluntad sobre la suya. -El tono de Hades era tranquilo y eso causó que Apolo lo mirara con furia y ya no dijo nada más.
Poseidón asintió y en medio de un remolino de vapor de agua desapareció con su general marina, los dioses volvieron a ocupar sus lugares en el gran salón, Hades se llevo a su hijo menor a donde sabía estaría bien cuidado para luego volver, por algún tiempo las conversaciones reiniciaron, Apolo miraba a Hades que estaba por el salón pero lucía preocupado por algo, estaba como inquieto, algo estaba pasando, toda la discusión de la mañana había sido extraña algo no cuadraba, jamás había mencionado nada del tercer muchacho.
Al caer la tarde Hades se disculpó y abandonó el salón, Poseidón no había vuelto en toda la tarde y Camus estaba muy angustiado por no saber nada al respecto del otro que faltaba de sus chicos, el joven dios estaba hablando con sus caballeros dorados en estos momentos, habían muchas cosas y anomalías que el no sabía y ahora se estaba enterando, su corazón se aceleró al enterarse de que seguían sin encontrar a Seiya, hacía dos días que nadie sabía nada de él, Aioros lo estaba buscando hasta bajo las piedras junto a Saga, pero hasta ahora no habían tenido suerte. Había dejado a cargo ese asunto a los mas fuertes, Seiya tenía que aparecer, sea como sea, hasta le había pedido a su esposo que ayudará con la búsqueda.
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En el templo de Sagitario todo era movimiento, Hades llegó cual vendaval y fue inmediatamente a las habitaciones principales que le habían asignado a su comitiva, entró e inmediatamente se dirigió hasta la cama, se sentó y acarició el dormido rostro del joven castaño que allí estaba desde que lo había sacado de donde lo tenía cautivo el dios del sol.
-¿Cómo está? -Cuestiono a la diosa que se había quedado con pegaso en su ausencia.
-Duerme, está muy débil y en este punto ya no sabemos qué hacer, no lo podemos despertar, se está desvaneciendo... se nos va... -Explico con un tono desesperado en su voz.
-¿No hay algo que puedas hacer? -Hades miro angustiado y preocupado a la diosa que negó con su cabeza.
- No mi señor... no logro determinar qué es lo que le pasa, siento muchas cosas contradictorias en él, su cosmos está fraccionado, es como si algún virus le estuviera absorbiendo toda su fuerza y poder, hay algo extraño en él y no puedo determinar lo que es, siento no poder ayudar... - Hécate se veía en verdad muy triste, ella había tratado por todos los medios ayudar al joven, pero nada de lo que había intentado había resultado, Hades miraba el demacrado rostro que tantas sonrisas le había dedicado y se quería morir, pensó en este punto en llamar a Zeus, tal vez él podría ayudar, a pesar de que no sabía como este reaccionaría ante su nueva relación, así que el Dios de los Infiernos se puso de pie y salió al patio central del templo de Sagitario, se estaba preparando para ir hasta su hermano cuando sintió una presencia extraña en el templo, era algo que ya había sentido antes, alguien que no debía estar ahí... estaba allí.
Hades volvió a la habitación en donde reposaba el joven caballero de Atena, la Diosa había salido a buscar nuevas plantas para preparar más infusiones por lo que el cuarto estaba vacío salvo por el muchacho que dormía, Hypnos y Thantatos estaban afuera, pero no... había otra presencia allí. El pelinegro se paró junto a la ventana y suspiró, miró la luna y concentró su poder y ahí fue que lo sintió con más fuerza, allí junto a la cama una esencia que jamás había podido percibir antes.
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