Capitulo 43.
En los días que siguieron, Apolo había estado rondando a Kanon y Shun por más advertencias que había recibido por parte de Hades, Cerbero estaba encima de ambos todo el tiempo, al igual que los dioses gemelos y siempre estaba cerca algún caballero dorado, Antonella mantenía a sus padres al tanto de todo lo que sucedía mientras ellos estaban ocupados lidiando con los otros dioses, muchas veces los tres primeros templos eran despertados debido a los gruñidos y ladridos de Cerbero que echaba a perder una y otra vez los planes de Apolo de secuestrar al marina y al príncipe menor del averno. Hades muchas veces rondaba por los templos, muchas veces Apolo lo había visto interactuando con ambos cuando todos dormían, otras veces lo había visto besándose con alguien que usaba una capucha, Apolo estaba seguro de que no se estaba equivocando sobre de que Hades ya tenía un nuevo amante en su lecho.
Las cosas no estaban para nada tranquilas ahora en el primer templo, todos estaban seguros de que Seiya estaba enfermo, se la pasaba todo el tiempo durmiendo y sin voluntad de querer moverse, se sentía extremadamente cansado todo el tiempo como si hubiera entrenado sin parar durante muchos días, en los últimos días ni siquiera había querido salir del templo, ya no iba con los demás a los entrenamientos y se quedaba en compañía de Mu, ni siquiera Hyoga con sus casi nueve meses de embarazo estaba tan agotado como el, el caballero de aries cuidaba lo mejor que podía del castaño, pero no sabían que le pasaba solo tenía ese si toma de cansancio constante, había vuelto a comer mejor, pero no como solía hacerlo antes, pero lo más preocupante para todos era que se la pasará durmiendo todo el tiempo.
Una mañana de esas en el salón del templo de Aries, Seiya estaba acostado en uno de los sillones con muchas almohadas, Cerbero no se quería apartar de su lado y gruñía bajito, muy suavemente como si quisiera llorar o algo así, la expresión del perro era de verdad triste, Antonella estaba con el dejando que el castaño recostara su cabeza en su regazo mientras acariciaba sus cabellos, era la única que hasta el momento había podido ayudarle a sentirse un poco mejor, pero no podía hacer mucho tampoco, todos estaban alterados debido a las acciones del can porque él no era un perro normal, si estaba así de triste debía de ser por algo, Saga también estaba allí esa mañana y hablaba sobre esto con Mu, no entendía porque su hijo no mejoraba si ya habían intentado con muchas cosas, pero nada surtía efecto, el castaño cada vez estaba más pálido que la muerte y casi no mantenía sus ojos abiertos.
-¿No ha comido nada extraño? -Preguntaba Saga una vez más mientras caminaba y miraba de reojo a su hijo que tenía una expresión serena en el rostro y sonreía ligeramente al acariciar a Cerbero, estaba que se jalaba los cabellos por no poder encontrar una solución.
- No... le he dado todas las infusiones de mi repertorio, hasta de unas raíces muy especiales que solo crecen en Jamir y se las he dado, pero ni eso le ha dado resultado, poco a poco ha dejado de comer porque todo le empezó a hacer daño, Antonella le trajo unos dátiles y se los a dado de a poco, eso ha podido comer, pero no es que le ha hecho mucho efecto tampoco, pero por lo menos tiene algo en su estómago, le ha traído también unos jugos y otras infusiones, al inicio yo estaba medio escéptico con eso, pero si le han hecho bien, Hécate ha venido a verlo a petición de Antonella y tampoco sabe lo que le pasa. -Resumio lo mejor posible el de cabellos lilas.
-¿Has dejado que la Diosa Hécate atienda a mi hijo? -Saga abrió mucho los ojos cuando preguntó esto.
-Primero me asegure de probar yo todo lo que le diera y cuando comprobé que no eran dañinas en ninguna forma se las di a Seiya, esas infusiones son cosa seria porque me puse hiperactivo y voy 3 días sin dormir, Seiya en cambio no... se le cierran los ojos y se cae de la debilidad, ahora si estoy preocupado, creo que es tiempo de llamar a Camus, hay algo en Seiya que no me agrada. -Paso sus manos por su cabello preocupado.
-¿De qué hablas? -Preguntó Saga frunciendo el ceño.
-Algo hace interferencia en él, no puedo sentir su cosmo, es como si... estuviera turbio por alguna razón, no estaba así, estas dos últimas semanas se ha ido acentuando, lo puedes sentir ¿verdad?
-Si, lo sentí apenas entré al templo, espera... ¿qué es eso? ¿lo escuchas? -Saga escuchó una muy dulce melodía que sonaba lejana, pero iba subiendo de tono cada vez más.
-Pero ¿quién? -Mu hizo moción de avanzar a la puerta, pero se mareó de la manera más horrible y tuvo que sostenerse de la pared para no caerse. Ikky trató de ponerse de pie pero no lo logró, Hyoga que estaba en el medio del salón se tocó la cabeza y cerró los ojos tratando de alejar la música de sus sentidos, pero no tuvo éxito, el rubio en cuestión de segundos cayó dormido, al igual que el resto, Antonella y Cerbero fueron los que más lucharon para no dormirse, pero luego de unos minutos cayeron dormidos.
Apolo entró al templo de Aries y sonrió ante el panorama, caminó sin pisar a los dormidos que estaban por toda la casa y se acercó al sillón, ahí vio al muchacho de cabellos verdes, sonrió, acarició su rostro y chasqueó los dedos, Shun se desapareció de donde estaba en un halo de fuego, seguido del Dios del sol que sonrió victorioso, de solo imaginarse la cara de Hades cuando se dé cuenta que se había robado a su hijo menor y también antes a su amante.
Hades estaba en el salón principal del templo del principal, escuchaba sin escuchar las interminables discusiones, cuando sintió algo extraño, escuchó a lo lejos una melodía muy hermosa, liras sonaban a la distancia y Hades no pudo evitarlo, sonrió y cerró los ojos concentrándose en las hermosas tonadas, y en eso estaba hasta que sintió un gruñido desesperado, magia, había magia en el aire, Cerbero lo estaba tratando de llamar con sus últimas fuerzas, en eso el dios temió lo peor.
El dios del averno abrió los ojos y salió abruptamente del salón ante la mirada confusa de los demás dioses, el que más le puso atención fue Poseidón que sintió un malestar en su pecho, cómo si acabarán de robarle algo, se desmaterializó para aparecerse en el templo de aries, en donde todos los que allí estaban dormían, Cerbero estaba tirado en el suelo, profundamente dormido también, la melodía seguía sonando y era hipnótica, Hades salió al patio y con una mirada destruyó la lira que había sido encantada por Apolo seguramente, volvió a entrar al templo y miró a todos muy confuso y molesto, los dormidos rostros que estaban comenzando a despertar.
Mu de Aries fue el que primero que se pudo poner de pie, su cabeza le explotaba, pero hizo un esfuerzo para caminar por el salón, ayudó a Hyoga a levantarse, fue por el sillón y su corazón escapó un latido, Cerbero ya no estaba, pero no era el único que faltaba.
- Shun... ¿en dónde está Shun? - Fue Ikky el que se estaba arrastrando por el suelo, buscando a su hermano que no estaba en ninguna parte, la desesperación se adueñó enseguida de el.
- No lo sé... -Respondió Hyoga todo asustado, Shun hace apenas unos momentos estaba a su lado.
-No es el único que falta. -Señalo An notando que Seiya ya no estaba con ella.
-Por todos los dioses ¡Seiya! -Saga entro en pánico al ver que su hijo no estaba por ningun lado, ignorando el dolor de cabeza que tenía salió del templo para ver si su hermano también había desaparecido, efectivamente había sido así, faltaban los tres en esos momentos.
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