Capitulo 41.
Antonella caminaba con una brillante sonrisa en su rostro, tarareando algunas melodías mientras atravesaba el camino hacía las escaleras de los templos, iba a desaparecerse cuando escuchó algo que heló su cuerpo y alma, pasos muy cercanos que venían en su dirección y voces muy conocidas que hablaban entre si, se escondió rápidamente tras un árbol y tomo su dije con fuerzas para hacerse invisible, esperaba que con eso fuera suficiente, porque Ares y Apolo se estaban acercando cada vez mas.
-Ese maldito perro que dejo Hades cuidando de ellos a arruinado todos mis planes para acercarme a ellos, todas las veces que ese perro siente mi presencia provoca que pronto venga alguno de los tres jueces o incluso los dioses gemelos, hasta el mismo se ha aparecido para impedirme cumplir con lo que quiero hacer, maldito Hades que no quiere perder ni a su hijo ni a su juguete nuevo, pero no importa, los tendré para mi de cualquier forma. -Se quejaba Apolo, An puso atención a sus ojos y a su tono de voz, no pertenecían al dios que ella conocía
-¿En serio vale la pena esa pelea con Hades por el menor de sus retoños y un simple mortal? -Cuestiono Ares, el dios de los muertos era un enemigo de mucho cuidado y eso era de conocimiento general, pero Apolo se mostró mucho mas fastidiado, estaba cansado de que su accionar estuviera determinado por otros dioses, así que detuvo su caminar.
-Sabes bien que ellas quieren que les lleve a el príncipe menor, tanto Hades como Camus perderían la cabeza si algo le pasa, intentarlo con el segundo sería mas complicado, por eso tiene que ser el, sobre lo del mortal, pues simplemente lo quiero para mi y ya. -Rodó sus ojos para luego agregar. -¿No estás cansado de siempre tener que estar rindiendo cuentas a los tres grandes?
-Si, pero no podemos hacer mucho al respecto aún. -Ares se encogió de hombros.
-Por eso tenemos que tomar el control de lo que por derecho nos pertenece, el orden de las cosas estaría mejor con nosotros a cargo y ahora los astros nos están mostrando el camino, el destino esta en nuestras manos ya que hemos logrado impedir que los guardianes tengan a quien debería ser la diosa del destino, mientras siga siendo así, si podemos impedir su nacimiento tendremos todo el poder a nuestra disposición, esa niña solo sería un problema para todos nosotros. -An sintió como sus signos vitales se aceleraban, se repetía una y otra vez que no se trataba de los dioses que ella conocía en el futuro, que ellos en este tiempo jamás la habían cuidado, pero no por eso sus palabras dolían menos. -Desde que tenemos el poder de esa profecía y tenemos el control de las que vengan, solo tenemos que cumplir el deseo de venganza de Athena y todo será de nosotros. -An sintió que se formo un nudo en su garganta, Athena era una de las implicadas, Athena, esa misma que le contaron daño tanto a sus padres, siguió con mucho sigilo a los dioses, tenía que saber quien mas estaba metido en esto, esa diosa no tenía que tener tanto poder como para lograr controlar a todos, alguien mas debía de estar metido.
-Entonces la gota que derramo el vaso dices que es el que Hades haya tomado a un marina de Poseidón como su nuevo amante. -Afirmo Ares mirando a su hermano de reojo, ante la mención de eso Antonella se alivió y preocupo más, al parecer ellos creían que Kanon era el amante de su abue y no Seiya, tendría que pasar mas tiempo con el dragón marino para poder protegerlo de cualquier plan de esos dioses. -Cuando menos se lo espere se lo voy a robar sin problemas, a An no le importaba haber terminado por regresar al río siguiendo a ese par, fue en eso que escucho el ladrido de Cerbero que debía de estar avisando que Apolo estaba cerca de los chicos y Kanon.
Shun levantó la mirada hacía la colina apenas escucho el ladrido de Cerbero, allí fue que vio al dios del sol que lo miraba con aquella sonrisa que tan incomodo lo ponía, Kanon también lo había notado y se acerco enseguida con una toalla al menor para cubrirlo con esta, a pesar de que en cuestión de segundos ese dios desapareció de donde antes estaba, el peliverde estaba pálido, pero volvió a tomar color cuando vio a su madre acercarse caminando lentamente por el pasto y extendió su mano hacía Cerbero para poder calmarlo.
-Ya quieto, ya se fue buen chico. -Cerbero obedeció a su amo y lamio su mano, Shun agradeció a Kanon por la toalla y se acercó a su madre, que miro hacía su otro hijo ahora. -¿Ahora entiendes qué necesitas ayuda para proteger a tu hermano menor?
-Si mamá, lo que tu digas. -Soltó un suspiro el fénix, ya había tenido esa conversación con su madre el otro día.
-Mamá, perdón. -Se acerco al dios pelinegro que le atrajo hacía sus brazos dejando pequeñas caricias en su cabello.
-¿Por qué lo sientes? no es tu culpa que Apolo siempre este por aquí rondando. -Soltó un suspiro, miro hacía Kanon agradeciéndole con la mirada por también estar pendiente de su retoño, a pesar de que el general marina sabía que también era uno de los que estaba siendo acosado por Apolo.
-No, pero viniste hasta aquí y... -Bajo la mirada apretando sus labios.
-Vine porque Cerbero me llamo, además de paso pude escapar un rato del templo principal, lo siento por tu hermano, pero esta vez era yo quien necesitaba un respiro. -Se excuso encogiéndose de hombros.
-¿Tan tensas siguen las reuniones? -Pregunto Seiya que miraba de reojo al dios pelinegro, este fijo sus ojos en el castaño no pudiendo evitar sonreír, Ikky miraba a ambos analizándolos detenidamente.
-Aburridas, tensas, lo mismo de siempre con algunos nuevos tintes sarcásticos y mas niñerías de lo usual, nada nuevo realmente. -Volvió a acariciar la cabeza de Cerbero cuando se dio cuenta que ahora eran sus dos hijos quienes lo estaban analizando demasiado.
-Escuchando eso me hace agradecer no ser un dios o uno de los integrantes de las comitivas. -Comentó mordiendo su labio inferior el pegaso. -Shun ¿vamos al agua?
-Claro. -Dejó la toalla a un lado para seguir al castaño que parecía haber recuperado finalmente parte de sus energías.
-Oye mamá... -Llamo con un tono curioso Ikky alzando la mirada.
-Has pronunciado la palabra clave, soy tu madre y no tengo porque darte explicaciones de lo que hago. -Le guiño un ojo a su hijo que sonrió y negó con la cabeza, ambos vieron como Cerbero los dejo solos para irse con Seiya y Shun al agua, Ikky aprecio feliz aquella sonrisa que se formó en los labios del dios pelinegro viendo como jugaba su fiel mascota en el agua.
-Entonces comenzaré a pensar otras formas de decirte a partir de ahora. -Comento encogiéndose de hombros, Hades rodó los ojos y se cruzó de brazos, no había podido engañar por mucho tiempo a su segundo hijo. -Pero si quieres mi silencio... prométeme que estaré cuando padre se entere.
-Es adorable apreciar tu respeto y amor hacía tu padre. -Desordeno los cabellos de Ikky para luego despedirse y volver a las reuniones.
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