Capítulo 4.
Cuando el reloj indico las ocho de la noche en punto, las puertas del comedor fueron abiertas dando paso a tres de los descendientes del dios del Averno, dos de ellos venían hablando de cualquier cosa, pero la menor de ellos se mantenía en silencio, sin embargo, los tres hermanos que quedaron de piedra al entrar, Ares no estaba presente, pero si estaba Apolo y acompañado por nada más ni nada menos que Zeus el dios de los cielos, su propio abuelo, ambos tenían expresiones serias y se quedaron callados cuando vieron que ellos ya habían llegado.
-Pasen chicos, era muy importante que vinieran está noche, tenemos un invitado muy especial como pueden ver. -Ares llegó detrás de ellos tomando por los hombros a ambas chicas para hacer que entrarán, eso haría que el rebelde de Adrien no sé negara a estar, el cual arqueo una ceja hacia los dioses, pero en nombre de la paz y cortesía se acercó para estrechar la mano de Zeus cómo si no supiera que era su abuelo, el dios de los cielos estaba sorprendido de lo grande que estaban esos niños, pero se quedó estático mirando por más tiempo a la más pequeña de ellos, por segundos la imagen de un aquamarina de Nivea piel y expresivos ojos amatistas se le vino a la mente, pero no fue suficiente para hacer que recordara, se distrajo de ese sentimiento de vacío apreciando la belleza de los tres hermanos, cada uno era una exquisitez de belleza que no era opacada entre ellos.
-Es un gusto verlos sobrinos míos. -Tanto Adrien cómo Aileen se dieron una mirada de incomodidad, aún les costaba asimilar como habían logrado borrar los recuerdos de su abuelo Zeus. -Su abuelo Hades estaría muy orgulloso de verlos, claro si pudiera. -Deposito un beso en la mano de la mayor para hacer lo mismo con la menor.
-A nosotros nos gustaría verlo a él y que pudiera conocer a mi hermana, pero está en tus manos reunirnos. -Dijo Adrien destilando sarcasmo en su voz.
-No hijo, eso no está en mis manos, fue una decisión de todos encerrarlo en aquella urna, pero no, por favor pequeños, no quiero arruinar está hermosa noche con tan tristes recuerdos, es mejor recordar a su abuelo por el amor que tenía por su hijo y por ustedes. -Zeus camino hasta la mesa y se sentó en el puesto principal, todos los demás ocuparon sus lugar e inmediatamente las chicas de servicio llevaron copas para servir el vino a los adultos, haciendo la excepción solo por la menor a la cual sirvieron una limonada. -¿Cómo han estado las cosas aquí abajo?
-No lo se he pasado en el calabozo demasiados días. -Contesto Adrien con una sonrisa, Antonella lo miro abriendo sus ojos de par en par, Aileen oculto una sonrisa divertida ante la obvia incomodidad de esos dos dioses.
-¿Y eso por qué? -No era una respuesta esperada por el invitado, fijo sus ojos en sus hijos que negaron con la cabeza, Apolo hizo una seña para que sirvieran la mesa y Ares amenazó a Adrien señalando a sus hermanas y luego su cuello, pero eso no detendría durante mucho tiempo a este.
La cena transcurría en tranquilidad, se logró mantener a raya los ataques entre Adrien a los dioses hermanos, estos no esperaban mucho para poder atacarse de cualquier forma, Zeus mantenía una conversación que se centraba en historias sobre Hades, Antonella analizaba al dios y sentía que de verdad extrañaba a su hermano favorito, pero no podía o simplemente no tenía las ganas de liberarlo, jamás tuvo claro ello a comparación de sus hermanos. Al final de la cena mientras tomaban los dioses más vino y los jóvenes disfrutaban lo mejor que podían del postre, Apolo se aclaró la garganta antes de hablar.
-Hemos dejado lo mejor para el final, hay una razón por la que necesitábamos de la presencia de nuestro padre está noche, el ya está enterado y está complacido con la noticia. -Comenzo a hablar con una sonrisa que a Adrien no le traía nada bueno.
-¿Qué noticia? -Cuestiono frunciendo el ceño, esa sonrisa ahora en Ares solo le daba mala espina.
-Como ustedes saben nos hemos hecho cargo del Inframundo lo mejor que hemos podido, así el balance entre los reinos no sé a perdido debido a la ausencia de Hades.
-Esa es tu opinión. -Replico Aileen por lo bajo, Antonella miraba a todos los adultos a su alrededor sintiéndose ahogada de pronto.
-Zeus nos otorgó el control del Inframundo de manera indefinida y pensábamos hacerlo oficial.
-No, ustedes no pueden tener el control del Inframundo, no tienen las habilidades o el poder para hacerlo, vuestros cosmos son incompatibles con el Averno, no pueden estar hablando en serio. -Adrien dejo con fuerza sobre la mesa los cubiertos, sabía que no tardarían tanto tiempo en dar su siguiente paso.
-Te equivocas, tienes un punto en decir que no podemos hacerlo... Pero eso es solo estando solos, claramente uno de los dos o ambos necesitamos que alguien con sangre del Inframundo sea nuestro consorte. -Ares giro la cabeza para fijar sus ojos en Aileen que palideció por sus palabras. -Quedando solo tus dos hermanas como opciones para esto.
-¡Antonella es una niña! -Ambos hermanos mayores saltan al mismo tiempo, la menor se encogió en su lugar.
-Lo sabemos, es por eso que yo de momento pensaba en ti mi princesa. -Ares tomo la mano de Aileen que sintió náuseas.
-¿ A mi? -Sentia su interior retorcerse.
-¿Pretendes que te de la mano de mi hermana en matrimonio? Se que jamás te funcionan tus romances con tus amantes, pero eso no te da derecho a querer estar con mi hermana. -Adrien se sentía completamente indignado.
-Zeus ya otorgo su consentimiento, al hacerlo les dará la inmortalidad a todos ustedes y liberará parte de su cosmos, así podremos tener control en el Inframundo. -Explico el dios de la guerra tranquilamente, su tono de voz era sereno, mientras que sus ojos transmitían maldad pura, resentia en sobremanera la forma que tenía Adrien para tratarlo.
-Mientras que Antonella podrá llegar a su mayoría de edad antes de convertirse en mi consorte. -Agrego Apolo a las palabras de su hermano.
-¿Diste tu consentimiento? ¿No se les ocurrió preguntarme si yo estaba de acuerdo? -Aileen lanzo su servilleta sobre la mesa, Antonella murmuraba muy bajo que pararan, comenzaba a sentirse mal.
- Tu... harás lo que se espera de ti, por tus hermanos y el legado de tu abuelo, debemos conservar el balance, eso es lo más importante y ustedes lo saben, como una de las princesas del Averno debes saber cuál es tu lugar. -Dijo Zeus en un tono frío como el hielo. -Ademas deberías sentirte honrada al ser despistada por Ares.
-Ya basta... -Susurro Antonella sintiendo su cuerpo temblar, pero solo escuchaba a los adultos seguir discutiendo, sentía un nudo en su garganta. -Ya basta...
-Ni muerta me casare con el. -Señalo al dios de la guerra con desprecio.
-Eso puede arreglarse. -Dijo Ares en un tono severo, sus ojos brillaron de una forma que la menor jamás había visto o al menos no lo recordaba.
-Por favor... basta... -Seguia pidiendo siendo ignorada por cada uno de ellos, cuando ya no pudo más con todo lo que estaba sintiendo su cuerpo se puso de pie de golpe para gritar con todas sus fuerzas. -¡YA BASTA! -Todos tuvieron que sostenerse de algo, algunos guardias y sirvientes cayeron al suelo debido al temblor provocado por la menor, la lluvia comenzó a caer con fuerza en el exterior, nieve comenzó a caer en la tierra junto a granizo, el Olimpo se oscureció y a lo lejos se podían escuchar rayos y truenos, Zeus parpadeo un par de veces, algo trataba de recordar que había Sido similar a este arrebato.
-An. -Adrien cómo pudo se acercó a su hermana para poder calmarla, sino lo hacía la tierra se llevaría la peor parte, abrazo a la más pequeña contra su pecho logrando en minutos que su explosión terminará.
- Yo no tengo nada más de que hablar con ustedes. -Aileen apenas pudo ponerse de pie se dió media vuelta y salió de allí, Antonella empujó a su hermano para que fuera tras ella, los siguió con más lentitud quedándose en el pasillo para recuperar algo de fuerzas, los dioses hermanos iban a seguirles pero Zeus los detuvo negando con su cabeza, era mejor que los dejaran solos por el momento.
Antonella se recargo en el muro tratando de recuperar fuerzas, iba a ir hacia las escaleras para buscar a sus hermanos, pero en eso escucho voces provenir del comedor, algo dentro de ella le dijo que se quedara allí en la oscuridad.
-Estas en serios problemas Ares, tu futura esposa te desprecia. -El tono utilizado por Zeus era despreocupado cómo si todo solo fuera un juego.
-Será un rato someterla, pero su belleza vale la pena todo esfuerzo, además su mayor debilidad son sus hermanos, por ellos hará lo que sea. -Se encogió de hombros. -Cuando Adrien este fuera de nuestro camino ella protegerá a capa y espada a Antonella, será capaz de sacrificar todo con tal de proteger a su pequeña hermanita indefensa. -Solto una carcajada.
-Se parece en eso a él. -Comento Apolo tomando una copa de vino.
-¿A él? ¿Te refieres a su abuelo? -Pregunto confundido el dios de los cielos.
-No, a sus padres, en especial a su madre.
-Por favor no menciones a ese mortal. -Pidio Zeus sintiendo jaqueca. -De no ser por el, Hades seguiría aquí y seguiría siendo mío.
-De cualquier forma ese es su talón de Aquiles, podremos controlarla fácilmente, ella es la pieza que nos falta para tener todo el poder, pero primero tenemos que hacernos cargo del chico. -Apolo camino hasta una estantería y tomo una de las botellas, sirvió la copa de ambos dioses para hacer un brindis.
-Cuando hablan de que pondrán a el chico fuera de su camino ¿A qué se refieren?
-Que sus días están contados padre, mantenerlo en una celda ya no es viable, con el fuera del mapa, Aileen se rendirá y Antonella se comportará, hemos Sido muy generosos con ellos, debían morir y tú lo sabes. -Señalo al dios.
-Lo sé, llámame sentimental o loco, pero... No pude, hacerle eso a esos tres niños no era algo que me creyera capaz de hacer. -Solto un suspiro.
-Pero Adrien está siendo un problema, Aileen es difícil y Antonella es alguien que no sabemos cuál será su siguiente movimiento. -Sirvio otra vez las copas.
-¿No que la niña era aliada? -Fruncio el ceño mirando a ambos.
-Por supuesto, tener a Destiny por más dormida que este de nuestro lado es el mejor plan, pero ya la viste, apenas se entere de la muerte de su hermano va a explotar incluso peor que hace unos momentos, se supone que su cosmos está atado, no debería poder hacer eso.
-Si así quieren hacerlo, les doy mi apoyo. -Dictamino el dios, aunque su tono tenía algo de tristeza y dolor en el.
El corazón de Antonella comenzó a latir con violencia, jamás pensó que las cosas se darían de aquella manera, volvía a sentirse usado y engañado, por años trato de confiar en quienes estaban a su alrededor, pero estos solo querían poder tal como sus hermanos trataban de hacerle ver, tenía que encontrar lo más rápido a sus hermanos y advertirles de sus planes, tenían que escapar, pelear, algo debían hacer, Zeus los acaba de desproteger también como siempre temieron que pasaría, el estaba de acuerdo con todo eso, sus vidas estaban corriendo riesgo y no podía quedarse sin hacer nada, necesitaban más ayuda, necesitaban a su abuelo y otra vez escuchaba ese nombre, pero ahora era ellos quienes lo pronunciaban, Destiny, Destiny.
-¿Acaso yo soy Destiny? -Se pregunto mirando el techo cuando subía las escaleras. -No es momento de hablar conmigo misma. -Apuro el paso para ir a buscar rápidamente todo lo que necesitaban, tenía preparadas unas mochilas de escape por si un día los invadian, jamás pensó que sería para escapar de allí debido a que estaban del lado incorrecto.
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