Capitulo 39.
Tres días después de una manera muy inusual, tanto que pensaban que no era posible, An no estaba con muy buen humor y por primera vez la chica entendió realmente el empeño que Seiya le ponía a sus entrenamientos y supo de donde el castaño sacaba las fuerzas para hacer papilla a los muñecos de entrenamiento, esta vez era Seiya quién la ayudaba a entrenar las técnicas de contacto cuerpo a cuerpo, este estaba sorprendido por el gran cambio de An, su nivel había aumentado demasiado en cuestión de nada, pero la ferocidad con la que lo atacaba hoy era fuera de este mundo.
-Oye tranquila, no soy tu enemigo ¿Tomaste algo extraño? ¿Desde cuándo eres tan fuerte? -Seiya tenía la lanza en las manos, pero estaba teniendo muchos problemas para esquivar y desarmar a Antonella, ella derramaba molestia y angustia por todos lados.
-Perdón... Me desquitó contigo y no tienes nada que ver. -La chica de cabellos multicolor se quedó quieta en medio de la arena y tendió su mano al castaño para ayudarle a levantarse, este se había caído para ese punto, Seiya acepto la ayuda y de puso pesadamente de pie, en los últimos días se había sentido algo cansado, algo raro en el, normalmente era el que más energía tenía de todos y lo más raro era que dormía mucho más que antes.
-Tranquila, si contamos todas las veces que yo te bote al suelo, está me la marezco. -Tranquilizo mirándole con una divertida sonrisa.
-¿Te lastime? -Pregunto preocupada inspeccionando al contrario, lo veía algo pálido. -¿Sei te sientes bien? Estas pálido.
-Lo mismo dijeron Hyoga y Shun, pero no te preocupes, debe ser una baja de azúcar o presión, hoy en la mañana no comí nada porque tengo el estómago todo revuelto, debe ser solo eso. -Se encogió de hombros restándole importancia.
-Vamos a que comas entonces. -Pidio jalando con suavidad de su brazo.
-No tengo hambre. -Se quejó dejándose llevar a donde estaba el resto.
-¿Estas enfermo pony? -Ikky se levantó y intento poner una mano en la frente de Seiya, pero esto no se dejó tocar y fue directo a sentarse junto al peliverde para luego acostarse y poner su brazo cubriendo su cara.
-No estoy enfermo, no me molestes Ikky y por sobre todo... No me digas pony. -Le lanzó una mirada fulminante al fénix que alzó sus manos en señal de paz.
-Este está de peor genio que Hyoga. -Susurro bajo este dejando que solo An lo escuchará, eso era verdad, Hyoga estaba con sus cambios de humor por el embarazo, pero el que más sufría esto era el pobre de Aioria, con ellos no tanto, el decía que la presencia de Antonella lo relajaba y era solo por eso. -Shiryu nos toca. -Llamo a este que lo siguió a la arena para tomar las lanzas ellos esta vez.
Antonella tomó un trago de agua y casi se atora porque vio a Hypnos aparecerse al borde de la arena, rodo sus ojos y fue bordeando la arena hasta salir del campo visual de los chicos, dos de ellos habían notado al dios del sueño que no estaba intentando cubrir su presencia y entendieron quién era el causante del mal humor de la chica.
-¿Qué haces aquí? -Pregunto cruzándose de brazos sobre su abdomen, alzó la mirada para fijarla en los hermosos ojos del dios que le devolvían la mirada de una manera algo extraña.
-Anoche no volviste al templo de capricornio, fui a buscarte a aries y tampoco te encontré, no pude sentir tu presencia y me preocupe. -Explico el dios, An soltó el aire de sus pulmones y echo su cabeza hacia atrás negando luego, seguía molesta con el.
-¿Te preocupas por mí ahora? ¿Dónde estuviste los últimos tres días? -Se quejó arrugando su nariz, el dios había notado que eran acciones de las que la chica no era totalmente consiente.
-Tengo encargos que cumplir de tu abuelo, he tenido que estar infiltrado en distintos lugares porque... -An alzó su mano para que se detuviera, hasta ella sabía dar mejores excusas.
-No me importa en estos momentos lo que mi abuelo te haya mandado a hacer ¡Te desapareciste tres días! Luego de... -Paso sus manos por su cabello que tenía en una coleta algo desordenada a este punto debido al entrenamiento, respiro profundamente recuperando la compostura. -Vete a la punta del cerro Hypnos. -Trato de irse para volver con los chicos, pero el del la tomó suavemente del brazo.
-Espera, por favor espera...
-¿Para que? ¿Que quieres ahora? -Volteo a verlo molesta, aún así no era la emoción ni sentimiento principal que expresaban sus ojos, más bien estaba dolida.
-Solo... No te vayas. -El rubio se acercó a la chica sin soltar su agarre y con su mano libre acaricio su rostro, delineando su mandíbula luego con su pulgar, ambos se quedaron viendo fijamente durante unos segundos y se unieron en un suave beso, este era muy diferente al anterior, Hypnos abrazo a la menor dejando caricias a lo largo de su espalda mientras su lengua se abría paso en esa dulce boca que lo recibia dispuesta, An relajo su cuerpo y abrazo al mayor por el cuello que dio un paso hacia adelante pegando aún más sus cuerpos, el dios soltó su brazo para poder abrazarla de mejor forma y allí bajo el sol que caía ellos se besaron algún tiempo, estas sensaciones eran nuevas para ambos, pero en medio del beso Hypnos se separó de golpe y se alejó algunos pasos de la chica bajando la cabeza y evitando la.
-No puedo... No... -Nego con su cabeza.
-¿Qué no puedes? ¿Que pasa? -Cuestiono confundida para luego volver a molestarse con el dios. -No te atrevas ¡Hypnos! -Pero su reclamo quedó en el aire, el dios del sueño ya no estaba allí.
Un trueno rompió aquel silencio luego de que un poderoso rayo iluminará el cielo, el sol que brillaba alegremente hace unos momentos fue ocultado por nubes negras que salieron repentinamente, Antonella no tenía muchas intenciones esta vez de retener sus poderes, en la arena Ikky y Shiryu seguían con su combate, pero tuvieron que detenerse debido a la densa lluvia que comenzó a caer, así que los chicos dejaron todo para correr al templo de Aries, corrían divertidos en la lluvia y no notaron a An que no estaba en el camino, ella también se dirigía al templo, pero lo estaba haciendo por otro lugar.
La chica lo pensado detenidamente no queriendo que los chicos tuvieran que pagar los platos rotos debido a cómo se encontraba en esos momentos, ella normalmente no experimentaba este tipo de emociones y sentimientos, normalmente les daba tienda suelta a estos debido a que eran a los que todos estaban acostumbrados y solo podían provocar consecuencias de un buen clima, no uno como el de ahora, siguió caminando sin darse cuenta que no estaba sola.
-¡Antonella espera! -Se detuvo enseguida para voltear y encontrarse con su mamá.
-¿Mamá? ¿Qué haces aquí? Te estás empapando. -El de cabello aquamarina se acercó a esta, cuando notó el cambio de clima sabiendo que no era quien lo provocaba se excuso en las reuniones para ir a ver qué estaba sucediendo en el primer templo.
-Eso no importa ¿Que te pasa cariño? -Tomo su rostro con suavidad entre sus manos, ese simple gesto desarmo por completo a la chica que suspiro frustrada y sin más reparo en ello se abrazo a su madre de este tiempo que no tardó en devolverle el abrazo. -Tranquila, lo que sea que te haya pasado seguramente podemos encontrarle solución, solo la muerte no tiene remedio, pero nosotros aún podemos negociar con eso. -Camus miro a la menor con una sonrisa que fue correspondida a los segundos, An llevo una de sus manos a sus ojos refregandolos un poco para quitar aquellos cristales que se iban a formar con sus lágrimas, relajo un poco su cuerpo y asintió cansada. -¿Ahora quieres contarme lo que te pasa?
-No es nada, son solo tonterías mías, no me hagas mucho caso. -Suspiro otra vez y alzó su rostro recibiendo parte de la lluvia, esto le hizo sonreír, a Antonella le gustaba la lluvia y siempre que podía salía a jugar en ella, pero en estos momentos no es algo que haría.
-¿Y quieres que te crea que por tonterías tuyas haces que caiga una tormenta? -Pregunto ladeando su cabeza un poco, formó un campo de energía entre ambos para con sus poderes secar a ambos, no sería bueno enfermar por estar aún en la intemperie sin la ropa adecuada. -Cariño se que no me conoces de mucho, pero tú y yo solemos hacer lo mismo cuando algo nos ocurre, créeme que puedo decirte sin temor a equivocarme que tu padre fue el causante de la mayoría de tormentas que provoque. -Eso provocó risas en ambos y voltearon a ver a Cerbero que había salido del templo saltando bastante emocionado en la lluvia, el can no era un cachorro ni se comportaba como uno, pero así es como se veía bajo la lluvia. -Se que no quieres que tus hermanos y los chicos se enteren que tú lo causaste, pero me tienes a mi y también tienes a tu padre.
-Papá es capaz de formar un desastre si sabe que estoy de esta forma. -Inflo sus mejillas, Camus asintió a sus palabras era algo que sabía su esposo haría por cualquiera de ellos. -Pero si... No quiero asustar a los chicos, yo soy mucho menos normal que ellos, me gustaría serlo, pero no lo soy.
-Normal no va bien con nosotros cariño. -Dejo una caricia en su mejilla con cariño. -Y más bien creo que los chicos se sorprenderían de que eres capaz de hacer un desastre igual que yo, pero entiendo tus razones para ocultarlo aún.
-Aun estoy aprendiendo a controlarlo, Adrien y papá eran los que me ayudaban más con esto. -Explico volviendo a abrazarse a su madre, sentía que la única persona que podía entender cómo se sentía era el precisamente, eran demasiado parecidos, alzó su mano hacia el cielo y la lluvia dejó de caer abruptamente, las nubes se fueron y el sol volvió a brillar otra vez, aunque ya estaba cerca del ocaso.
-Pues te diré que es bastante útil para cuando quieres salir y no hay buen clima o quieres tener una excusa para no salir. -Le guiño un ojo, muchas veces se había aprovechado de esa habilidad cuando aprendió a controlarla. -Cuando quieras hablar sobre eso que te pasa puedes buscarme, si tiene que ver con líos del corazón no busques a tu padre o a alguno de tus abuelos, mejor habla conmigo o con alguno de los chicos ¿Si?
-Gracias mami. -Sonrio brillantemente como a todos les gustaba ver, Camus dejó un beso en su frente para despedirse de ella, debía volver pronto a las reuniones.
Antonella sonrió mientras volvía a caminar al templo de Aries, todos esos años su mamá le había hecho mucha falta, mucho más de lo que todos creían, sintió ese calor especial llenar su pecho que fue lo que la ayudo a regresar el buen clima, cuando llegó al templo ya había parado del todo de llover, Mu había encendido la chimenea de la sala y los chicos ya se habían cambiado, estaban sentados alrededor de la chimenea comiendo malvaviscos asados, bueno casi todos, Seiya estaba acurrucado en el sillón completamente dormido, Shun se acercó a la entrada para poder secar a Cerbero, el temible can se dejaba hacer y secar, cuando lo dejaron entrar fue directamente a acomodarse a los pies del castaño que en contra de todo pronóstico no despertó hasta la cena en donde no comió mucho que digamos y fue el primero en ir a dormir.
Antonella le dio a Mu una receta de una infusión que ayudaría al Pegaso, para que al menos en la mañana fuera a comer algo, esa noche se demoró en subir por los templos, no tenía muchas ganas de salir, además ya había descartado el templo de capricornio, la vertiente de agua provenía de un río subterráneo que continuaba al templo de sagitario, pero eso sería un problema, la comitiva del averno estaba allí, además también estaba Aioros que siempre estaba atento a cualquier movimiento inusual, entrar a ese templo era suicida, debía hablar con Hécate primero para que le ayudará a entrar, porque a Hypnos no quería verlo ni en pintura en ese punto.
Pasaron algunos días hasta que An se animara a incursionar por el templo de sagitario y para su propia sorpresa, no fue tan difícil ingresar al templo, la complicación real fue cuando encontró que en ese templo aparentemente no se escondía nada, intento usar todos los trucos que conocía para tratar de encontrar pasadizos secretos o entradas ocultas como en los otros templos, pero no encontró nada. Pero estaba segura que debía de haber algo justamente por eso, este templo tenía la particularidad que en sus muros de piedra habían varios dibujos tallados que representaban distintas cosas, paisajes, la antigua diosa que alguna vez fue regente allí, la armadura, hasta un legado con las alas extendidas, pudo ver muchas cosas en esos muros, pero nada que le indicará donde estaba la laguna y ya se había convencido de que ese templo debía de ser la clave, así es como lo presentía.
-No deberías estar aquí, es riesgoso. -Dio un pequeño salto cuando escucho aquella voz cerca de su oído que pertenecía a quien justamente no quería ver.
-Te he dicho hasta el cansancio que no hagas eso. -Respondio An con un tono frío, esta vez solo se sorprendió porque si se estaba esperando a que Hypnos llegará de un momento a otro, solo que esperaba que decidiera no molestarle.
-Perdón, pero debía avisarte, tu abuelo está ocupado con cierto castaño. -Explico con urgencia el dios.
-¿Y qué hacen ellos aquí? -Cuestiono ahora entendiendo a que se debían los susurros del dios del sueño.
-Bueno... Ellos están en una de las habitaciones. -Respondió mirando hacia otro lado, no sabía que tanto de eso la menor sabía, Antonella soltó un suspiro y negó con la cabeza, al parecer su abuelo y su bu no querían perder nada de tiempo.
-¿Por qué tenían que hacer eso aquí? -Cuestiono intrigada, después de todo era el templo de Aioros, madre del castaño.
-No lo sé, mi señor usualmente se queda en una de las habitaciones del templo principal, supongo que no le pareció prudente llevar a su amante mortal allí, por eso lo trajo aquí donde están todos los del averno, uno de los lugares más seguros por eso aquí en estos momentos. -Explico encogiéndose de hombros.
-Tiene sentido. -Volvio a girarse para revisar los murales.
-No hay nada tras los murales, ya revise todo el templo, sus muros son sólidos y muy gruesos, más que los de otros templos.
-Y es por eso que debe haber algo, papá me ayudó a revisar el templo de Escorpio y no hay señal del río subterráneo que llega a capricornio, por lo que ese río debe tener la vertiente por aquí. -Camino por los apenas iluminados pasillos hasta que llegó a otro mural, este era muy hermoso y alto en su relieve donde se podía ver la caída de un meteorito a la tierra.
-Debe ser por eso entonces. -Murmuro Hypnos recargando se en el otro muro.
-¿Ah?
-Los guerreros de Ares han intentado entrar, pero Aioros está haciendo guardia en el perímetro y nos a pedido que estemos atentos a cualquier movimiento extraño, en todos los templos se aumentó la seguridad y vigilancia, quisiera saber qué pasa en el círculo interno de tus padres, pero Shaka de virgo siente mi presencia y es un problema eso.
-Es el amado de Shun, claro que tiene ese tipo de habilidades sino mi abue y mi abuelo jamás hubieran aceptado su relación. -Siguio caminando por el pasillo, pero Hypnos tomó suavemente su muñeca para detenerla, por lo que volteo a verle confundida.
-No quieres ir allí, ellos están en la habitación del fondo. -Ante la significativa mirada que le dio el dios comprendió enseguida, eso fue suficiente para confirmarle que definitivamente estaban haciendo todos menos hablar en esa habitación.
-Si, esa es una de las cosas que prefiero no ver, uno de los objetivos de mi vida no es quedar con un nuevo trauma psicológico en mi vida, ya tengo suficiente con los que cargo. -Paso sus manos por su cabello, mordió su labio inferior luego de soltar un suspiro.
-Eres demasiado dura contigo misma. -Comento el rubio mirando a la chica que sonrió de medio lado.
-¿Vamos a seguir hablando de lo que soy o no soy? -Cruzo sus brazos bajo su pecho, esto hizo que el dios evitará la mirada para no parecer irrespetuoso.
-Sigues molesta conmigo. -Afirmo lo que estaba sucediendo.
-Claro que no ¿Cómo estaría molesta contigo? Si yo soy solo un juguete en tu vida, me tomas y me dejas cuando te da la gana, te desapareces por días, me besas y me abandonas, me abrazas y me apartas, no se qué es lo que quieres y me estás sacando de mis casillas todo el tiempo por eso ¿Como podría estar enojada contigo? -Las palabras de An como nunca antes destilaban sarcasmo y dejaba ver que tan molestaba estaba.
-Antonella...
-Mírame a la cara si vas a hablarme al menos, es lo que al menos me merezco ya que no te crees capaz de que te mirada no se vaya para otro lado. -Se quejó inflando sus mejillas. -Tu solo quieres jugar conmigo y yo no estoy para juegos, tengo una misión muy importante que cumplir y no tengo tiempo para tus indecisiones Hypnos.
-Por favor espera... -Suplico el dios con angustia.
-¿Para qué? ¿para que vuelvas a besarme y te vuelvas a ir dejándome sola? ¿para qué me des una excusa y desaparezcas por días? ¿qué rayos te pasa? yo se que te gusto ¿crees que no me doy cuenta como me miras? y tú a mi también me gustas, si así están las cosas ¿cuál es el problema? ¿qué es lo que te detiene? -Apretó sus puños sintiendo sus ojos cristalizarse.
-Es que tu... tú eres su nieta... -De todo lo que esperaba oír An, lo que escucho solo termino por molestarla mas.
-¡¿Es en serio?!
-Antonella por favor, baja la voz, tu abuelo puede escucharnos. -Hypnos miró la puerta cerrada con angustia, no sería conveniente que los vean a ambos en el pasillo.
-Dudo mucho que escuchen algo si lo más probable es que estén entretenidos creándome otro tío o tía y no me cambies de tema. -Arrugo su nariz formando un puchero con sus labios. -¿Tú no quieres nada conmigo por qué soy nieta de Hades? ¿me estás hablando en serio? ni siquiera me parezco tanto a el, te juro que no estoy entendiendo que sucede contigo.
-No es por eso... -Volvió a evitar la mirada dolida de la chica.
-¿Cual es el problema entonces? ¿cómo soy una "niña" no soy lo suficientemente buena para ti? ¿cómo sigo siendo mortal no quieres perder el tiempo conmigo? ¿soy muy inmadura para ti? ¿no te gusta que sea mas poderosa que tú? o como pensaron algunos ¿crees que no soy la indicada para ser la diosa del destino por qué actuó demasiado infantil para serlo? ¡¿Me lo quieres explicar de una buena vez?! -Fuera del templo se escucharon a lo lejos rayos y truenos, otra vez estaba afectando al clima debido a sus emociones.
-¿Por qué siempre haces eso de menospreciarte? -Se quejo el dios volviendo ahora sí a enfrentar la mirada de An.
-No me cambies de tema. -Dijo Antonella con furia contenida haciendo gestos con las manos intentando calmarse, no le gustaba nada cuando Hypnos tenía ese aire de autosuficiente y el hecho de que no hablará nada claro lo estaba haciendo perder la compostura lentamente. -¿En serio eres como la mayoría y piensas que inocencia es sinónimo de que soy estúpida? por si no lo sabías dios sabelotodo la inocencia es el estado de un alma limpia de cualquier culpa o mal en este mundo, no es que yo sea tonta, no es que no sepa que es el sexo, la pasión, sentir atracción por alguien mas, no es que no entienda del todo el mundo de los adultos, no es que mis acciones seas siempre espontaneas, yo soy así porque no soy como tú y la mayoría que piensa demasiado antes de hacer algo o decir algo que tal vez podría animar el día de alguien o hacerlo sentir mejor, no soy una vulgar, ni mucho menos una mal hablada para estar ocupando palabras que no pertenecen a mi vocabulario y no, no me visto de esta forma sabiendo que pueden voltear a verme demasiado, me visto de esta forma porque me da la regalada gana y no entiendo porque yo debo dejar lo que me gusta solo porque imbeciles como tú no pueden tener un poco de respeto por mi cuerpo y no pueden controlar sus ojos. -A cada minuto que pasaba su rostro estaba mas enrojecido y afuera se escuchaban mas truenos.
-Antonella... nena...
-¿Sabes qué? ya no quiero hablar contigo. -Volvió a cruzar sus brazos bajo su pecho, intentando recobrar la compostura y una expresión neutra como digna nieta del dios de los muertos que era. -No necesito que me ayudes a buscar nada, yo me basto y me sobro solita, por años a sido así y ahora no va a ser la excepción, es a mi hermano al que yo quería a mi lado para hacer esto, yo soy solo una indeseada obligación para ti, así que ya no te preocupes de nada, cuando lo encuentre, vendré con mi abue y se lo daré y tú no vuelvas a buscarme, no te cruces mas en mi camino, mucho menos si vas solo a volver con tus indecisiones. -Cada palabra era dicha con un tono frío y serio, pero en sus ojos se podía reflejar lo que realmente sentía en esos momentos.
-Pero. -No permitió que siguiera hablando.
-Ya nada Hypnos. -Volteo a verlo una última vez para salir del templo, echaba chispas de lo molesta que estaba, pero tomaba grandes bocanadas de aire hasta lograr recobrar la compostura como siempre, cerro los ojos y dejo salir todo el aire en un suspiro.
Tan concentrada en si misma estaba que no se percató que el guardián del templo estaba en lo alto de la colina cercana desde donde tenía mejor visión de su recinto, la había visto salir y bajar rápidamente en una carrera las escaleras con dirección al templo de escorpio, Aioros frunció el ceño e iba a seguir a la chica cuando noto rastros de cristales debido a sus lágrimas, pero se detuvo cuando sintió una fuerte oleada de poder que venía de su templo, Hades... ese debía ser indiscutiblemente el poder de Hades y su cosmos se estaba dejando sentir hasta en el último rincón del santuario ¿qué hacía Hades en su templo?
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