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Capitulo 36.

-Vamos An, tienes que usar todo tu cuerpo y con firmeza, así. -Seiya estaba de pie al borde de la arena gritando todo tipo de instrucciones a la chica a la que habían convencido de entrenar con ellos, ella no se pudo negar otra vez y accedió, pero su hermano Adrien le estaba dando batalla debido a que llevaba mas entrenamiento que ella y también a que este era su día límite para ver a su padre. 

-¡A la izquierda, recuerda lo que te dije! -Gritaba Shun tratando de dar apoyo también a la menor, Adrien hizo una mueca y volvió a arremeter contra la menor, ambos sostenían lanzas en sus manos, An sabía que Adrien no la estaba atacando con intenciones de ganarle o lastimarla, sino que en verdad le ayudaba a entrenar, lo estaba consiguiendo porque al final de ese combate pudo hacer un giro que había estado practicando mas temprano en la mañana con Shun, ya no tropezaba con sus pies y si no fuera porque no estaba con toda su energía como otros días, tal vez hubiera sido mas fácil para ella, aunque no era lo suyo este tipo de combate. 

-No te sientas mal, el es muy ágil. -Comento Hyoga que le entrego una botella de agua a la menor. 

-Si, pero dioses... creo que perdí mucho la practica. -Bebió un poco de agua luego de estirar un poco, sentía que si no lo hacía terminaría teniendo calambres en sus piernas, Ikki le estaba ayudando a hacer de la forma adecuada esto. 

-El entrenamiento es como la muestra carnal en una pareja, si no te duele el cuerpo luego y no te sientes cansado, es que no lo estás haciendo bien. -Comento Ikki cuando termino de ayudar a estirarse a la menor y le dejo ir a descansar. 

-Dijo el experto. -Rodó los ojos Adrien para acercarse a An y asegurarse de que en verdad no la hubiera lastimado. 

-Ahora que mencionas eso, hace mucho no te vemos pasar tiempo con Pandora. -Agrego Shiryu sin perder su cómoda postura de relajación que había tomado cuando empezó el reciente combate.

-Lo se, pero que ustedes no me hayan visto, no significa que no hayamos estado juntos, no es mi culpa que ustedes sean tan obvios y todo el mundo sabe lo que hacen, yo soy mas discreto. -Se sentó junto al resto que le miraron fulminándolo con la mirada, An no pudo evitar reír bajito sabiendo que venía. 

-No somos obvios. -Se quejo Hyoga golpeando en el hombro a su tío.

-Lo dice al que el otro día todos vimos como estaba con cierto guardián sin despegarse ni un segundo. -Contraataco el fénix sonriendo al lograr sonrojar a su sobrino. 

-A mi no me miren, yo no mencione nada a nadie sobre mis asuntos privados, fue el imbécil de Isaac. -Se encogió de hombros Seiya sin importarle para nada esto. 

-Creí que habíamos quedado que mencionar a imbéciles solo hace que aparezcan. -Comento Shun señalando hacía la entrada del coliseo, tanto el rubio como el castaño hicieron una mueca al ver al marina allí el cual se acerco hasta la orilla de los graderíos.

-Buenos días a todos, Seiya ¿podemos hablar un momento? -Pregunto usando un tono muy calmado. 

-No. -El castaño no se movió de donde estaba y simplemente volteo a mirarlo con rabia. 

-Necesito decirte algo importante, por favor. 

-¿Estás loco? no voy a ir a ninguna parte contigo. -Se incorporó un poco y se mostró que tan furioso estaba, había estado mas tranquilo luego de aquella noche, todos creyeron que ya se había quitado la bronca contra este, pero al verlo así tan molesto pues notaron que no había sido así realmente, Seiya aun estaba en proceso de superar todo. 

-No te voy a hacer nada, solo quiero caminar por el coliseo lejos de oídos curiosos, le pedí permiso a tus padres y a tu tío antes de venir a verte, es solo un momento por favor. -Isaac usualmente no usaba aquel tono, era suficiente orgulloso como para pedir algo a alguien tan desesperado, Seiya rodó sus ojos y accedió manteniendo su ceño fruncido yendo con el. 

-¿Qué crees que quiera? -Cuestiono Shun intrigado, Ikki miraba molesto hacía donde se habían ido esos dos, todos estaban preocupados por Seiya y esperaban que no fuera tan tonto como para caer de nuevo ante Isaac. 

-¿Si se dieron cuenta que llevaba su armadura? -An los miro con una pequeña sonrisa, estos fijaron sus ojos en ella. -Puede que tenga miedo de que le haga lo mismo o algo peor que la otra noche. 

Ante el comentario de la menor no pudieron evitar reír, luego de un rato volvieron al templo de Aries encontrándose con el castaño que estaba acostado en su cama, pudieron notar que había llegado hace un rato debido a que se había bañado y cambiado, mientras que ellos tuvieron que hacerlo por turnos, eso no era lo inusual, lo que si lo era es la expresión de tristeza que tenía el pegaso mirando algo en su mano, no pudieron ver lo que era debido a que lo guardo en su bolsillo y se sentó en la cama. 

-Te esperamos en el coliseo, pero no volviste ¿Estas bien? -Cuestiono Hyoga sentándose a un lado de Seiya.

-Si ¿Por qué no lo estaría? -Respondio enseguida mirándole extrañado.

-No sabemos. -Shun se encogió de hombros, pero su mirada era lo suficiente significativa, el castaño se dejó caer en su cama otra vez y puso un brazo sobre su rostro.

-Seiya... -Empezo a decir Shiryu, pero no continuo apenas noto la mirada de furia que le dirigió su amigo.

-Ya, no estamos diciendo nada. -Dijo Ikki enseguida alzando las manos en paz.

-Aja no están diciendo nada, pero la curiosidad se les nota, no les va a servir esta vez porque no les voy a contar lo que dijo Isaac así que no lo intenten. -Aseguro mirando a cada uno para luego simplemente salir de la habitación.

-¿Creen que hayan vuelto? -Cuestiono Hyoga cruzando sus brazos sobre su ahora un poco notorio vientre.

-No creo que Seiya sea tan idiota. -Aseguro Ikki esperando que realmente fuera así.

-No es idiota, pero... lo ama... -Dijo Shun suspirando con pena al bajar la mirada.

-Yo no creo que hayan vuelto, confíen en el. -Pidio la menor regalándoles una sincera sonrisa que logro calmarlos.

Ya por la tarde-noche, An estaba caminando sigilosamente por el extenso jardín de Piscis, ya había buscado lo suficiente allí, también lo había hecho en los alrededores, había estado cuestionandose de si tal vez podía estar en el templo de virgo, en los jardines gemelos había un pozo, tal vez por allí se encontraba lo que buscaba.

-¿Te gusta pasear por aquí? -Aquella voz masculina hablo desde las sombras, An se llevó una mano al pecho al tratar de calmar su corazón, Hypnos siempre hacia lo mismo.

-Tienes que dejar de asustarme así, por favor. -Le miro con un puchero, a veces sentía que el dios solo lo hacía aproposito para ver cómo reaccionaria.

-No es mi intención asustarte princesa. -Se acerco más a el dios que volvía a ponerle aquella capa. -¿Lograste que pueda ver a mis padres? me siento más incapaz de mantener mis poderes estables cada hora que pasa.

-Si, venía a buscarte precisamente para llevarte con ellos y... -No siguió hablando cuando a ambos les llamo la atención unos sonidos provenientes de las escalinatas que llevaban hacia el templo principal, pudieron notar algunas siluetas que se movían rápidamente y bajaban las escaleras yendo hacia donde estaban ellos.

Hypnos reaccionando rápido tomó de la mano a la menor y la atrajo a su pecho para llevarla a esconderse entre los frondosos árboles que estaban al borde del jardín y del precipicio, An entrecerró sus ojos intentando distinguir quienes eran los inoportunos.

-Son guerreros de Ares ¿Que hacen aquí? -Susurro bajo el dios al mismo tiempo que los rosales se movieron como si una suave brisa los hubiera sacudido, pero esa noche no había ninguna brisa, An tomó todo el oxígeno que sus pulmones pudieron pegándose más al cuerpo de Hypnos, este cubrió con su mano la nariz y boca de la más pequeña.

El dios podía ver claramente como de las rosas comenzó a salir aquel aroma cargado de veneno, por lo que en cuestión de segundos se envolvió así mismo y a la de cabellos multicolor en una especie de escudo protector donde no pudiera entrar aquel veneno con el objetivo de que no los pudieran ver y de que la chica no fuera afectada con este debido a lo debiles que estaban sus poderes en esos momentos, no había querido salir de allí con ella, debido a que el doceavo guardián estaba caminando por sus jardines junto a Kanon que tenía su casco puesto.

Afrodita caminaba sigilosamente y tenía una rosa entre sus labios, si Antonella hubiera pestañado se habría perdido el movimiento que hizo, lanzando aquella rosa como flecha para clavarse en el pecho de uno de los intrusos del jardín, la de cabellos multicolor llegó a saltar de la sorpresa, pero Hypnos la abrazo con más fuerza sin hacerle daño para que no fueran a encontrarlos. Dos guerreros más cayeron presos de las rosas pirañas que Afrodita lanzó y uno más cayó a manos de Kanon que no había dejado su lugar a la entrada del templo, el dragón marino no iba a permitir que nadie se les escapara, pero él tampoco podía entrar al jardín, si desde donde estaba podía sentir los efectos del veneno que entraba lentamente a su sistema y le empezaba a adormecer los sentidos a pesar de estar utilizando su casco.

- Son todos? -Preguntó el marina de azules cabellos sacándose el casco cuando Afrodita llegó hasta él y sus rosas dejaron de despedir su veneno, el jardín volvía a ser inofensivo una vez más.

-Si. -Afrodita se acunclilló para analizar de mejor manera el cadáver del intruso que Kanon había detenido, tenía que llevarle el reporte sobre esto a Milo.

-Son miembros del ejército de Ares. -Comento Kanon mirando a los cadáveres con sus ojos entrecerrados

- Tienes razón, pero ¿qué rayos hacían aquí? - Afrodita estaba esculcando el cadáver a ver si encontraba algo más, pero no encontró nada.

-Si Ares quiere algo en contra de mi señor Poseidón, no es lógico que envíe guardias a este templo, oficialmente él se está quedando en el templo principal. -dijo Kanon frunciendo el ceño, no le estaba gustando nada de eso.

-Si, pero suele quedarse mucho tiempo aquí en la laguna y no pasa sus noches en soledad ¿Sabes algo sobre eso? -Cuestiono mirando al marina, había notado un actuar extraño por parte del dios de los mares esos días, pero no había podido comprobar nada, sus generales marinas lo escudaban eficientemente y nadie podía acercarse a la laguna cuando estaba su dios allí.

-Etto... Si, pero no puedo decir algo de eso. -Evito la mirada fingiendo revisaba a los otros cadaveres.

-¿Estas evadiendo me? -Puso sus manos en jarra analizando con atención al contrario, hasta que cayó en cuenta de algo. -No me digas que finalmente te conquistó. -No pudo evitar reír cuando vio al mayor casi caer al suelo ante sus palabras. -¿No que jamás lo harías y todo eso que dijiste de estar aburrido de él?

-No olvidó lo que dije, ya déjame que aún nadie lo sabe. -Paso sus manos por su cabello y sonrió al recordar algunas cosas, Dita negó con su cabeza para luego codear al contrario, se había estado rumoreando mucho ese día que Hades tenía un amante nuevo y lo mismo para Poseidón, ahora sabía que los de este último eran más que ciertos.

-Cuando Milo se entere quiero ver la cara que pone, no se qué haría si me pierdo de ese momento. -Se quejó haciendo un puchero.

-No te estreses Dita, lo sabrás cuando suceda. -Miro unos momentos un punto indefinido para luego señalar los cadáveres de nuevo. -Tenemos que reportar esto a los chicos y a mi señor ¿Te parece si le encargó a alguno de mis marinas que cuide tu templo mientras lo hacemos? -Volvio a ponerse el casco para poder bajar aquel sonrojo que había aparecido en su rostro, Dita solo asintió para dirigirse hacia el templo principal, Kanon desapareció usando un portal de agua.

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