Capitulo 30.
Una vez en la primera casa, Shun habló a solas con Mu para poder explicarle que hacia el can con el, este se mostró sorprendido, pero le pareció una buena decisión por parte de Hades para proteger a el peliverde, Shaka ya le había contado el encuentro que tuvo con Apolo la otra noche, el rubio guardián estaba preocupado por su pequeño novio y al parecer no era el único, así que para el primer guardián no había problema con que Cerbero se quedará en el templo, más bien le pareció ideal que el guardián de las puertas del infierno estuviera con los chicos, esa había sido la mejor idea que pudo haber tenido Hades, sería más fácil para todos cuidar de los adolescentes con aquel poderoso aliado bajo su techo.
Ya para cuando volvió al coliseo llevando algo de comer y beber a todos, Shun les explico más o menos lo que su madre le habi dicho, Ikki miro entrecerrando sus ojos al descomunal can que estaba a los pies de Shun, sabía que su madre no solía dejarles a cargo de su leal can a menos que estuvieran en el inframundo, cuando los chicos tuvieron que seguir con su entrenamiento en cuestión de segundos Cerbero se había acercado a Antonella pidiéndole atención y mimos, esto provocó que ella riera dejando que se acostara en medio de Hyoga y ella, haciéndole ahora también una corona de flores a el can, An extrañaba mucho a Cerbero como a muchas otras criaturas, pero el can siempre tuvo una relación especial con ella, era cuestión que dijera su nombre para que apareciera dispuesto a protegerla, Ikki se sorprendió al ver el comportamiento tan dócil por parte del can, normalmente solo era así con su madre y sus hermanos, algunas veces sus sobrinos, pero con nadie más, pero supuso que como An estaba bajo la protección del averno según dijo Hécate, Cerbero ya debía de conocerla, aunque jamás espero que aceptara sin problemas una corona de flores sobre su cabeza.
Cuando finalizaron con los entrenamientos y decidieron que era hora de regresar al primer templo, se encontraron con el Pegaso recostado en un amplio sillón en el taller de Mu, este se había tomado en serio su misión de mantenerlo quieto y bajo su cuidado, así que el castaño había estado acostado todo el día, aburrido por completo a ratos, a pesar de que Mu, Shura y Aldebaran habían estado un rato con el haciendo más llevadero el encierro, le contaban historias de sus padres y de su tío de cuando eran más jóvenes, Seiya disfruto mucho de ese momento y habían cumplido bien su objetivo de levantarle el ánimo.
-¿De donde sacaron a este perro? -Cuestiono mirando a ese gran can que se acercó enseguida dejando que lo acariciara, al parecer le agradó también a este.
-Bueno... fue una especie de préstamo. -Explico Shun bastante sorprendido de que apenas entraron al taller, Cerbero caminara directamente a Seiya que ahora lo rascaba tras las orejas, tal vez sus hermanos mayores tenían razón sobre lo que le habían comentado un par de veces.
-¿Préstamo de quien? -Sonrio al ver al can mover la cola en silencio.
-De mi mamá, es Cerbero al que estás acariciando. -Comento con una pequeña sonrisa, el castaño abrió mucho los ojos y miro con mayor detenimiento al perro que seguía moviendo su cola, se encogió de hombros volviendo a sonreír.
-No por eso deja de ser lindo, pero ¿Que hace aquí? Ikki y tú siempre dijeron que Hades no dejaba que Cerbero estuviera lejos del inframundo. -Se hizo a un lado en el sillón y palmoteo el espacio vacío donde el can enseguida subió apoyando su cabeza en las piernas del castaño que siguió acariciando ausentemente su cabeza.
-Pues así era, pero mamá decidió que debía de estar aquí para cuidar de Shun. -Explico Ikki analizando desde su lugar el extraño comportamiento de Cerbero.
-¿Cuidarlo de que? -Miro al peliverde entrecerrando sus ojos.
-De que ningún dios o sirviente de estos se les ocurra intentar acercarse. -Explico soltando un suspiro, guió su mirada hacia An que ahora estaba poniendo coronas de flores a esos tres dorados y las pulseras, ya tenían más que confirmados que nadie lograba resistirse a la chica, que ahora fue a buscar a los niños para ponerles las suyas como hizo con Kiki antes en la tarde.
-Aunque no se está comportando como normalmente lo hace. -Comento Hyoga que se había mantenido en silencio, el conocía desde bebé a Cerbero y nunca en su vida lo había visto comportarse de esa forma con alguien que no fuera de su familia sanguínea, a menos que el can se sienta atraído por las almas puras, tendría que preguntarle a su abuelo luego.
en silencio, Mu sospechaba del mutismo del animal, sus ladridos debían ser ensordecedores, por eso no había ladrado hasta ahora.
-Tal vez solo se sienta en confianza porque a cuatro de nosotros ya nos conoce. -Intento restarle un poco de importancia Shun.
Pues si, pero mamá no suele simplemente enviar a Cerbero, normalmente dejaría a uno de los jueces o dioses gemelos vigilando lo que hacemos. -Ikki conocía bien a su madre, no era de tomar decisiones a la ligera, según le había dicho todo iba bien en las reuniones pero de por sí no querían que ninguno se acercara al templo principal o que otros dioses se acercarán a ellos, esto le daba a pensar que no era cierto que las reuniones estaban yendo sin problema alguno.
-Es mamá de nosotros, pero sigue siendo un dios Ikki, no puedo simplemente cuestionar sus decisiones.
Los dorados presentes habían estado observando como se comportaba el can entre los más jóvenes, este se dejó mimar un rato por Seiya para luego acercarse a los otros chicos para que hicieran lo mismo, eso les recordó a algo que habían escuchado una vez, Cerbero era un can infernal con el que ningún monstruo se comparaba, este perro era demasiado inteligente y fue entrenado por su dueño Hades, las habilidades que poseía, sus capacidades eran desconocidas, pero por el momento se veía bastante a gusto entre los adolescentes, se notaba que estaba tranquilo, eso era suficiente por el momento, ni siquiera habían podido hablar directamente con Milo o Camus debido a esas reuniones como para preguntarles si ellos sabían algo más.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro